jueves, 24 de junio de 2010

813 Lenguaje mundialista

813    “LA CHISPA (20 junio 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LENGUAJE MUNDIALISTA… Y ALGO MÁS
Si usted no domina la jerga futbolera que reina en la radio y televisión, usted “no está en nada”. Desde los términos clásicos hasta los disparates más extraños; desde la terminología cotidiana y aburridora hasta las innovaciones más atrevidas, ese lenguaje nos envuelve de manera total. Incluso unos vendedores de huevos que pasan por mi casa, están haciendo una “oferta mundialista” de un kilo de huevos por 1800 colones. Todo es mundialista. Los comerciantes no parecen tener límites en cuanto a su ingenio para crear vínculos entre el torneo ese y los tiliches que venden, o las comidas que ofrecen. Todo es mundialista. Y si usted no se familiariza con el lenguaje universal de junio-julio, está fuera de foco. Si usted no sabe qué es un volante de contención, está caído; o un carrilero por las bandas, hacer las diagonales, filtrar desde la zona de gestación, achicar los espacios, volante por fuera o llenar los espacios, usted está frito. Incluso tiene que saber algunas lenguas africanas para entender a un joven locutor que se tomó la molestia de aprender cierta terminología futbolera en zulú, bantú o qué sé yo. “Hacer la transición” es algo esotérico con lo cual debemos conocer para comprender de qué trata la cuestión.
¿Y qué me dicen de avanzar “con pelota dominada”? ¿O ser un delantero desequilibrante? Emplearse a fondo es un misterio muy familiar, pero “crear espacios” es algo más desconcertante. Y si usted desconoce qué es un “enganche”, no está al día. ¿Y qué hay de ser un “referente”? Si ustedes tienen alguna explicación sensata, me gustaría me lo hicieran saber, pues el diccionario no parece calzar con lo que, supuestamente, significa en la jerga futbolera. Claro que todos entendemos que referente significa modelo, el más importante, el jugador que es “la carga” y que sirve como inspiración a los demás. ¿Será eso?
También hay que estar enterado de lo que son las vuvuzelas y el supuesto misterio que hay detrás de estos instrumentos de tortura que sirven para despistar y hacernos creíble la felicidad del pueblo sudafricano. Pero ni los colorines ni el chillido ensordecedor de esas pitoretas, han sido suficiente distracción para que no veamos la realidad que subyace por debajo de este espectáculo artificialmente montado sobre la tragedia de un pueblo para el cual este nada significa. Ni siquiera todo el lenguaje mundialista cambia o atenúa la verdad de lo que pasa en ese país; ni toda la alharaca de los estadios es capaz de paliar la situación de los nativos. El Apartheid es ahora más feroz que nunca, porque los líderes negros como Mandela, se prestaron para la farsa política diseñada por los blancos: abolir oficialmente el Apartheid y poner a un negro como presidente del país. Eso les bastó a los blancos para obtener la bendición de la comunidad internacional y seguir en lo mismo: ellos continúan con TODA la riqueza y el dominio absoluto de todas las estructuras del PODER político, militar y económico, y pueden aplastar a los negros cuando les dé la gana. Y ningún “presidente” negro puede variar esa situación. Además, tienen con el control y propiedad de TODAS las tierras, la minería, el comercio, la banca y todo lo que vale la pena ser dueño en ese país. Una minoría de cinco millones de europeos es dueña de TODO. Esta jugada política de los boers es una obra de arte con la cual se garantizaron, como los judíos en Palestina, la posesión eterna de unas tierras y riquezas que no son de ellos. En síntesis, les dieron atolillo con el dedo.
Lo negros desaprovecharon la oportunidad que tuvieron al llegar al poder; ese fue el momento cuando debieron no solo nacionalizar todos los recursos de su país, sino de haber echado para siempre a esos extranjeros (holandeses y judíos) que los han humillado, esclavizado y explotado por siglos. Al llegar Mandela al poder, debieron eliminarlos por completo, como la plaga que son. Pero no hicieron nada en contra del “amito blanco” y se resignaron a seguir siendo miserables sirvientes. Tan fácil y provechoso les resultó a los blancos, que un político afrikáner dijo: “Si hubiera sabido que esto era tan simple, desde hace treinta años hubiéramos abolido el Apartheid”. Esas verdades no se acallan ni con el estampido de un millón de vuvuzelas. Un tercio de la población (todos negros) está sin empleo y viven en la miseria; y los que trabajan en algo (propiedad de los blancos), tienen que sobrevivir con UN DÓLAR POR DÍA. Eso no se tapa con pitoretas y algarabía. Más de seis millones de ellos tienen SIDA y ninguna posibilidad de mejoría; para los sudafricanos negros, todos los caminos están cerrados, incluso el de la educación. Como los palestinos en su momento, perdieron la oportunidad para deshacerse de esa lacra.
Los negros sudafricanos tendrían que trabajar durante uno o dos meses para poder comprar UNA entrada a los estadios. Así que las claques están montadas para cada estadio. La ganancia por entradas poco le importa al Gobierno blanco; lo que les interesa es “demostrar” al mundo que los nativos son felices y que ahí todo camina muy bien. Que los amitos blancos les proporcionan diversión adecuada a los nativos. Y que incluso se auto discriminaron de la selección de fútbol para darles la responsabilidad total a los “bafana-bafana”. Por eso Parreira no puso ni un solo jugador blanco, para que los negros se hundieran y se lo pelaran solos. Ese mundial es una farsa en la que no debieron participar los países tercermundistas, pues solo es la legitimación de un régimen perverso y tirano que cuenta con el apoyo de la peor gente y los peores gobiernos del mundo. A pesar del “bafana- bafana” y el “waka-waka” en el excitante cimbrar de las caderas de Shakira, o del ruido ensordecedor de las trompetas, sigue siendo un mundial patético; una fiesta montada por gente maligna que desde hace varios siglos abusa de la población nativa y que, para justificar su conducta, incluso han inventado una historia “oficial” mediante la cual pretenden hacer creer al mundo que los negros de Sudáfrica son “extranjeros”, y que los blancos son la población autóctona de esas tierras. ¿Pueden ustedes creer semejante imbecilidad? Y auque usted no lo crea, hay gente que se traga ese cuento…
Mientras los blancos tienen un estándar de vida como el de Holanda, 45 millones de negros viven en la miseria, y eso no se puede disimular con el carnaval que montaron para el mundial; ni con el lenguaje mundialista, ni con las pitoretas ni las caderotas de Shaki.
Wakawakamente
RIS

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