viernes, 30 de marzo de 2012

79 La piratería del software


79   LA CHISPA    


LEMA:   En la indolencia cívica de ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

LA PIRATERÍA DEL SOFTWARE


            Todos estamos informados de que la diversión o trabajo mediante computadoras es una ocupación cara, que tiene sus costos.  Sin embargo, es discutible la legitimidad que tienen ciertos precios de los insumos en el mercado nacional.  Y es bueno hablar sobre este asunto porque es, precisamente, lo que conduce al gran problema que enfrentan los fabricantes de software como la Microsoft, el gigante monopolista de estos productos.  Aceptamos que producir el prototipo de un programa como “Windows 2000” o cualquier otro, es caro.  Pero una vez que se ha hecho, su costo es apenas el del CD (cidí, como dicen los que saben) en el cual se graba.  No es que se pretenda que Microsoft nos venda un programa como el “Windows Vista o 7” en dos mil colones, claro que no; pero de allí a que nos cobren varios centenares de dólares por algo que el próximo año será parte del parque jurásico, es un abuso.   Este terreno de arenas movedizas en donde a cada rato nos quedamos obsoletos con la computadora y sus programas, debe de ser un poco más humanizado en cuanto a los costos.  ¿Y por qué?  Porque esa es la causa única que conduce a la piratería: la imposibilidad de pagar los precios abusivos que fijan el MONOPOLIO DE MICROSOFT, en contubernio con los comerciantes locales.  Y sí no queremos comprar MICROSOFT a sus precios exagerados, ¿qué alternativa tenemos?  MICROSOFT, pa’ que no nos falte...
                Tan poderoso y lucrativo es ese monopolio que ha logrado que, mediante las presiones del gobierno de Estados Unidos, se aprueben leyes internacionales que facultan a esa nación a intervenir directamente en la persecución del delito de piratería en cualquier país.  Y en el caso de Costa Rica, obligaron al gobierno a aprobar una legislación específica, la cual será puesta en acción mediante la “Escuela de la Democracia” que, para la vigilancia de los intereses de los Estados Unidos se abrirá en Alajuela.  Y financiada por los ciudadanos de Costa Rica.
            ¿Qué recurso le queda a un estudiante de un hogar pobre ante el dilema de comprar una serie de programas de trabajo, que igualan o superan el precio del computador?  ¿Cuánto vale una versión moderna de AutoCad?  Centenares de dólares.  ¿Cuánto vale la pirata? Cinco mil colones a lo sumo.  Cualquier persona, después de que ha invertido unos trescientos mil colones en un CLON cuyas partes han sido fabricadas en Hong Kong, Singapur, Honduras, China, Taiwán y Bolivia, bien puede cargar su computadora con todo tipo de programas con unos veinte o treinta mil colones de pirateados, junto con el respectivo disco “quemado” a domicilio.  Entonces, ¿cuál es la escogencia obligada? 
            Sabemos y aceptamos que los derechos de autor son sagrados, y que no es justo que haya parásitos que se aprovechen ventajosamente del trabajo intelectual o científico de otros.  Pero tampoco es justo que se imposibilite el acceso a la cultura a la gente que no tiene los medios para pagar unos insumos que no deberían tener precios tan exagerados.  Un CD con el programa de “Windows” no debería de costar más de $ 20 ó 25 dólares, con lo cual, produciría enormes ganancia a Bill y al fisco norteamericano, pero sin llegar al abuso.  Un programa antivirus debería costar unos diez dólares.  En fin, una dotación completa para que una persona, estudiante principalmente, trabaje con varios programas y comodidad, no debería superar los ciento cincuenta o doscientos dólares; talvez trescientos.  Pero que los programas de trabajo resulten más caros que la computadora, es inadmisible.
            Con los precios actuales del MONOPOLIO, y a pesar de la piratería, las ganancias de MICROSOFT son exorbitantes.  Esa es la razón por la cual el señor Bill Gates y su equipo de contadores, son incapaces de contabilizar los centenares de millones de dólares que le entran diariamente por concepto de su MONOPOLIO.  Es tanto ese dinero y sus impuestos, que el propio gobierno de los Estados Unidos está decidido a declarar terrorista a cualquier Estado que no persiga encarnizadamente a los piratas del Software.  Cualquier país que se niegue a hacerlo, puede ser clasificado como terrorista del software, que atenta contra la “seguridad del mundo libre” y ser bombardeado a discreción.  La nación que no se ajuste a los dictados del MONOPOLIO MICROSOFT, puede ser incluida dentro del Índice, sacada del TLC y sometida a un bloqueo económico.  Pero si la avaricia de esa empresa y sus distribuidores no fuera tanta, el mercado funcionaría mejor, con suficientes ganancias para todos, y con la eliminación natural de unos intermediarios que resultarían innecesarios.   Si yo pudiera comprar un programa original y seguro por cien dólares, con garantía y todo lo que eso implica, JAMÁS CORRERÍA EL RIESGO de introducirle a mi ordenador uno pirateado que me pueda causar problemas tanto funcionales como jurídicos.  No existen los terroristas “por diversión” o por puro gusto de serlo.  Ese es el recurso final cuando todos los otros caminos han sido cerrados.  Los precios del software de Microsoft pueden ser justos y normales dentro de los Estados Unidos, pero NO  en Honduras o Bolivia, en donde el costo de uno de esos programas puede equivaler a SEIS MESES de trabajo de un obrero o estudiante.  En nuestro medio hay piratas de software y los habrá mientras los precios de este sean tan desproporcionados y abusivos.
            Un ejemplo ligeramente distinto de ese abuso es el de otros insumos.  Yo tengo una impresora Hewlett Packard  (H.P.) de la serie 510 C, que me imprime unas trescientas cincuenta páginas por cartucho.  Y como tenía una reserva de estos que había comprado desde el año 2002 cuando los adquirí a razón de seis o siete mil colones cada uno, no tenía idea de lo que estaba pasando en ese volátil mercado.  Así que ahora que fui a comprar uno, me dijeron que el costo por unidad era de DIECISÉIS MIL TRESCIENTOS COLONES.   Eso es un abuso incalificable aquí y en cualquier parte. Casi la prima de una casa por un mísero tarrito de tinta empacada en Singapur, en donde les pagan a los obreros unos cuantos centavos de dólar por hora de trabajo.  En la tienda me dieron toda clase de explicaciones para justificar ese atraco, pero ninguna resulta convincente, ni siquiera la de la DEVALUACIÓN.  También como en el caso del software, el prototipo de ese cartucho puede haber sido caro, pero después, su costo en plástico, circuito impreso, tinta y mano de obra, es apenas de centavos.  NO PUEDE SER QUE EL PRECIO DE UN MISERABLE CAJONCITO DE TINTA SEA DE $ 38.80  (treinta y ocho dólares con ochenta centavos). Incluso le dije al vendedor que, si ese era el precio, bien podrían regalar la impresora por cada tres o cuatro cartuchos que compre el cliente (víctima).  Esa sería una buena promoción.
            Ante semejante atentado, decidí guardar mi HP y comprarme una Epson Stylus C 43 UX, que vale menos que dos cartuchos de tinta de la Hewlett Packard mía.  Y aunque los de esta nueva impresora valen solo cinco mil setecientos colones, resulta que únicamente alcanzan para imprimir ciento veinte páginas.  ¿Entonces?  No hay escape; de todas maneras nos explotan los fabricantes de computadores, software e insumos.  ¿Qué caminos nos dejan?  Pues simplemente, LA PIRATERÍA y el “relleno” de cartuchos, con todos los riesgos que eso implica.
            Mientras no haya justicia y cierta equidad entre los MONOPOLIOS (con todos sus secuaces locales) y los consumidores, seguirá floreciendo la piratería, a pesar de que nos amenacen con sanciones, bombardeos y la etiqueta de terroristas.  O nos beneficiamos todos, o nos jodemos todos.
            Si le gustó esta “Chispa” y quiere agregarle alguna experiencia personal, hágalo y distribúyala entre sus amigos y conocidos, pues este es un claro abuso del Poder económico, que solamente mediante el interés ciudadano de los consumidores, será posible resolver de manera justa.
           
Fraternalmente
                                               Ricardo Izaguirre S.

Correo electrónico:       rhizaguirre@gmail.com
  
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miércoles, 28 de marzo de 2012

945 El monopolio del software


945     LA CHISPA      (25 marzo 2012)

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

EL MONOPOLIO  DEL SOFTWARE   (POC)
            Tan domesticados estamos los latinos (y quizás los españoles) que ni siquiera hemos adoptado un vocabulario (nomenclatura) español para explicar o definir todo lo que se refiere a la informática.  Nos hemos dejado imponer la lengua inglesa como si todos nosotros fuéramos angloparlantes, o al menos, bilingües.  No hacemos valer nuestra condición de gran mercado (más de QUINIENTOS MILLONES) y soportamos, en      forma indolente, que casi todos los programas de computadoras que se venden en América Latina, vengan con software en inglés; a lo sumo, en “pocho” (títulos en español con explicaciones y detalles en INGLÉS).  Además, permitimos sin protestar, todos los abusos que el MONOPOLIO DE LA MICROSOFT hace con nuestros ordenadores a través de la RED.  Estar en la red, es ponerse en las manos de Bill Gates para que hurgue a su antojo en las tripas de nuestra computadora, imponiéndonos sanciones, castigos, amenazas y todo tipo de terrorismo cibernético.  Nos hace sentir como delincuentes.  Y a nadie parece importarle un chayote.  Todos seguimos como ovejas las disposiciones del MONOPOLIO.  Pagamos enormes cantidades de dólares por programas obsoletos (que deberían ser libres, pues ya les han sacado BILLONES).  ¿Cómo es posible que cobren $ 140 o más dólares por un sistema operativo como el XP?  Algo que, supuestamente, ya fue superado por el Vista y el Windows 7.  ¿Por qué las computadoras nuevas vienen “trucadas” para no aceptar programas viejos y obligarnos al consumo de “lo último”?
            El negocio de la computación lleva ríos de dólares a las arcas del MONOPOLIO.  Y para nosotros los latinos, ni siquiera se toman la molestia de hacer un POC (Programas Operacionales de Computación) en nuestro idioma, en verdadero español; programas hechos por y para hispano parlantes de todo el mundo. Hasta el último detalle, y no solo los títulos.  Hay miles de  problemas de software que los usuarios podríamos resolver si tan solo los llamados tutores vinieran escritos en buen español.  Sin embargo, el MONOPOLIO da por un hecho obligatorio, que todos tenemos que hablar y leer inglés.  Y estamos tan arrebañados que ni siquiera hemos inventado un término adecuado para definir al “SOFTWARE”, palabra idiota e intraducible cuyo sentido tenemos que intuir.  Los latinos bien podemos producir un POC (software) en verdadero español, bien sea en España, Argentina, Brasil, Venezuela o México.  Incluso en Costa Rica hay gran potencial para hacerlo.  Pero sin subordinación a los intereses del MONOPOLIO.  De todas maneras, ese “racket” nos vende las computadoras vacías (sin POC), y nosotros tenemos que comprar los programas por aparte.  Y eso es un abuso intolerable.  España, con gran desarrollo tecnológico, bien podría tomar la iniciativa en este campo; en la producción masiva de POC en español total.  No gratis sino accesible; con precios que hagan innecesaria la “piratería” de los usuarios.  Sobre la base de LINUX, bien podría montarse una excelente plataforma de servicio para un tercer mundo que no dispone de tanto dinero, pero que necesita de la informática para su desarrollo tecnológico y cultural.
            Debemos hacer valer nuestro potencial como mercado (500 millones de habitantes).  También queremos que nuestra lengua se haga presente en el campo de la tecnología con toda intensidad.  No es aceptable que una lengua utilizada como oficial por cerca de 500 millones de personas, sea un idioma subordinado que carece de un modo de expresión científica en el mundo moderno.  SOMOS QUINIENTOS MILLONES de hispano parlantes y ameriñoparlantes que todos los días nos vemos obligados a tratar de adivinar qué diablos dice en inglés cada folleto o instrumento electrónico que nos viene de fuera (USA, Japón o Europa).  Pero lo peor de todo lo constituye el SOFTWARE.  Ese es el mayor insulto que el MONOPOLIO de MICROSOFT nos puede hacer a los latinos.  No sé cómo anda el asunto en España, pero es el colmo que aquellos que tenemos que lidiar con los demonios y enredos de la computación, tengamos que hacerlo en ese rebelde monosilabismo que es el inglés.  ¿Por qué diantres tenemos que utilizar un software en inglés o “pocho”?  ¿Tan insignificantes somos comercialmente?   Si los latinos somos incompetentes, estoy seguro de que España está lista tecnológicamente para fabricar software en español.  No a medias, como nos engaña la Microsoft.  Incluso, España podría crear una red mundial en ESPAÑOL, sin la censura del gobierno yanqui.  La red latina, que bien podría incluir a Brasil, Italia, Rumania y otros países con lenguas afines.  Es hora de que dejemos de ser marionetas secundarias en los recursos de Bill Gates.  España tiene el prestigio y la capacidad para invadir ese mercado que, por ahora, solo es exclusivo de los gringos.  España tiene la ventaja de contar con un enorme mercado que no tienen los alemanes, franceses o japoneses, los otros que podrían hacerlo.  Ellos NO tienen mercado en sus lenguas.
            España podría (debería) tomar la iniciativa en la producción de este tipo de material.  Y si fuera posible, crear una especie de sociedad que fuera beneficiosa para ambos lados del océano.  Este proyecto sí sería un verdadero “encuentro de culturas” en el buen sentido de este concepto.  No como el que hemos tenido con los Estados Unidos durante un siglo de explotación y sometimiento.  ¿O es que nadie se ha dado cuenta de lo que significamos para el MONOPOLIO?   ¿Cómo es posible que paguemos centenares de dólares por programas (software) en inglés?  ¿Por qué toleramos pasivamente semejante abuso y menosprecio?  ¿Nos consideran tan insignificantes?  Si somos nosotros los que pagamos, ¿por qué aceptamos someternos a la arbitrariedad de una empresa que cobra tan caro por un producto que no está escrito en nuestro idioma?
            La manufactura de POC en español, sería un gran negocio para aquellas empresas hispanoamericanas que se dedicaran a esa actividad.  Además, nos librarían de ese monstruo chupasangre que es el MONOPOLIO de la MICROSOFT (otra palabra idiota).  Ya es hora de que logremos alguna independencia que nos proteja de esa sangría que constituyen los productos tecnológicos que “tenemos” que importar de Europa, Asia o USA.  Con nuestra materia prima elaboran la mayoría de esos artefactos plásticos y de alambre que nos venden a precios exorbitantes.  Ahora tenemos la tecnología necesaria para liberarnos; al menos, algunos países latinos encabezados por España, que ya ha ingresado a la elite del primer mundo.   Entonces, ¿qué es lo que nos mantiene uncido al carro del consumismo de productos extranjeros?  Si hemos de usar teléfonos, computadoras y todos esos chécheres, que al menos sean de manufactura nuestra, que redunden en beneficio económico de nuestra gente, tanto aquí como en España.  Antes de que los chinos copen por completo el mercado y nos terminen de hacer leña.
            El plástico y el cobre que forman una laptop no alcanzan el valor ni de diez dólares; lo que cuenta es la tecnología y la disposición de correr riesgos en un mercado que produce billones.  Y nosotros nos hemos conformado con solo ser productores de materia prima y mano de obra barata.  Aceptamos pagar por un teléfono de “última generación”, cuyo costo en materiales no llega a un dólar, la friolera de 600 a mil dólares.   ¿Aprenderemos algún día? 
            Fraternalmente
                                    Ricardo Izaguirre S.          E-mail:  rhizaguirre@gmail.com
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sábado, 24 de marzo de 2012

298 Qué sigue después de la muerte?


298   LA CHISPA    

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

¿QUÉ SIGUE DESPUÉS DE LA MUERTE?

            Si hay algo después de la muerte, ¿cómo podría ser?  Analicemos el asunto desde el punto de vista de la lógica y la física.  La materia del cadáver es enterrada, por lo tanto, lo que debe sobrevivir es el núcleo de la consciencia, ¿pero cuál es su asiento, puesto que para existir debe tener un fundamento físico?  Y si la materia está en el sepulcro, tenemos que imaginar que existe otro tipo de sustancia más sutil que permea a la del cuerpo.  Una especie de material “sub-atómico”, constituido de átomos más pequeños que los del mundo conocido.  Entonces ese cuerpo etéreo sería el asiento de la consciencia; una masa nebulosa agrupada alrededor de algo que es imposible de definir con propiedad: la consciencia.  Eso sería el difunto, quien en realidad no estaría muerto sino en otro plano de vida.   Y si la consciencia sobrevive, es natural que sea con todos sus recuerdos, pero con una serie de limitaciones naturales en relación con el mundo de los vivos.  La primera de ellas es que los muertos NO SE MATERIALIZAN en nuestro mundo, pues carecen de la substancia para hacerlo.  De ahí su incapacidad para volver, pues hay un insondable abismo entre esos seres y el mundo físico que conocemos.  El muerto ya salió del plano físico y penetró en otra dimensión material inconexa con nosotros.  Eso significa que no hay retorno ni apariciones de los muertos: es una imposibilidad física, aunque estén “vivos” y conscientes de lo que les pasó.  Las alucinaciones son otra cosa, producto del deseo y dolor de los deudos.  LOS MUERTOS NO RETORNAN.  Eso parece definitivo, a pesar de las leyendas y consejas.
Sin embargo, teóricamente los vivos sí podemos penetrar en el mundo de los muertos, pues se supone que tenemos el vehículo en el cual trasladarnos a ese plano, pero ellos ya no tienen la clase de materia que es necesaria para ser percibidos en este lado.  Así que la única manera como ellos podrían ser observados por “nosotros”, es mediante esa contraparte sutil que tenemos y que es el equivalente del “cuerpo” de los muertos; pero como la consciencia reside en el plano físico del nuestro, la conexión no se da en la vigilia.  No obstante, queda la posibilidad de que esta pudiera realizarse durante el sueño del ser vivo, cuando esta nos abandona y se va a sitios de los cuales el cerebro no se da cuenta, aunque los sueños parecen ser un borroso e impreciso registro de nuestras actividades en ese plano.  Si la consciencia abandona al cuerpo físico y utiliza al más tenue, entonces sí sería posible la observación recíproca.  Pero tal potencialidad parece estar muy limitada, y todos nuestros sueños suelen ser caóticos y sin un hilo conductor lógico.  Es decir, nuestros sueños son una serie de disparates sobre los cuales no ejercemos dominio alguno.  Nuestra misma conducta parece estar fuera de nuestro control y no percibimos los detalles.  Parece ser que la “sueñología” es una posibilidad todavía primitiva en el hombre, y no tenemos un buen dominio de ella para utilizarla como herramienta de investigación metafísica en otros niveles; aún existe un enorme divorcio entre las actividades del “Yo” en otros planos y la memoria cerebral.  Este órgano no es capaz de recordar y procesar adecuadamente todas las experiencias extra corporales de aquel; por lo tanto, el registro que hace de ellas es minúsculo, parcial y confuso; en síntesis, el cerebro no participa adecuadamente de esa maravillosa función que, aunque embrionaria en el hombre ordinario, parece ser la única opción que tenemos para otear en el mundo de los muertos. Eso en caso de que los sueños sean algo más que gimnasia bioquímica de las neuronas.   Por ahora solo nos queda la Electrónica como única vía hacia el mundo de los difuntos.
            Otro asunto es la COMUNICACIÓN con los muertos; materia que ha sido objeto de mucha especulación por parte de personas serias y charlatanas, de curiosos y dolientes, de religiosos, laicos e incluso científicos.  Y esto nos obliga a otro análisis lógico.  Si el cuerpo sutil de los muertos, conocido como “astral” por los que saben de estas cosas carece de órganos, es natural que no tenga sentidos: vista, olfato, tacto, oído, gusto… lo cual nos obliga a imaginarnos ciertas cosas que no pueden ser demostradas de ninguna manera en el mundo físico.   Por lo tanto, se sigue que carecen de aparato fonador con el cual emitir sonidos que son innecesarios en su mundo.  Y eso nos conduce a una imposibilidad mayor todavía ¿cómo se comunicarían con nosotros?  Es obvio que si carecen de órganos, no pueden articular mensaje alguno; y nosotros carecemos de la habilidad de percibir mediante la telepatía, facultad menos que embrionaria en el hombre.  De manera que si los muertos no tienen voz, NO PUEDEN comunicarse con nosotros, por más que la idea nos fascine, sobre todo, cuando se trata de nuestros difuntos queridos.  LOS MUERTOS NO HABLAN, por más que los soñadores y dolientes pretendan que sí.
Los muertos tampoco tienen forma, lo cual hace imposible reconocerlos, aunque tuvieran la capacidad de materializarse en el plano físico; eso lo saben muy bien los espiritistas.  Es la imaginación del doliente la que juega un papel preponderante en este caso, y es por eso que solo ellos ven, sienten y oyen a “sus” muertos; es un fenómeno emotivo muy ajeno a la realidad.  Esos muertos que hablan y lucen igual que en vida, son producto de la imaginación y de las películas de Hollywood.    Como “Ghosts”, muy linda pero absolutamente ficticia.
Como este asunto es motivo de preocupación de todos en nuestra “avanzada” cultura occidental, la iglesia no se ha quedado al margen en la escatología, y ha creado un mundo de ficciones tranquilizadoras para sus feligreses.  Un mundo de tres pisos: cielo, purgatorio e infierno.  Pero jamás han intentado una explicación lógica y física que le dé sustento a esos planos de una materia diferente a la que conocemos.   Continuaremos con este tema, si les parece a los lectores.
Fraternalmente
                        Ricardo Izaguirre S.
E-mail:                        rhizaguirre@gmail.com

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