miércoles, 30 de marzo de 2011

912 Administración y presupuesto


912    “LA CHISPA          (20 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
ADMINISTRACIÓN Y PRESUPUESTO
       Hay cosas que, por cajoneras, nos parece que sabemos muy bien; sin embargo, a veces resulta necesario darles una repasadita para que vuelva a ser claro su significado.   Como esto de la Administración, impuestos, presupuesto, gasto, desperdicio, inflación, PIB, deuda, exenciones, partidos políticos, hacienda pública etc.  Y esto es lo que se ha pretendido hacer en esta serie de notas.  Brindar una información útil para que, como ciudadanos, podamos participar en la discusión de un asunto que es de TODOS y no solo de los que ejercen el gobierno de la nación.  También se ha insistido en la estructura del Poder en la América Latina, y cómo este siempre se encuentra en manos de la misma gente a la cual hemos llamado genéricamente: oligarquía.  Para facilitar el señalamiento.  Además, se ha explicado la estructura y funcionamiento de los partidos políticos como instrumentos de dominación de las clases poderosas; y que lejos de ser organizaciones populares, son herramientas de manipulación al servicio exclusivo de la gente adinerada.
            También vimos qué es el presupuesto y de qué fuentes se nutre.  Sabemos que la Administración es todo el aparato que constituye el gobierno; y también estamos advertidos de que estos SIEMPRE están formados por la misma gente, que solo rotan en diferentes puestos; es decir, son una casta parasitaria formada por miembros de la “clase política”, que son puestos allí solo para garantizar los intereses económicos de los poderosos.  Los políticos, como bien sabemos, son gente vendible, comprable y con disposición genética hacia la corrupción.  Son los que hacen el trabajo sucio.  Sin embargo, algunas veces, los más vanidosos de la oligarquía, también se auto nombran y se auto eligen como gobernantes.  O nombran a sus subordinados y parientes.  ¿Habrá excepciones?  Esa es la esperanza que nos mantiene en la lucha.
            Ya estamos enterados de que el país es como un hogar a la enésima potencia; que tiene ingresos y gastos, y que el uso racional de ambos es lo que mantiene a flote la economía familiar o nacional.  El presupuesto es la riqueza con la que cuenta tanto el hogar como la nación, y de su buen manejo, depende el bienestar de todos.  Y es aquí en donde empieza el problema crónico de nuestros países y gobiernos comprometidos.  El Administrador está en la obligación de brindar determinados servicios a la población, y para eso, cuenta con el Presupuesto Nacional: la suma de lo que recauda en impuestos y por ciertos servicios que brinda a través de las llamadas empresas públicas como Recope, Fuerza y Luz, ICE, SNAA y otras.
            El Estado TIENE la obligación de hacer que el Presupuesto alcance no solo para cubrir los servicios de una población creciente, sino que tiene que invertir en programas de desarrollo futuro.  Es por eso que la prioridad de todo gobierno debería ser sanear las finanzas públicas, ya que esta es la única forma para hacerle frente al gasto público y al crecimiento.  Ingresos superiores a los egresos, y un cuento acabado.  Entonces si la clave es una aritmética tan simple, ¿por qué nuestros gobiernos son incapaces no solo de equilibrar las cuentas, sino que cada día nos hunden más en un endeudamiento que convierte a nuestras naciones en terrenos y personas hipotecadas con los organismos financieros internacionales?  Remendar el presupuesto con bonos, préstamos y otros recursos de altos intereses es la ruina de cualquier país.  Y eso es lo que hacen todos nuestros gobiernos; de ahí que seamos esclavos monetarios de los usureros de la banca mundial. 
            Ahora bien, el remedio es muy simple: austeridad en el gasto.  Pero todos los gobiernos quieren alardear de sus obras materiales; o bien, mantener enormes burocracias que les garanticen réditos electoreros a sus partidos.  Además, multitud de gastos extraordinarios e inútiles: desperdicio en campañas políticas archimillonarias, sistemas de pensiones de privilegio, servicio exterior caro y superfluo, multitud de entidades parasitarias e infinidad de chorizos para beneficiar amigotes, parientes y allegados a la gente del gobierno, como concesiones y todo tipo de maniobras en donde el Estado pierde ingresos. 
            Pero la causa principal del desbalance del Presupuesto, y que pone en evidencia la mala Administración, es la negligencia (¿?) criminal en la recaudación de los impuestos.  Pero como ya dijimos, NO SE TRATA SOLO DE UNA “DEFICIENCIA”  administrativa, sino de una disposición intencional que ha sido institucionalizada a través de los años de control político de la clase que siempre ha dominado el Poder.  Veamos los datos de la misma Administración.  Se sabe que el 50% por ciento de los impuestos de venta son evadidos.  Se conoce que el 85% de los profesionales NO PAGAN SUS IMPUESTOS.  Además, el gobierno tiene una política de EXENCIÓN MASIVA a todas las empresas que importan o exportan bienes e insumos.  ¿Cómo es que el Estado se hace el haraquiri económico de forma “voluntaria”?  Porque allí se ejecuta lo que la Oligarquía manda y no se vela por la conveniencia del pueblo.  A aquella le importa un tacaco que no haya escuelas, hospitales, programas de vivienda ni nada que tenga que ver con el bienestar de la gente humilde.  Mientras los bancos tengan plata para el “sector productivo”, les resbala que el presupuesto no alcance para los servicios básicos de la población.
            Mientras subsista esa deficiencia (¿?) en la recolección de impuestos (cosa que nunca se solucionará), los presupuestos de nuestros pueblos siempre tendrán que remendarse con préstamos del exterior; o bien, con la emisión de bonos y otro tipo de maniobras que van hundiendo a los países en una deuda impagable.  Es un lastre que hace imposible el desarrollo real de nuestras sociedades.  Por lo tanto, NO nos engañemos creyendo que algún presidente, de algún partido político va a arreglar la cuestión del PRESUPUESTO, porque eso implica tocar los intereses de los ricos, cuestión que, en condiciones normales en el juego de la “democracia formal”, JAMÁS sucederá.  No si el Administrador (presidente) es miembro de la Argolla; y mucho menos, si solo se trata de uno de los tantos amanuenses que esta suele nombrar para darle a la Administración una fachada populista.  El lobo nunca soltará el cuello de la presa.  Estamos más que fritos, a menos que…
            Ricardo Izaguirre S.                              E-mail: rhizaguirre@gmail.com
Blogs:       La Chispa       http://lachispa2010.blogspot.com/     con link a          Librería en Red
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domingo, 27 de marzo de 2011

911 El presupuesto nacional

911    “LA CHISPA     (16 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL PRESUPUESTO NACIONAL
            Este es el asunto central de la política y todo el quehacer social de una nación.  Pero, ¿entienden nuestros pueblos el ABC de este enredo?  ¿O es algo que se mantiene en el misterio, haciéndole creer al ciudadano que este es un tema esotérico solo reservado a los políticos y gobernantes? Veamos el cuento.  Todos somos “economistas y administradores” y sabemos los fundamentos esenciales de esa actividad.  La definición cuarta del DRAE nos dice: “Cantidad de dinero calculado para hacer frente a todos los gastos generales de la vida cotidiana, de un viaje, etc.”  Esa parece ser una explicación suficiente para entender de qué estamos hablando cuando nos referimos al PRESUPUESTO NACIONAL.  Es lo mismo que el de cualquier hogar, pero mucho más grande; y con muchas manos que se meten, con demasiados intereses.  Con infinidad de novios que quieren “sacrificarse” por la Patria.  Con un exceso de “voluntarios” dispuestos a decidir en qué se gasta y cómo y, por supuesto, obtener alguna ventaja, pues nadie hace esto “for free”.  Ese es todo el misterio.  Entonces, ¿cuál es la diferencia entre un presupuesto hogareño y el de la nación?  La calidad del “administrador”, el Gobierno.  En el hogar, el administrador se preocupa DE VERDAD porque todo funcione bien.
            Todo pueblo que trabaja produce bienes y servicios, los cuales son conocidos como PIB o Producto Interno Bruto.  (PIB = a la suma del valor monetario de todos los bienes y servicios que produce un país).  Esa es la riqueza nacional que debe repartirse entre todos; y para hacerlo, se nombra a un grupo de personas que forman el Gobierno o Administración; esta se encarga de la recolección de impuestos y de brindar todos los servicios por los cuales PAGAN los ciudadanos; es el que coordina y organiza todas las funciones colectivas que no puede realizar el ciudadano individualmente.  El Estado es el administrador del tesoro nacional, el cual se forma con las gabelas que DEBEN pagar  TODOS LOS CIUDADANOS.  Como el estado “no trabaja”, tiene que percibir sus entradas mediante gravámenes a la renta y algunos servicios públicos que estipulan los ordenamientos jurídicos.   Eso significa que tiene que quitarles parte de sus ganancias a todos los que trabajan y producen riqueza.  Es con esos fondos con los que brinda las prestaciones a las que está obligado por ley.  Esto implica que si todos los ciudadanos gozan de esos beneficios, TODOS tienen la obligación de pagarlos, en proporción directa con sus ingresos.  Pero es aquí donde se jode la teoría en los países de la América Latina, pues el sector de la población que más tiene y más gana, es el que NO TRIBUTA.  O lo hace en cantidades ridículas.  Ese es el origen principal del DÉFICIT PRESUPUESTARIO.  El problema crónico de las economías tercermundistas.  Los que poseen la gran masa del capital, NO PAGAN IMPUESTOS.
El grupo que se queda con el 70 u 80 por ciento del PIB, no contribuye.  De esa manera, todo el dinero que el estado necesita para funcionar, debe sacarlo de las costillas de los asalariados; de los que NO tienen influencia política alguna para evadir el pago de sus obligaciones.  Y como es imposible que a partir de sueldos bajos pueda salir el monto de los gastos del gobierno, este tiene que recurrir al endeudamiento (interior y exterior), que nos ubican en el borde de otro tipo de precipicio angustiante.  La DEUDA es el otro factor de crisis en el problema del PRESUPUESTO; y esta se da porque el administrador gasta más de los ingresos que percibe.  En un hogar, las familias se ajustan al presupuesto; no gastan más de lo que ganan porque si lo hacen, se endeudan, y todo el mundo sabe lo grave que es esto. Ahora bien, ¿por qué son bajos los ingresos?  Ya lo sabemos  ¿Y por qué se da este tipo de alcahuetería-delito?  Porque el gobierno está constituido por los miembros de la Oligarquía, LOS EVASORES DE IMPUESTOS.  Y si estos NO pagan, se produce el DÉFICIT FISCAL y las cuentas no alcanzan.  Un círculo mañoso sin final.   Así de sencillo pero a la vez, de complicado.  Es cuestión de política y componendas entre “los de arriba”; el pueblo solo lleva garrote y sin entender de qué trata la cuestión.  Sin embargo, siempre conserva su entusiasmo para cada campaña electorera, a ver “si gana” su partido y si cambian las cosas.  Así somos de ingenuos. 
La mala administración es la causa de todos los males que sufre la gente humilde.  Pero NO es una mala administración porque los gobernantes no tengan cabeza (algunos sí), sino más bien que todo obedece a un programa establecido y con el cual se comprometen todos aquellos que aspiran a la presidencia: Nada de impuestos a los amos.  Pueden hacer todas las “reformas fiscales” que quieran, pero siempre que estas caigan sobre los pelagatos.  Nada de incomodar a la Oligarquía.  Así que se trata de una “mala administración planificada”, de la cual solo hay un beneficiario: la clase poderosa.  Deuda y falta de pago son las causas del desequilibrio de todos los presupuestos en nuestros países.  Más gastos por la burocracia, pensiones millonarias, obras innecesarias e improductivas, politiquería permanente y, además, la falta de pago por parte de los ricos, dueños eternos del gobierno.  Ese es el esquema cajonero que prevalece.  Es la miseria y escasez planificada para ejercer el control político.
 Así, pues, el gasto desmedido y la falta de pago de impuestos por parte de los evasores, es la combinación letal que nos lleva a esa situación de economías semi-quebradas que, para subsistir, tienen que ENDEUDARSE cada día más.  Y un gobierno (país) insolvente, es una víctima propiciatoria para los acreedores nacionales y extranjeros, los cuales son como buitres que no tienen el menor interés en el salud de las finanzas públicas sino en hacer millones con los intereses, y en la subordinación política.  En estos casos, ellos toman las riendas de la administración nacional y son los que dicen qué, cuánto y dónde se debe gastar; son los que nos ordenan el recorte de los presupuestos de bien social y convierten a nuestros gobiernos en títeres, y hacen que la noción de soberanía no sea más que una broma de mal gusto.
            ¿Podemos esperar de los gobiernos el saneamiento del erario?  NO mientras estos se encuentren en las manos de la Oligarquía; NO mientras los partidos políticos controlen a las masas de votantes.  AHORRO y PAGO DE LOS IMPUESTOS son parte de la solución al subdesarrollo crónico que vivimos.  Con un presupuesto sano, habrá fondos para todo, en especial, para la EDUCACIÓN, base fundamental del crecimiento.    El no cumplimiento de estas condiciones, es el camino seguro hacia países en quiebra y enjaranados, lo cual se traduce en pobreza para las clases más vulnerables de la población.    De esta manera, queda claro que la responsabilidad total de la buena marcha del patrimonio, es un asunto de ADMINISTRACIÓN correcta, sensata, justa e igualitaria, situación que JAMÁS ocurrirá en la América Latina por voluntad exclusiva de los gobiernos.  No hay forma de cuadrar la ecuación si uno de los factores de ella es deficitario.  En una “Chispa” anterior se citó un dato que publicó la prensa, y en el cual se admite por parte del  Ministerio de Hacienda, que la evasión de impuestos en Costa Rica es de un monto del 70%.  Y eso, como es lógico, no lo llevan a cabo los trabajadores o los empleados públicos.  ¿Quiénes entonces?  Pues la clase capitalista, que cuenta con la complicidad del gobierno.                              (¿Les cantan el mismo bolero en sus países?)
             Evasivescamente                    
                                      Ricardo Izaguirre S.                   E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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jueves, 24 de marzo de 2011

911 El presupuesto


911   bis  “LA CHISPA     (16 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL PRESUPUESTO NACIONAL
            Este es el asunto central de la política y todo el quehacer social de una nación.  Pero, ¿entienden nuestros pueblos el ABC de este enredo?  ¿O es algo que se mantiene en el misterio, haciéndole creer al ciudadano que este es un tema esotérico solo reservado a los políticos y gobernantes? Veamos el cuento.  Todos somos “economistas y administradores” y sabemos los fundamentos esenciales de esa actividad.  La definición cuarta del DRAE nos dice: “Cantidad de dinero calculado para hacer frente a todos los gastos generales de la vida cotidiana, de un viaje, etc.”  Esa parece ser una explicación suficiente para entender de qué estamos hablando cuando nos referimos al PRESUPUESTO NACIONAL.  Es lo mismo que el de cualquier hogar, pero mucho más grande; y con muchas manos que se meten, con demasiados intereses.  Con infinidad de novios que quieren “sacrificarse” por la Patria.  Con un exceso de “voluntarios” dispuestos a decidir en qué se gasta y cómo y, por supuesto, obtener alguna ventaja, pues nadie hace esto “for free”.  Ese es todo el misterio.  Entonces, ¿cuál es la diferencia entre un presupuesto hogareño y el de la nación?  La calidad del “administrador”, el Gobierno.  En el hogar, el administrador se preocupa DE VERDAD porque todo funcione bien.
            Todo pueblo que trabaja produce bienes y servicios, los cuales son conocidos como PIB o Producto Interno Bruto.  (PIB = a la suma del valor monetario de todos los bienes y servicios que produce un país).  Esa es la riqueza nacional que debe repartirse entre todos; y para hacerlo, se nombra a un grupo de personas que forman el Gobierno o Administración; esta se encarga de la recolección de impuestos y de brindar todos los servicios por los cuales PAGAN los ciudadanos; es el que coordina y organiza todas las funciones colectivas que no puede realizar el ciudadano individualmente.  El Estado es el administrador del tesoro nacional, el cual se forma con las gabelas que DEBEN pagar  TODOS LOS CIUDADANOS.  Como el estado “no trabaja”, tiene que percibir sus entradas mediante gravámenes a la renta y algunos servicios públicos que estipulan los ordenamientos jurídicos.   Eso significa que tiene que quitarles parte de sus ganancias a todos los que trabajan y producen riqueza.  Es con esos fondos con los que brinda las prestaciones a las que está obligado por ley.  Esto implica que si todos los ciudadanos gozan de esos beneficios, TODOS tienen la obligación de pagarlos, en proporción directa con sus ingresos.  Pero es aquí donde se jode la teoría en los países de la América Latina, pues el sector de la población que más tiene y más gana, es el que NO TRIBUTA.  O lo hace en cantidades ridículas.  Ese es el origen principal del DÉFICIT PRESUPUESTARIO.  El problema crónico de las economías tercermundistas.  Los que poseen la gran masa del capital, NO PAGAN IMPUESTOS.
El grupo que se queda con el 70 u 80 por ciento del PIB, no contribuye.  De esa manera, todo el dinero que el estado necesita para funcionar, debe sacarlo de las costillas de los asalariados; de los que NO tienen influencia política alguna para evadir el pago de sus obligaciones.  Y como es imposible que a partir de sueldos bajos pueda salir el monto de los gastos del gobierno, este tiene que recurrir al endeudamiento (interior y exterior), que nos ubican en el borde de otro tipo de precipicio angustiante.  La DEUDA es el otro factor de crisis en el problema del PRESUPUESTO; y esta se da porque el administrador gasta más de los ingresos que percibe.  En un hogar, las familias se ajustan al presupuesto; no gastan más de lo que ganan porque si lo hacen, se endeudan, y todo el mundo sabe lo grave que es esto. Ahora bien, ¿por qué son bajos los ingresos?  Ya lo sabemos  ¿Y por qué se da este tipo de alcahuetería-delito?  Porque el gobierno está constituido por los miembros de la Oligarquía, LOS EVASORES DE IMPUESTOS.  Y si estos NO pagan, se produce el DÉFICIT FISCAL y las cuentas no alcanzan.  Un círculo mañoso sin final.   Así de sencillo pero a la vez, de complicado.  Es cuestión de política y componendas entre “los de arriba”; el pueblo solo lleva garrote y sin entender de qué trata la cuestión.  Sin embargo, siempre conserva su entusiasmo para cada campaña electorera, a ver “si gana” su partido y si cambian las cosas.  Así somos de ingenuos. 
La mala administración es la causa de todos los males que sufre la gente humilde.  Pero NO es una mala administración porque los gobernantes no tengan cabeza (algunos sí), sino más bien que todo obedece a un programa establecido y con el cual se comprometen todos aquellos que aspiran a la presidencia: Nada de impuestos a los amos.  Pueden hacer todas las “reformas fiscales” que quieran, pero siempre que estas caigan sobre los pelagatos.  Nada de incomodar a la Oligarquía.  Así que se trata de una “mala administración planificada”, de la cual solo hay un beneficiario: la clase poderosa.  Deuda y falta de pago son las causas del desequilibrio de todos los presupuestos en nuestros países.  Más gastos por la burocracia, pensiones millonarias, obras innecesarias e improductivas, politiquería permanente y, además, la falta de pago por parte de los ricos, dueños eternos del gobierno.  Ese es el esquema cajonero que prevalece.  Es la miseria y escasez planificada para ejercer el control político.
 Así, pues, el gasto desmedido y la falta de pago de impuestos por parte de los evasores, es la combinación letal que nos lleva a esa situación de economías semi-quebradas que, para subsistir, tienen que ENDEUDARSE cada día más.  Y un gobierno (país) insolvente, es una víctima propiciatoria para los acreedores nacionales y extranjeros, los cuales son como buitres que no tienen el menor interés en el salud de las finanzas públicas sino en hacer millones con los intereses, y en la subordinación política.  En estos casos, ellos toman las riendas de la administración nacional y son los que dicen qué, cuánto y dónde se debe gastar; son los que nos ordenan el recorte de los presupuestos de bien social y convierten a nuestros gobiernos en títeres, y hacen que la noción de soberanía no sea más que una broma de mal gusto.
            ¿Podemos esperar de los gobiernos el saneamiento del erario?  NO mientras estos se encuentren en las manos de la Oligarquía; NO mientras los partidos políticos controlen a las masas de votantes.  AHORRO y PAGO DE LOS IMPUESTOS son parte de la solución al subdesarrollo crónico que vivimos.  Con un presupuesto sano, habrá fondos para todo, en especial, para la EDUCACIÓN, base fundamental del crecimiento.    El no cumplimiento de estas condiciones, es el camino seguro hacia países en quiebra y enjaranados, lo cual se traduce en pobreza para las clases más vulnerables de la población.    De esta manera, queda claro que la responsabilidad total de la buena marcha del patrimonio, es un asunto de ADMINISTRACIÓN correcta, sensata, justa e igualitaria, situación que JAMÁS ocurrirá en la América Latina por voluntad exclusiva de los gobiernos.  No hay forma de cuadrar la ecuación si uno de los factores de ella es deficitario.  En una “Chispa” anterior se citó un dato que publicó la prensa, y en el cual se admite por parte del  Ministerio de Hacienda, que la evasión de impuestos en Costa Rica es de un monto del 70%.  Y eso, como es lógico, no lo llevan a cabo los trabajadores o los empleados públicos.  ¿Quiénes entonces?  Pues la clase capitalista, que cuenta con la complicidad del gobierno.                              (¿Les cantan el mismo bolero en sus países?)
             Evasivescamente                    
                                      Ricardo Izaguirre S.                   E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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martes, 22 de marzo de 2011

324 Tener un perro...

324   “LA CHISPA”   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

TENER UN PERRO…

            Tener un perro es una aventura emocional única.  Es atar con cadenas indestructibles una amistad que nos ha de durar “para toda la vida”.  Pero es mucho más que tener una fábrica de amor que nos mueve la cola aun cuando su ánimo, salud o condiciones no sean ideales.  Es una obligación ética que va mucho más allá de un antojo pasajero, el arrebato emocional que nos produce un adorable cachorro, una necesidad de vigilancia o la satisfacción de un estado emotivo pasajero.  Es cierto que un perro es un simple perro; pero cuando se convierte en “mi” perro, se ha sellado un compromiso que no se puede (no se debe) desechar bajo ninguna circunstancia, como si se tratara de una camisa vieja, de un muñeco o un par de zapatos inútiles. 
            Si abrimos la puerta de nuestra casa a un zaguate cualquiera, hemos aceptado y firmado un convenio moral que nos compromete con él, aunque tal pacto no esté registrado en documento alguno o que no esté tipificado en algún código.  Tener un perro es mucho más reconfortante que tener un amigo humano, pues su lealtad (lugar común) es algo que ni siquiera cuenta en nuestras reflexiones acerca de ellos.  Nuestro perro no discute, no nos contradice, no nos abruma con su parloteo y, sobre todo, no da OPINIONES QUE NADIE LE HA PEDIDO.  No nos quiere cambiar ni mejorar ni adaptar a su mundo, deseos o conveniencia.  Nos indica que tiene hambre, pero no nos exige que le demos de comer, y con gusto muere de inanición a nuestro lado sin abandonarnos, salvo en los instantes en que su instinto de supervivencia (el imperativo de la vida) le impulsa a buscar alimento en otro lado.  Él solo sabe que nos ama, auque nunca entandamos el porqué, pues en relaciones afectivas a nivel tan elevado, las explicaciones son innecesarias. 
            El perro jamás, bajo ninguna circunstancia, nos defrauda en su amistad; por eso, fallarle a la suya es un pecado en contra del Amor, el máximo delito que puede cometer un ser humano.  Por eso, el abandono en la calle o “irlos a perder”, es una canallada inaceptable, propia de gente desconsiderada e inconsciente.  Deshacernos de un perro tiene la misma implicación que hacerlo con un hijo.  No hay diferencia, por más que tratemos de minimizar nuestra relación con ellos y decir que “un perro es un perro”.  También “un hijo es un hijo”, que posiblemente nos quiera mucho menos que el perro.  Así que si por fuerza mayor (que casi nunca la consideramos con un hijo) tenemos que renunciar a él, debemos asegurarnos que tenga otro hogar en donde pueda encontrar la reciprocidad al cariño que siempre están dispuestos a dar.  O al menos, dejarlos en un refugio en donde cuente con lo mínimo. 
            ¿Se imaginan el dolor y desconcierto de un niño al que lleváramos a una carretera y le lanzáramos una pelota para que vaya a buscarla mientras nosotros huimos del lugar?  Así debe ser la pena que ellos experimentan cuando sus amos les hacen groserías parecidas.   Piensen en su dolor, angustia y confusión ante una jugada de esa clase que le ha hecho la persona que él más ama sobre la tierra.  Debe ser espantoso que después de “tener casa”, amigos y gente querida por la que con sumo placer hubiera dado la vida, verse desamparado en medio de la nada, en la soledad de una autopista, un potrero o un barrio desconocido.  Hay que tener un alma negra para hacerle eso a un amiguito de esos.
            Estos animales merecen, además de nuestro cariño, un montón de respeto y una conducta decente ante sus necesidades o el destino que escojamos para ellos.  Otra cosa: recuerden que un perro NO ES UN JUGUETE, que se les compra a los niños para que se diviertan, sino que es una oportunidad extraordinaria para enseñarles ciertas virtudes que luego aplicarán con sus familias y descendientes.  Tener un perro significa cuidar de él y su salud; de su alimentación y aseo.  ¿Y por qué no decirlo?  También de su “educación”, como si se tratara de un hijo más; pero teniendo presente que él tiene un límite natural del cual le es imposible pasar.  Debemos comprender que no se le puede exigir lo que a un ser humano.  Ese proceso, si es compartido y bien entendido por los padres, enseñará a los niños los principios básicos de la responsabilidad, el servicio y el cuidado por los demás.  La alimentación de un perro es una tarea que implica cariño, dedicación, preocupación y hábitos de aseo.  Y el niño que se entrena de esa manera con un perro, estará en capacidad de aplicar esos conocimientos con sus hermanos, padres y, al final, con sus propios hijos.  Tener un perro… implica responsabilidad, paciencia para educarlo cuando es cachorro, pero sobre todo, tolerancia y discernimiento que nos permita no exigirles conducta de personas.
            Y si llega a enfermarse o sufrir un accidente, la única solución NO ES “DORMIRLOS”.  Ese debe ser el último recurso, cuando ya no haya nada que hacer y comprendamos, honestamente, que solo le aguarda el sufrimiento innecesario.  No se trata de evitarnos molestias y evadir el compromiso fraternal, pues a nadie se le ocurre “dormir” a un hijo o a la mamá simplemente porque están enfermos o sufrieron un accidente.  Esa es la vía fácil que se da cuando en realidad no hemos entendido el compromiso que implica tomar bajo nuestra tutela a un ser viviente, para el cual hemos pasado a ocupar la posición de padre… o de dios.
            Tener un perro… es mucho más que un objeto sumiso de diversión; es un ser viviente, con afectos y personalidad que, como a los humanos, le da un rango distintivo que nos permite diferenciarlo de la multitud canina, e identificarlo como “mi perro”. Y a lo mejor ellos dicen en su lenguaje: “mi amo”, con sentido de propiedad.  Dicen los que creen en la Evolución del Espíritu, que en la próxima Dispensación los perros serán Hombres.  ¿Será cierto?  ¡Qué miedo!
            Perrescamente
                                   Ricardo Izaguirre S.
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lunes, 21 de marzo de 2011

910 El eterno problema tributario


910    “LA CHISPA     (13 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL ETERNO PROBLEMA TRIBUTARIO.
Para enfrentar la cuestión impositiva, lo primero que tenemos que hacer es crear una Oficina de Tributación Directa; pero NO como una simple dependencia del Ministerio de Hacienda, que obedece al Ejecutivo, con lo cual queda asegurada la injerencia política y la corruptela.  Esta oficina, con su legislación especial, debe ser absolutamente autónoma y con poderes plenipotenciarios para llevar a cabo todas las actividades que tengan que ver con la recolección de impuestos.  Debe tener presupuesto ilimitado y la facultad de intervenir libros de contabilidad de TODAS las empresas privadas y públicas (si venden servicios y tienen ganancias, como RECOPE, ICE, SNAA y otras).  Nada debe escapar al ojo y control de la OTD, y todo dinero que entre al Estado, debe hacerlo por esa vía única. Incluso debe tener la facultad de meter a la cárcel a aquellos que intenten el mínimo truco en contra de las finanzas públicas.  No debe tener limitaciones legales en la investigación de fraudes financieros en contra del Estado, y debe contar con legiones de funcionarios (abogados y contabilistas) capaces de investigar todo lo relacionado con el Fisco.  Debe ser INTOCABLE.
            Aunque la OTD será un órgano del gobierno, deberá ser operada por una EMPRESA CONTABLE EXTRANJERA, especializada y de prestigio mundial.  Preferiblemente norteamericana, sueca, alemana o suiza. Bajo supervisión nacional, pero con libertad irrestricta en sus funciones técnicas, de manera que NO HAYA intervención política alguna, de nadie.  Una especie de Santa Inquisición Fiscal contra la cual NADIE desearía enfrentarse desde el lado oscuro.  El castigo al fraude fiscal debe ser ATERRADOR.  Como el Internal Revenue Service de los Estados Unidos.  No se tratará de un “asesoramiento” sino de ejecución y control absoluto, hasta que dicha Institución haya adquirido la madurez, eficiencia y profesionalismo necesario.     Hasta que todos entiendan y respeten sus funciones.
            El Fisco es un lío endemoniado, pero NO irresoluble.  Sin embargo, aunque se puede poner a derecho el sistema impositivo, NUNCA será porque el Estado lo haga.  La corrupción en nuestro medio es pandémica y ha adquirido la condición de “tolerable”, de mal menor que podemos y debemos ver como un designio del Hado ante el cual no hay apelación.  Pero eso es lo que conviene a la Oligarquía que crea la gente.  Que es una enfermedad inherente e inevitable de la función pública.  Algo así como la “cera perdida” de los fundidores.  En eso consiste esta maniobra política: en convencernos de que tal carcoma es parte del proceso democrático; que es el peaje que tenemos que pagar para tener un gobierno que garantice la pachanga electoral; y con eso debemos darnos por satisfechos.  Que roben a placer, siempre y cuando nos aseguren  el carnaval de las votaciones y unos cuantos servicios mediocres, por cuya realización los gobernantes exigen reconocimiento y fanfarria, como si fuera un regalo que le hicieron al pueblo
            El gran comodín político es la cuestión de “La Reforma Fiscal”.  Ese recurso es cajonero cada vez que los gobiernos tocan fondo en sus malas administraciones.  Es cierto que hay factores externos que causan angustias económicas, pero la mayoría de los problemas que aquejan a los países latinos se deben a la ineptitud de los gobiernos, la indolencia del ciudadano y los abusos de las oligarquías; todos asuntos controlables si tuviéramos gobiernos que cumplieran con sus obligaciones; además, metas y propósitos comunes para toda la sociedad.  Pero el problema es que aquí cada uno jala para su saco.  Los políticos solo piensan en enriquecerse… o hacerse más ricos, si ya lo eran.  Las oligarquías lo mismo: evadir impuestos, hacer negocios tigre a la sombra del estado, el cual está constituido por “su gente” o sus serviles.  Y los pueblos solo de mirones callados e indolentes, como si el tanate no fuera con ellos.  Así que con esa trilogía, no parece haber esperanza alguna para las mayorías.  Y cuando hacen falta fondos para las funciones del Estado.  ¡Zas!  La ocurrencia salvadora: Reforma Fiscalo los préstamos.  
            Sin embargo, todos sabemos lo que eso significa: más cargas para la clase trabajadora.  Más pobreza y menos capacidad adquisitiva de los asalariados, lo que produce contracción de los mercados y más problemas.  Ese es el esquema eterno de las finanzas latinas.  Y el buey cojo de la carreta es el sector que no paga sus impuestos: la oligarquía.  Como esta cuenta con el encubrimiento del Gobierno, no hay esperanza alguna de mejoría mientras la Tributación Directa sea un juguete de los políticos. Entonces, ¿qué se puede hacer?  Crear los organismos de recaudación profesionales, que garanticen que cada ciudadano paga de acuerdo con sus entradas.  Algo tan simple y equitativo como eso.   Pero, ¿cómo realizar esto que va en contra de los intereses de los ricos?  Estos JAMÁS admitirán un cambio de ese tipo.  Y al gobierno que se le ocurra hacerlo, lo tumban de inmediato; y si no pueden, le echan encima toda la jauría capitalista continental, cuya madriguera mayor se encuentra en la Calle del Muro.  El problema tributario de la América Latina es IRRESOLUBLE mientras los gobiernos sean títeres de la clase adinerada, pues estas nunca permitirán ninguna ley que las haga pagar en proporción a sus ganancias.  Estas son el enemigo natural y mortífero de cualquier Reforma Fiscal Verdadera, y solamente un pueblo bien ORGANIZADO Y CONOCEDOR de la situación, puede corregir este vicio inveterado que se parapeta bajo el ala protectora del Estado.   Sin embargo, es necesario tener claro que no se trata de destruir al “sector productivo” sino de hacer justicia en el pago de los gravámenes; con eso bastaría para nivelar las finanzas y alcanzar un grado de bienestar general aceptable para todos.  Son los pueblos los que deben EXIGIR la creación de un sistema impositivo EFICIENTE Y JUSTO.  Existen muchos ejemplos de sociedades en donde esto funciona de manera casi óptima.  Además, abundan las empresas especialistas en crear programas adaptables a las diversas economías latinas; sin manipulación política y con un objetivo muy claro: que cada uno pague de acuerdo con sus ingresos.  Eso es todo.  Debe ser un pacto de común acuerdo de todos los sectores de la población; sin los privilegios ni el ventajismo de las Argollas.    
            Solo con un servicio de rentas independiente de influencias políticas, será posible que los presupuestos de nuestros países se nivelen.  Bajo la supervisión de autoridades nacionales, pero sin que estas tengan la capacidad de interferir en los procedimientos ni los resultados.  Tampoco de incurrir en favoritismos, excepciones o compadrazgos.  Para eso, la empresa que ganara la licitación, deberá contar con la garantía absoluta, de que su trabajo será respetado y respaldado por el gobierno. Solo así habría alguna esperanza de que la Tributación funcione como debe ser; como lo hace en Suecia o los Estados Unidos, en donde todo el mundo paga lo que debe.  Eso es democracia y equidad.  Si Bill Gates se gana mil millones y paga doscientos millones de tributo, eso crea riqueza y aceita la maquinaria capitalista. 
            La creación de este mecanismo NO DEBE ser motivo de inquietud para los ricos; lo que debería darles miedo es que el método idílico de explotación que han disfrutado por siglos, colapse.  Eso sí que sería grave para todos; pero pagar sus OBLIGACIONES con la comunidad que los ha enriquecido (muchas veces ilícitamente), no es más que cumplir con un deber comercial, como pagar la luz o el alquiler.  Estamos al borde del abismo, y ante el horizonte se ciernen grandes cambios que no podrán ser evitados mediante las tradicionales y ya gastadas fórmulas políticas del capitalismo explotador y sin compromiso alguno.  Recuerden que hasta los parásitos se preocupan por conservar la vida de sus huéspedes.
            Impuestescamente                                                                      (¿Cómo manosean esto en sus países?)
                                    RIS            E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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viernes, 18 de marzo de 2011

909 El comodín fiscal


909   “LA CHISPA      (14 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL COMODÍN FISCAL
            Este es el tema más espinoso que, políticamente, enfrenta a las sociedades latinoamericanas.  Y además, el que las divide en dos bandos irreconciliables sobre un problema que ha sido eternizado como uno de los grandes comodines políticos de nuestros tiempos: la cuestión de los impuestos.  Por un lado, la Oligarquía con todo su poder, siempre ama y señora de los gobiernos; con la fuerza omnímoda para fijar unilateralmente las reglas del juego, mejor dicho, de “su” juego.  La que abusa a su antojo, la que se enriquece bajo el alero del Estado, la que NO PAGA tributos y hace lo que le da la gana en materia financiera.   Y por el otro lado los pueblos, sin poder alguno, sin orientación (líderes), unión ni conocimientos de nada.  Pero sobre todo, con una abulia espantosa producto de generaciones y generaciones de desengaños, estafa, sufrimiento y pobreza; en síntesis, de DESESPERANZA.   Sabemos que la raíz de CASI todos los problemas de las mayorías, se originan en la supuesta falta de presupuesto para financiar los programas de bienestar social tales como educación, salud, vivienda, fuentes de trabajo, salarios justos etc.  Es decir, el PRESUPUESTO de la nación nunca alcanza para cubrir las demandas de servicios mínimos de la sociedad.  Ni siquiera para las obras de infraestructura necesarias para el desarrollo básico.  Solo hay plata para el “sector productivo”.  La Argolla.
            Es imposible la ecuación gastos = ingresos porque algo anda mal.  Esa es la causa de todos los males económicos, ya que el Estado invierte (gasta) más de lo que colecta.  Algo muy simple.  Pero ese es el punto que la clase de los poderosos NO QUIERE que la gente llegue a entender bien.  El presupuesto de la nación se crea (debería) con los impuestos directos e indirectos de TODOS.  Y luego, estos se reinvierten en todo tipo de servicios.  Entonces, ¿por qué NUNCA alcanza el presupuesto para cubrir las demandas básicas de la población?  Porque hay un sector de esta QUE NO PAGA SUS IMPUESTOS.  La clase que más gana, la que posee la totalidad de la riqueza nacional; la que hace billones en sus negocios, industria, banca y comercio NO PAGA.  Los que detentan el Poder de manera permanente, han creado todos los mecanismos necesarios (desde adentro) para facilitar la evasión y quedarse con todo el pastel.  Han inventado innumerables procedimientos “legales” para no contribuir, o para hacerlo en cantidades miserables.  Y desde la atalaya del Poder, TODOS SE CUBREN con el mismo manto de la desvergüenza e impunidad “legal”.  La Oligarquía es el buey renco de la carreta de la economía nacional.  Y así no funciona la cosa, no para todos.  Pero como es fácil de entender, este desequilibrio impositivo no se va a corregir NUNCA por disposición de los “gobiernos”.  Las Oligarquías JAMÁS renunciarán a un sistema de enriquecimiento tan fácil y jugoso, NEVER.
            El que intente hacer un cambio justo en este juego unilateral, es hombre muerto.  Será comunista, terrorista, chavista, fidelista, binladista, islamista o lo que sea, pero no tendrá la menor aceptación que pudiera perturbar el idílico mundo del que disfrutan las oligarquías de la América Latina.  El paraíso capitalista sin responsabilidad social alguna.  Ese es el problema básico de nuestras economías.  Los que más ganan NO PAGAN.  Y por otro lado, los que menos ingresos tienen, son aquellos sobre los cuales cae el látigo de la imposición inevitable.  Los que tienen que tirar de la carreta solos; además, con el peso muerto de la minoría privilegiada.  Y eso, estimados lectores, NO SE VA A CORREGIR con unas elecciones de tipo tradicional.  Quien cambie eso, NO VA A SALIR DE UN PARTIDO.  No nos engañemos creyendo que con la “democracia formal existe la menor posibilidad de variar este estado de cosas siempre favorable a los “de arriba”, pues es este sistema político el que ha permitido la creación de todos esos abusos que nos mantienen en las condiciones en que estamos.  Sin esperanza alguna.
            Voluntariamente, no es creíble que las Oligarquías renuncien a sus privilegios de manera gratuita; no es fácil abandonar un sistema que solo proporciona beneficios a cambio de ninguna obligación; sobre todo, cuando es una larga y consolidada tradición.  Sin embargo, los tiempos son indicadores de que tal situación NO SE PUEDE prolongar indefinidamente.  Los pueblos están hartos, y aunque no entiendan bien el sistema que los oprime, ni las técnicas de las que este se vale (partidos, elecciones, circo, distractores y jolgorio), ya están llegando a un punto de tope, como el de los pueblos árabes.   Por más propaganda adormecedora y programas escolares embrutecedores, la situación que vive nuestra gente, la obliga a abrir los ojos ante una realidad desagradable e injusta; sobre todo, cuando observan el boato en el que viven las clases poderosas.  Cuando ven cómo los políticos se hacen millonarios de la noche a la mañana al calor del Estado.  Cuando ven cómo estos hacen festín con el erario, otorgándose salarios, beneficios y regalías que van más allá de la imaginación.   Además, cuando se enteran de que, adicional a todas las ventajas que tienen para enriquecerse, EVADEN LOS IMPUESTOS que todos los demás tenemos que pagar obligatoriamente. El 70% del Presupuesto Nacional de Costa Rica, está en los bolsillos de los evasores.  Y así no funciona la vara.
            Esta parece ser la última parada.  O cambian las cosas hacia una forma de mayor justicia social de manera pacífica y ordenada (“democrática”), o lo harán los pueblos de manera dolorosa y con consecuencias trágicas que bien podrían evitarse.   NO PODEMOS SEGUIR EN LO MISMO.  No solo no es ético, justo o correcto, sino que es aburridor.  Es una rutina de abusos, robos, desfalcos y corrupción a granel que ya nos tiene hasta el gorro. Talvez ya estemos viviendo la generación de los “impasibles”, ciudadanos a los que nada les importa, pues son el producto de una época negra y sin moral; aquellos que desde diversos estratos de la sociedad, tutelan la conducta de sus gobernantes y consideran que “es un chiste la desvergüenza”, como dice el tango.  Los que creen que el partido es su guía espiritual, y que lo que dicen sus líderes es el catecismo cívico por el cual deben regir sus vidas.  Pero estamos seguros de que todavía hay muchos Hombres Verticales que se encargarán de pedir cuentas a los abusadores cuando llegue el momento.  Señores de la Oligarquía: no dejen pasar la oportunidad de hacer una justicia histórica que les están debiendo a sus pueblos desde la Colonia. 
            RIS           E-mail: rhizaguirre@gmail.com                   (¿Cómo funciona esto en sus países?)
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jueves, 17 de marzo de 2011

908 ¿Cómo debería ser el Fisco?


908    “LA CHISPA          (13 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿CÓMO DEBERÍA SER EL FISCO?
            Es una vergüenza que sean los mismos funcionarios del Ministerio de Hacienda los que admitan que hay evasión de impuestos.  Y si saben el monto (MÁS DEL SETENTA POR CIENTO), ¿cómo es que nadie se atreve a detener semejante fraude?  ¿Cómo es que no hay un Ministro de Hacienda, Presidente de la República, Asamblea, Corte Suprema, Sala Cuarta o quién sea, que detenga tal ROBO AL ERARIO?  Si el gobierno puede cuantificar el monto de la evasión, ES SEGURO QUE SABE QUIÉNES SON LOS AUTORES de esta.   Así, pues, ¿por qué no los meten a la cárcel como los ladrones que son?  Si yo tuviera la forma de no pagar mis impuestos (no puedo hacerlo porque soy pensionado y recibo mi giro ya esquilmado), es seguro que sería multado y hasta encarcelado.  Entonces ¿por qué decenas de empresas son disculpadas de sus obligaciones monetarias con el Fisco?  ¿Por qué hay numerosas transnacionales que se escudan detrás del nombre de “COOPERATIVAS” para evadir impuestos que deberían reembolsar a la sociedad que las ha hecho archimillonarias?  El Estado CONOCE BIEN esta situación, cuáles son esas empresas fraudulentas y quiénes son sus dueños y, sin embargo “se hace el chancho” porque todos son miembros de los partidos políticos y amigotes de los gobernantes; o bien, son los mismos gobernantes, ministros, diputados o “contribuyentes” a la campaña pasada y próxima.  En síntesis: miembros de la OLIGARQUÍA, zorros del mismo piñal.
            Este es un timo tolerado por el Régimen.   Pero como hemos llegado a un estado de desvergüenza total, a nadie parece importarle nada.  ¡Pero, un momento!  Es comprensible que la gente del Gobierno calle ante semejante rapacería, porque ellos son parte de la Oligarquía o sirvientes de esta; nombrados en esos puestos para que faciliten las operaciones de aquella sin ningún contratiempo, y menos, que tengan esa “molestia” de pagar impuestos.  Pero que el PUEBLO NO DIGA NADA, es indignante.  Que todo el mundo lea en los diarios ese atraco que puede ascender a centenares de miles de millones y que no haya respuesta alguna, es algo incomprensible.  ¿Hasta dónde ha llegado la domesticación de la que habló don Pepe?  ¿Cómo es que a NADIE le importa que un grupo de ciudadanos esté estafando al erario de manera impune?  Parece que la indolencia cívica del pueblo, corre paralela a la desvergüenza de la OLIGARQUÍA.  La publicación de esos datos de Hacienda, es la confesión de complicidad y tolerancia que hace el Estado con esas empresas evasoras de sus obligaciones impositivas.  ¿Por qué el gobierno “se da el lujo” de publicar el delito, de admitirlo y darnos un estimado del monto del fraude y, a la vez, declararse incompetente para lograr una solución?  Con el dinero que se recaudaría con un buen sistema fiscal, podríamos contratar al mejor equipo del mundo para que viniera a poner orden.  Al Fisco de USA (IRS), con el que NADIE se atreve a jugar.  Ni siquiera a la mujer de un expresidente, la actual Secretaria de Estado Hillary Clinton, a quien tuvieron al borde de la cárcel. 
            La ingenua (¿¿¿???) confesión del Estado, parece una proclama de rendición ante un acto de Dios, de una tragedia irremediable, de un sunami o terremoto que está por encima de la voluntad de los hombres.  Es una especie de resignación ante lo inevitable.  ¿Cómo es que hemos llegado a esto?  A ver el fraude en contra de las finanzas públicas como algo natural y cotidiano; como un robo institucionalizado que a nadie le importa un chayote.  ¿Cómo es que ese ministerio declara ante toda la nación, un hurto de proporciones colosales y nadie hace ni dice nada?  Lo que ha hecho el Estado es una declaración de complicidad con los evasores, puesto que si sabe cuál es el monto de lo evadido, es seguro que sabe quiénes son los delincuentes; sin embargo, no hace nada al respecto.  NADA, aparte de una declaración de impotencia.
            ¿Cómo debería ser el Fisco en Costa Rica?  Dado que la carcoma de la corrupción ha alcanzado todos los estamentos públicos, NO HAY un solo departamento confiable que pueda considerarse ajeno a la manipulación política y posibilidad de fraude: TSE, Sala Cuarta, Corte, Asamblea etc., todos están bajo sospecha.  Y más aún, aquellos que, como el Ministerio de Hacienda, están sometidos a la orden directa del Ejecutivo.  Entonces, el problema va más allá de las medidas cosméticas que se pudieran tomar, ya que los evasores son los que en forma directa o indirecta, ejercen el control de las acciones de la Tributación.  Todo es manipulado por la misma gente: los oligarcas gobernantes y los funcionarios serviles de la Oligarquía.  El pueblo NO puede esperar reforma alguna que le beneficie, salvo aquella que sirva para trasladar todas las cargas al ciudadano común, A LOS QUE NO TENEMOS ESCAPE.   La clase poderosa, que controla al Gobierno, JAMÁS permitirá un cambio que pueda afectar sus bolsillos.  Por lo tanto, la población NO DEBE esperar nada justo del aparato político, pues este solo está al servicio de los ricos.   Se persigue con saña a los vendedores ambulantes, pero NO se hace nada para que los que más ganan tributen de acuerdo con sus ingresos.  Las autoridades SABEN MUY BIEN quiénes son y cuánto evaden, pero no toman medida alguna para que estos delincuentes de cuello blanco se ajusten a la ley.  ¿Por qué?  Todos sabemos la respuesta. 
            El Fisco o Tributación debe ser un organismo autónomo y apolítico, en el que NADIE TENGA INJERENCIA.  Nadie salvo el cuerpo técnico que tenga a su cargo su funcionamiento en el grado máximo de eficiencia, justicia, practicidad y rapidez.  Algo así como el Internal Revenue Service (IRS) de los Estados Unidos; o como tantos otros servicios de recolección de impuestos que funcionan en Europa, países en donde cualquier cosa es posible, MENOS EVADIR LOS IMPUESTOS.    ¿Por qué no podemos contratar a una empresa recaudadora que lo haga por nosotros?  Si el Estado es tan “ineficiente” (¿¿??) y se da el lujo de perder centenares de miles de millones, es seguro que una empresa de esa clase, aun cuando se quedara con el diez o quince por ciento de lo recaudado, haría que las rentas de la nación llegaran a niveles astronómicos.  Pero eso NUNCA se va a dar, pues en realidad NO se trata de ineficiencia recaudatoria sino de complicidad en un fraude gigantesco cuyos beneficios van a parar a los buchaca de la misma gente.  En la próxima “Chispa” veremos cómo es posible organizar un sistema de recaudación eficiente y sin interferencias políticas.
            RIS          E-mail: rhizaguirre@gmail.com               (¿Cómo manejan este tamal en sus países?)
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miércoles, 16 de marzo de 2011

906 ¿Qué son los sueños?


906   “LA CHISPA             (11 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿QUÉ SON LOS SUEÑOS?                  (Notita dominical)
            Esta materia nos apasiona y siempre estamos dispuestos a invertir en ella buena parte de nuestras ilusiones y fantasías, con tal de tener una vislumbre de ese mundo al que asignamos todas las maravillas imaginables, incluso una conexión celestial.  Muchos se creen con dones especiales y la capacidad de averiguar cosas del futuro (la gran obsesión) mediante la interpretación de los sueños, pero este campo sigue siendo un misterio absoluto del que no existe prueba científica alguna; solo la infinidad de “experiencias personales”.  Además, el respaldo de las religiones y sus inventos clientelistas.  Pero ¿qué son los sueños?  ¿Una realidad paralela a la de la vigilia, pero a la cual no tenemos acceso voluntario?   ¿Un lenguaje del inconsciente?  ¿Una puerta de comunicación con los mundos sutiles?  A pesar de toda la magia y el colorido con el que pretendemos cubrirlos, estos solo parecen ser una actividad autónoma y adicional del cerebro. Una cuestión neuro-química.  Una repetición de sucesos que han despertado temores en nuestra mente, y que no han sido ordenados para su estudio.  ¿Son el producto de preocupaciones?  Otros solo son el resultado de indigestiones; intoxicación por comidas de difícil procesamiento, que producen sustancias irritantes para el cerebro.  Los ocultistas dicen que esos son la mayoría, pero que hay algunos, los que se producen en las horas de la madrugada, que pueden ser de carácter premonitorio.  Pero, ¿cuál es el patrón para identificarlos o interpretar su contenido? 
            Este asunto es complejo y variable.  Hay quienes dicen que los sueños son las experiencias de la consciencia en sus migraciones nocturnas cuando utiliza el cuerpo astral.  Pero la mayoría son confusos, volátiles y casi nunca coinciden con nada de lo que sucede en la vida real.  Sin cuentos y sin exageraciones para darnos importancia, desde luego.  Además, casi nunca los recordamos; sabemos que soñamos un montón de disparates, pero no sabemos qué.  Así que son de muy poca ayuda para resolver aquello que tanto nos preocupa: conocer el futuro… o los números de la Lotería.  Esta experiencia repetitiva de los seres humanos, hizo que las religiones se valieran de este fenómeno para crear toda una mitología al respecto, la cual fue diestramente intercalada en sus respectivas liturgias para darles validez a sus patrañas.  Como las confesiones promueven esos arrebatos emocionales y fantasiosos, los sueños encontraron en ellas un terreno feraz.  El ejemplo clásico es la Biblia y los cuentos de José, el “soñador” por excelencia.  Y como el tema es intrigante y justificativo, decidieron engarzarlo oficialmente en sus creencias para sacarle provecho económico, social y político. 
Esta práctica empezó en Grecia, con los oráculos.  Fueron célebres los de Dodoma y Delos.  También el de Ammón en Egipto.  Estos llegaron a un grado de complejidad impresionante, y aunque nunca adivinaron nada, todos los escuchas eran cómplices de los galimatías que hacían las pitonisas y se daban por satisfechos con sus predicciones.   De allí tomaron la fórmula los rabinos e incorporaron esa técnica en su enredada, ilógica y hepática religión.  De Tiresias y Edipo sacaron a su José y otros adivinos y adivinas que metieron en sus cuentos.  José se convirtió en la máxima autoridad en este campo, y como la bibliomanía prevalece en el “racional” occidente, los sueños y su interpretación han adquirido  cierto grado de “veracidad” en nuestras sociedades.  Las aventuras oníricas de José son Historia para los creyentes, y de ahí se deriva el arraigo del que gozan entre la gente.  Nadie tiene pruebas, pero todos “creen” en las visiones, y suponen que algo significan.  Cualquier indigestión la interpretan como un mensaje del cielo, del más allá o de los ángeles.  Y así ha crecido una industria millonaria que ha hecho ricos a infinidad de vivos que medran de la estulticia humana.  Y todo este fraude cuenta con el “apoyo histórico” de la Biblia y José, la síntesis judía de las sibilas.
            Analicemos: sabemos que el cuerpo ve con los ojos.  También creemos que “algo” de nosotros sale de nuestro cuerpo cuando soñamos, y todos sabemos que ese algo tiene la capacidad de VER.  Entonces, podemos deducir que ese cuerpo astral o lo que sea, tiene su propio sentido de la vista independiente de los ojos físicos que quedaron en el cuerpo dormido.  Hasta ahí vamos bien.  Pero entonces, si la consciencia en su vehículo astral tiene su propia forma de visión ¿por qué los CIEGOS NO VEN en sus sueños?  Tal realidad desvirtúa la teoría de que hay “otra cosa” en nosotros: un ente que tiene su propia visión y es capaz de movilizarse con independencia del cuerpo físico (cerebro).  Entonces ¿son los sueños solo un ejercicio cerebral, producto de comidas pesadas?  ¿Una cadena de recuerdos de cosas, lugares y situaciones familiares?   Vean que solo los ciegos que han perdido la vista recientemente, pueden “ver” en sus sueños; es decir, solo los que tienen recuerdos de su vida de videntes, los cuales se encuentran almacenados en el cerebro.  Los que nunca han visto (ciegos de nacimiento), tampoco lo hacen dormidos.  ¿No es esto muy extraño?  Se supone que en ese estado vemos “con los ojos del alma”, y de ser así, ¿por qué los ciegos siguen siéndolo cuando sueñan?
            Con el aval de las religiones derivadas de la Biblia, esta materia ha adquirido una fuerza increíble en las personas; todos, en mayor o menor grado, somos algo supersticiosos en relación con los sueños.  Y aunque digamos ser escépticos, no renunciamos a dejar un campito abierto a la fantasía, aunque solo sea “por si las moscas”.  Como vicioso confeso de la Lotería, debo decir que he tenido más de un billón de fantasías con ella; y supongo que casi todos participamos de esta locura colectiva de “Hacernos millonarios de la noche al día”.  Y es probable que como yo, nunca se hayan sacado nada.  Todas nuestras quimeras solo son claras después de que jugó la lotería.  “Mirá, si allí estaba.  ¿Cómo putas no lo compré?  En el sueño yo vi a la mujer que me ofrecía el billete con el número”.   Y así hasta el infinito.  ¿Les suena conocido?
            Sin embargo, pese a la abrumadora prueba de su insustancialidad, casi todos seguimos empeñados en creer que “algo debe haber”, y que esta facultad de nuestro cerebro o alma, es una especie de portal hacia un mundo maravilloso; pero que, como carecemos de las claves necesarias, o del don que recibió Tiresias, no estamos en capacidad de reconocer los mensajes que por esa vía nos llegan desde los mundos superiores.  Si ustedes han tenido una “experiencia real”, me encantaría que me la comunicaran para que disfrutemos todos.  Yo soy un iluso frustrado, pues ninguna de mis visiones, en toda mi larga vida, me ha dado ningún “tip” que pueda considerar como una clara premonición, un aviso o un volado para pegar el gordo. 
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905 Gobernantes y políticos


905    “LA CHISPA     (7 marzo 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
GOBERNANTES Y POLÍTICOS
            En la antigüedad los reyes eran guerreros, y casi todo lo resolvían mediante alianzas de conveniencia… o por las armas, si era del caso.  De esa forma, los que tenían el Poder por derecho divino, eran hombres de honor, palabra y acción, en suma: eran guerreros que, en el ejercicio de su cargo, arriesgaban su sangre y su vida.  Eran guías ejemplares de los que sus súbditos siempre se sentían orgullosos.  De esa manera, luchar a su lado o morir por ellos, era considerado honroso en grado sumo.  Era aquella estirpe de varones cuya dignidad llenaba todas las expectativas de sus conciudadanos, tuvieran la razón o no.  Había identificación espiritual entre estos reyes y sus conciudadanos.  Y en esas sociedades cada uno reconocía su lugar, y ningún patas vueltas tenía la pretensión de convertirse en aristócrata en virtud de torcidas maniobras políticas.  Los gobernantes eran una casta especial de inicial elección divina, que luego se convertía en hereditaria; pero para ser reyes en ejercicio, tenían que demostrar su capacidad y talento en sus acciones como líderes y como guerreros.  No había idiotas ni pusilánimes que duraran más de un día con la corona.
            Sin embargo, la astucia es una fuerza, un poder maligno que ha sido desarrollado por los espíritus mediocres a través de incontables edades, y estos fueron los que empezaron a maniobrar en el campo político; detrás de los reyes.  Susurrándoles, engatusándolos, adulándolos; riéndoles sus errores y fomentándoles sus debilidades, y pasándoles la brocha.  Así nació la raza de los políticos: que con pocas excepciones, está formada de gente que carece de las virtudes reales para ser gobernantes de verdad.  Sin embargo, dentro de esa clase hay una gradación que va desde el politicastro servil y barato, hasta los políticos competentes.  Los primeros suelen ser cobardes, individuos arrastrados sin honor y sin palabra; mentirosos compulsivos e incapaces de mantener una posición vertical; tipos con bisagra en la espalda y dispuestos a doblarla ante quien sea con tal de seguir “trepando”.  Son adulones enfermizos que, en lugar de caminar, reptan.   Son la rama humanoide del género de las cotorráceas.  Y como la astucia se parece mucho a la inteligencia, suelen darnos la impresión de que son personas ilustres y de gran talento.  Por desgracia, estos son los que dominan el panorama público en la América Latina. 
            Los reyes se arriesgaban, los políticos pactan y “hacen arreglos”.  Los reyes iban al campo de batalla, los políticos envían a los tontos a hacer sus guerras.  Los reyes eran patriotas, los políticos patrioteros que viven de la fanfarria y es esfuerzo real de los demás.  Los monarcas tenían valor, honor y lealtad; los políticos tienen astucia y capacidad de mentir y negociar.  Los políticos empezaron como consejeros, y así fueron creando la telaraña de su poder, cuando la marejada de la mediocridad empezó a cubrir a los monarcas de la antigüedad, y estos descendieron a niveles de inferior calidad y necesitaron de las alianzas con los políticos.  Cuando los reyes empezaron a debilitarse, fueron dando paso a esta casta de oportunistas que, sin correr demasiados riesgos, se fueron apoderando de los hilos del Poder; y así nació la plaga que hoy es el tormento de la mayoría de sociedades en el mundo, en especial, de los latinos.
            La astucia es el sello distintivo de los políticos, y de casi todas las personas de condición mediocre.  Es una capacidad de supervivencia que se desarrolla en los estratos bajos de la consciencia.  Por el contrario, la INTELIGENCIA, sello distintivo de los hombres de clase, es una potencia del espíritu que indica una condición evolutiva superior.  Y ese don NO abunda en el mundo de la política, en donde la astucia campea a su gusto y placer; en donde los políticos maniobran, sobornan, compras votos, dan puestos a los vendidos, nombran embajadores a los serviles y traidores.  Presionan y amenazan a los otros poderes de la República; enajenan la Patria y hacen toda clase de sinvergüenzadas para continuar mamando de las tetas del Estado.  Son estos los que no tienen empacho alguno en entregar el patrimonio nacional a cambio de jugosas sumas en sus cuentas bancarias.  O inversiones en sus negocios particulares.  Nuestros mundos politiqueros están llenos de astutos aprovechados con aires mesiánico y complejo papal. 
Distinguir la astucia de la inteligencia es una difícil tarea que solo puede ser enfrentada con mucho cuidado, observación y análisis; además, confiando bastante en la intuición.  Esa es la tarea básica que debemos enfrentar todos los ciudadanos deseosos de sanear la Administración Pública.  Sin embargo, cuando un político es viejo en esos menesteres, es seguro que ha dejado una honda huella de sus andanzas y, es entonces, cuando podemos aplicar el principio cristiano de: “Por sus frutos los conoceréis”.   Y aunque esto es bueno, suele ser tardío.  Porque ¿de qué nos sirve enterarnos de lo que robó fulano o zutano cuando ya lo hizo?  ¿De qué nos sirve conocer todos los chanchullos que tal presidente hizo en su mandato anterior si estamos dispuestos a reelegirlo; o bien, a sus protegidos o hermanos?   La experiencia parece ser algo que de NADA nos sirve a los latinos, pues somos como esos insectos que nunca aprenden nada nuevo, de nada ni de nadie. 
            El carnaval politiquero nos obnubila por completo y perdemos toda capacidad de establecer juicios adecuados sobre esa turba de oportunistas.  Seguimos pensando que ellos nos van a resolver el problema del eterno subdesarrollo en el que vivimos, sin entender que solo nosotros podemos hacerlo, porque solo nosotros somos los causantes de nuestra situación.  Cuando depositamos nuestra confianza en esa gente y les otorgamos un cheque en blanco para que hagan lo que les dé la gana, nos estamos poniendo en mecate en el pescuezo.  Y no lo entendemos; queremos creer en soluciones mágicas y, con total irresponsabilidad, entregamos nuestros intereses en manos de bandidos que no tienen la menor intención de resolver nuestras angustias.  Ahora que Wikileaks les ha pelado el fondillo a muchos gobernantes, ha quedado bien claro, incluso para los más fanáticos y estúpidos, la forma miserable cómo fueron manipulados: como borregos; y solo para el beneficio de una minoría que siempre ha sido la dueña de todo.
            Ya es hora de que los latinos tomemos decisiones como pueblos, por y para el servicio de los pueblos y no solo de las camarillas (oligarquías) de siempre.  El mundo árabe nos ha dado el ejemplo de la fuerza terrible e incontrastable que tienen las sociedades cuando se hartan del abuso de los malos gobernantes y políticos.  Ni las Constituciones amañadas y de conveniencia de grupos, ni los códigos “legales” dictados por los ricos, ni los ejércitos ni nada, son capaces de frenar a pueblos que han llegado al tope de su paciencia y capacidad de tolerar ineptos y ladrones en el poder.  No puede ser que, nadando en la riqueza, seamos tan pobres y atrasados.      
            Es hora de que hagamos algo, lo que sea, pero algo más que la simple indolencia que hemos manifestado durante los últimos CINCO SIGLOS.                     (¿Cómo ven este asunto en sus países?  ¿Con la misma pasividad?)
            Fraternalmente
                                     RIS                   E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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