martes, 22 de marzo de 2011

324 Tener un perro...

324   “LA CHISPA”   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

TENER UN PERRO…

            Tener un perro es una aventura emocional única.  Es atar con cadenas indestructibles una amistad que nos ha de durar “para toda la vida”.  Pero es mucho más que tener una fábrica de amor que nos mueve la cola aun cuando su ánimo, salud o condiciones no sean ideales.  Es una obligación ética que va mucho más allá de un antojo pasajero, el arrebato emocional que nos produce un adorable cachorro, una necesidad de vigilancia o la satisfacción de un estado emotivo pasajero.  Es cierto que un perro es un simple perro; pero cuando se convierte en “mi” perro, se ha sellado un compromiso que no se puede (no se debe) desechar bajo ninguna circunstancia, como si se tratara de una camisa vieja, de un muñeco o un par de zapatos inútiles. 
            Si abrimos la puerta de nuestra casa a un zaguate cualquiera, hemos aceptado y firmado un convenio moral que nos compromete con él, aunque tal pacto no esté registrado en documento alguno o que no esté tipificado en algún código.  Tener un perro es mucho más reconfortante que tener un amigo humano, pues su lealtad (lugar común) es algo que ni siquiera cuenta en nuestras reflexiones acerca de ellos.  Nuestro perro no discute, no nos contradice, no nos abruma con su parloteo y, sobre todo, no da OPINIONES QUE NADIE LE HA PEDIDO.  No nos quiere cambiar ni mejorar ni adaptar a su mundo, deseos o conveniencia.  Nos indica que tiene hambre, pero no nos exige que le demos de comer, y con gusto muere de inanición a nuestro lado sin abandonarnos, salvo en los instantes en que su instinto de supervivencia (el imperativo de la vida) le impulsa a buscar alimento en otro lado.  Él solo sabe que nos ama, auque nunca entandamos el porqué, pues en relaciones afectivas a nivel tan elevado, las explicaciones son innecesarias. 
            El perro jamás, bajo ninguna circunstancia, nos defrauda en su amistad; por eso, fallarle a la suya es un pecado en contra del Amor, el máximo delito que puede cometer un ser humano.  Por eso, el abandono en la calle o “irlos a perder”, es una canallada inaceptable, propia de gente desconsiderada e inconsciente.  Deshacernos de un perro tiene la misma implicación que hacerlo con un hijo.  No hay diferencia, por más que tratemos de minimizar nuestra relación con ellos y decir que “un perro es un perro”.  También “un hijo es un hijo”, que posiblemente nos quiera mucho menos que el perro.  Así que si por fuerza mayor (que casi nunca la consideramos con un hijo) tenemos que renunciar a él, debemos asegurarnos que tenga otro hogar en donde pueda encontrar la reciprocidad al cariño que siempre están dispuestos a dar.  O al menos, dejarlos en un refugio en donde cuente con lo mínimo. 
            ¿Se imaginan el dolor y desconcierto de un niño al que lleváramos a una carretera y le lanzáramos una pelota para que vaya a buscarla mientras nosotros huimos del lugar?  Así debe ser la pena que ellos experimentan cuando sus amos les hacen groserías parecidas.   Piensen en su dolor, angustia y confusión ante una jugada de esa clase que le ha hecho la persona que él más ama sobre la tierra.  Debe ser espantoso que después de “tener casa”, amigos y gente querida por la que con sumo placer hubiera dado la vida, verse desamparado en medio de la nada, en la soledad de una autopista, un potrero o un barrio desconocido.  Hay que tener un alma negra para hacerle eso a un amiguito de esos.
            Estos animales merecen, además de nuestro cariño, un montón de respeto y una conducta decente ante sus necesidades o el destino que escojamos para ellos.  Otra cosa: recuerden que un perro NO ES UN JUGUETE, que se les compra a los niños para que se diviertan, sino que es una oportunidad extraordinaria para enseñarles ciertas virtudes que luego aplicarán con sus familias y descendientes.  Tener un perro significa cuidar de él y su salud; de su alimentación y aseo.  ¿Y por qué no decirlo?  También de su “educación”, como si se tratara de un hijo más; pero teniendo presente que él tiene un límite natural del cual le es imposible pasar.  Debemos comprender que no se le puede exigir lo que a un ser humano.  Ese proceso, si es compartido y bien entendido por los padres, enseñará a los niños los principios básicos de la responsabilidad, el servicio y el cuidado por los demás.  La alimentación de un perro es una tarea que implica cariño, dedicación, preocupación y hábitos de aseo.  Y el niño que se entrena de esa manera con un perro, estará en capacidad de aplicar esos conocimientos con sus hermanos, padres y, al final, con sus propios hijos.  Tener un perro… implica responsabilidad, paciencia para educarlo cuando es cachorro, pero sobre todo, tolerancia y discernimiento que nos permita no exigirles conducta de personas.
            Y si llega a enfermarse o sufrir un accidente, la única solución NO ES “DORMIRLOS”.  Ese debe ser el último recurso, cuando ya no haya nada que hacer y comprendamos, honestamente, que solo le aguarda el sufrimiento innecesario.  No se trata de evitarnos molestias y evadir el compromiso fraternal, pues a nadie se le ocurre “dormir” a un hijo o a la mamá simplemente porque están enfermos o sufrieron un accidente.  Esa es la vía fácil que se da cuando en realidad no hemos entendido el compromiso que implica tomar bajo nuestra tutela a un ser viviente, para el cual hemos pasado a ocupar la posición de padre… o de dios.
            Tener un perro… es mucho más que un objeto sumiso de diversión; es un ser viviente, con afectos y personalidad que, como a los humanos, le da un rango distintivo que nos permite diferenciarlo de la multitud canina, e identificarlo como “mi perro”. Y a lo mejor ellos dicen en su lenguaje: “mi amo”, con sentido de propiedad.  Dicen los que creen en la Evolución del Espíritu, que en la próxima Dispensación los perros serán Hombres.  ¿Será cierto?  ¡Qué miedo!
            Perrescamente
                                   Ricardo Izaguirre S.
E-mail:                        rhizaguirre@gmail.com/
Blogs:      La Chispa       http://lachispa2010.blogspot.com/    con link a        Librería en Red.
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