1045 “LA CHISPA”
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOTERÍA
NACIONAL: NEGOCIO BAJO SOSPECHA
Lo primero que debemos rechazar en el análisis de este
problema es el asunto “patriotero”, sentimentaloide, cursi y conducente a la
sumisión a los “altos ideales” de la sacrosanta Lotería Nacional, la
benemérita institución nacida para “hacer el bien”. No nos dejemos llevar por los cuentos, y
veamos el asunto como lo que es: UN
NEGOCIO REDONDO mediante el cual esta empresa succiona a los bolsillos de
los ciudadanos, CIENTOS DE MILES DE
MILLONES cada año. Mediante
cinco, seis o más juegos alucinantes y sin control alguno, esta EMPRESA se chupa millones de colones de
los ilusos viciosos que creemos en el lema de “Hágase millonario de la noche al día”. ¿Que nadie nos obliga a jugar? Es cierto que nadie lo hace a punta de
pistola, pero existen mil maneras sutiles y no menos eficaces que nos inclinan
a los vicios de cualquier naturaleza. Y
la simple posibilidad de salir de enredos financieros mediante un golpe de
suerte de la lotería, es una idea que nos vuelve locos a todos. Somos prisioneros de nuestra propia angurria,
y la Lotería se aprovecha de esa debilidad humana. Recuerden que nadie “obliga” a los
borrachitos a ingerir licor. No en forma
directa ni forzada; pero existen
mecanismos sicológicos y sociales muy eficientes para eso. Subliminales, les
dicen. Y nadie aparece como responsable
de tal maniobra, pues tal tipo de compulsión ha alcanzado niveles de eficiencia
tal, que sus promotores se tornan invisibles e indetectables. También le llaman Mercadotecnia. La misma que nos inclina a comer todo tipo de
comida chatarra.
El vicioso de la Lotería es una especie de enfermo que
llega a gastarse grandes sumas de su salario, que le causan enormes daños a la
economía familiar; eso sin contar que las amas de casa también desvían parte de
esos ya mermados recursos para jugarse sus pedacitos. De esta manera, el daño que la Lotería les causa a las familias es MUCHO MAYOR que los
beneficios que algún sector de la sociedad pudiera recibir por las limosnas que
esta empresa dice que entrega a diversas instituciones.
Por favor, no se deje atrapar por el lirismo y la
verborrea de los funcionarios de esa empresa
y analice los datos; más aún: exija un informe certificado por la Contraloría
General de la República acerca de cómo y en qué cantidad se distribuyen las
desproporcionadas ganancias de esta EMPRESA. Y decimos desproporcionadas porque así es la
relación entre los ingresos y la cantidad de dinero que se distribuye en
premios.
De
“LA CHISPA” # 331: “En el estado de Nevada (USA), cuna mundial
de los juegos de azar, las empresas que hacen juegos, rifas o lo que sea, están
obligados por ley, a repartir entre los jugadores el SETENTA Y CINCO POR CIENTO (75%) de lo recaudado. Del 25% restante salen sus ganancias de los
organizadores y las del tío Sam. En el
país de la libre empresa, la Ley no desampara al ciudadano y fija
los porcentajes de beneficio para los jugadores; no lo hacen los casinos ni las
loterías”.
¿Y
cuánto se da en Costa Rica a los viciosos que hacemos el botín de la
Junta? Veamos el sorteo del 30 de noviembre del 2014.
Se sacaron a la venta 928 series y la Benemérita se
reserva 72 de ellas. ¿Por qué? ¿Para qué?
Eso es algo que amerita una explicación a los clientes de ese NEGOCIO. ¿Por qué esas 72 series de reserva? Además, hay otra anomalía que se debe
explicar a los consumidores: la excepción de esas 18 series que no son dobles
(178-179-231-232-233-234-235-236-237-238-295-596-597-598-599-607-609 y
689). ¿Por qué?
Veamos el asunto de los premios, cuyo número (95) no
parece tener ningún objetivo más que el de DAR
LA IMPRESIÓN de que en esa multitud de premios se reparte una gran cantidad
de dinero, cuando en realidad eso no constituye más que una burla descarada a
los jugadores de lotería. ¿Se imaginan
ustedes lo terriblemente difícil que es “pegar” la serie y número de un entero
para ganarse miserables 400 mil colones?
Es para morirse de la rabia. Se
dan 60 premios de 400 mil, 20 de 500 mil y 12 de un millón, los que suman la
cifra de 46 millones de colones, los cuales, todos juntos, no alcanzan ni para
comprarse una casa de regular calidad; talvez un tugurio. Como se ha dicho otras veces, un premio de
esos no da ni siquiera para una buena borrachera. Tal cosa, dada la dificultad de acertar los
cinco números, es UNA BURLA SANGRIENTA
al jugador.
Luego vienen los tres premios mayores: Uno de 140 millones,
otro de 26 millones y el tercero de 11 millones, para un total parcial de 177
millones que, sumados a la “mostacilla”, nos dan un gran total de 223
millones. Pero resulta que se vendieron
928 series de cien números, lo que hace 92.800 billetes de 8 mil colones, lo
que se transforma en 742.400.000 en una sola emisión; pero como son dos, el monto
sube a 1.484.800.000. Y como el total de
premios es de apenas 446 millones (si es que alguien los pega), la Benemérita Junta se queda con la tajada
del león, que asciende a MÁS DE MIL
MILLONES DE COLONES. Además, el
premio podría quedar entre esas series de “reserva”. Negocio redondo.
Mientras la Junta guarde una especie de secreto acerca
del destino y montos de las regalías que hace, el ciudadano TIENE EL DERECHO de exigir una
explicación detallada de las finanzas de esa EMPRESA; y no de la contraloría particular de la Junta sino de la Contraloría General de la República.
Y en todo caso, el ciudadano debe recordar que todas esas
partidas (contribuciones) que da la Junta, SON
OBLIGACIONES DEL ESTADO. La Junta NO
tiene por qué financiar hospicios, refugios ni hospitales; para eso está la
Caja del Seguro (el Estado). Para eso
están los impuestos directos e indirectos que pagamos los ciudadanos. Y si ha de existir la Lotería como un NEGOCIO, no debe actuar como moro sin
señor sino como una empresa comercial regida por la ley general y no por
ocurrencias y privilegios auto conferidos por la propia Junta Directiva de un
ente que parece hacer lo que le da la gana.
También debe mejorarse el sistema de premios: deben ser solo tres. Con el valor actual del billete (8 mil
colones) en dos emisiones, el premio mayor debe ser de 500 MILLONES, EL SEGUNDO DE
300, Y EL TERCERO DE 200 MILLONES.
Y los cuatrocientos y pico restantes, debe ser la ganancia de la Junta;
y aún así, sería demasiado. Sin embargo, sería más justo que la
proporción actual. Tales premios sí nos harían millonarios en una
forma realmente efectiva, pues doscientos millones (del tercero) sí nos
sacarían de apuros “para siempre”.
Yo, como ciudadano vicioso y contribuyente de la Lotería,
exijo esa reforma. ¿Cuántos más están de
acuerdo conmigo? Vean que 500, 300 ó 200
millones de pesos sí nos sacan del ingrato gremio de los pelagatos y, si
hacemos buen uso de ellos, tenemos resuelta la mayor parte de los problemas de
cualquier ciudadano. No son la panacea,
pero eso sí, la puerta de entrada a un mundo de abundancia material. Lo demás… depende de nuestro buen juicio.
Fraternalmente.
RIS