martes, 18 de agosto de 2015

475 ¿La Suiza de América?



475   LA CHISPA   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿LA SUIZA DE AMÉRICA?

            Difícil de creer.  ¿Hay algún país en América Latina que tenga la osadía de compararse con Suiza?  Ni siquiera como una mala broma cabe semejante ocurrencia.  O talvez como eslogan turístico, materia en donde todas las necedades imaginables tienen cabida.  Hay un mal chiste que dice que una vez un nativo de una Suiza latina le dijo a un europeo que Uruguay era la Suiza de América; y este le preguntó: “¿Qué, ustedes también hacen relojes?”  Compararse con Suiza requiere mucho más que montañas con nieve y hacer quesos.  La pequeña y maravillosa Suiza de verdad tiene apenas unos cuarenta y un mil kilómetros cuadrados sobre los cuales viven unos siete millones de las personas más especiales del planeta.  Rodeada de potencias belicosas como Alemania, Francia y Austria ha sabido, gracias a la sabiduría de su gente, mantenerse al margen de todos los bochinches que sus alboroteros vecinos han organizado en la historia reciente.  Respetada, querida, admirada y envidiada, Suiza constituye el paradigma de lo que debe ser toda sociedad que se precie de humana.  Un remanso de paz en medio de un mundo agitado, Suiza ha sido el símbolo de la justicia social y todo lo grato a lo que puede aspirar cualquier nación. Con una alfabetización total y una esperanza de vida de ochenta años, sus habitantes gozan de lo mejor de lo que puede desear cualquier ciudadano.  Además, con un ingreso per cápita del orden de los cuarenta y siete mil dólares por año, es una población verdaderamente rica.  Dividida en 20 cantones, se rige por un Poder Ejecutivo colegiado que lo integran siete miembros elegidos por un período de cuatro años.  La presidencia del Estado rota cada año entre los miembros del Consejo, y su constitución política rige desde 1.874.  Allí no hay “parásitos ni garrapatas de estado”.
            Para los suizos la democracia es una forma de vida tan profunda e inherente, que ni siquiera se dan cuenta de sus definiciones; la democracia para el suizo es como el aire que todos respiramos: nos da vida, pero no somos conscientes de ese milagro que, por cotidiano y natural, nos pasa inadvertido.  Ellos no se entretienen, como nosotros, en estar remendando su constitución a capricho y al servicio de las Oligarquías cada vez que surge un NEGOCIO que choca con algún postulado de nuestras “cartas magnas”, como la reelección presidencial o ciertos tratados comerciales tipo TLC.  Para ellos la Constitución es una norma de convivencia justa; para nosotros, un documento acomodaticio que cambiamos cada vez que tenemos alguna ocurrencia, o cuando las clases poderosas necesitan estirarla a su capricho para realizar algún tipo de “chorizo”. 
            Los servicios y la banca constituyen los pilares de su economía, que es una de las más saludables y poderosas del mundo.  Pero aparte de eso, tiene una industria de vanguardia altamente especializada: maquinaria fina, relojes, electrónica, químicos, industria metalúrgica, farmacia, textiles e instrumentos de precisión.  Y por si eso fuera poco, producen cereales, legumbres y hortalizas.  Y más asombroso todavía ¡siembran caña de azúcar!  ¿Será cierto?  También crían ovejas (¿se acuerdan de Heidi?), chanchos, caballos y cabras.  Además, tienen las mejores razas bovinas que producen la mejor leche, los mejores quesos y los mejores chocolates y dulces del mundo.  SON COMPLETOS… LA CARGA.  Y todo ese milagro agrícola y ganadero, a pesar de que los Alpes ocupan tres quintas partes de su suelo. Entonces, ¿cómo es posible que en la América Latina haya alguien que se atreva a decir que su país “es una Suiza”?  Talvez la suiza de brincar, pero no la de Europa.  Vean este dato escalofriante: INFLACIÓN EN SUIZA: 0.6  por ciento anual.  ¿Hay alguna Suiza americana con esos números?   Claro que Suiza es un gigante a la par de su liliputiense vecino Liechtenstein, pero es una minucia comparada con la mayoría de los países de la América Latina.  Cabe más de DOSCIENTAS VECES en Brasil, pero es CIEN MIL veces más rica, estable y respetada que todos los países de este continente juntos.  Suiza es sinónimo de riqueza, respeto, relojes, cubitos de sopa, cultura y, sobre todo, DEMOCRACIA.  En cualquier foro internacional, su voz es más atendida que la de todos los países “méxicans” en manada.  Incluso los insolentes gringos la escuchan con respeto y atención.  ¿De qué “Suiza” americana se puede decir lo mismo?  Los países desarrollados saben “lo que somos”, y eso es una vergüenza colectiva que los latinos tenemos que sufrir como un estigma: que somos comprables y sin honor.
            ¿Qué es, entonces, lo que crea esa enorme diferencia entre Suiza y la América Latina?  Entre la verdadera y las “Suizas americanas”.  PUES SU GENTE, y la correcta interpretación que han hecho de lo que significa la DEMOCRACIA; pero sobre todo, de la aplicación que han hecho de ella.  Para ellos esta es una forma de vida que ni siquiera se cuestiona.  Pero para nosotros no es más que un PRETEXTO.  Una mascarada que les sirve a las Oligarquías que parasitan a nuestras sociedades, y para justificar todo tipo de sinvergüenzadas al amparo de los Estados.  La democracia en la América nuestra es una cortina de humo que solo sirve para darle visos de legalidad a cuanto fraude realizan los gobiernos.  La “democracia” es el CONJURO que invocan las Oligarquías cada vez que la gente hace preguntas incómodas; y en nombre de ella, se cometen los peores atropellos en contra de los pueblos.  Para los Gobiernos y Oligarquías de América Latina (que son la misma cosa), la democracia es la “coca” con la cual aletargan las ansias de justicia de nuestras sociedades.  “Estamos en una democracia representativa en donde los diputados, “elegidos” por los votantes, toman las decisiones que la mayoría popular determina”.   PUNTO.  Todos sabemos lo que eso significa, cuál es esa mayoría y al servicio de quiénes está.  “Tenemos una CONSTITUCIÓN, poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial que se deben respetar”.  Es decir, la Constitución y los poderes del Estado como parapetos y muros de contención ante los reclamos de equidad por parte de los pueblos.  Toda la “DEMOCRACIA” al servicio de las Oligarquías criollas. Y aún así, tenemos países que suelen autonombrarse “Suizas americanas”.   ¡Qué risa les debe dar a los suizos de verdad!
            Suicescamente
                                   RIS                 E-mail:      rhizaguirre@gmail.com






474 ¿Dónde queda Liechtenstein?



474   LA CHISPA   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿DÓNDE QUEDA LIECHTENSTEIN?

            Tres veces más chiquito que Andorra, apenas si llega a los ciento cincuenta kilómetros cuadrados.  Y para que nos demos una idea de su tamaño, les diremos que cabe CATORCE VECES dentro de El Salvador.  Sus habitantes con costo llegan a los treinta y cinco mil.  El minúsculo principado de Liechtenstein, atrapado por tres lados por Suiza y en uno por Austria, es imposible de señalar adecuadamente en los mapas, a menos que estos sean enormes.  Parece un país de juguete, algo así como Disney World, pero no es así.  Tiene una tasa de alfabetización del ciento por ciento; su gente tiene una expectativa de vida de casi ochenta años, y cada uno de ellos recibe un ingreso per cápita nada menos que de veinticinco mil dólares por año.  Más de sesenta veces lo que reciben (en teoría) los haitianos.  O seis veces más que los costarricenses, cuyo ingreso per cápita es uno de los más “altos” de la América Latina.  Y ¿qué se puede hacer en ese pedacito de tierra?  Pues mucho, si su gente es capaz y trabajan en la misma dirección, sin aprovechados ni políticos sinvergüenzas.  En esa tirita de tierra siembran viñedos de alta calidad y, además, crían ganado (¿?).  Claro que NO tienen petróleo ni hierro ni nada bajo el suelo; solo sobre él: su gente.  Y gracias a esta, desde que terminó la segunda guerra mundial, este increíble país se ha convertido en uno de los más industrializados del mundo.  Como carecen de materiales, el fuerte de su economía son los servicios y el turismo.  Y en la parte industrial, fabrican pequeña maquinaria especializada con materiales importados, productos dentales, hardware, estampillas y cerámica fina. 
            Con una buena disposición y sabio uso de sus recursos humanos, pertenecen a la elite de los países desarrollados. Así como lo ven, sin más recurso que el de su gente, están metidos dentro de esa clase privilegiada de sociedades que han aprendido a vivir bien gracias a su ingenio.  Sin robarles a sus paisanos, sin invadir ni bombardear a nadie; sin explotar a otras naciones.  Su lección es doblemente valiosa, porque nos demuestran que se puede progresar en paz y sin joder a los vecinos.  Desde ese punto invisible de Europa nos mandan un mensaje valiosísimo, si lo quisiéramos aplicar a nuestras sociedades: es posible el desarrollo si todos trabajamos para el bienestar general de TODOS los habitantes del país, cualquiera que este sea.  Pero sobre todo, con GOBERNANTES HONESTOS Y SIN OLIGARQUÍAS DE LADRONES.  Entonces, NO es cuestión de tener mucho terreno ni minerales ni petróleo ni bosques.  Se trata de: 1º) la clase de gente y, 2º) las reglas del juego.   Recordemos que en todos lados hay pillos y ladrones potenciales; esa es una condición humana inevitable, pero también lo es la capacidad que tienen las sociedades de avanzadas para mantenerlos a raya y no permitir que esa chusma se apodere de los gobiernos y se dedique al saqueo, como es la norma casi general en la América Latina.  ¿Se imaginan ustedes los milagros que harían esos treinta y cinco mil “liechtensteineños” en un país gigantesco como El Salvador?  Piensen en lo que esta gente haría administrando unos países como México, Colombia o Venezuela.  Y ni qué decir de Argentina o Brasil.  Claro que SIN OLIGARQUÍAS NI GOBIERNOS CORRUPTOS.  ¡Cuánta lástima les debemos inspirar!
            Entonces, ¿por qué nosotros no podemos hacer algo ni siquiera parecido?  Porque tenemos a “NUESTRA GENTE”.  Ladrones y tramposos en los gobiernos, y Oligarquías codiciosas, dueñas de todo lo que vale la pena en cada unos de nuestros países; además, los vendepatria siempre dispuestos a subastar nuestras riquezas a quien sea, con tal de obtener ventajas personales.  La paradoja de la América Latina es terrible.  Es nuestra misma gente la que nos mantiene en ese estado de postración que imposibilita nuestro despegue hacia el desarrollo y la modernidad que viven en Liechtenstein.  Es la angurria y egoísmo brutal de nuestra propia gente la que nos tiene anclados en el tercer mundo, y a merced de todos los explotadores internacionales.  Pero la culpa mayor es la de esas INMENSAS MAYORÍAS que se dejan someter borreguilmente a los mitos de la “democracia formal”, inventados por las Oligarquías para su exclusiva conveniencia.  Millones de personas creen que las “Constituciones” son una especie de libros sagrados en donde reposa la esencia de la democracia y que, por lo tanto son una categoría de mandatos divinos.  Son estas masas de cándidos, que cooperan en forma entusiasta en mantener el sistema, las responsables de que sigamos empantanados en un mundo del cual no existe otra salida más que la de la revolución social.  Cuando los  pueblos unidos siembren las semillas de la libertad, se apagará el sol de las Oligarquías y nacerá la verdadera democracia.  Solo cuando el pueblo se decida a gobernar de manera absoluta en beneficio de todos, veremos el fruto de la democracia.  Cuando la gente tire a la basura las Constituciones y se dedique a gobernar siguiendo los dictados de la verdadera democracia, comenzará la Transformación.  Y solo cuando la Constitución haya salido de las entrañas de la sociedad y no de conciliábulos políticos de la Oligarquía, tendremos un manual de trabajo válido para realizar la Revolución que habrá de llevarnos a ese mundo soñado.  Solo entonces podremos decir que somos una sociedad humana y no de reptiles y borregos.
            Es posible que millones de latinos no tengan ni la menor idea de dónde queda Liechtenstein ni de que allí viven mucho mejor que nosotros; tampoco de que no es necesario emigrar para lograr nuestras metas, ya que huir no es la solución.  Tenemos que quedarnos, pero no a vegetar y sufrir sino a pelear.  Debemos recordar que la emancipación NO NOS VENDRÁ DEL CIELO NI, MUCHO MENOS, DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS.  La democracia NO es el producto de un librito llamado Constitución, sino de la Voluntad de las mayorías; y si la Constitución está en contra de esta, pues ¡al diablo con la Constitución!  
            No muy fraternalmente
                                               Ricardo Izaguirre S.     




473 ¿Qué cosa es Andorra?



473   LA CHISPA  

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿QUÉ COSA ES ANDORRA?

            Es una especie de “concesión” de los gobiernos de Francia y España, países entre los cuales queda apresada la diminuta nación de Andorra.  Y con apenas 468 Km. cuadrados y unos 70 mil habitantes, es un macizo montañoso que produce muy poco.  Situada en la vertiente sur de los Pirineos, es hija y regalo de los múltiples riachuelos que provienen de los deshielos.  ¿Qué podría esperarse de Andorra, un terrenito sin salida al mar?  ¿Algo semejante a Haití, Nicaragua o Namibia y tantos países miserables del tercero o cuarto mundo? ¡Pues no!  Allí la esperanza de vida es de OCHENTA Y TRES AÑOS.  Y cada uno de sus habitantes tiene un ingreso per cápita de 18 mil dólares por año.  Cinco veces más alto que el de México (el más alto de América Latina).  Y no tienen UNA GOTA DE PETRÓLEO, NI GAS NI NADA.  Sin embargo cosechan cereales, legumbres e incluso tabaco que elaboran y venden a magnífico precio.  Pero por sobre todas estas minucias, han creado una industria turística de la cual deriva más del cincuenta por ciento de la riqueza nacional, que los lleva a ese per cápita de país desarrollado.  Es gente lista que ha sabido aprovechar aquello que la naturaleza les dio con generosidad: el paisaje.  Pero para lograr eso, hay que crear la infraestructura necesaria para que tal regalo sea aprovechable y se transforme en beneficio para todos los habitantes del país.
            Argentina, Chile, México y Costa Rica tienen más y mejores recursos que Andorra y, sin embargo, siguen siendo tercermundistas con un per cápita lastimoso.  Si la cuestión es ser grandes, ahí tenemos a Brasil, un gran tercermundista; o a Costa Rica, un pequeño tercermundista.  Si se trata de cantidad de población, ahí está El Salvador con casi 400 habitantes por Km. cuadrado.  Y si el asunto es de poca población, allí tenemos a Nicaragua con menos de cuarenta habitantes, y siguen siendo tercermundistas.  Todos con recursos abundantísimos y variados, pero con oligarquías idénticas.  Con gobiernos vendidos iguales de ineptos y corruptos.  Gente siempre dispuesta a vender el patrimonio nacional al mejor o peor oferente; el caso es hacerse de fortuna personal con los bienes de todos.  Andorra tiene un índice de alfabetización de 99%, lo cual es fabuloso y debería explicar por sí solo su desarrollo  En consecuencia, ¿solo es cuestión de alfabetizarnos para salir del tercer mundo?   Entonces, ¿por qué Chile ha vendido casi todos sus recursos mineros a transnacionales explotadoras a las que nada les importa el ambiente?  Actualmente está negociando la cesión de sus yacimientos de oro, lo cual producirá un daño irreparable sobre sus glaciares, aguas, ríos y costas, dados los productos tóxicos que se utilizan en la extracción de ese mineral.  Por su parte, Costa Rica dice tener un índice de alfabetización cercano al número ideal; tiene dos mares con lindas playas, montañas altas y frías como para hacer montañismo; clima inmejorable, buenas tierras, gente pacífica (todavía), pero sigue siendo un tercermundista que no difiere mucho de la media latinoamericana.  No hay infraestructura para nada.
            En todas partes hay ladrones y corruptos, pero la diferencia entre los países desarrollados y nosotros es que ellos los meten a las cárceles, y nosotros los llevamos a la Presidencia de la República.  Pero no satisfechos con eso, los REELEGIMOS para que sigan con sus marrullerías.  Talvez eso sea lo que marca la diferencia entre Andorra y nosotros los latinos.  La clase de gente que somos.  Los listos y aprovechados NO TIENEN la culpa de que seamos pendejos y permitamos que unas exiguas minorías hagan lo que les dé la gana con los recursos de todos.  El problema que tenemos que explicarnos los latinos es cómo dejamos que esos grupúsculos de sinvergüenzas se tomen la libertad de malbaratar los bienes que son de TODOS LOS CIUDADANOS DE CADA PAÍS.   ¿Cómo permitimos que cincuenta, sesenta o setenta diputados o senadores vendidos se tomen la libertad de comprometer nuestro patrimonio por unos cuantos centavos?  ¿Qué clase de “democracia” es la que vivimos, en donde una pequeña argolla de desgraciados puede vender impunemente los bienes nacionales?  ¿Cómo es que nuestros pueblos permiten en forma pasiva e indolente, que esa lacra se haya apoderado en forma permanente del poder y de la capacidad de disponer, como si fuera propio, de lo que es propiedad de todos?   ¡Claro que hay razas inferiores y, junto con los negros del África y algunos países asiáticos, nosotros las constituimos!  Solo así se puede explicar cómo es que millones y millones de hombres contemplen sin hacer nada, como ciertos grupitos (Oligarquías) hacen y deshacen con el patrimonio de nuestros pueblos.  Venden, contratan, alquilan, conceden, hacen tratados (como el TLC) en donde solo los miembros de sus grupos obtienen beneficios. 
            Andorra no tiene nada bajo su suelo, solo a su gente sobre él.  En cambio Brasil, con más de ocho millones y medio de kilómetros cuadrados de tierras excelentes, con petróleo y refinerías, hierro, URANIO, manganeso, plomo, azufre y casi todos los minerales precisos para montar una industria gigantesca, se conforma con ser un vendedor de café y carne.  Carne que le vende a los Estados Unidos para que estos la revendan a Japón y otros países.  La estampa clásica de un tercermundista, conforme con su destino de suplidor de materia prima.  Con un per cápita de apenas dos mil seiscientos dólares, se sitúa entre los países más contradictorios del mundo: un millonario miserable.  ¿Será cuestión de la gente?  ¿Será la raza?  ¿Muchos negros?  Talvez, pero en los Estados Unidos hay más negros que en Brasil.  Se puede decir que en la pequeña Inglaterra hay más negros que en Brasil.  Entonces, esa no puede ser una causa importante en el tercermundismo brasileño.  ¿Qué es lo que le impide a Brasil y todos los latinos estar ni siquiera cerca de la minúscula Andorra, que cabe sobrada dentro del Maracaná, y cuyos habitantes no llenarían ni la mitad de ese estadio?  ¿Cuáles serán las causas de nuestra desgracia?  ¿La indolencia?
            Tristemente
                                   RIS             E-mail:   rhizaguirre@gmail.com






        

           

472 ¿Qué diablos es Luxemburgo?



472   LA CHISPA    

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿QUÉ DIABLOS ES LUXEMBURGO?

            Empecemos por decir que tiene CIENTO POR CIENTO DE ALFABETIZACIÓN, y con eso, queda dicho casi todo.  Además, diremos que esa cosita de apenas dos mil quinientos kilómetros cuadrados que no se ve en los mapas, se encuentra en Europa y no tiene mar.  Y bajo su suelo, a excepción de unos ricos yacimientos de hierro, solo tiene tierra.  Apenas cuenta con MEDIO MILLÓN de habitantes, pero cada uno de ellos tiene un ingreso per cápita cercano  a los CUARENTA MIL DÓLARES POR AÑO.  Una bestialidad si lo comparamos con los magros cuatro mil de Costa Rica.  Y un crimen, si lo hacemos con los CIENTO NOVENTA Y TRES de Burkina Faso en el África.   Claro que los cuatro mil de Costa Rica, como en toda la América Latina, significa que cuatro gatos se quedan con el noventa por ciento, y el otro diez queda para repartir entre cuatro millones de habitantes.  Entonces, ¿qué será lo que hace que esa minucia que nadie sabe dónde queda sea un país primermundista con un ingreso per cápita superior al de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España e incluso Alemania?  ¿Será que toda su población está alfabetizada?  ¿Eso es todo?
            Varios países en la América Latina reclaman porcentajes de alfabetización superiores al noventa por ciento.  Argentina, Chile, Cuba y Ecuador dicen andar por encima de esa cifra.  Pero, ¿será cierto?  Entre nosotros la manía de los porcentajes de alfabetización tiene una similitud con la del ingreso por cabeza.  Contamos como “alfabetizados” a todos los individuos que se matricularon en la escuela aunque solo hayan cursado el tercero o cuarto grado de primaria, y lo poco que aprendieron se les haya olvidado.  En cambio, esos números en Alemania, Luxemburgo o Liechtenstein, significa que esos individuos recorrieron TODO EL CAMINO hasta terminar la Universidad, y que son útiles en la producción de riqueza.  Así que nuestros alfabetizados NO CORRESPONDEN a los de Inglaterra, Francia, Noruega, Irlanda o Luxemburgo.  Aclaramos esto porque a la hora de hacer comparaciones, nos puede llevar a conclusiones erradas.  ¿Cómo es que la Argentina con el 97% de alfabetizados es un país tercermundista en toda la extensión de la palabra?  ¿Cómo es que se encuentra por debajo de esa miserable línea del ingreso per cápita inferior a los cuatro mil dólares por año?   Está por debajo de México, Chile, Costa Rica, Panamá, Puerto Rico y Venezuela.
            Entonces, ¿son falsos los indicadores que dan los gobiernos?  No es posible, porque el producto interno bruto confirma esos números que fijan la categoría tercermundista.  Es seguro que el analfabetismo es un factor importante, aunque no lo suficiente para considerarlo como la causa única del subdesarrollo.  España tiene un índice de alfabetización igual al de la Argentina, pero con un ingreso per cápita de 21 mil dólares por año (más de seis veces mayor).  Por ahí anda Irlanda (98%) pero con un ingreso de 37 mil dólares por cabeza.  Y ni qué decir de Islandia, una roca helada en medio del mar, sin recursos de clase alguna, pero sus habitantes tienen un ingreso de 39 mil dólares por año como promedio.  Muchos de estos países de la Europa desarrollada NO TIENEN riquezas bajo su suelo.  Solo la de la cabeza de sus habitantes, como el caso de Andorra, Dinamarca, Holanda, Liechtenstein, Suiza y otros que han hecho valer el ingenio humano por encima de las carencias materiales en su suelo.
            El caso de Japón es notable, pues bajo tierra no tienen nada más que fallas que les producen terremotos, y sin embargo, han creado un país que solo es superado en volumen de riqueza por los Estados Unidos.  Cero medios materiales, pero infinitos en la mente de sus moradores. América Latina tiene los más vastos inventarios del planeta, pero por desgracia, también tiene a las oligarquías criollas que, lejos de correr el menor riesgo, han creado un modelo económico inamovible: ser suplidores de materia prima.  A cambio de migajas y la garantía de ser mantenidos en el poder, han renunciado a la posibilidad de transformar nuestra riqueza bruta en productos elaborados de alto valor.  Cero industria. Solo materia prima.  Argentina y Brasil desperdician enormes extensiones de sus mejores tierras en producir vacas.  Solo vacas.  Brasil y Colombia, café.  Colombia tiene de todo, incluyendo petróleo pero, también tiene a una feroz oligarquía que es la dueña de todo y que hace que el ingreso per cápita de esa nación (1 740 dólares) ande muy cerca del de los países africanos (quinto mundo). Con gente lista, blanca, “alfabetizada” y bonita como Chakira, es un productor generoso de emigrantes en busca de mejor vida.  Ese es el patrón de toda la América Latina, y eso es injusto e intolerable.
            Según las cifras oficiales, todos tenemos “altos índices de alfabetización”, recursos ingentes, tierras riquísimas, agua abundante, climas inmejorables pero… SEGUIMOS SIENDO TERCERMUNDISTAS.  Como lo he dicho varias veces: ni el mejor de nuestros países se acerca al peor de los del primer mundo europeo.  Y eso tiene que tener alguna explicación.   Mejor dicho, ALGUNA SOLUCIÓN, porque las explicaciones son claras, abundantes e irrecusables.  Aparte de hierro, ese puntito llamado Luxemburgo, solo cuenta con el tesoro de sus habitantes.  Medio millón de personas que entienden muy bien lo que es la Patria, y el derecho que tienen todos a disfrutar el producto del trabajo de todos.  Un pequeño país en donde NO HAY EXPLOTADORES que se creen con el derecho divino de embolsarse todo lo que produce la nación.  Con políticos honrados que jamás confunden sus negocios personales con los del Estado, y que no utilizan el poder que les confieren sus conciudadanos para aprovecharse e incrementar sus fortunas a la sombra del Estado.  Eso es Luxemburgo, algo parecido a San Marino, Liechtenstein, Mónaco, Andorra, Chipre y otros cuantos paisitos que no se ven el mapa, pero cuya gigantesca presencia moral no solo hace avergonzarse a países descomunales de nuestra América, sino que se han ganado el respeto incluso de los Estados Unidos.  Eso es Luxemburgo.  Una nación que no “se vende ni entrega sus recursos a cambio de migajas”.
            Fraternal y esperanzadamente     Ricardo Izaguirre S.                    E-mail:  rhizaguirre@gmail.com