314 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”.
Y AHORA… ¿QUIÉN PODRÁ
DEFENDERME DE LOS TAXISTAS?
Una vecina mía, que ha sido
maltratada repetidas veces por los taxistas me dijo: “Ay, don Ricardo, que Dios me perdone, pero viera cuánto me alegro cada
vez que asaltan o matan a un taxista”. Es
patético escuchar eso de una persona mayor, religiosa y admirable
ciudadana. Pero casi todos nos hemos
sentido en situación parecida infinidad de veces ante los atropellos de los
taxistas, una mafia de bandidos que hacen lo que les da la gana sin respeto
alguno por la ley ni por nada. Son un
grupo intimidante de matones mal educados que, respaldados por sus componendas
con el Gobierno y partidos políticos, pueden actuar como moro sin señor;
además, la mayoría de ellos anda armados con pistolas bajo el pretexto de que
pueden ser asaltados, con lo cual, hacen que todos sintamos temor y renunciemos
a cualquier reclamo. Cualquier
desgraciado de esos bien le puede pegar un tiro a un cliente, simplemente
porque le da la gana. Como hizo uno con
aquel señor chileno que no quiso pagarle el abuso del cual era objeto. Con ese crimen, todos quedamos avisados de lo
que son capaces; así me lo hizo saber entre bromas uno de ellos. Bajo la premisa de que corren peligro, se les
permite andar armados, situación que utilizan para enseñarle la cacha de la
pistola a cualquier cliente que se atreva a protestar, como hizo uno de ellos
con este servidor y mi hija. Ellos
asaltan a todo el mundo con tarifas antojadizas, los vueltos y los brincos que hacen pegar a las “Marías”. Hace tres días uno me llevó a AMDE a reparar mi computadora. Y como mi casa queda muy cerca, la María no se había movido de
la tarifa mínima, y cuando por pura formalidad le pregunté que cuánto le debía,
me dijo: “Un rojillo”. Saqué la computadora e intenté alegar algo
sobre el abuso, pero de inmediato se bajó del taxi, se me vino encima y me
increpó: “Eso es lo mínimo que se cobra en una carrera de estas”. No sé qué quiso
decir con “una carrera de estas”, pero tuve que pagarle los mil colones para
evitar una posible agresión física.
Desde luego que ya me había tratado de “roco agarrado”, que “anda con
playadas”, “que quieren servicio gratis” y otras groserías semejantes.
Eso es rutinario y le pasa a todo el
mundo cada vez que se monta en una de esas máquinas. Creo que no hay una sola
persona que no haya sido víctima de estos energúmenos en alguna medida. Algunas tan pequeñas pero significativas como
el hecho de que casi nunca tienen menudo
para dar el vuelto. ¿Ante quién
quejarse? ¿Quiere usted averiguar el
calvario al que tiene que someterse para poner una denuncia?
Este problema de los taxistas se ha
convertido en un problema político en el que nadie es capaz de poner
orden. ¡Que los legales! ¡Que los
porteadores! ¡Que los piratas! No hay en
el gobierno una personas con los determinación suficiente para ponerle un hasta
aquí a la corrupción que subyace debajo de este desbarajuste, a cuya sombra se
ha ido incubando una tenebrosa pandilla de asaltantes “legales” que tienen
atemorizados a los usuarios. Nadie se
atreve a reclamarles, nadie dice nada; casi todo el mundo calla y soporta en
silencio el abuso consuetudinario de esta mafia. ¿Y el
Gobierno? Haciendo campaña pro TLC. ¿Y el tránsito? Organizando
el desfile de los taxistas que dicen Sí al TLC.
¿Y el ministerio de transportes?
Ofreciendo “legalidad” a los porteadores si apoyan el TLC. Es aquí en donde hace falta un DICTADOR y un gobierno fuerte, capaz de
resolver ese asunto en poco tiempo. Y en
cuanto a los abusos es de lo más sencillo, basta con enviar una serie de
funcionarios vestidos de civil, para que agarren con las manos en la masa a
estos sinvergüenzas y les quiten la licencia del taxi; con diez de ellos que
sean despojados de su derecho,
bastaría para que los demás pongan las barbas en remojo y hagan LO CORRECTO. Vean que no se les está pidiendo un
sacrificio o que pierdan dinero deliberadamente, solo que hagan lo correcto, lo legal. ¿Es eso pedir mucho de parte de la
ciudadanía? ¿Y es esta tan poco
importante para que el Gobierno no atienda sus quejas? Cobrar lo justo que indica la María, y dar el vuelto
correcto cuando les pagan. ¿Es eso tan difícil?
Claro que en este “racket” hay muchas variables, pero la víctima
final siempre es el consumidor, el usuario del taxi. Es bien sabido que hay propietarios de
flotillas de taxis, y como no pueden manejarlos todos, contratan taxistas que
tienen que pagar sumas elevadas por esa especie de alquiler abusivo. Y aunque eso no es justificación para el
atraco a los clientes, es un ingrediente
poderoso en esta cadena de corrupción, una de las tantas que flagelan al
ciudadano. Un día de estos leí que, al
parecer, con el TLC vendrá una
cadena de taxis de quién sabe dónde.
Pero ojalá que esa transnacional contrate taxistas decentes por un buen salario
fijo; gente que no se sienta obligada
a robar a sus clientes. Taxis con
“Marías” legales, sin “brincos” y con cajas registradoras que dispongan siempre
de “menudo” para dar el vuelto. Con
taxis y taxistas que lleven al cliente a donde este quiere, y no a la ruta que le conviene al taxista
porque “va a entregar o a almorzar”. Con
taxistas amables y sonrientes que se bajen del carro, abran el cofre y ayuden a
las damas a cargar sus maletas o compras.
Choferes respetuosos que no se metan en las conversaciones de los
pasajeros ni inicien conversaciones obscenas que nadie les ha solicitado. Si el
TLC me garantizara algo así, por ese simple motivo estaría dispuesto a darle el
SÍ.
Finalmente, quiero aclarar que tengo
dos amigos vecinos, taxistas de
profesión, por quienes estoy dispuesto a dar fe de su condición de
caballeros y gente honesta. Con esto
quiero decir QUE NO SON TODOS LOS
TAXISTAS los que pertenecen a esa categoría de bribones. Pero por desgracia, una sola golondrina es
incapaz de hacer verano; así como unos
pocos taxistas honestos no pueden variar la opinión generalizada que sobre
ellos tenemos los usuarios.
Taxísticamente
R I S
E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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