viernes, 7 de agosto de 2015

314 Y ahora... ¿quién podrá defenderme de los taxistas?



314   LA CHISPA    

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

Y AHORA… ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERME DE LOS TAXISTAS?

            Una vecina mía, que ha sido maltratada repetidas veces por los taxistas me dijo: “Ay, don Ricardo, que Dios me perdone, pero viera cuánto me alegro cada vez que asaltan o matan a un taxista”.  Es patético escuchar eso de una persona mayor, religiosa y admirable ciudadana.  Pero casi todos nos hemos sentido en situación parecida infinidad de veces ante los atropellos de los taxistas, una mafia de bandidos que hacen lo que les da la gana sin respeto alguno por la ley ni por nada.  Son un grupo intimidante de matones mal educados que, respaldados por sus componendas con el Gobierno y partidos políticos, pueden actuar como moro sin señor; además, la mayoría de ellos anda armados con pistolas bajo el pretexto de que pueden ser asaltados, con lo cual, hacen que todos sintamos temor y renunciemos a cualquier reclamo.  Cualquier desgraciado de esos bien le puede pegar un tiro a un cliente, simplemente porque le da la gana.  Como hizo uno con aquel señor chileno que no quiso pagarle el abuso del cual era objeto.  Con ese crimen, todos quedamos avisados de lo que son capaces; así me lo hizo saber entre bromas uno de ellos.  Bajo la premisa de que corren peligro, se les permite andar armados, situación que utilizan para enseñarle la cacha de la pistola a cualquier cliente que se atreva a protestar, como hizo uno de ellos con este servidor y mi hija.  Ellos asaltan a todo el mundo con tarifas antojadizas, los vueltos y los brincos que hacen pegar a las “Marías”.  Hace tres días uno me llevó a AMDE a reparar mi computadora.  Y como mi casa queda muy cerca, la María no se había movido de la tarifa mínima, y cuando por pura formalidad le pregunté que cuánto le debía, me dijo: “Un rojillo”.  Saqué la computadora e intenté alegar algo sobre el abuso, pero de inmediato se bajó del taxi, se me vino encima y me increpó: “Eso es lo mínimo que se cobra en una carrera de estas”.  No sé qué quiso decir con “una carrera de estas”, pero tuve que pagarle los mil colones para evitar una posible agresión física.  Desde luego que ya me había tratado de “roco agarrado”, que “anda con playadas”, “que quieren servicio gratis” y otras groserías semejantes.
            Eso es rutinario y le pasa a todo el mundo cada vez que se monta en una de esas máquinas. Creo que no hay una sola persona que no haya sido víctima de estos energúmenos en alguna medida.  Algunas tan pequeñas pero significativas como el hecho de que casi nunca tienen menudo para dar el vuelto.  ¿Ante quién quejarse?  ¿Quiere usted averiguar el calvario al que tiene que someterse para poner una denuncia?
            Este problema de los taxistas se ha convertido en un problema político en el que nadie es capaz de poner orden.  ¡Que los legales! ¡Que los porteadores! ¡Que los piratas!  No hay en el gobierno una personas con los determinación suficiente para ponerle un hasta aquí a la corrupción que subyace debajo de este desbarajuste, a cuya sombra se ha ido incubando una tenebrosa pandilla de asaltantes “legales” que tienen atemorizados a los usuarios.  Nadie se atreve a reclamarles, nadie dice nada; casi todo el mundo calla y soporta en silencio el abuso consuetudinario de esta mafia.  ¿Y el Gobierno?  Haciendo campaña pro TLC.  ¿Y el tránsito?  Organizando el desfile de los taxistas que dicen Sí al TLC.  ¿Y el ministerio de transportes?  Ofreciendo “legalidad” a los porteadores si apoyan el TLC.  Es aquí en donde hace falta un DICTADOR y un gobierno fuerte, capaz de resolver ese asunto en poco tiempo.  Y en cuanto a los abusos es de lo más sencillo, basta con enviar una serie de funcionarios vestidos de civil, para que agarren con las manos en la masa a estos sinvergüenzas y les quiten la licencia del taxi; con diez de ellos que sean despojados de su derecho, bastaría para que los demás pongan las barbas en remojo y hagan LO CORRECTO.  Vean que no se les está pidiendo un sacrificio o que pierdan dinero deliberadamente, solo que hagan lo correcto, lo legal.  ¿Es eso pedir mucho de parte de la ciudadanía?  ¿Y es esta tan poco importante para que el Gobierno no atienda sus quejas?  Cobrar lo justo que indica la María, y dar el vuelto correcto cuando les pagan.  ¿Es eso tan difícil?
            Claro que en este “rackethay muchas variables, pero la víctima final siempre es el consumidor, el usuario del taxi.  Es bien sabido que hay propietarios de flotillas de taxis, y como no pueden manejarlos todos, contratan taxistas que tienen que pagar sumas elevadas por esa especie de alquiler abusivo.  Y aunque eso no es justificación para el atraco a los clientes, es un  ingrediente poderoso en esta cadena de corrupción, una de las tantas que flagelan al ciudadano.  Un día de estos leí que, al parecer, con el TLC vendrá una cadena de taxis de quién sabe dónde.  Pero ojalá que esa transnacional contrate taxistas decentes por un buen salario fijo; gente que no se sienta obligada a robar a sus clientes.  Taxis con “Marías” legales, sin “brincos” y con cajas registradoras que dispongan siempre de “menudo” para dar el vuelto.  Con taxis y taxistas que lleven al cliente a donde este quiere, y no a la ruta que le conviene al taxista porque “va a entregar o a almorzar”.  Con taxistas amables y sonrientes que se bajen del carro, abran el cofre y ayuden a las damas a cargar sus maletas o compras.  Choferes respetuosos que no se metan en las conversaciones de los pasajeros ni inicien conversaciones obscenas que nadie les ha solicitado.   Si el TLC me garantizara algo así, por ese simple motivo estaría dispuesto a darle el SÍ.
            Finalmente, quiero aclarar que tengo dos amigos vecinos, taxistas de profesión, por quienes estoy dispuesto a dar fe de su condición de caballeros y gente honesta.  Con esto quiero decir QUE NO SON TODOS LOS TAXISTAS los que pertenecen a esa categoría de bribones.  Pero por desgracia, una sola golondrina es incapaz de hacer verano; así como unos pocos taxistas honestos no pueden variar la opinión generalizada que sobre ellos tenemos los usuarios. 
            Taxísticamente
                                   R I S
E-mail:                       rhizaguirre@gmail.com
           

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