domingo, 16 de agosto de 2015

427 Los problemas de la educación



427   LA CHISPA  

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LOS PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN

            La larga y venenosa campaña de “La Nación” en contra del Magisterio data de muchos años; y eso es fácil de explicar, pues resulta que el gremio de educadores ha constituido la basura del ojo de la Oligarquía; un grupo de heroicos profesionales que, a mano limpia y con infinidad de limitaciones, ha incluido a Costa Rica dentro de la bitácora de las naciones del mundo con uno de los más altos índices de alfabetización.  Es gracias a ese colectivo de hombres y mujeres sacrificados, que este país goza de las cosas buenas que tiene: gente culta y buenos profesionales que pasaron por las “manos” de esas exquisitas “Niñas” que los introdujeron en el campo bendito y privilegiado de los hombres alfabetizados.  ¿Ya lo olvidaron los del G. P. de La Nación?  ¿Que hay malos maestros?  ¡Claro que sí!, pero por Dios, incluso entre los apóstoles hubo uno güero.  Pero las reglas no se establecen a partir de las excepciones.  Y una cosa es cierta: el magisterio no merece el trato despectivo, irónico y vitriólico que el Grupo Pedagógico de La Nación chorrea en contra de ellos cada vez que hay la menor oportunidad.  Como si fueran doctos en materia educativa, cualquier gacetillero se atreve a juzgar y emitir fallos acerca de la labor profesional de los maestros y profesores.  ¿Qué es lo que certifica la aptitud que tiene un periodista para opinar sobre la educación?  ¿Por qué esos mismos periodistas que vierten criterios sobre la pedagogía no se atreven a decirles a los médicos cómo practicar la medicina?  ¿O a los ingenieros cómo hacer edificios y carreteras?  ¿O a los abogados cómo aplicar e interpretar la ley? ¿Qué es lo que le da derecho a cualquier filisteo a emitir conceptos técnicos acerca de la educación? 
            A pesar de todo lo malo y deficiente que pueda tener el magisterio, este constituye la principal riqueza con la que cuenta el país.  Ante un mundo globalizado en donde cada individuo habrá de convertirse en partículas de una gran maquinaria, la escuela es la última esperanza humanística con la que contamos.  Pero una escuela formada por hombres libres, que piensen con independencia y con criterio patriótico, aunque este se aleje de los parámetros establecidos por el sistema y el Grupo Pedagógico de La Nación.
            Bien sabemos que el sueño de las Oligarquías de la América Latina es la abundancia de gente analfabeta, incapaz de entender ni lo más elemental de sus derechos laborales.  Masas de obreros ignorantes de todo, y dispuestos a trabajar como bestias de carga por un salario de hambre.  Legiones de miserables donde escoger al que se ofrezca por menos.  Eso es el sueño del G. P., pues cuando hay una población que piensa, que sabe cuáles son sus derechos a participar en la riqueza que produce el obrero, se les para el pelo.  Al grupo de La Nación (la oligarquía nacional) le importa un tacaco la calidad de la educación nacional; lo que les infunde pánico es que de ese grupo de la población, alumnos y maestros, salga gente que cuestione el sistema de privilegios que establece todas las ventajas para una minoría, y miseria para las grandes capas del proletario.  Devaluación, alzas, aumentos sin medida, recortes en el presupuesto de educación y medicina social, es algo que nada les importa, pues eso significa más dinero del cual pueden disponer en los bancos.  Así que no nos venga el G. P. de la Nación que lo que le preocupa en la conducta de los estudiantes o los días que trabajen o no los maestros; lo que en realidad los asusta es el nacimiento de una generación contestataria que no esté dispuesta a permitir que las cosas sigan por el mismo camino: gobiernos títeres en manos de la clase pudiente, injusticia social; abusos de toda clase en contra del trabajador, ya sea este un obrero o maestro.  Eso es lo que realmente les aterra: que esta juventud se dé cuenta del poder que tiene, y empiece a ejercitarlo y pedir cuentas a sus mayores.
            El gobierno que se presentó como salvador del país después del desastre de Pacheco, resulta que ahora nos cambia la versión y nos dice que se nos vienen encima las vacas flacas y que nada se puede hacer.  El chantaje oficial para convencernos de la necesidad de aprobar todas las leyes que el gobierno proponga para beneficio exclusivo de los ricos.  Se nos dice que ni el gobierno ni el pueblo pueden hacer nada ante los vaivenes de la economía mundial, y que la única salida es “socarnos la faja”, como en los memorables tiempos de José Figueres.  Sóquense la faja los pobres, para que los ricos puedan hacer más dinero.  Y el pueblo se lo cree, el pueblo domesticado, como dijo don Pepe.  Pero es en medio de estos planes idílicos del grupo de La Nación y el  G.P., en donde se ha dado la nota discordante de maestros y estudiantes.   Y eso sí los preocupa, porque aunque puedan debilitar y asustar a los maestros, ¿qué pueden hacer en contra de los estudiantes?  Estos son autónomos, libres, valientes y saben que cuando llegue el momento tendrán que actuar de conformidad con sus ideales.  Los estudiantes siempre han sido un “peligro” para todas las oligarquías del mundo.  Por eso incluso en los Estados Unidos los han masacrado. Cuando los estudiantes adquieren consciencia de la realidad, se movilizan, protestan y se tiran a las calles, los gobiernos caen y las Argollas entran en pánico.  ¿Y por qué?  Porque los estudiantes no son comprables, talón de Aquiles de todos aquellos que ya se han “engranado” en el sistema y dependen de un salario y la buena voluntad de sus patronos.  Como infinidad de “periodistas” que tienen que escribir mentiras complacientes y adecuadas para sus amos.  Pobre gente en realidad, pues ganarse la comida gracias a la capacidad de reptar, debe ser muy triste.  Esto es “algo que explica todo”. 
            Claro que hay cosas malas en la Educación Nacional, pero de ellas no es responsable el Magisterio, sino la política de abandono e indolencia que el Gobierno ha seguido en esta fundamental actividad.  Y la principal de ellas es la privatización feroz que se ha venido aplicando en claro perjuicio de la educación pública.  El sueño de la Oligarquía es que el gobierno se desentienda por completo de esta actividad que ahora es un gran “negociazo” en todos sus niveles.  ¡Viva la privatización!, como sueña el G. P. de La Nación.
            Fraternalmente             RIS    E-mail:   rhizaguirre@gmail.com    

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