472 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”
¿QUÉ DIABLOS ES LUXEMBURGO?
Empecemos
por decir que tiene CIENTO POR CIENTO DE ALFABETIZACIÓN, y con eso,
queda dicho casi todo. Además, diremos que
esa cosita de apenas dos mil quinientos kilómetros cuadrados que no se ve en
los mapas, se encuentra en Europa y no tiene mar. Y bajo su suelo, a excepción de unos ricos
yacimientos de hierro, solo tiene tierra.
Apenas cuenta con MEDIO MILLÓN de habitantes, pero cada uno de ellos
tiene un ingreso per cápita cercano a
los CUARENTA MIL DÓLARES POR AÑO.
Una bestialidad si lo comparamos con los magros cuatro mil de Costa
Rica. Y un crimen, si lo hacemos con los CIENTO NOVENTA Y TRES de Burkina
Faso en el África. Claro que los cuatro
mil de Costa Rica, como en toda la América
Latina, significa que cuatro gatos se quedan con el noventa
por ciento, y el otro diez queda para repartir entre cuatro millones de
habitantes. Entonces, ¿qué será lo que
hace que esa minucia que nadie sabe dónde queda sea un país primermundista con
un ingreso per cápita superior al de Estados Unidos, Inglaterra, Francia,
España e incluso Alemania? ¿Será que
toda su población está alfabetizada?
¿Eso es todo?
Varios países en la América Latina reclaman
porcentajes de alfabetización superiores al noventa por ciento. Argentina, Chile, Cuba y Ecuador dicen andar
por encima de esa cifra. Pero, ¿será
cierto? Entre nosotros la manía de los
porcentajes de alfabetización tiene una similitud con la del ingreso por cabeza. Contamos como “alfabetizados” a todos los
individuos que se matricularon en la escuela aunque solo hayan cursado el
tercero o cuarto grado de primaria, y lo poco que aprendieron se les haya
olvidado. En cambio, esos números en
Alemania, Luxemburgo o Liechtenstein, significa que esos individuos recorrieron
TODO EL CAMINO hasta terminar la
Universidad, y que son útiles en la producción de riqueza. Así que nuestros alfabetizados NO CORRESPONDEN a los de Inglaterra, Francia, Noruega,
Irlanda o Luxemburgo. Aclaramos esto
porque a la hora de hacer comparaciones, nos puede llevar a conclusiones
erradas. ¿Cómo es que la Argentina con el 97% de
alfabetizados es un país tercermundista en toda la extensión de la
palabra? ¿Cómo es que se encuentra por
debajo de esa miserable línea del ingreso per cápita inferior a los cuatro mil
dólares por año? Está por debajo de
México, Chile, Costa Rica, Panamá, Puerto Rico y Venezuela.
Entonces, ¿son falsos los indicadores que dan los gobiernos? No es posible, porque el producto interno
bruto confirma esos números que fijan la categoría tercermundista. Es seguro que el analfabetismo es un factor
importante, aunque no lo suficiente para considerarlo como la causa única del
subdesarrollo. España tiene un índice de
alfabetización igual al de la
Argentina, pero con un ingreso per cápita de 21 mil dólares
por año (más de seis veces mayor). Por
ahí anda Irlanda (98%) pero con un ingreso de 37 mil dólares por cabeza. Y ni qué decir de Islandia, una roca helada
en medio del mar, sin recursos de clase alguna, pero sus habitantes tienen un
ingreso de 39 mil dólares por año como promedio. Muchos de estos países de la Europa desarrollada NO
TIENEN riquezas bajo su suelo. Solo la
de la cabeza de sus habitantes, como el caso de Andorra, Dinamarca, Holanda,
Liechtenstein, Suiza y otros que han hecho valer el ingenio humano por encima
de las carencias materiales en su suelo.
El caso de Japón es notable, pues bajo tierra no tienen
nada más que fallas que les producen terremotos, y sin embargo, han creado un
país que solo es superado en volumen de riqueza por los Estados Unidos. Cero medios materiales, pero infinitos en la
mente de sus moradores. América Latina tiene los más vastos inventarios del planeta,
pero por desgracia, también tiene a las oligarquías criollas que, lejos de
correr el menor riesgo, han creado un modelo económico inamovible: ser
suplidores de materia prima. A
cambio de migajas y la garantía de ser mantenidos en el poder, han renunciado a
la posibilidad de transformar nuestra riqueza bruta en productos elaborados
de alto valor. Cero industria. Solo
materia prima. Argentina y Brasil
desperdician enormes extensiones de sus mejores tierras en producir vacas. Solo vacas.
Brasil y Colombia, café. Colombia
tiene de todo, incluyendo petróleo pero, también tiene a una feroz oligarquía
que es la dueña de todo y que hace que el ingreso per cápita de esa nación (1 740
dólares) ande muy cerca del de los países africanos (quinto mundo). Con gente
lista, blanca, “alfabetizada” y bonita como Chakira, es un productor generoso
de emigrantes en busca de mejor vida.
Ese es el patrón de toda la América
Latina, y eso es injusto e intolerable.
Según las cifras oficiales,
todos tenemos “altos índices de alfabetización”, recursos ingentes, tierras
riquísimas, agua abundante, climas inmejorables pero… SEGUIMOS SIENDO
TERCERMUNDISTAS. Como lo he dicho varias
veces: ni el mejor de nuestros países se acerca al peor de los del primer mundo
europeo. Y eso tiene que tener alguna
explicación. Mejor dicho, ALGUNA
SOLUCIÓN, porque las explicaciones son claras, abundantes e irrecusables. Aparte de hierro, ese puntito llamado
Luxemburgo, solo cuenta con el tesoro de sus habitantes. Medio millón de personas que entienden muy
bien lo que es la Patria,
y el derecho que tienen todos a disfrutar el producto del trabajo de
todos. Un pequeño país en donde NO HAY
EXPLOTADORES que se creen con el derecho divino de embolsarse todo lo que
produce la nación. Con políticos
honrados que jamás confunden sus negocios personales con los del Estado, y que
no utilizan el poder que les confieren sus conciudadanos para aprovecharse e
incrementar sus fortunas a la sombra del Estado. Eso es Luxemburgo, algo parecido a San
Marino, Liechtenstein, Mónaco, Andorra, Chipre y otros cuantos paisitos que no
se ven el mapa, pero cuya gigantesca presencia moral no solo hace avergonzarse
a países descomunales de nuestra América, sino que se han ganado el respeto
incluso de los Estados Unidos. Eso es
Luxemburgo. Una nación que no “se vende
ni entrega sus recursos a cambio de migajas”.
Fraternal y esperanzadamente Ricardo Izaguirre S. E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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