martes, 18 de agosto de 2015

472 ¿Qué diablos es Luxemburgo?



472   LA CHISPA    

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿QUÉ DIABLOS ES LUXEMBURGO?

            Empecemos por decir que tiene CIENTO POR CIENTO DE ALFABETIZACIÓN, y con eso, queda dicho casi todo.  Además, diremos que esa cosita de apenas dos mil quinientos kilómetros cuadrados que no se ve en los mapas, se encuentra en Europa y no tiene mar.  Y bajo su suelo, a excepción de unos ricos yacimientos de hierro, solo tiene tierra.  Apenas cuenta con MEDIO MILLÓN de habitantes, pero cada uno de ellos tiene un ingreso per cápita cercano  a los CUARENTA MIL DÓLARES POR AÑO.  Una bestialidad si lo comparamos con los magros cuatro mil de Costa Rica.  Y un crimen, si lo hacemos con los CIENTO NOVENTA Y TRES de Burkina Faso en el África.   Claro que los cuatro mil de Costa Rica, como en toda la América Latina, significa que cuatro gatos se quedan con el noventa por ciento, y el otro diez queda para repartir entre cuatro millones de habitantes.  Entonces, ¿qué será lo que hace que esa minucia que nadie sabe dónde queda sea un país primermundista con un ingreso per cápita superior al de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España e incluso Alemania?  ¿Será que toda su población está alfabetizada?  ¿Eso es todo?
            Varios países en la América Latina reclaman porcentajes de alfabetización superiores al noventa por ciento.  Argentina, Chile, Cuba y Ecuador dicen andar por encima de esa cifra.  Pero, ¿será cierto?  Entre nosotros la manía de los porcentajes de alfabetización tiene una similitud con la del ingreso por cabeza.  Contamos como “alfabetizados” a todos los individuos que se matricularon en la escuela aunque solo hayan cursado el tercero o cuarto grado de primaria, y lo poco que aprendieron se les haya olvidado.  En cambio, esos números en Alemania, Luxemburgo o Liechtenstein, significa que esos individuos recorrieron TODO EL CAMINO hasta terminar la Universidad, y que son útiles en la producción de riqueza.  Así que nuestros alfabetizados NO CORRESPONDEN a los de Inglaterra, Francia, Noruega, Irlanda o Luxemburgo.  Aclaramos esto porque a la hora de hacer comparaciones, nos puede llevar a conclusiones erradas.  ¿Cómo es que la Argentina con el 97% de alfabetizados es un país tercermundista en toda la extensión de la palabra?  ¿Cómo es que se encuentra por debajo de esa miserable línea del ingreso per cápita inferior a los cuatro mil dólares por año?   Está por debajo de México, Chile, Costa Rica, Panamá, Puerto Rico y Venezuela.
            Entonces, ¿son falsos los indicadores que dan los gobiernos?  No es posible, porque el producto interno bruto confirma esos números que fijan la categoría tercermundista.  Es seguro que el analfabetismo es un factor importante, aunque no lo suficiente para considerarlo como la causa única del subdesarrollo.  España tiene un índice de alfabetización igual al de la Argentina, pero con un ingreso per cápita de 21 mil dólares por año (más de seis veces mayor).  Por ahí anda Irlanda (98%) pero con un ingreso de 37 mil dólares por cabeza.  Y ni qué decir de Islandia, una roca helada en medio del mar, sin recursos de clase alguna, pero sus habitantes tienen un ingreso de 39 mil dólares por año como promedio.  Muchos de estos países de la Europa desarrollada NO TIENEN riquezas bajo su suelo.  Solo la de la cabeza de sus habitantes, como el caso de Andorra, Dinamarca, Holanda, Liechtenstein, Suiza y otros que han hecho valer el ingenio humano por encima de las carencias materiales en su suelo.
            El caso de Japón es notable, pues bajo tierra no tienen nada más que fallas que les producen terremotos, y sin embargo, han creado un país que solo es superado en volumen de riqueza por los Estados Unidos.  Cero medios materiales, pero infinitos en la mente de sus moradores. América Latina tiene los más vastos inventarios del planeta, pero por desgracia, también tiene a las oligarquías criollas que, lejos de correr el menor riesgo, han creado un modelo económico inamovible: ser suplidores de materia prima.  A cambio de migajas y la garantía de ser mantenidos en el poder, han renunciado a la posibilidad de transformar nuestra riqueza bruta en productos elaborados de alto valor.  Cero industria. Solo materia prima.  Argentina y Brasil desperdician enormes extensiones de sus mejores tierras en producir vacas.  Solo vacas.  Brasil y Colombia, café.  Colombia tiene de todo, incluyendo petróleo pero, también tiene a una feroz oligarquía que es la dueña de todo y que hace que el ingreso per cápita de esa nación (1 740 dólares) ande muy cerca del de los países africanos (quinto mundo). Con gente lista, blanca, “alfabetizada” y bonita como Chakira, es un productor generoso de emigrantes en busca de mejor vida.  Ese es el patrón de toda la América Latina, y eso es injusto e intolerable.
            Según las cifras oficiales, todos tenemos “altos índices de alfabetización”, recursos ingentes, tierras riquísimas, agua abundante, climas inmejorables pero… SEGUIMOS SIENDO TERCERMUNDISTAS.  Como lo he dicho varias veces: ni el mejor de nuestros países se acerca al peor de los del primer mundo europeo.  Y eso tiene que tener alguna explicación.   Mejor dicho, ALGUNA SOLUCIÓN, porque las explicaciones son claras, abundantes e irrecusables.  Aparte de hierro, ese puntito llamado Luxemburgo, solo cuenta con el tesoro de sus habitantes.  Medio millón de personas que entienden muy bien lo que es la Patria, y el derecho que tienen todos a disfrutar el producto del trabajo de todos.  Un pequeño país en donde NO HAY EXPLOTADORES que se creen con el derecho divino de embolsarse todo lo que produce la nación.  Con políticos honrados que jamás confunden sus negocios personales con los del Estado, y que no utilizan el poder que les confieren sus conciudadanos para aprovecharse e incrementar sus fortunas a la sombra del Estado.  Eso es Luxemburgo, algo parecido a San Marino, Liechtenstein, Mónaco, Andorra, Chipre y otros cuantos paisitos que no se ven el mapa, pero cuya gigantesca presencia moral no solo hace avergonzarse a países descomunales de nuestra América, sino que se han ganado el respeto incluso de los Estados Unidos.  Eso es Luxemburgo.  Una nación que no “se vende ni entrega sus recursos a cambio de migajas”.
            Fraternal y esperanzadamente     Ricardo Izaguirre S.                    E-mail:  rhizaguirre@gmail.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario