martes, 1 de marzo de 2011

896 Educación II


896   “LA CHISPA    (17 febrero 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
COMODÍN POLÍTICO: EDUCACIÓN II
            Sentado que la Educación es la única vía hacia el desarrollo de una nación, solo queda implementar esta como un PROYECTO NACIONAL prioritario.  No una cuestión de partidos ni de grupos sino de toda la sociedad.   Debe verse como la tarea más importante que jamás nos hayamos impuesto; como el plan salvador que habrá de catapultarnos desde la caverna tercermundista, hasta las cumbres soñadas del mundo desarrollado.  Pero esta no debe ser una labor para lucimiento personal ni para la satisfacción de vanidades políticas, sino un áspero sendero de sacrificio para el logro de una meta de redención social.  Un esfuerzo total al servicio de TODOS los ciudadanos y no solo de la elite económica.  Veamos un ejemplo de lo que NO debería suceder en la Educación: Ayer 16 de febrero salió en la prensa una noticia llamativa, y talvez importante, pues se trata de un edificio emblemático como es el Colegio de Señoritas.  Dice el periódico que se gastaron 1.800 millones de colones en su remodelación.  MIL OCHOCIENTOS MILLONES DE COLONES.  ¡Qué bien, enhorabuena para las chicas!  Pero el mismo día, la televisión nos señaló el horror que se vive en las zonas alejadas en materia de infraestructura “educativa”.  Nos mostraron el drama de la escuela Betania de Siquirres (¿o Guápiles?) que se está hundiendo y cayendo a pedazos.  ¿Cómo se justifica eso? 
            Entendemos la preferencia por el centro educativo de San José.  Este es más visible, llama la atención, es buena propaganda político-educativa, da réditos electorales, es más importante históricamente que la escuelita Betania que nadie ve ni sabe dónde queda.  Ni yo.  Allí no llegan los turistas y nadie ve esa desgracia.  No es que esto del Señoritas no sea bueno; el problema es que se ha convertido en la norma.  Una política liberal que tiene la tendencia a la concentración de buenos centros educativos en los sitios donde residen los miembros de la oligarquía.  Aquí abunda la oferta de buenas, cómodas, modernas y bien dotadas instituciones para los hijos de ricos.  Allí están todas las universidades.  ¿Y el resto del país?  Que se las arreglen como puedan, pues lo que cuenta en la fachada, con lo que se pueda impresionar a los visitantes y a la gente de la capital.  Esa es la educación tradicional, pero no la Educación que necesitamos para salir del atraso.  Tampoco se trata del afeite de la alfabetización primaria o secundaria, sino del proceso TOTAL.  No es cuestión de brindar el quinto o sexto grado para rajar que tenemos un 95% de gente instruida, pues esos porcentajes nada significan y son tan insustanciales como el famoso “ingreso per cápita”.   100% de alfabetización hasta tercero o sexto grado sirve de muy poco; mucho menos que uno del 3 ó 4 % de universitarios.  Por eso se dijo que la Educación es un proceso integral.  Si no es así, su valor es limitado en los resultados finales.
            La tesis de la oligarquía es que a la gente del campo NO se le dé educación, pues cada ciudadano que la recibe es un esclavo menos; un Hombre que se libera de ser mano de obra barata.  Y eso no conviene a los poderosos; por lo tanto, no existe interés real por proveer esa opción al mundo rural.  Lo único que el Estado hace, para salvar las apariencias, es crear chinamitos (“escuelas”) de mala muerte en cualquier caserío marginal.  Pero el resultado de esta “educación” será malo, sin importar la buena voluntad y empeño que estos heroicos maestros unidocentes pongan en su trabajo.  Mal pagados, mal asistidos y, en muchos casos mal preparados, su labor está condenada a dar frutos mediocres y frustración general en esas juventudes campesinas.  Por eso se dijo que la EDUCACIÓN ES CARA.  Y aunque el barniz es barato, su producto es casi nulo, pues son los chicos que no ganan los exámenes de “eliminación” en las universidades.  Es por eso que la primera demanda una gran inversión que las clases gobernantes NO están dispuestas a realizar, pues tal acción trastrocaría el orden de las cosas; el plácido establishment que les garantiza una población semi-alfabetizada para la manufactura y ventas, y una legión interminable de burros como mano de obra barata.  Los educados son competencia y un peligro; los analfabetos, material para eternizar tanto el sistema político como el económico.
            Muchas damas de alcurnia de nuestra sociedad estuvieron en el Colegio de Señoritas, y deben estar orgullosas por su liceo.  ¡Felicitaciones para ellas!  Pero, ¿cuántas estuvieron en la escuelita de Betania?  Ni una.  Ninguna tuvo la vergüenza de ser alumna de un tugurio que se está desmoronando.  Y ese es uno de los problemas que tratamos de plantear ante los interesados.  La educación estatal debe estar dirigida hacia las grandes mayorías carentes de medios financieros, pues ese es su pasaporte hacia una vida mejor.  Los ricos tienen dinero y pueden costearse una educación refinada en centros citadinos de cualquier precio.  Pueden construir los edificios que quieran.  De lo mejor.  Y no es justo que se aprovechen de las escuelas, colegios y universidades públicas y les quiten campos a los más necesitados.  La Educación de Verdad DEBE contemplar este aspecto.  ¿Por qué la Universidad de Costa Rica debe llenarse con estudiantes que provienen de colegios privados carísimos?  Y además, con becas del Estado.  Algo anda mal en ese asunto.
            Mientras a la educación se le dé ese tinte elitista (¿inconsciente?) que ve con menosprecio a la población rural, estaremos jodidos. Mientras se privilegie a los centros urbanos con las mejores escuelas, colegios, universidades y maestros más capaces, no habrá Educación sino barniz; y eso no conduce al desarrollo.  Mientras se mande al campo una legión de “educadores” improvisados, mal pagados y descontentos, no habrá educación de calidad que nos saque del hueco donde estamos.  Mientras el Ministerio de Educación crea que para Siquirres es suficiente una escuelita como Betania, seguiremos en picada.  La visión mezquina que se ha tenido con este ministerio, que es considerado como una incomodidad política, es la causa de los pobres resultados que hemos logrado en la educación.  Y aunque no es justo negar lo que se ha obtenido como resultado de esta, es fácil adivinar hasta dónde podríamos llegar si a este despacho se le diera la importancia que en realidad se merece.  Este es la catapulta única que nos puede impulsar hacia la esquiva meta del desarrollo.  INVERSIÓN es la clave, y así debe verse.            Quien logre poner en marcha este proceso, será el verdadero Reformador de la Educación en Costa Rica.  Pero es un güeso muy peludo y lleno de hormigas.  ¿Quién le pone el cascabel al gato de la oligarquía?                     (¿Cómo anda esto en sus países?)
            Colegialescamente                                                                                                           
                                          RIS                         E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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