sábado, 12 de junio de 2010

167 La bicicleta

167    “LA CHISPA”

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”,

LA BICICLETA

    Ahora que hemos llegado a “la charca del cocodrilo” con el asunto del petróleo, aparece en nuestro futuro el único medio que podrá salvarnos de sucumbir: LA BICICLETA. Por años y generaciones la hemos visto con menosprecio, y únicamente aceptable para niños en los parques; o para deportistas los fines de semana. Como país “rico” que nos creemos, no hemos considerado la posibilidad de aprovechar en forma seria, la enorme versatilidad de esta humilde pero heroica máquina, y hemos llegado a suponer que su utilización es propia de países muy pobres o atrasados. Hemos menospreciado un vehículo maravilloso no solo en el aspecto comercial, sino en el referente a la salud y a la sanidad en general. Pero la situación que se nos viene encima, nos hará cambiar de opinión, nos guste o no. Veamos las ventajas de la bicicleta: no ocupa espacio considerable, pues se le puede colgar del techo con un par de ganchos. Es muy barata y su mantenimiento es prácticamente CERO. No hay que ir a RITEVE ni a afinarle nada. No produce contaminación de ninguna especie, y salvo mucha mala suerte, es prácticamente imposible matarse o matar a otros conduciéndola. No produce fuga de divisas, pues se pueden fabricar aquí, al tiempo que se crean fuentes de trabajo y se utilizan materiales criollos. ¿Se imaginan cuántos infartos se evitarán como resultado del ejercicio que hagamos?
    Es muy liviana, y si nos cansamos y no podemos subir determinada “cuesta”, es muy fácil empujarla y ascender caminando. Y por el asunto de vanidad, fácilmente podríamos cambiar de modelo cada año. Y la simple posibilidad de parar la masacre que llevan a cabo los automóviles en nuestras carreteras, hace que la idea de usar la bicicleta sea una maravilla. Vean cómo funciona en Puntarenas; así también funcionaba en el Limón de mi juventud, cuando la carretera no había llegado a perturbar la bucólica paz de nuestro puerto. Todos andábamos en bicicleta. Era un artefacto muy popular y querido. Pero no solo es el aspecto de transporte el que debemos considerar con ella, sino también el comercial. En la China es la herramienta principal de transporte liviano; es lógico que no podemos transportar un “contenedor” en una bicicleta, pero eso sí, infinidad de objetos de tamaño mediano, para los cuales un camión resulta un desperdicio. Como llevar una cocina, una refrigeradora o un sofá. En China y la India funcionan bicicletas (triciclos) que tienen una plataforma grande sobre la cual acomodan toda clase de mercancía; lo mismo sucede en Vietnam, Tailandia y casi toda el Asia, incluyendo al riquísimo Japón. En México funcionan las “pulmonías”, que son bicicletas adaptadas para el transporte de pasajeros en los malecones de los puertos. Pero si alguien me dice que eso está bien en México porque es un país pobre y no rico como Costa Rica, les diría: yo tuve la oportunidad de pasearme en esas bicicletas tiradas por personas a todo lo largo de un bellísimo malecón. Y no fue en Sinaloa o Baja California, sino en el mismísimo Honolulu, nada menos que en la playa de Waikikí. En el corazón mismo de la riqueza y el boato. Y si los gringos no sienten vergüenza ni ponen reparos al prestar ese servicio ¿por qué habríamos de hacerlo nosotros? ¿Que la situación es diferente? ¡Claro que sí! Pero el principio básico es el mismo.
      Cualquier carga familiar puede ser llevada en una bicicleta de estas en unos dos, tres o cuatro viajes. Sin gasto de gasolina, solo agua para el chofer. Además, podríamos instalar el servicio de “Bixi” (bicleta-taxi) con esos mismos vehículos adaptados al servicio de uno o dos pasajeros.
Desde luego que se imponen cambios de orden gubernamental y técnico. Deberá hacerse un área de exclusión en el centro de San José, en donde solamente puedan circular “bixis” y bicicletas. Ese espacio estaría situado desde la avenida 12 al sur, hasta la avenida 11 al norte; y desde la calle 11 al este, hasta la calle 12 en el oeste. Los repartos de carga que requieran vehículos grandes, se harían de 12 de la noche a 5 de la mañana. ¿Quién no puede caminar cinco cuadras hasta el centro de la ciudad, según vaya del norte, sur, este u oeste? Son las cinco “cuadras de vida” que nos ayudarían al funcionamiento de nuestro corazón. Los buses solamente pasarían en forma tangencial a ese cuadrado central de la ciudad; por las avenidas 11 y 12, y por las calles 11 y 12. Y de allí, para cualquier parte. Porque ¿qué hace un armatoste de barrio la Cruz circulando por toda la avenida primera, después por la tercera; taqueando las cuadras del Mercado Central, y luego importunando por toda la avenida segunda. Y no solo estorbando y amenazando la vida de los peatones, sino llenando de gases mortales la atmósfera de la ciudad. La gordura, como plaga nacional, entraría en remisión.
     Claro que habría que hacer varios cambios viales, tales como habilitar carriles para ciclistas, e incluso, alguna que otra calle o avenida exclusiva para el uso de los ciclistas. Así se podría viajar desde cualquier punto cardinal al centro de la ciudad por una calle o avenida segura. ¿Más cambios? ¡Claro que sí! Las bicicletas de tres ruedas, que les den a los viejos y a las personas gorditas la seguridad de que no se van a caer, ya que las bicis de dos ruedas son ideales para jóvenes, pero bastante peligrosas para los mayores. Triciclos con un cajón atrás, en donde la persona pueden transportar cosas personales; compras de la tienda o del mercado de verduras; conducir niños a la escuela o llevar a pasear al perro. En fin, el universo de posibilidades de la BICICLETA es enorme. Yo mismo he presentado varios proyectos (bocetos) de este tipo de triciclos a varios comerciantes importadores de bicicletas; e incluso a un fabricante situado en Belén. Triciclos con cajita de cambios automáticos, frenos de disco, luces y la posibilidad de instalarles, opcionalmente, un pequeño motorcito de gasolina para los momentos críticos o de mucho cansancio. ¿Un sueño alocado? Talvez... Pero los halcones del petróleo nos dicen que no está muy lejano el día en que tengamos que pensar en serio en este menospreciado vehículo, como una de las alternativas de transporte del futuro. No se burle, pues antes de lo que piensa, tendrá que andar “volando pedal”, o caminando.
    Distribuya esta “Chispa” y coméntela con sus amigos; es la respuesta ante la crisis del petróleo, la cual NO TIENE MARCHA ATRÁS Y EL PETRÓLEO NUNCA VOLVERÁ A SER BARATO.
Bicicleteramente
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