miércoles, 16 de junio de 2010

281 ¿Cómo hacer una Selección?

281 “LA CHISPA” 
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

¿CÓMO HACER UNA SELECCIÓN DE FÚTBOL?

     ¡Ya terminó el suplicio! Un fracaso más, y a buscar fórmulas de consuelo. Ya un periódico nos dijo que uno de nuestros jugadores está en la “selección ideal” de la Copa de Oro. ¡Vaya éxito! Pero dejemos eso por ahora, y hagamos una reflexión acerca de cómo debe ser el proceso para conformar al Equipo Nacional. El primer requisito quedó en videncia en la final, cuando los jugadores se dan la mano antes de iniciar el juego: había un gringo que les sacaba a todos los mejicanos, una ventaja en estatura como de un metro. Y casi todos los yanquis parecían medir más de dos metros. Entonces ¿qué puede hacer una chaparrito de 1.65 m. o menos frente esos gigantes? Y sobre todo, cuando hemos adoptado los métodos de juego europeos; cuando hemos castrado la creatividad individual para someterla a rígidos modelos propios de Europa y U.S.A. El fútbol latino tiene su fuerza en el ingenio personal, imaginación e improvisación sobre la marcha. El genio y la habilidad personal son los elementos que hacen la diferencia y nos permiten superar nuestras desventajas físicas ante ellos. Como el caso de los liliputienses Maradona y Messi. Pero si hemos renunciado a esas virtudes propias de nuestros jugadores y nos hemos sometido a sus normas, estamos perdidos. Si nos hemos colocado en su terreno, estamos fritos.
Pero vayamos al grano: el primer requisito para formar la selección debe ser de tipo atlético. La estatura mínima debe ser de 1.85 m. Tener buena contextura y excelente masa muscular que le permita ser un atleta de altísimo nivel. Amplia visión periférica y capacidad intelectual probada por todos los medios de los que se dispone para estudiar el C.E. (coeficiente intelectual). Tener un mínimo de catorce años y uno máximo de 18 NO para ingresar a la Selección, sino al PROCESO de selección. Todo candidato (que pueden ser centenares) debe aceptar las condiciones extremas que le impondrá esa suprema responsabilidad de ser parte del Equipo Nacional, pues estar ahí requiere dedicación en cuerpo y alma. Todo lo demás es secundario. Además, deben estar preparados anímicamente para confrontar las inevitables decisiones del cuerpo técnico y la posibilidad mayoritaria de ser excluido, ya que en la búsqueda de la excelencia, millares tienen que ser desechados. La selección NO se integrará bajo presión de los equipos ni por propaganda de “comentaristas deportivos”. Debe ser un trabajo técnico realizado por especialistas de alto nivel, traídos del exterior, en donde existen escuelas de probada calidad mundial. Toda forma de chovinismo debe eliminarse de este proceso.
         La Selección debe ser un proyecto Nacional y no el acuerdo de intereses de unos cuantos clubes. El plan debe ser a un plazo de cuatro años, para que cuando los que ingresaron en la fecha de inicio, tengan 18 y 22 años, la edad ideal del futbolista; cuando está en la cima de su forma física y mental. Porque salvo las excepciones de los “monstruos” como Pelé, Maradona, DiEstéfano o Cafú, la “vida útil” de un futbolista empieza a marchitarse a los veinticinco años. Talvez treinta en los superdotados. Pero para cuando estos sean marginados de la Selección, ya habrá dos o tres camadas de jovencitos “hambrientos” de gloria y fama, dispuestos a sudar sangre con tal de “banquearlos”. En la Selección no debe haber vacas sagradas de más de veintiocho o treinta años; ni siquiera los porteros. A esa edad ya empezó el “aburrimiento laboral”, y si no se es una estrella excepcional, es seguro que ya empezó la declinación, y quien ya entró en esa fase, nada tiene que hacer en una selección. Aparte de ser una anécdota curiosa y risible, ¿qué hace un “roquito” de 35 años en una selección? ¿Acaso no hay decenas de muchachos veinteañeros que puedan realizar esa labor con reflejos de gato? Recuerden a Indunni y compañía. Si en el último mundial Peckerman no hubiera cometido el error de incluir al mamulón Cruz en lugar de poner a Messi, la historia contra Alemania hubiera sido otra. Es cierto que Cruz es alto, pero tan tieso como los alemanes, y con la mente atrofiada por los métodos europeos.
Debe crearse una “filosofía” del fútbol nacional, el cual debe volver a los orígenes, pero sin menospreciar los adelantos técnicos y tácticos que se han desarrollado para lograr una fisonomía personal; una escuela definida pero siempre en continua evolución hacia metas superiores. Pero ante todo, no se debe IMITAR a nadie. El imitador SIEMPRE será un “segundón” obligado a hacer mutis cuando aparece el original. El equipo seleccionador debe explorar todo en búsqueda de la excelencia, y tener mentalidad de ganadores, pues a un campeonato no se asiste solo “para ver hasta donde llegamos”. Eso es mediocridad declarada. A un mundial se va con la convicción de que vamos a ganarlo, ya que en la cancha somos once contra once, aunque el país rival sea China, U.S.A o Brasil, pues en la cancha solo juegan ONCE. Recordemos el ejemplo de Uruguay y el fatídico maracanazo. “Once cobardes uruguayos”, como dijo la prensa brasileña, pusieron de rodillas al gigante, y silenciaron el coro de doscientos mil ululantes torcedores. Los seleccionados JAMÁS deben pensar que somos “chiquitos”, “poquitos” o “pobres”, pues dentro de la cancha lo único que cuenta es la determinación; pero la determinación bien sustentada por un largo y meticuloso proceso de formación. Los vinos y los güisquis alcanzan su mejor punto luego de años de maduración. Después de un cuidadoso método de selección, mimo, paciencia y sabiduría puestos al servicio de la calidad, ya que los que no sirven son desechados. Solo cuando eso se dé a plenitud, tendremos derecho a exigir resultados. El mejor ejemplo de este método de sentido común, fue el de Chile en “su” mundial.
             Claro que ese proceso NO ES GRATIS NI BARATO. Si no hay inversión, no puede haber frutos; por eso es que sostenemos que la formación de la Tricolor deber ser un proyecto Nacional si aspiramos a cosas importantes. Pero si no es así, renunciemos a los sueños grandes, continuemos con nuestro campeonatito y organicemos un Centroamericano con una de las tantas “selecciones” geriátricas e improvisadas. Si usted tiene otras ideas, hágamelas saber y las incluiré en otra “Chispa”. Todo sea por la excelencia.
Futboleramente
RIS

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