martes, 14 de abril de 2015

888 ¡Egipto vive!



888     LA CHISPA       
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¡EGIPTO  VIVE!
            Desde el Valle de los Reyes, los majestuosos y altaneros faraones están tocando tambores a rebato, pues ha llegado la hora de la reivindicación del imperio más glorioso y duradero de la historia.   Es hora de enarbolar la bandera de la dignidad del pueblo árabe y decirle al capitalismo bárbaro, que el nuevo milenio demanda otro tipo de relaciones entre las sociedades del mundo.  Con IGUALDAD y RESPETO.  Que la era entre amos y lacayos no puede prolongarse indefinidamente; que Egipto vive y está dispuesto y listo para hacerse cargo de su propio gobierno, como lo ha hecho durante decenas de miles de años.  Mil dinastías de reyes admirables reclaman para su patria un lugar de honor en la ONU.  Un sitio decente para una de las civilizaciones más grandes que ha producido la humanidad.  Un sitial señero para la nación que hizo la historia y sentó las bases de la cultura europea.  El imperio que proveyó no solo los conceptos más elevados de la filosofía, sino la base litúrgica y mística de casi todos los cultos del mundo moderno.  La tierra de donde se copiaron TODAS las religiones de occidente.  En el país de la enigmática Esfinge se nutrieron de sabiduría los grandes pensadores de Grecia y, a través de ellos, el saber milenario de Egipto se incorporó a Europa. 
El plácido y bucólico panorama del Oriente Medio y África del norte está empezando a ponerse turbio.  La imagen de los beduinos guiando a sus haraganes camellos se está transformando; los folclóricos egipcios en sus camisones blancos al servicio del turismo, de repente han tomado un cariz que ha hecho que un hondo escalofrío recorra la columna vertebral del capitalismo.  La antigua nación, madre del conocimiento occidental, ha despertado de su letargo político y quiere tener presencia en el círculo de las grandes potencias mundiales y decidir su rumbo político y destino.  Ya se hartaron de la humillante situación a la que se han visto reducidos las últimas décadas en las que, un servil y vendido hombrecillo, hipotecó la decencia de este orgulloso país cuya historia de grandeza abarca cientos de siglos de gloria y poderío.  ¡Basta ya! –han dicho--.  Y después de verlos como una sociedad de tercera categoría, sumisa, envilecida y conforme, el planeta se ha quedado perplejo por el llamado que los faraones les están haciendo a todos los pueblos de la tierra que viven circunstancias tan miserables como la de ellos.
            Egipto es la puerta del Medio y Lejano Oriente, la llave del petróleo y las eternas rutas del comercio.  Es por eso que Europa y USA están preocupados.  No por los logros y justicia a la que aspira ese pueblo, sino por el peligro que para sus intereses económicos puede resultar de la intifada egipcia.  El líder natural de la raza árabe se encuentra postrado desde hace más de tres décadas, cuando el servil Mubárak entregó la soberanía de su país a las fuerzas judío-gringas a cambio de que estas le garantizaran la eternidad en el poder.  De esa forma, Egipto se convirtió en un incondicional de Israel y USA y, de la manera más desvergonzada, se destruyó el orgullo patrio que Gamal Abdel Nasser había hecho germinar en la vieja tierra de los hijos de Ra.  Tres decenios no solo de miseria sino de corrupción absoluta, la cual ha impedido que este extraordinario país ocupe el lugar de guía que merece en la sociedad agarena.  Por encima de Irán, Irak, Arabia Saudita o Siria.  Durante estas tres décadas tanto Mubárak como Egipto solo han sido los lacayos del poder gringo-sionista, y que gracias a la posición estratégica que ocupa, ha permitido la ocupación militar del Medio Oriente por esa bárbara falange.  Mubárak ha sido la vergüenza de los árabes, pues no ha habido acción vil de occidente en contra de los pueblos medio orientales, que no haya contado con la participación y aquiescencia de ese bellaco.  Incluso ha sido el peor verdugo de sus hermanos de raza palestinos.  El papel de feroz guardián ejercido por Egipto en contra de la nación Palestina, ha sido de lo más miserable que se pueda pensar.  Todo para contar con el respaldo incondicional de judíos y gringos que, ahora, buscan una salida “democrática” que pueda garantizarles sus intereses y el libre paso de sus naves de guerra por el canal.
            La tierra de Amenhotep, Ramsés, Amenofis y una numerosa pléyade de grandes líderes, ha pasado por largos períodos de dolor y usurpación; por tiempos de desesperanza e invasión.  Incluso soportó casi dos siglos de dominación de los hicsos, pero al final, terminó por imponerse la grandeza de esta milenaria raza destinada a liderar esa rica y maltratada región.  Pero ahora, desde sus tumbas en el Valle de los Reyes, aquellos altaneros faraones, avergonzados por la conducta miserable y vendepatria de Mubárak, han llamado a su pueblo a la guerra de restitución del decoro de los hijos del Nilo.  Soplan aires de cambio en una región que ha sido explotada, sometida al servilismo, robada y engañada por el imperialismo occidental (Europa y USA).  Una nación que ha sido expoliada de la manera más vil imaginable, empieza a darse cuenta de quiénes son y cuál es el papel que les corresponde en la política global.  Egipto DEBE ser el centro mundial de la industria petroquímica y, desde ahí, se deben fijar las reglas que controlen y regulen el suministro de este valioso recurso que, por ahora, solo tiene como beneficiarios a los europeos y gringos, a Mubárak y unos cuantos jequezuelos de pacotilla del área, mientras sus habitantes se debaten en los linderos de la miseria. 
            Pero no solo se trata del beneficio económico que ese pueblo se merece; tampoco de la influencia política que debe tener en el mundo, sino de ser resarcido del más grande robo del que ha sido víctima una sociedad.  El mayor patrimonio cultural de la humanidad fue saqueado de Egipto por las potencias europeas, y gran parte de él, adquirido por los Estados Unidos de manera ilegal y fraudulenta.  Llegó la hora del “payback”.  Hay fiesta en el Valle de los Reyes porque, al fin, el país de Kem ha tomado consciencia de su valor e importancia; que ha llegado al límite de su paciencia y que, airado y al unísono con el aliento de las antiguas dinastías, le grita al mundo entero que este es el tiempo de la restauración del pundonor y grandeza de la tierra del Nilo.
            ¡Que Amón los proteja y guíe en su lucha reivindicatoria!   ¡Larga vida al imperio de los faraones!
            Arabescamente
                                      RIS                                   E-mail: rhizaguirre@gmail.com
Blogs:      La Chispa       http://lachispa2010.blogspot.com/    con link a          Librería en Red
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