miércoles, 22 de abril de 2015

779 Algo sosbre mi libro "El Análisis"



779    LA CHISPA                                         
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
ALGO SOBRE MI LIBRO “EL ANALISIS”
            Hace casi cuarenta años, por sugerencia de unos amigos con quienes solía tener apasionadas conversaciones sobre diversas temas sociales, empecé a escribir un mamotreto al que, en principio, titulé como “La trampa Social”.  En él fui incluyendo muchos de los temas que tratábamos en nuestras tertulias, incluyendo los devocionales, aunque nunca fue mi idea escribir algo exclusivo sobre eso.  Fui agrupando en capítulos toda la materia semejante y hasta ahí todo iba bien.  Pero cuando llegué al de las religiones, este empezó a crecer de manera inesperada hasta que este alcanzó más de un millar de páginas.  Fue entonces cuando decidí abandonar todo lo anterior y escribir únicamente sobre la Biblia, el origen de casi todas las creencias occidentales.  Algo sobre la obra más popular, venerada y duradera que hay.  También fue por eso que decidí no leer ni consultar nada que no fuera ella para que mi trabajo no sufriera influencia alguna ni se me colara material reciclado.  En el análisis que hice, esta es la única fuente de conocimientos; así se mantuvo prístina la corriente de información que utilicé en la confección de mi estudio.  Toda la argumentación que propongo surgió solo de las Escrituras, sin contaminación alguna.   Al principio sentí temor, pues pensé que se trataba de un intento temerario ante una fábula colosal que ha resistido a la Historia y a todas las tentativas que han hecho muchos para descalificarla.  Pero a medida que avanzaba y descubría sus debilidades, llegué a convertir mi trabajo en una obsesión.   Seguí adelante no sé por qué; sabía que nadie se interesaría en publicar algo así, que va en contra de lo que cree en forma ciega la gran mayoría de la gente europea y americana; sin embargo, decidí llegar hasta el final, aunque nunca fuera publicado mi libro.
Debo decir que para ese tiempo me encontraba a la deriva desde el punto de vista de la fe: en un mar de dudas.  Cansado de todo y sin conclusión alguna.  Había peregrinado por los campos del catolicismo y protestantismo, que me parecieron demasiado dogmáticos.  Luego me inscribí en el hinduismo y, a través de este, conocí el budismo, religiones que profesé con cierto fanatismo visceral que solo se atenuó cuando me puse en contacto con “La Doctrina Secreta” de Mme. Blavatsky.  También me ayudaron mucho mis estudios en la Orden Rosacruz pero, sobre todo, mis lecturas apasionadas de la obra de J. Krishnamurti, que me hicieron perder el miedo reverencial a los mitos sectarios.  Fue entonces cuando decidí que era necesario concentrarme solo en ese punto y desarrollarlo de manera independiente. De esa manera nació “EL ANÁLISIS”, un estudio irreverente acerca de la llamada Palabra de Dios.   Así empezó a surgir una entidad producto de mis experiencias vitales a través de las varias cofradías a las que pertenecí en mi juventud, las cuales, paradójicamente, me llevaron al ateísmo; y tal estado me condujo al estudio metódico y objetivo de la Biblia, pero sin atender a ningún dogma de fe, de manera irrespetuosa a la autoridad.   En mi trabajo no hay voces autoritativas de nadie, y todos los alegatos tienen como génesis al Libro Negro.  En eso consiste su originalidad.
            En el epitome de mi libro digo que con él y otros que vendrían, los hombres terminarían por liberarse de la tiranía del brutal judaísmo y entrarían en el reino de la razón.  Ese era mi deseo y sigue igual.  Sin embargo, a partir de cierto tiempo, ha salido una serie de publicaciones que, sin aportar nada esencial a lo dicho en mi obra, han alcanzado gran popularidad como originales.   Y eso me molesta porque algunos son copiones que, sin agregar nada que valga la pena a lo dicho en “EL ANÁLISIS”, han acaparado los méritos de este como si fueran propios.   Yo dije que esperaba que el futuro aparecieran otros trabajos mejores y más profundos fundamentados en el mío, en nuevos conocimientos y más clara inspiración.  Es más, invité a los investigadores a que lo hicieran y que utilizaran mi tratado como base.   Pero eso no se ha dado; no he leído ni un solo nuevo aporte lógico o científico al estudio de la Biblia y a los hechos que allí se señalan como historia.  Solo repeticiones de las mismas observaciones que yo había hecho.  He visto una variedad de escritos que no solo son copias conceptuales de mi trabajo sino que, en algunos casos, son plagios literales, con las mismas palabras y subrayados.  Adornados con voluminosas bibliografías que nada o muy poco tienen que ver con la esencia del material que copiaron de “EL ANÁLISIS”.   Una versión en inglés es un plagio desvergonzado que llevó a cabo un individuo de nacionalidad griega.  Hay otros españoles.  Todos muy alejados de la posibilidad de aplicarles la justicia derivada de los derechos de autor.  Aunque eso no significa que no estemos trabajando en una demanda legal. 
            Para probar este hecho, los invito a leer, comparativamente, las obras de un autor español y “El Análisis”.  Y si al final sienten dudas de cuál es el original, vean los  ISBN o las inscripciones del Registro de la propiedad intelectual de mis escritos y los de ellos.   Eso no se puede plagiar ni ponerle fecha a capricho del autor o del copión.  ¿Y cómo se dio esta posibilidad?  Pues muy simple, para 1990 mi inexperiencia con las editoriales me condujo a cometer un serio error que un funcionario argentino de la Kier me puso en alto relieve.  Durante 1992 y 1993 envié DOCE copias enteras de mi texto a diversas impresoras de España.  También mandé cuatro copias a otras casas mejicanas y dos a Argentina.    Cuando le conté eso a este representante de la Kier en una feria del libro realizada aquí en Costa Rica me dijo: “Jamás se envía una obra entera, pues la está obsequiando a los cientos de plagiarios que hay en este negocio.  Solo adornan su trabajo, lo retocan, cambian palabras y el orden de los capítulos; lo llenan de una enorme bibliografía ficticia y, ¡ya tienen un ‘original’ a partir del suyo!”  Hasta entonces me di cuenta de la metida de pata y fui a registrar el mío, el cual quedó asentado bajo el número 5208, tomo VI, folio 148 del Registro de la Propiedad de Costa Rica el 29 de mayo de 1995.   Esa es la prueba de su originalidad; si hay otras inscripciones más viejas, quedan eximidas de este juicio de plagio.    ¿Y a qué viene toda esta explicación?  Pues al hecho de que algunas personas que han leído esos libros y el mío, me han hecho el señalamiento de su semejanza.  Incluso un amigo norteamericano que habla y escribe muy bien el español, me envió un ejemplar en inglés (del supuesto autor griego) con innumerables subrayados en los cuales ni siquiera se tomó la molestia de cambiar las palabras textuales que yo utilizo en “EL ANÁLISIS”.   Este señor me dijo: “Ahí le envío una vulgar copia de su libro, demande a ese mother fucker”.   
Ofrecí mi manual como base para aquellos investigadores que quisieran profundizar en el análisis de los escritos bíblicos, y que contaran con buenos y variados equipos, pero hasta el momento, todo lo que he leído no pasa de ser la misma temática de “EL ANÁLISIS”; nada valioso le han agregado, solo parches y anécdotas, chabacanerías y gordas bibliografías genéricas de donde NO pueden haber sacado el contenido de sus remedos.  Pero al parecer, así es el mundo de la literatura y de todos los productos intelectuales.  Y para paliar algo estas limitaciones que el mundo editorial contrapone a los escritores desconocidos, próximamente pondré mis libros en la Internet, en copias digitales y a bajo precio.   Espero que ustedes actúen los jueces de mi trabajo y que sea bien acogido por su valor intrínseco. 
       Saludos fraternales.
                        Ricardo Izaguirre S.         E-mail: rhizaguirre@gmail.com       
Blog:   La Chispa                                    http://lachispa2010.blogspot.com/
Nota: El libro “Al Análisis”, revisado y aumentado, YA SE ENCUENTRA A LA VENTA en la Editorial Amazon, bajo el nombre de “LA BIBLIA SIN ANTIFAZ”.  Que lo disfruten.

1 comentario:

  1. Don Ricardo, yo compré el Análisis allá por el 2001 en la Universal, un libro que despertó mi inquietud sobre la religión, por lo cual le agradezco.
    Quisiera saber donde conseguir en edicion física este nuevo libro, por favor.
    Gracias.

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