jueves, 14 de mayo de 2015

657 ¿Por quién doblan las campanas?



657    LA CHISPA                                               (26/06/09)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?
         Doblan por España, la “Madre Patria” que, siendo la supuesta primera selección del mundo, resultó humillada allá en aquel oscuro rincón del África.   ¿Y por quiénes?  Por los bárbaros ingleses de Amerrica.  Por una pandilla de desconocidos que no figuran en ninguna de las listas glamorosas del soccer.   Por una turba de  aparentes fracasados que venían de recibir dos palizas memorables a manos de Italia y Brasil.  Pero ahí estaba el detalle… como diría Cantinflas.   Los gringos NO SON mediocres que se arrugan ante la adversidad, sino que de esta, sacan la fuerza necesaria para acometer las empresas más ilusorias.  Ellos tienen MENTALIDAD DE GANADORES cuando compiten,  así se trate de  fútbol, escondidas, trompo, rayuela, bolitas, yacses o elevar cometas.  Y esa es la diferencia entre los elegidos y los mediocres: EL CARÁCTER.  Sin mucha técnica, pero con un sistema táctico férreo que defendieron hasta la muerte, pusieron de rodillas a la arrogante selección hispana, que nunca tuvo los arrestos ni la determinación para descifrar aquel jeroglífico defensivo que les plantó Bob Bradley, un advenedizo en el mundo del fútbol grande.   Apegados a un libreto tan repetitivo y aburridor como el de un pájaro carpintero, con un esquema sencillo y simplón, pero aplicado con una tenacidad semejante a la de los espartanos en las Termópilas, fue suficiente para rendir a los campeones de Europa.   A los yanquis no les impresionan los pergaminos de nadie y son irreverentes ante cualquier autoridad.  Así nacieron al mundo.  Con un equipo mediocre pero con voluntad acerina, acabaron con la “furia española” y la sumieron en la más dolorosa amargura que ha vivido en decenios. 
Parece que hay un hado maléfico para España en sus relaciones con los gringos: todo parece iniciarse con la guerra por Cuba, en la cual perdieron las últimas colonias que tenían en América, la Filipinas y quién sabe cuánto más.   No soy adivino, pero cuando vi las caras de los españoles al salir a la cancha, supe que iban a perder.  Se sentía en el aire un peso de pesimismo que gravitaba sobre los peninsulares, y el presentimiento de muchos se hizo realidad.  Hace tiempo hice un pronóstico acerca de los norteamericanos en estas justas: Que dentro de algún tiempo, no sé cuánto, habrían de ceñirse la corona mundial en ese deporte.  Y es que ellos no sienten complejos ante nadie; los pueden masacrar como lo hizo Brasil, pero siguen con la moral al tope: “We don’t care, we are Amerrica”.   Y no será porque tengan gran categoría ni porque sus jugadores sean tan virtuosos como los suramericanos, sino porque son organizados, tenaces, sistemáticos y, sobre todo, porque tienen una actitud de “winners”.   Y cuando eso existe, lo demás es secundario.  Si cualquier país latino futbolero tuviera el carácter con el que los yanquis han enfocado en fútbol en su país, sería campeón mundial eterno.  Ese es el paso final que les ha faltado a Brasil y Argentina, países con el material humano mejor y más abundante del planeta. 
Jamás pudo la timorata selección española encontrarle la punta a la madeja de un partido que se desarrolló al capricho de los yanquis.  Nunca pudieron los hispanos hacer valer su estilo ni sus condiciones, y más bien terminaron por plegarse a las directrices técnicas y tácticas que impusieron los americanos.  La metodología que han seguido para llegar al punto donde se encuentran, es la clave de su éxito presente y futuro.  Y este NO es producto de la casualidad o solo el dinero que han invertido, sino de toda una filosofía sustentada en lo que siempre ha sido la norma de ese pueblo: el logro de la excelencia, en lo que sea.  Ellos no son arrugados como nosotros, que nos rendimos ante los nombres de campanillas.  Entienden que en el campo son once contra once, y que lo que les puede faltar en técnica individual y colectiva, puede ser equilibrado con un esfuerzo supremo sacado de lo más profundo del alma. 
Nuestro reconocimiento sincero a un puñado de guerreros que, sin complejo alguno ante los pergaminos del rival, se apegó a un libreto desteñido pero efectivo; sin encanto alguno, sin gracia ni vistosidad, pero fríamente eficaz, demoledor y demostrativo de que no es suficiente creerse los mejores sino que hay que probarlo.  Dos certeras estocadas hasta la empuñadura, redondearon una faena en la que los gringos cortaron rabo y orejas al furioso pero impotente toro español.   Ya van encontrando su camino y se ve cierta fisonomía propia en el funcionamiento de ese equipo; ya empiezan a tener una escuela nacional.  Todavía no es la gran cosa, pero solo es cuestión de tiempo para que irrumpan plenamente en el escenario mundial de este bellísimo “sport”.  Ya lo aman, ya lo sienten y empieza a arraigarse en el populacho, punto que indica la mayoría de edad de cualquier deporte en el ámbito nacional.  Ellos saben que este también es un arma política, y que no pueden estar al margen de una diversión que mueve las más intensas emociones por todo el mundo.  No puede ser que USA no tenga nada que decir en esta actividad que reina soberana en todo el globo. 
Ahora les toca verse las caras con Brasil, otros que “tienen la costumbre de ganar”.   Por mi parte, deseo que los aplasten, pero… cualquier cosa puede pasar cuando un equipo tiene la determinación y mentalidad de los gringos.  Estoy seguro que tanto Dunga como sus jugadores tomarán muy en serio este encuentro, y sería bueno que los liquidaran desde el principio.  Sin embargo, hay que tenerlos en cuenta y tratarlos con respeto.  España pagó caro por su arrogancia, error que los llevó a dejar pasar el tiempo sin apretar la horca desde el mismo comienzo.  A un enemigo como el gringo no se le puede dar oportunidad alguna; hay que matarlo en la cuna, antes de que crezca y represente un peligro.   Esa fue la falla de España: los dejó crecer y que sintieran que los iberos no solo eran neutralizables sino que podían derrotarlos; que podían irrespetar al campeón de Europa, y así lo hicieron.   Eso no significa que USA sea superior a España, pues todavía están lejos de ese nivel, pero ya nos están anunciando de lo que serán capaces en un futuro no muy lejano.   Parece que es inevitable su éxito, pero una cosa es cierta: para pararlos hay que aplastarles la cabeza desde el inicio, porque si no, hasta Brasil se verá en problemas.  Como latino, espero que los brasileños les bailen samba sobre la cabeza y los manden de regreso con una docena de goles… por lo menos. 
Futboleramente
                           RIS                              E-mail:  rhizaguirre@gmail.com
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