jueves, 28 de mayo de 2015

468 ¿Es congénito el terrorismo?



468   LA CHISPA  

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿ES CONGÉNITO EL TERRORISMO?
           
A través de su infinita maraña de medios, el judaísmo ha logrado ubicar el problema del terrorismo en un terreno favorable a sus intereses.  Primero, lo asociaron al Islam y en una maniobra astuta, ellos se colocaron en el otro extremo.  Islam, el Mal; Judaísmo, el Bien.  Occidente liderado por los judíos y su Biblia, el Bien; el Oriente Medio guiado por el Corán, el Mal.   Hábilmente ligaron un fenómeno producto de la injusticia social con la cuestión religiosa, a sabiendas de lo sensibles que pueden ser los “cristianos” a las leyendas religiosas de la Biblia y del maniqueísmo inherente a su doctrina.  Planteado así el fenómeno moderno de la subversión, las causas de esta pasan a ser material secundario y solo cuenta el aspecto religioso: todos los terroristas son islámicos. . . y viceversa.  El Islam como sinónimo de Maldad.  Lo son por naturaleza, porque lo traen en la sangre y en los genes.  Son malos, bombarderos y destructores porque esa es la naturaleza del Corán y todo lo que tiene que ver con esa raza y religión.  Y como el gran público nuestro solo se alimenta de la televisión (CNN) y las cadenas periodísticas propiedad del mismo capital, el círculo de ignorancia y desinformación se cierra sobre una gran masa de gente ingenua y creyente.  Y eso abrió la posibilidad catalogar a todos los árabes dentro de una sola clase: eliminables.  Ellos son terroristas malos, y nosotros, los antiterroristas y buenos cristianos”.  Judíos y gringos del lado de los buenos.  Y TODOS los árabes en la acera de los malos, aunque sean buenos amigos de USA, como Mubarak y Fahd Ben Adul Aziz al Saud y una larga lista de reyezuelos serviles, que gozan de la protección de Occidente mientras entreguen el petróleo cumplidamente a las pirañas de los carteles petroleros de Norteamérica o Europa.
Pero, ¿cuál es la causa del terrorismo?  ¿Es algo espontáneo que brota así nada más como el sarampión o la varicela?  ¿Basta con ser musulmán y haber leído el Corán para ser militantes de Al Qaeda?  ¿Se trae en los genes y, de repente nos decimos: de ahora en adelante soy terrorista?   Y otra pregunta, ¿solo los árabes  lo son? ¿Es esta actividad condicionada por los componentes raciales y religiosos nada más?  Según se plantea la situación en la prensa mundial, cualquier árabe es un subversivo potencial y debe ponerse en cuarentena en cualquier parte donde esté.  Y casi todas las sociedades europeas han mordido el anzuelo de la propaganda judía.  Escudados tras la Biblia y su derivado el cristianismo, han logrado crear la ficción de que la lucha de los árabes es un ataque directo contra las creencias religiosas de occidente.  Por lo tanto, cuando estos hacen lo que sea, cometen una agresión contra todo “el mundo libre”.   ¿Es el terrorismo una especie de diversión religiosa?  Desde luego que no.  Esa es la forma simplista como el gran capital ha planteado el problema para justificar ante el mundo los abusos que han cometido en contra del mundo árabe.  Si ellos son terroristas, “nosotros” tenemos derecho de exterminarlos, masacrarlos y robarles su petróleo sin ninguna explicación.  Así de sencillo.  Se da por un hecho que los árabes empezaron el problema cuando, por diversión, se dedicaron a poner bombas en USA.  Nadie analiza las causas primarias del conflicto porque eso no conviene. 
Les resulta provechoso plantear el asunto desde la perspectiva de “víctimas”; así, las respuestas militares tienen la justificación moral del derecho a la “defensa propia”.  Ellos bombardearon las Torres Gemelas, y allí (y solo allí), se inicia la historia según la Doctrina Bush.  Todo lo de atrás no cuenta. Al parecer, todo marchaba a la perfección y con plena justicia; pero de repente, unos malvados árabes tuvieron la maligna y musulmana idea de apearse a las Mellizas, y fue cuando los buenos se vieron “obligados” a eliminar el peligro que representaban esos países.  ¿Cuáles?  Eso no importa, pero en especial, los que tienen petróleo.
¿Es el terrorismo una cuestión individual?  ¿O es colectiva?  ¿Hay pueblos en su totalidad lo sean?  ¿Es esta actividad algo espontáneo o tiene alguna raíz?  Es seguro que ni siquiera el más ingenuo de los hombres puede suponer que una labor tan terrible pueda carecer de motivos.  El terrorismo ES EL PRODUCTO DE UNA CAUSA.  Y jamás se podrá eliminar si no se rectifica su génesis.  Es el arma final de la que echan mano los individuos, grupos o pueblos cuando se les han cerrado todos los caminos de la justicia.  Es por eso que este no existe en Suecia, Suiza, Bélgica, Holanda o Noruega. Allí puede haber locos que cometan actos de terror, pero no como organización estatal o como manifestación social en contra de la injusticia.  El germen del terrorismo se siembra con el primer acto de abuso de los poderosos; y esa ha sido la norma en el Medio Oriente desde principios del siglo pasado.  La Historia es el referente obligado para comprender las causas de este azote que hoy tiene al mundo al borde del abismo.  Y no son los árabes los que sembraron esas semillas.  Proscritos de todos los foros en donde exponer sus razones; cansados de suplicar ante los muros de silencio de occidente, han tenido que echar mano del peor y más cruel de los recursos.  SETECIENTOS MIL MUERTOS en Irak, son la CAUSA JUSTIFICADA de cualquier clase de respuesta patriótica (NO “terrorista”).  Sobre todo, cuando son inocentes del crimen que se les imputó arbitrariamente.  Eso ahora lo sabe todo el mundo, pero en su momento, la propaganda  hizo creer a todo el mundo que estábamos bajo el fuego del Islam, lo cual le dio luz verde a la masacre más grande que recuerda la humanidad en contra de dos pueblos primitivos que se encuentran, tecnológicamente, en la edad de piedra.  La barbarie más brutal les ha sido aplicada bajo el pretexto del “terrorismo”.  Entonces ¿quiénes son los verdaderos terroristas?  ¿Los que lo ejercen en defensa propia como último recurso, o los que se auto confieren el derecho de utilizarlo como pretexto para su rapiña?  Este es producto del clímax de la desesperación, cuando ya no queda ninguna alternativa de diálogo.  No es un deporte ni está en los genes; es un acto inhumano producto de causas también inhumanas.
Tristemente
                         RIS           E-mail:   rhizaguirre@gmail.com

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