lunes, 25 de mayo de 2015

555 Los judíos son alemanes de segunda



555   LA CHISPA       

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LOS JUDÍOS SON ALEMANES DE SEGUNDA

            Primero que todo, aclaremos una cosa: no existe nada como la raza judía, el pueblo elegido o cualquier otra denominación de las que utiliza esa gente para tratar de demostrar la supuesta superioridad derivada de las simplezas religiosas.  Ser judío NO es pertenecer a una raza aparte; es como ser colombiano, cubano, ugandés o sueco.  Un núcleo poblacional con una serie de elementos reales o ficticios que les da a sus miembros cierto sentido de pertenencia.  El judaísmo (nazismo excluyente) es solo un cuerpo teórico mediante el cual se sustenta un programa político tal como el comunismo, capitalismo, socialismo o cualquier otro sistema nacionalista.  Tampoco tiene un significado religioso especial o superior.  Y su poderío solo se apoya en la credibilidad que los occidentales le han dan a las religiones derivadas de la teoría madre, cuyo fundamento se encuentra en ese libro conocido como la Biblia, colección de todo tipo de leyendas absurdas sin ningún respaldo histórico.  Todas las fábulas del “Pueblo Elegido” y su especial condición étnica, solo se afirman en la fiereza con la que ellos defienden ese cuento; además, en la candidez de los creyentes occidentales.
            No existe nada como la raza judía, en ningún sentido; no hubo cautiverios ni la famosa continuidad de esa gente desde tiempos inmemoriales.  Tampoco la cacareada Diáspora, y los árabes prestamistas (tribu de Judá) que empezaron a invadir Grecia, Roma y después el resto de Europa, lo hicieron en busca de mejoría económica y no porque alguien los haya deportado.  Eso no es más que un cuento.  Todos los habitantes del Palestina, ahora y en el pasado,  son y eran ÁRABES.  Y aquellos que emigraron, en algún momento decidieron convertirse en judíos a tenor de sus creencias.  Así como hay millones de hindúes que se hicieron MUSULMANES.  Ser musulmán NO convierte a un indio en árabe.  Ser judío NO es una raza sino una idea.  Por desgracia para ellos, ser árabes los convertía en “gente rara” entre los blancos europeos, y esa fue la razón por la que decidieron europeizarse mediante la combinación racial con los nativos de los pueblos que invadieron: Rusia, Inglaterra, Polonia, Holanda, España, Alemania etc.  También allí nació la idea de que la condición de judío era de transmisión maternal.  Eso hacía que nada importaba que millares de niños fueran hijos de ingleses o alemanes, pues si sus madres eran judías, ellos lo eran.  Los árabes-judíos ingleses tuvieron tanto éxito en su tarea de “blanquearse” que incluso, después de tres o cuatro generaciones, llegaron a ser rubios, de ojos azules y tan blancos como los británicos; es más, compraron títulos y lograron convertirse en personas de la realeza de Albión.  Los morenos árabes, ahora autoproclamados judíos, se disolvieron dentro de la Gran Bretaña, aunque la idea del judaísmo prevaleció en ellos.
            Otra suerte corrieron los judíos alemanes, quienes toparon con la infranqueable oposición de los germanos a aceptarlos como miembros de su pueblo.  Y aunque también ahí se europeizaron mediante la eugenesia y adoptaron el yidish como lingua franca para utilizar en toda Europa, jamás recibieron el reconocimiento total de los teutones.  Siempre fueron alemanes de segunda aunque fueran tan blancos y ojiazules como los nativos; sin importar que hablaran el alemán y se hubieran educado, la barrera social germana siguió siendo lo mismo que en la actualidad estos le aplican a los turcos, sin importar que sean europeos y hayan nacido en Alemania.  Sin embargo, el orgullo de ser “alemanes” siempre prevaleció en los judíos nacidos ahí, y no solo en los nativos de Alemania, sino en todos los del resto de Europa, vinculados por el dialecto medieval alemán conocido como yidish.  Además, por los apellidos “alemanes”.
            Sin importar que hayan vivido ahí por mil o mil quinientos años, para los alemanes siempre siguen siendo extranjeros; germanizados, pero foráneos.  Germano parlantes, pero fuereños.  Podían ser brillantes como Einstein, Freud y otros, pero los nativos jamás los aceptaron como sus paisanos y quedaron encasillados para siempre como alemanes de segunda clase.  Y esa, posiblemente, sea la razón del encono que sienten en contra de Alemania.  Mientras que en otros países como Inglaterra y Estados Unidos son aceptados como ciudadanos comunes, en la Germania eso nunca se dio.  Tenían la nacionalidad legal de alemanes, pero socialmente nunca fueron vistos como tales; siempre los consideraron como un cuerpo extraño dentro de esa colectividad.  Y a pesar de su apariencia física, de hablar la lengua, de ser “criollos” por seis o siete generaciones, de ser educados, científicos, banqueros y capitalistas, jamás fueron vistos como legítimos alemanes.  Sobre todo, por esa necedad de la que siempre hacen gala hasta el punto de molestar a sus anfitriones en todas partes: demostrar que son diferentes y superiores. 
            En resumen, los judíos que conservan su apariencia primitiva, son ÁRABES.  Y los que se blanquearon mediante el procedimiento de los cruces eugenésicos, son europeos.  Pero ni unos ni otros tienen derecho alguno sobre la tierra de los otros árabes (palestinos) que nunca salieron de su tierra ancestral.  Jamás existió un país, reino, imperio ni nada que se llamara Israel hasta 1948.  Todos esos mitos se empezaron a fraguar cuando Teodoro Herzl, creador del sionismo, escribió el “Judenstaat” en donde exponía la formación del Estado judío, idea fundamentada en las leyendas bíblicas.
            En resumen, no importa que tengan dominada a Alemania y al mundo entero; no importa que pisoteen y masacren a los verdaderos propietarios de la Tierra Santa; incluso pueden exterminarlos.  No cuenta que sean dueños de todo el dinero del mundo, hay algo que NUNCA lograrán ni por bien ni por mal: dejar de ser alemanes de segunda clase.   Ni pagando todo el oro del planeta lograrán que los alemanes de verdad los vean como sus legítimos paisanos, JAMÁS, por más nazis que sean ellos en contra de los palestinos
                                                                                          
                     RIS                  E-mail:  rhizaguirre@gmail.com
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