541 “LA
CHISPA” (15/11/08)
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL IMPERIO ES EL IMPERIO… NO IMPORTA QUIÉN SEA EL
CÉSAR
…Ni
de qué color. Para aquellos que
consideran que la llegada de un negro a la
Casa Blanca del Imperio norteamericano es
un buen presagio, les decimos que pueden estar equivocados porque en ese país NO MANDA un solo hombre, aunque sea el
César. Ahí el poder se encuentra en Wall Street (el verdadero Senado), y es
en ese sitio en donde se diseña la política que habrá de seguir el Gobierno de
esa nación y, por supuesto, el Presidente del país. Así, pues, que no se hagan ilusiones ni
piensen que de la noche a la mañana los Estados Unidos se convertirá en el
chico bueno de la película y que iniciarán una era de fraternidad, ayuda, respeto
y convivencia pacífica con el mundo. El Imperio es lo que es, sin importar
quiénes ocupen los cargos de “mando político”. Este tiene una dinámica que no
está marcada por el hombre que ocupe la presidencia temporalmente. Y aunque es posible que en los próximos años
se den algunos cambios cosméticos y se reduzca la barbarie agresiva, lo
esencial seguirá siendo lo mismo. Es un
buen síntoma que el señor Obama ocupe la casa presidencial, pero su triunfo no
puede achacarse por completo a su condición de líder sino más bien, al repudio
que esa nación siente por el engaño al cual ha sido sometida durante ocho años
por la camarilla “busheana”. La victoria
de Barak es más la venganza de un
pueblo en contra de un bandido que no solo les mintió reiterativamente y con
cinismo, sino que condujo a la muerte a miles de soldados americanos en una
guerra de intereses petroleros que solo le convenía a las grandes petroleras y
su socio en la Casa Blanca.
Ojalá que el señor Obama siempre
tenga presente que ahora él es “el
primer ciudadano” de U.S.A. y no un lacayo que tenga que decirles “sí
amito” a los blancos. Que recuerde la
lección de Collin Powell, al que pusieron a mentir ante el mundo entero para justificar el crimen contra Irak,
en donde ya han muerto cerca de SETECIENTAS
MIL PERSONAS. Ese pobre negro tuvo
que tragarse la vergüenza del ridículo que hizo ante las Naciones Unidas con
aquellas famosas fotos de “los camiones de descontaminación radiactiva”
que le proporcionó la C.I.A. Ojalá que no olvide ese vergonzoso papelón
con el que los blancos humillaron a su “paisano” Powell, para que, por lo
menos, no se convierta en un títere de los que realmente tienen el Poder Absoluto
(el Gran Capital). Que no pierda de
vista que él es el Presidente, para que no se convierta en la “talking parrot” de los blancos, como esa
fea mujer llamada Condoleeza Rice, que anduvo por todo el mundo dando
muestras del más vulgar servilismo al que un ser humano pueda descender. Pero no “brochismo” hacia los Estados Unidos,
porque eso sería comprensible y encomiable, sino a Bush y la camarilla de
petroleros.
Las elecciones de los Estados Unidos
siempre son materia importante para todo el mundo, dado lo que esa nación
representa para toda la sociedad humana.
Unos cuantos grados entre la derecha y el centro, o entre este y la
derecha, pueden representar la felicidad o una tragedia para muchas naciones
que, como todo el planeta, dependen
de lo que pasa en Estados Unidos. Entre
Carter y Reagan se sintió, lo mismo entre Bush I y Clinton. Y ni qué decir entre Clinton y Bush II. Y vean que no es que se pasó de la derecha a
la izquierda o viceversa… el Imperio NO
TOLERA ESO, pues los márgenes dentro de los cuales pueden moverse los
mandatarios de ese país son muy estrechos.
Y si estos no los respetan, ahí
esta la memoria de Kennedy. Apenas fueron unos pocos grados en el compás de
la ruta. Sin embargo, esa miseria casi
imperceptible en la marcha de esa Potencia, puede ser suficiente para que el
mundo descanse de la barbarie. En el
camino conflictivo de esa nación, tres grados hacia la paz pueden ser
suficientes para que millones de personas vivan. Cuatro u ocho años sin que los Estados Unidos
estén bombardeando países a capricho de los intereses de las transnacionales,
es suficiente para que naciones enteras puedan progresar, dormir en paz y ver
crecer a sus hijos sin que sean
despedazados por los bombarderos norteamericanos. No es mucho lo que el mundo espera del señor Obama, pues sabemos que la correa no da
para mucho, pero si logra mantener amarradas y con el bozal puesto a las fieras
del Pentágono, millones de personas podrán ver crecer a sus hijos en paz,
incluso los mismos norteamericanos, miles de los cuales han muerto en guerras
absolutamente inútiles, por más propaganda que hagan acerca de la necesidad de
ellas.
Nunca
tanta gente se ha alegrado tanto de la elección de un Presidente de USA. Sin importar que sea negro, azul, café o
celeste, lo que cuenta es que tanto en el voto de la juventud gringa, como en
el aliento de todos los que seguimos ese proceso, estaba el deseo de alejar de la
Casa Blanca a ese truhán y su posible
continuador en la misma línea de fechorías.
No esperamos gran cosa del
Imperio porque este es lo que es. Solo
le suplicamos señor Obama que le dé
un respiro al mundo, que detenga esa escalada de terrorismo mediante la cual su país mantiene a la
humanidad en estado de pánico e inseguridad.
La amenaza no es una saludable forma de convivencia, ni para el que
amenaza ni para el que es víctima de aquella, porque tal condición engendra
miedo, rencor y odio. Y eventualmente,
la venganza.
Hay muchos ideales acerca de los que
los Estados Unidos debería ser y representar para el mundo, pero sabemos que
solo son eso: ideales. Y su enumeración, una pérdida de tiempo. El Imperio es lo que es y no va a cambiar
solo porque el color del ocupante de la Casa
Blanca sea negro. Eso lo sabemos muy bien; sin embargo, hay
una diferencia, que ojalá sea significativa, entre los blancos arrogantes y
racistas que la han ocupado, y un hombre prieto que tiene muy cerca y muy
presente lo que es sentir el estallido del látigo blanco en las espaldas
negras. ¡Que los dioses lo acompañen señor Obama! No está
solo Emperador; legiones de hombres
lo apoyamos en el mundo entero. Ya cruzó
el Rubicón y no hay marcha atrás…la Casa
Blanca está a la vista, y solo hay que echar de allí al usurpador y desinfectarla.
Politiquescamente
RIS. E-mail:
rhizaguirre@gmail.com
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