566 “LA
CHISPA”
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOS ÁRABES DE LA TRIBU
DE JUDÁ
Mucha gente supone (por influencia
de la Biblia)
que los judíos “salieron misteriosamente de las arenas del desierto”; algo así
como por generación espontánea. Y a ellos les encanta esa idea. O bien,
que son la línea directa de Adán y Eva, desde Yavé hasta Moshe Dayán. O hasta las guapísimas Natalie Portman y Rachel Weisz, o alguno de
los cientos de “asimilados” por intereses cinematográficos. De los miles que, para ser tomados en cuenta
en Hollywood, de la noche a la mañana se transforman en judíos con prosapia, tatuaje (que ya es genético y
hereditario) y todo lo demás. De la infinidad
de ellos que estuvieron en los campos
de concentración de Hitler aunque solo tengan treinta o cuarenta años de haber
nacido. Pero nada de eso es cierto. Los
árabes de la tribu de Judá, son ÁRABES.
O eran, hasta antes de convertirse en ASHKENAZIS, una raza híbrida surgida de los cruces raciales entre
la mujeres “elegidas” para ese fin, y millares de europeos de todas las
latitudes, con preferencia de alemanes e ingleses. Cuando los
morenos árabes de la tribu de Judá se dieron cuenta de que no eran bien
vistos por su color, decidieron asimilarse para pasar inadvertidos entre sus
víctimas del comercio y la usura, actividades ancestrales de esta gente.
JAMÁS
ha existido “una raza judía”. En el oriente medio y próximo SOLO HAY ÁRABES y persas. Y como es lógico, innumerables mestizos entre
estas razas y sus vecinos: griegos, egipcios, turcos, persas, africanos e
incluso hindúes. Y aunque pertenecen al
tronco ario-semítico, casi todos son morenos. Entre esa gente NO HAY RUBIOS NI OJOS AZULES.
Solo Esaú, el hermano de
Jacob; y eso porque su padre era el filisteo (griego) Abimelec. De manera que esos
“judíos” cinematográficos de ojos azules, blancos y rubios pueden ser cualquier
cosa menos judíos de verdad, es decir, árabes de los primitivos que invadieron
Europa. Son europeos: ashkenazis o
sefarditas.
Recuerden que la técnica de
enriquecerse mediante el préstamo de sus mujeres es muy antigua. Y según la Biblia, uno de los primeros que la puso en
práctica fue nada menos que Abraham, cuando A CAMBIO DE RIQUEZAS, le entregó su mujer Sara al faraón de Egipto
(Gén. 12- 10 a
20). También se la facilitó al príncipe filisteo Abimelec para obtener más monedas y seguridad (Gén. 20 todo).
Esto no es invento del autor de
esta nota, está ahí, en la Biblia. Escrito con toda la brutalidad del caso. Así que NO
les atribuyamos a estas personas una ética que estaban muy lejos de tener. Vean que fue nada menos que el “padre” ABRAHAM el que inauguró la moda de negociar
su mujer para sacarles dinero a los demás.
Entonces NO pensemos que el
pueblo elegido tiene reparos morales para ejecutar cualquier acción que pueda
conducirlos a la riqueza. Y en el caso
de esos árabes de la tribu de Judá,
la elección era muy simple: o se hacían europeos o seguirían siendo marginados
por su color. Actitud comprensible, pues
en el mundo de los blancos hay que ser
blanco.
Pero el Abraham NO fue el único que cedió su esposa a cambio de dinero. También su hijo Isaac lo hizo con Rebeca
(Gén. 26 todo). Así que entre los miembros
del “pueblo auto elegido”, esa era
una costumbre normal en la que nada malo veían.
Las mujeres para ellos eran parte de su capital y operaciones
bursátiles. Las vendían y compraban como
si fueran cabras o vacas (Jacob con Lea, Raquel y sus sirvientas). Así que prestarlas
en Europa para que concibieran niños blancos (ashkenazis), solo fue una maniobra táctica que no implicaba ningún
problema moral ni la pérdida de “judeidad”, pues recuerden que tal condición se hereda por vía materna; de manera que esos niños hijos
de europeos ERAN JUDÍOS, porque sus
madres lo eran. Y cuando estos híbridos
volvían a tener bebés de europeos (por más de mil años), llegaron a convertirse
en europeos puros o ashkenazi. Como Paul Newman, Tony Curtiss, Goldie Hawn,
Jane Seymour y tantos otros ashkenazi o “asimilados” por intereses cinematográficos; porque en Hollywood, el que no es de
esa etnia o dice serlo, no consigue
chamba, o le cuesta mucho. Así
desaparecieron esos árabes de la tribu
de Judá, como las DIEZ TRIBUS;
pero no en el aire ni por arte de magia, sino entre la población europea, como
es lo normal en estos casos de asimilación de minorías. Aunque a ellos les fascina la fábula de “la pureza racial” tanto como a los
alemanes. Pero digan lo que digan, el fenotipo (aspecto físico) NO es algo que cambia de la noche a la
mañana; y mucho menos, cuando se tiene la pretensión de que NO
se han dado cruces sexuales masivos.
Esos “israelíes reciclados” o
alemanes e ingleses de segunda, ya muy poco tienen que ver, racialmente, con sus antepasados árabes. Es por eso que se ven tan exóticos y fuera de lugar en
Palestina. Parecen turistas suecos en Honduras o Guatemala. Y entre ellos y los verdaderos que nunca
salieron de ahí (los mizrajíes), la
diferencia física es abismal. ¿De dónde
podría sacar la pechugona Pamela Anderson que es parienta de esos judíos sirios,
iraníes, jordanos o egipcios? Por desgracia, los peores de estos especímenes son los asimilados, porque se
sienten en la obligación de probarles a los dueños de los Estudios Cinematográficos que ellos son buenos y ortodoxos paisanos
que estudian la cábala, van a la sinagoga y odian a los árabes, gringos y todos
los goyim. ¿Podrían Harrison Ford o el pelirrojo Red
Buttons decir que tienen algún parentesco étnico con los mizrajíes de Irak,
Marruecos o Turquía? ¿O Natalie Wood?
Los
árabes de la tribu de Judá solo viven en el Oriente Medio; y aunque
diferentes por la religión, siguen siendo tan árabes como todos sus hermanos
del entorno. Y ellos lo sienten, y los
árabes legítimos los toleran y no los odian, pues saben que son su misma
gente. Los otros, los que emigraron a
Europa se hicieron ashkenazi, diferentes y
se tornaron racistas, los peores racistas del mundo, pues al no ser
aceptados como alemanes de verdad, su odio creció exponencialmente en contra de
todo aquel que no fuera “de los elegidos”.
Con aprecio
RIS E-
mail: rhizaguirre@gmail.com
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