491 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”
AMÉRICA LATINA: EN ESPERA DE
MILAGROS
Los milagros no suceden porque sí,
se hacen, se fabrican, se obligan. Si la
diminuta Holanda creyera en el tipo de milagros que los latinos soñamos, ya se
hubieran hundido en el mar. Más de un
tercio de su territorio se encuentra por debajo del nivel marino, y son
necesarios gigantescos y maravillosos diques para mantener a raya la furia del
mar del Norte, el cual vive pujando por quitarles la tierra que le han
robado. Si los holandeses fueran como
nosotros, que todo lo esperamos del cielo, ya se hubieran ahogado. Con un área mucho menor que la de Costa Rica,
no solo producen todo lo que se comen sus diecisiete
millones de habitantes, sino que
exportan ingentes cantidades de productos agrícolas, carne, quesos y de
todo. Y eso que solo EL DOS POR CIENTO de su población se
dedica a la agricultura. Según la ONU
ocupan el noveno lugar mundial de desarrollo y siendo apenas el 0,22 de la
población mundial, producen el CUATRO
POR CIENTO del total de todos los bienes de consumo del planeta. ¡Extraordinario!
Pero ellos no esperan, como
nosotros, que los milagros les caigan del cielo, del FMI, del Banco Mundial, de préstamos, de la caridad internacional o
del TLC. Nosotros nos hemos convertido en
sinvergüenzas pordioseros que pretendemos alcanzar altos niveles de vida sin
trabajar y sin producir. Pero lo que es
peor, sin organizarnos política, social ni económicamente. Los holandeses son gente que lucha, pero con
un propósito bien determinado, pues el asunto no es laborar como bestias para
“hacerles la bolsa a los ricos”. El trabajo
debe estar bien organizado y el obrero debe participar de la riqueza que
produce. La productividad NO es solo producir más y de mejor
calidad sino obtener ganancias que eleven el nivel social del trabajador, hasta
llegar a los 30 mil dólares de
ingreso per cápita que tienen los holandeses. Ya hemos visto que el problema en la América Latina no es de
espacio, población ni recursos. Tenemos
de todo en cantidades superlativas.
Entonces ¿qué es lo que nos mantiene en el nivel de tercermundistas? Incluso tenemos poblaciones del cuarto y
quinto mundo: miserables de solemnidad.
¿Es ese nuestro destino inevitable? ¿No tenemos esperanza alguna de lograr que
aunque solo uno de nuestros países pueda convertirse en desarrollado como
Bélgica, Holanda o Suecia? ¿Qué tienen
ellos que no poseamos nosotros? Ese es el punto.
Estimados lectores, traten de
esbozar un plan que pudiera romper ese círculo de miseria que nos mantiene
atados a la noria como si fuéramos bestias incapaces de hacer nada con nuestras
vidas y los inmensos recursos con los que contamos y que, por ahora, solo van a
rellenar las arcas de cualquiera que se decide a explotarnos. TODOS
nos explotan, todos los que les da la gana vienen a América Latina a llevarse
lo que quieren a cambio de migajas; casi como cuando vinieron los españoles por
vez primera. ¿Es cuestión solo de los
gobiernos; solo es culpa de las Oligarquías o somos todos unas interminables
manadas de inútiles incapaces de tomar las riendas de nuestro destino? Pensemos a coro. En nuestro caso NO HAY SOLUCIONES INDIVIDUALES. Todos los países de la América Latina tenemos que
adoptar una política continental de restricciones a la explotación sin
beneficios adicionales. Si alguien
quiere obtener ganancias con nuestros recursos, DEBE instalar en nuestro suelo toda la tecnología de transformación
hasta los productos terminados. Ya basta
de ser solo suplidores de materia prima a precio de basura. Pero es seguro que no nos van a dar en forma
gratuita esa salida. Tenemos que tomarla
a la fuerza. Nuestros gobiernos y
pueblos deben unirse en una tarea común, como lo han hecho otras naciones que
hoy disfrutan, como Holanda, de la riqueza generada por el trabajo común
organizado y dirigido hacia el bienestar de TODOS los ciudadanos.
Pasivamente hemos aceptado la
fatalidad eterna y la convicción de que si no tenemos tecnología, TENEMOS que ceder nuestras riquezas a
los países que la tienen. Así de
simple. No tenemos tecnología para la
exploración petrolera, entonces tenemos que “vender” los derechos a la Shell, Chevron o Exxon. No hay otra salida. ¿Y cómo hicieron estos países
cuando empezaron sus propias exploraciones?
¿Trajeron tecnología de Marte o iniciaron con lo que tenían? No solo somos tercermundistas de hecho, sino
que también mentalmente nos hemos convertido en cobardes que aceptamos nuestra
derrota antes de entrar al combate. Si
ellos pudieron, nosotros también podremos hacerlo. Por ejemplo, si México no tiene técnicos y
expertos de alto nivel, bien puede contratarlos en Alemania, Rusia o donde
sea. México y Venezuela deben crear una
industria petroquímica que abarque todos los aspectos y productos derivados del
petróleo; pero además, deben montar las fábricas de todo aquello que se elabora
de esa sustancia. Chile no debe
limitarse a ser un vendedor de cobre, sino que tiene que industrializarse plenamente
en esa gama de la metalurgia. Y así en
todo. Hasta que logremos crear un
mercado interno latino capaz de suplir todos los bienes de consumo que hacen
más fácil y cómoda la vida. No es
posible que SIEMPRE seamos
compradores de carros y motos japonesas.
De radios y electrodomésticos provenientes de Corea o Taiwán. ¿Cómo es posible que la Argentina o Brasil no
estén en capacidad de fabricar miles de chunches de esos y comercializarlos por
todo este mercado de casi OCHOCIENTOS
MILLONES habitantes? ¿Por qué
tenemos que importar una bicicleta y sus componentes desde la China? ¿Tan incapaces somos? Cualquier herramienta o maquinaria que
utilicemos, tiene que decir “made in
USA, Europa, Japan, Taiwán o Chaina”. ¡Qué bien nos han convencido de lo inútiles que somos!
¿Cómo han podido los taiwaneses, quienes hace solo medio siglo eran
campesinos de lo más primitivos? ¿O los
de Singapur? ¿Seguiremos
en espera de milagros? Talvez, pero
no existe tal cosa.
¿Estamos condenados por toda la
eternidad a ser tercermundistas? ¿Y qué
nos pasará cuando los explotadores acaben con todos nuestros recursos? ¿Cuando ya no tengamos nada ni para que nos
den migajas?
Tristemente
RIS E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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