miércoles, 27 de octubre de 2010

835 ¿Qué es el Estado?

835    “LA CHISPA                     (29 septiembre 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¿QUÉ ES EL ESTADO?
            Una simple abstracción jurídica, pero una vez “relleno” con funcionarios, se convierte en un poder descomunal y generalmente nocivo en la vida real de los latinos.   Dada su importancia dentro de un sistema democrático, debería ser un ente representativo de la voluntad popular que garantice no solo el funcionamiento de todas las instituciones del país, sino que sea el garante de la justicia social que debería imperar en todo conglomerado humano.  Este debe ser el fiel de la balaza, y su interés prioritario, la equidad y la continua preocupación porque la riqueza producida por todos, se reparta de la manera más justa entre TODOS los ciudadanos.  Pero en la realidad esto no es así, y el Estado suele ser un ente desvinculado del pueblo, que casi siempre está en manos de grupos privilegiados cuyos intereses nada tienen que ver con los del ciudadano medio.  Esos colectivos son las Oligarquías latinas, el remedo de las clases nobiliarias de Europa, pero sin honor, y entre las cuales el Poder se ha convertido en exclusivo y solo al servicio de sus miembros.  Toda la riqueza y los medios de producción se concentran en esta gente que, a través del Poder Político (el Estado), ha creado los mecanismos legales para que tal condición se haya consolidado en todos nuestros países.
            El Estado en la A.L. solo es un instrumento de las Oligarquías, y jamás se escapa al control de estas; pero su fuerza no solo se limita a su organización nacional, sino que tiene una multitud de vínculos internacionales con los grandes centros de Poder político, económico y militar; y en nuestro caso, siempre han sido los Estados Unidos.  Son como vasos comunicantes cuyo reservorio principal se encuentra en Washington; y en todos los sitios, cuentan con el respaldo incondicional de esa nación.  Estados y plutocracia, forman un anillo constrictor alrededor de sus respectivo países y los mantienen en condición ruinosa de por vida.  Esa es la esencia del capitalismo en su versión latina.  Todas las Argollas de la América India son apéndices del gran capital norteamericano; de ahí la simbiosis tan poderosa que existe entre este y aquellas, lo cual las hace invulnerables a todos los intentos de las sociedades por lograr reformas verdaderas en el reparto de la riqueza.  Si por casualidad aparece algún presidente que se salga del guacal e intente hacer cambios en la estructura del gobierno, en el acto se ponen en movimientos todos los mecanismos de ese poder omnímodo para ahogar el intento.  Y toda la jauría continental empieza a chillar en contra del transgresor que haya soñado con la posibilidad de ofrecer algo mejor a su patria.  Guatemala, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Honduras y un interminable etcétera. 
            Y si fallan todos esos recursos de prensa y televisión, siempre les queda el “garrote yanqui” para poner las cosas en orden.  Como ha sido la “tradición democrática” en estos lugares.  La corrupción que se genera de este viciado sistema es la causa de casi todas las desgracias que vivimos.  El Estado Corrupto es la norma en esta parte del continente; tanto es así, que todo el mundo da por un hecho que todos los políticos son ladrones, sin importar que pertenezcan o no a la argolla adinerada. “Robar nunca está demás”, parece ser el lema de nuestros funcionarios.  Tan notorio y real es este fenómeno que incluso empresas europeas, con otros códigos éticos más elevados que los de los gringos, ya se dedican al soborno, compra de influencias y pago especiales a los funcionarios del Estado, sin importar su rango.  El escándalo de la Caja del Seguro Social y una empresa finlandesa.  Y otra francesa, y otra, y otra. . .  En Costa Rica, tres expresidentes fueron acusados  por ese delito.   Tan excitante es este modelo, que ya todos participan en este tipo de rapiña generalizado por toda nuestra geografía.  Así, un gobernante honesto es la excepción, la oveja negra, el que incomoda y perjudica al establishment.   El enriquecimiento ilícito  y rápido es la norma.
¿Hay alguna posibilidad de que esta situación se revierta como consecuencia de una reforma de las estructuras del Estado o de la Constitución?  Ninguna.  Porque los que disfrutan de las ventajas de ese estado de corrupción (políticos), jamás tomarán medidas que les puedan quitar sus beneficios.  La eficiencia de este sistema explotador está basada en una larga práctica heredada de los tiempos de la colonia, y perfeccionada y tutelada por el capitalismo moderno.  Sus bases están en el monopolio permanente del poder en manos de la misma gente; y si por estrategia deben escoger a alguien que no sea de  la Argolla, se aseguran, mediante un largo y meticuloso escrutinio, que sea la persona adecuada a sus intereses.  Eso nunca falla.  Y donde hay ejércitos, también los compran y someten a su voluntad.  De las filas de esta institución han salido los peores tiranos de la América Latina.  Recuerden que las oligarquías controlan casi todos los partidos, por lo tanto, no hay presidente, diputado, senador, ministro o lo que sea, que no esté bajo su control.  Es un trabajo de selección permanente que les garantiza la docilidad de esa gente.   Pero cuando son parte de su núcleo no hay problema, pues estos bien saben lo que tienen que hacer.  A los de “afuera”, les hacen como a los niños de los equipos de fútbol: los preparan desde las ligas menores para que entiendan bien su papel.  Por eso nunca hay disensiones ni deserciones entre estos mandatarios de origen “popular” y los Cubiles del Poder.  Están bien amaestrados y saben cómo deben actuar. 
El Estado es una maquinaria corrupta bien aceitada que funciona a la perfección, de acuerdo con los intereses de la plutocracia criolla.  En síntesis, en nuestro medio el Gobierno NO es un guardián de la Justicia Social sino un instrumento de las clases capitalistas, y se mueve únicamente en beneficio de estas.  De vez en cuando este estado de gloria se ve alterado por alguna de las innumerables folclóricas “revoluciones” que hacemos, pero pronto las cosas vuelven a la normalidad.  Se compra a quien haya que comprar, se forma la gritería por todo el continente, se esgrimen las consignas de siempre: democracia, libertad de empresa y, finalmente, se pide a los Estados Unidos que invada al país que ha incomodado a la nobleza local.  Así, empiezan los embargos, el retiro de diplomáticos, el corte de las “ayudas”, el aislamiento continental y las agresiones militares y económicas.  Es una trituradora que, por desgracia, suele contar con muchos secuaces incluso dentro de los ciudadanos que sufren las consecuencias de ese tipo de “gobierno”.   De miles de inconscientes o indolentes que no pueden o no quieren pensar; también de millones de personas que son engañadas por la propaganda masiva de la que disponen los potentados a través de las grandes cadenas de televisión de USA.  Con este esquema JAMÁS podremos salir del tercer mundo, y estaremos condenados de por vida a ser mano de obra barata y exportadores de materia prima; además, a ser consumistas irracionales.  
Entonces, ¿estamos destinados a tener esta forma de gobierno por toda la historia?  Parece que sí.  Mientras nuestros pueblos NO logren visualizar la totalidad de un sistema que, por ser tan obvio, tiene la virtud de mantenerse en una penumbra que no es entendida por las grandes masas de nuestro continente.  Mientras no definamos los contornos de esa estructura y cómo nos domina, no estaremos en condiciones de combatirla, ni siquiera de entender las bases de su poder.  Bases que se sustentan en nuestra ignorancia y displicencia.
          (¿Qué piensan de esto en sus países?  ¿Están satisfechos?)
Fraternalmente                                                
                        RIS

No hay comentarios:

Publicar un comentario