sábado, 2 de octubre de 2010

466 La unidad subcontinental

466   “LA CHISPA”   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA UNIDAD SUBCONTINENTAL
             
Bajo la dirección de dos centros de poder, México y Brasil, la América Latina debería formar un bloque socio-político-comercial-cultural e incluso militar.   Ya es hora de que dejemos la teta yanqui y nos hagamos cargo de nuestro destino.  La ODELA (Organización de Estados Latino Americanos), debe formar ante el mundo una unidad monolítica en cuanto al aspecto comercial, político y militar.  No más intervenciones de Europa o USA en nuestros problemas.  Debemos formar algunos centros de poder estratégico como México, Brasil, Venezuela-Colombia y la Argentina en la punta.  Pero una cosa es esencial: TENEMOS que crear aunque solo sea un país primermundista para empezar. Un país capaz de anular cualquier bloqueo de USA o extracontinental.   Y este será el referente al cual todos habremos de aspirar, aunque solo sea en menor medida.   Hasta que lleguemos a ser una unidad como Europa.  ¿Parece un sueño imposible?  ¿Por qué?  Tenemos todos los recursos del mundo: hierro, petróleo, tierras, agua, todos los minerales.  Nuestra potencialidad hidroeléctrica es casi infinita.  ¿Que habrá dificultades y rivalidades nacionalistas?  ¡Claro que sí!  Pero los elementos a favor son más y más convincentes.  Tenemos una lengua común (con la ligera variante de Brasil), la misma dolorosa historia y, desde luego, los mismos sueños: comer dignamente, tener trabajo, un techo, educación para nuestros hijos, atención médica y la libertad de soñar y ser dueños de lo nuestro, sin convenios o TLC’s.  
            Los europeos tienen más de veinte idiomas, lo cual dificulta la comunicación.  Y sin embargo, han formado un formidable mercado común dentro del cual cada integrante sacrifica algo de su soberanía por el bien general.  Son pueblos orgullosos de sus historias de reinos e imperios que han dominado el mundo; pero ante la necesidad, han depuesto esos falsos patriotismos para convertirse en socios de una empresa colectiva que favorece a todos.  Ante el enemigo común (USA), decidieron unirse y posponer los nacionalismos que a tantas desgracias los han llevado.  Nosotros NO tenemos esos problemas.  Nunca hemos sido nada.  Nunca hemos tenido nada.  Ni siquiera dignidad.  Entonces ¿por qué no podemos formar parte de un gran mercado latinoamericano en donde todos actuemos honestamente en busca de ese gran objetivo que a todos nos atañe?
            Brasil podría llegar a ser el primer país primermundista de nuestro subcontinente; tiene todo para lograrlo, pero le falta pensar en grande.  Dejar esa mentalidad de suplidor de materia prima y exportador de café.  Ya es hora de que los brasileños piensen como el gran polo económico de la América del Sur, que miren para adentro y dejen de estar pensando en quién diablos les compra café.  Y a propósito de este grano, vean lo que nos sucede por conformarnos con esa mentalidad tercermundista.  Es increíble que sea los Estados Unidos y no Brasil, la nación que mueve el noventa por ciento de ese mercado mundial.  Que sean los gringos, quienes no producen un grano de ese fruto, los que controlan, empacan, venden, distribuyen, mejoran y comercializan este delicioso producto.  ¿Cómo es posible que los colombianos, productores del mejor café del mundo, tengan que ir a estudiar a los Estados Unidos las técnicas necesarias para convertirse en buenos catadores?  Eso es ridículo, sin embargo, es la verdad.  Son los gringos los que hacen las máquinas tostadoras, chorreadoras  y  refinadoras de café.  Son ellos los que empacan, enlatan y venden al mundo el mejor café que producen colombianos y brasileños y se quedan con la tajada del león.  ¿No deberían Brasil y Colombia controlar técnicamente ese mercado y no limitarse solo a ser productores del grano?  Billones de dólares se echan al bolsillo los gringos con una sustancia que no producen.  Igual sucede con el cacao, el banano, el petróleo y mil productos más.  ¿Por qué?  Porque pensamos como tercermundistas y creemos que solo los europeos, japoneses o gringos son capaces. ¿Por qué les hemos cedido todos los derechos de aquellos productos que podrían ponernos a la vanguardia de la economía mundial?  Vean el caso de México, gran productor de petróleo que vende crudo a los gringos, cuando bien podría refinarlo y vender los derivados a domicilio.  México debería tener su propia flota de tanqueros para llevar el petróleo a los mercados norteamericanos, europeos o japoneses y evitar a los intermediarios que se quedan con casi todo.  México DEBE crear una gigantesca industria petroquímica.  Por ahora, México transporta el petróleo en barcos norteamericanos alquilados, con lo cual renuncia a lo que podría ser la base de un gran poderío y enormes ganancias. 
            Tenemos que pensar como ciudadanos mayores de edad y no como los eternos subordinados de los Estados Unidos.  Es posible que cometamos muchos errores al principio, pero es necesario que demos ese salto hacia la independencia verdadera, porque de lo contrario, estamos condenados a ser el eterno apéndice solo útil como proveedor de materia prima y mano de obra barata.  ¿Daremos el paso, o continuaremos por “toda la eternidad” a la sombra del Imperio?  Y ya que está visto que España es incapaz de ejercer ese papel de líder del mundo hispanoparlante, tenemos que pensar en el obvio candidato: Brasil.  Ellos en el sur, y México en el norte.  Y talvez el dúo Colombia-Venezuela en el centro de América.  Tenemos todo, solo nos falta la decisión que habrá de constituirnos en mayores de edad dentro de la comunidad mundial de naciones.  Ahora es el momento. Antes de que el Imperio nos arrastre en su caída al fondo del abismo.  Ahora que todavía tenemos recursos naturales suficientes para despegar en nuestro desarrollo industrial y comercial.  Ya basta de ser la Cenicienta de América, el triste, despreciable, atrasado y bruto traspatio de los yanquis.
            Dejemos de chinear las cadenas coloniales y hagamos valer el enorme privilegio de ser americanos y haber sido obsequiados con las tierras más bellas, ricas y maravillosas del mundo.  La América Latina es la joya número uno de este continente.  No permitamos que otros nos sigan explotando y enriqueciéndose con lo nuestro.  Ya es tiempo de que no nos sigan cambiando nuestras riquezas por cuentas de vidrio y espejitos. Ya es hora de sepultar a la doctrina Monroe, la cual nos convierte en exclusivo coto de caza de los gringos.
            Fraternalmente 
                                   RIS

No hay comentarios:

Publicar un comentario