domingo, 17 de octubre de 2010

830 La platillología

830    LA CHISPA                       (20 septiembre 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA “PLATILLOLOGÍA”
            Parece que el término platillo volador se hizo obsoleto (se charraleó) y cambiamos a OVNI, sinónimo chic de UFO (Unidentified Flying Objetc) de donde deriva UFOLOGÍA, para la cual no hay palabra latina equivalente.  La fiebre por estos se inició en los años cuarenta, aunque la pasión por las culturas del espacio (dioses, ángeles etc.) es tan antigua como la imaginación del hombre.  Existen esas leyendas en la India, Grecia e incluso en la Biblia, con tanta frecuencia y verosimilitud, que han dado pie a que los hombres modernos, ufólogos, sigan aferrándose a la idea de esas entidades superiores que nos visitan de vez en cuando o con cierta frecuencia.  Mucho se ha escrito sobre este asunto, y hay miles de testimonios y una vasta literatura que considera todo, incluso informes oficiales como el proyecto “Libro Azul”.  Así que esto ha dado pie para que haya millones de seguidores de esa idea.  Algo así como los credos y sus paraísos, pues hay algunas organizaciones de estas (“platillólogos”) que han engarzado aquellos con la nueva fe espacial del siglo XX.  Nos dicen que naves gigantescas vendrán por los “justos” elegidos para llevarlos a planetas mejores.  La UFOLOGÍA es una religión moderna cuyos “believers” tienen en ella una confianza a prueba de todo. 
            Para esta gente (no todos) somos una especie de “cultivo” que han hecho civilizaciones esplendorosas en multitud de planetas como el nuestro; algo así como señalan las grandes religiones.  Casi lo mismo, con la diferencia que en estas es un proceso místico realizado por Dios o los dioses; y para los ufólogos, una cuestión científica de seres de mayor intelecto y moral.  ¿Será esa visión producto del hastío y desencanto que producen las religiones y sus paraísos?  No obstante, negar sus creencias, por absurdas que parezcan, a nada conduce; en eso son iguales a todos los cultos.  Ni los regímenes políticos más brutales y ateos han logrado suprimir la fe de los creyentes en sus dioses, ángeles, vírgenes, infiernos y paraísos.  Así que ninguna explicación teórica puede justificar o negar la existencia de los OVNI ni de los hombres del espacio.  Solo se puede hacer un análisis de la realidad por un lado; y por el otro, del mito en el que muchos soñadores creen con toda esperanza. 
            ¿Hay otras razas físicas como nosotros en el universo?  Como posibilidad… trillones de cuatrillones, pues en un universo Infinito, las probabilidades tienen que ser INFINITAS.   ¿Podrían ser estas nuestros tutores, guías y responsables de nuestro desarrollo material, moral y espiritual?   Dudoso.  Por analogía, podríamos decir que eso sería como que los ingleses se hicieran cargo de Bolivia o Venezuela: solo se aprovecharían de sus recursos.  Tendrían que ser hombres que se encontraran en otro plano físico de evolución, porque si fueran tan materiales como nosotros, tendríamos que pensar que no difieren mucho de lo que somos, y no es probable que pudieran ser nuestros protectores en un sentido total.  Además, al tener cuerpos físicos, tendrían los mismos impedimentos que nosotros en este nivel de manifestación, y contarían con limitaciones idénticas a las que tenemos aquí.  La principal de ellas  ES LA VELOCIDAD DE LA LUZ, la cual nos crea un corralito diminuto en nuestro espacio del universo.   ¿Qué implica eso?  Pues que sin trucos de ciencia ficción ni fantasía (universo doblado, hibernación por siglos, huecos negros, agujeros de gusano ni teletransportación al estilo “Star Trek”), significa que nuestro radio de acción está circunscrito a nuestro sistema solar.  La velocidad de la luz es el límite al que puede viajar un fotón en nuestro universo, y ese es el punto de “no va más”.   Aunque les confiriéramos a estos seres la remota posibilidad de tener artefactos que viajen cerca de ese tope, también su alcance abarcaría un espacio muy pequeñito dentro del vecindario galáctico.  Además, no es probable que civilizaciones como la nuestra se encuentren amontonadas en el mismo espacio próximo a la Tierra, ya se trate de casualidad o disposición de los dioses, pues ellos habrían previsto lo inconveniente de nuestros encuentros.  ¿Qué creen que pasaría si gringos y japoneses llegaran a un planeta lleno de petróleo y minerales, pero con gente con un desarrollo mental  semejante al de los latinos? 
            Otro problema es la gravedad, pues los cuerpos físicos como los nuestros fueron construidos para y por la gravedad, y la falta de esta por largos períodos, suele producir trastornos muy serios que pueden conducir a la muerte: el hombre es un ser gravitatorio.   Así, pues, ¿desde dónde podrían venir esos visitantes físicos y también sometidos a la gravedad?  En el sistema solar NO hay planetas con las condiciones para que puedan vivir organismos como nosotros.  Hay mucha especulación sobre algunos de los grandes satélites, pero ninguna prueba.  Entonces ¿cuál es el sustento de la ufología?  ¿Las leyendas, testimonios y los múltiples fenómenos atmosféricos que bien pueden ser producto de la emoción y el fanatismo de los “believers”?  Y aquí es donde la UFOLOGÍA, en su versión fantasiosa, se asemeja a las religiones y nos considera como un almácigo hecho por pueblos más avanzados.  ¿Con qué propósito?  Imposible saberlo.  Algo semejante a la “creación” que nos proponen las religiones: para que Yavé tuviera gente que lo adorara y le cantara… y tener “pueblo elegido”.   
            Sin embargo, no podemos descartar estas teorías simplemente porque nada hemos visto ni sabemos; sería como negar a Dios o los dioses porque no tenemos constancia de ellos.  Esa es la belleza y el misterio de la mente humana: crear conceptos para explicar todo aquello que nos resulta misterioso y más allá de la prueba material.  ¿Existen los aliens y sus platillos?  Y de ser cierto ¿de dónde vienen y cuál podría ser el propósito de sus visitas?  Sin fantasía cinematográfica, desde luego.  Sin embargo, otra cosa sería que tales seres en realidad estén ubicados ya en otro plano diferente que no corresponda al humano y que, gracias a sus poderes, pudieran materializarse entre nosotros para hacerse perceptibles.  Pero eso sería misticismo, como el de los Señores de Venus y Mercurio, que vinieron a ayudarnos a nuestro desarrollo en alguna época de nuestra evolución, según sostiene la Doctrina Secreta.  Pero esa es otra materia y otro cuento. 
            ¿Alguien tiene pruebas de los alienígenas?  ¿O son estos como los paraísos de las religiones?  ¿Solo asunto de fe?   Seguiremos con este bonito e interesante tema en otras “Chispas”.  Ojalá que les guste.
            Platillescamente                                                                    (¿Qué piensa usted de esto?)
                                          RIS

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