sábado, 2 de octubre de 2010

462 La unidad racial

462   “LA CHISPA”   

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LA UNIDAD RACIAL

            Está visto que los latinos no tenemos la menor idea de lo que es la unidad racial, pues cualquiera viene de fuera (europeos o gringos) y nos echa a pelear como si fuéramos perros.  Carecemos de objetivos a largo plazo que vayan más allá de nuestras emociones y de la sangre de gallo que tenemos.  Tampoco hemos entendido el concepto ni cuál puede ser su utilidad práctica.  Creemos que la unidad solo se practica entre los individuos del mismo país o región; y además, que se trata de una cuestión de amor apasionado.  Es por eso que los interventores extranjeros SIEMPRE han hecho lo que les da la gana en nuestro subcontinente.  Cualquier interés que tengan en algo que poseen algunos de nuestros países, basta para que maniobren, nos pongan a luchar y que se abra el camino para que ellos puedan venir a “arbitrar” en nuestros asuntos.  Es un estribillo tan repetido que, a veces, se torna fastidioso, pero sigue siendo efectivo aun en el siglo XXI.  Desde luego que los “pacificadores” siempre se llevan su respectiva tajada de beneficios.  Así separaron a Panamá de Colombia y, gracias a su arbitraje, se quedaron con el canal. De igual manera provocaron la guerra del Chaco para adueñarse de los yacimientos petrolíferos de Bolivia.  Lo mismo hicieron con la guerra de México para apoderarse de enormes extensiones de ese país.  Y esto no son suposiciones o política, es HISTORIA.  Y seguimos sin aprender nada, como sociedades bárbaras y estúpidas incapaces de distinguir entre los intereses de los pueblos y los de los gobernantes, siempre dispuestos a venderse y enajenar los recursos nacionales.
            La unidad racial es solo un instrumento útil a una comunidad para lograr objetivos de beneficio común, sin importar que sus miembros se amen o no entre ellos.  América Latina tiene una multitud de metas que son propias de todos los países que la forman, y estas NO se van a lograr individualmente, porque eso NO CONVIENE a los intereses de las grandes potencias que cuentan con nuestra indolencia, suspicacias e individualidad que nos conducen a la separatividad.  A ellos les facilita su labor el hecho de que estemos divididos, seamos enemigos de nuestros vecinos y nos mantengamos débiles y fuera de la manada, donde los depredadores pueden engullirnos uno por uno.  Así somos vulnerables a la rapiña de las transnacionales.  Ese ha sido el libreto que siempre han aplicado, Y SEGUIMOS SIN APRENDER.  Ahora están tratando de enemistar a Venezuela contra Colombia, para luego “arbitrar” y quedarse con el petróleo de aquella y llenar de bases militares el territorio.  A Uruguay contra Argentina; a Chile contra Argentina, a Bolivia contra Chile, a los brasileños contra ellos mismos; y a todos en contra de Cuba.  Cualquier unión entre nosotros representa un peligro potencial para ellos, y nosotros seguimos sin entender esta lógica tan simplista. 
            La unión racial es una estrategia para lograr en grupo lo que individualmente no podemos.  No es un matrimonio ni nos vamos a convertir en amantes de los demás.  Es solo una posición que nos daría mucha fuerza, como dice el adagio.  Veamos el ejemplo de los anglosajones: Inglaterra, Estados Unidos, Australia, Canadá, Nueva Zelanda e incluso un montón de islitas insignificantes que formaron parte del Imperio Británico, están incluidas en una poderosa unidad “racial”.  ¿Y será porque los ingleses aman a los jamaicanos o a los canadienses?  ¡Claro que no!  Es solo la base o el substrato necesario y útil para la realización de objetivos de interés común.  “Somos angloparlantes superiores de la raza aria”.  Y eso les gusta a todos ellos, incluso a los jamaicanos.  Véase el ejemplo de la guerra de las Malvinas.  En ese conflicto los Estados Unidos se burló de la doctrina Monroe y apoyó abiertamente a Inglaterra para que hiciera leña a la Argentina.  ¿Y nosotros qué hicimos como región, como miembros de una comunidad histórica, lingüística, territorial e incluso racial?  NADA.  Solo contemplar cómo se cerraba el círculo militar de dos grandes potencias sobre las islas y el bisoño ejército argentino.  Es más, se dice que Chile prestó su territorio para que la aviación inglesa atacara por la espalda las bases aéreas de Argentina.  Lo mismo se dio en Centroamérica cuando Honduras cedió espacio para que los gringos agredieran a Nicaragua. Y al parecer está sucediendo lo mismo en Suramérica en relación con Venezuela.  Hay bases militares yanquis en Ecuador y, muchas en Colombia.  ¿Hubieran martirizado a Cuba de esa manera si la América Latina fuera unida y con sentido fraternal nacido de la raza e historia común?
            Objetivos comunes es la meta, y la unidad racial, el pretexto.  Pero el beneficio vale la pena como para aguantar a algunos parientes estorbosos e incluso desagradables.  Centroamérica debió formar un bloque desde hace mucho tiempo.  No se trata de “casarnos” con los nicas, guatemaltecos, ticos o salvadoreños, sino de una maniobra de conveniencia económica, social, política e incluso militar, en caso de agresión exterior a la región.  No es lo mismo un país de medio millón de kilómetros cuadrados y setenta millones de habitantes, que un montón de mostacilla.  ¿Por qué no podemos los centroamericanos, quizás bajo el liderato de México, constituir una federación poderosa en asuntos económicos, comerciales, de recursos naturales y otros, sin que eso signifique subordinación ni imposición de patrones culturales?  Unirnos no significa sumisión ni renunciar a la individualidad ni a los logros culturales que hemos alcanzado como pueblos distintos y separados.
            Veamos dos ejemplos positivos y dos negativos de lo que es la unión y separatismo racial.  Positivo: los anglosajones y judíos.  Negativo: los latinos y los árabes.  Nosotros, con incontables recursos naturales, somos los pueblos más miserables y atrasados de la tierra.  Y los árabes, con todo el petróleo del mundo, son tan inútiles como nosotros.  Tanto es así, que un paisito como Israel les patea el culo cuando, donde y como quiere cada vez que se le antoja.  ¿Y ustedes creen que los judíos se aman entre ellos solo porque son judíos?  No, lo hacen porque tienen un objetivo común: hacerse con el Poder Mundial.  Sin tierra, sin recursos y sin nada más que la UNIDAD RACIAL, aspecto que nosotros despreciamos.
           
                          RIS

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