miércoles, 3 de noviembre de 2010

652 Los peligros de la cosmética

652    “LA CHISPA”      (16/06/09)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOS PELIGROS DE LA COSMÉTICA
            Ante el clamor público, en Alemania se constituyó la asociación BDIH una especie de federación de fabricantes de la actividad farmacéutica, alimentaria y cosmética, y decidieron sentar las bases de lo que sería un estándar de mercancías naturales que deben ser certificados por laboratorios independientes.  Ese ejemplo fue seguido por Francia.  También los ingleses han hecho lo mismo con su “Soil Association”, con propósitos semejantes.  Pero nosotros los latinos, ¿qué tenemos?  NADA.  O sí, el mal ejemplo de los gringos que hacen lo que les da la gana, a pesar de la FDA y el exigente pero ignorante consumidor yanqui, el cual cree todo lo que les dice la televisión.   Y en vista de que nosotros no tenemos un Chapulín Colorado que nos pueda defender, debemos depender de nosotros mismos; y eso solo lo podemos hacer en la medida en que  nos auto eduquemos en ese complejo campo.  Esto no significa que nos debemos convertir en farmacéuticos o químicos expertos, sino en personas ligeramente versadas en los entretelones de esa industria cuya finalidad principal es hacer dinero, aun a costa de nuestra salud.  Estudie para que decida qué compra y consume con AUTORIDAD.
            Podemos aprender algo de la nomenclatura INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos).  Esta DEBE aparecer en los envases de todos los productos de belleza, de manera que identifiquen cada ingrediente de una forma establecida para todos los países.  Después la estudiaremos.  Pero más urgente es que nos familiaricemos con una serie de grupos químicos que se utilizan masivamente en la industria y que, aunque muchos de ellos son “sospechosos” de causar diversas enfermedades que van desde leves irritaciones hasta el cáncer, siguen siendo de uso general en la cosmetería americana.  Recuerden que el INCI no obliga o prohíbe, solo pide la enumeración y volumen de los productos utilizados.  Y no es creíble que los laboratorios latinos tomen en cuenta esta saludable norma.  Es por eso que ante tal peligro, lo mejor es que usted bote todas las botellas y frasquitos que tenga en su casa y se pase a los productos naturales que, como ya dije, tienen sus inconvenientes como la falsificación.  Pero siempre tendrá el recurso de LEER LAS ETIQUETAS y ver qué diablos es lo que le están vendiendo.
            Claro que si usted tiene dinero, puede comprar los productos alemanes  WELEDA, los cuales, según su propia propaganda, deben ser completamente naturales y formidables.  Averigüen si los hay en sus boutiques, y si no, busquen alternativas reconocidas, pues nosotros NO TENEMOS agencias que certifiquen la calidad “natural”.  Al principio será una búsqueda difícil y en solitario, pero luego aparecerán los compañeros-as de pesquisa hasta que lleguemos a formar una fuerza respetable que tengan que oír.  Por ahora, debemos conformarnos con saber reconocer algunos grupos básicos de componentes peligrosos que se utilizan en la cosmética:
1)     ACEITES MINERALES
2)     FTALATOS
3)     LIBERADORES DE FORMALDEHÍDO
4)     FENOL Y FENIL
5)     INGREDIENTES ARTIFICIALES O SINTÉTICOS
6)     COLORANTES
7)     SOLVENTES
8)     FRAGANCIAS ARTIFICIALES
9)     TALCOS
10) ALUMINIO
11) ANTIOXIDANTES SINTÉTICOS
12) MERCURIO
13) PRESERVANTES
Dentro de la cosmética, casi no hay productos que no cuenten con una buenas dosis de aceites minerales: cremas de afeitar, para después de afeitar, lociones, desodorantes, enjuagues bucales, aceites para niños, dentífricos y casi todos los productos para el cabello; casi no existe crema alguna que no los incluya en su fórmula.  Todo lo que usted se unta sobre la piel de su cuerpo tiene alguna de esas sustancias que, aunque se sabe son CANCERÍGENAS, se continúan utilizando porque son muy BARATAS y fáciles de adquirir.  Además, impermeabilizan la piel impidiéndole respirar y la eliminación natural de los desechos orgánicos que esta expulsa.  Eso produce el acné, las irritaciones, alergias y una infinidad de padecimientos que se van haciendo crónicos.  Es por eso que usted debe revisar las etiquetas de lo que le ofrecen en busca de estos tóxicos para mantenerse a salvo de sus efectos malignos.  Donde quiera que usted vea nombres como parafina, petrolato, vaselina y otros, evite su uso.  Entre ellos destaca el glicol propileno que se encuentra en infinidad de cosméticos como la crema “St. Ives”.  Solo tiene que leer las etiquetas.  En las listas de ingredientes usted encontrará declarados todos esos componentes; al menos los más importantes que no pueden ocultar al público, aunque sí camuflarlos con los nombres técnicos o en latín.  Pero si este no se interesa y no le importa, ¡no hay problema para ellos!  Continuarán envenenándolo con su pleno consentimiento e indolencia. 
Sea cuidadoso y estudie, INVESTIGUE para que pueda evitar todos aquellos artículos que, aunque los fabricantes le digan que son inocuos (siempre lo dirán) usted sea quien decida si los utiliza o no.  Recuerde que la simple sospecha de que algo pueda producirle aunque tan solo sea una irritación cutánea, es motivo suficiente para descartarlo. Seguiremos con estos compuestos en la próxima “Chispa”.
Cosmetológicamente.
                                    RIS

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