martes, 16 de noviembre de 2010

828 China y Corea del Norte

828    “LA CHISPA                   (14 septiembre 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
CHINA Y COREA DEL NORTE
            Lo mismo que su gigantesco vecino y aliado, Corea sufrió la barbarie que les fue aplicada por Japón.  Las estadísticas dicen que solo en China, los japoneses asesinaron a DIEZ MILLONES DE PERSONAS.  Y aunque la convivencia entre chinos y coreanos no siempre ha sido plácida, tienen una historia compartida desde hace muchos siglos y, a través de estos, han sufrido muchos ultrajes de parte de un enemigo tradicional: Japón.  Sin embargo, Corea del Norte y China han sido amigos solidarios durante los últimos tiempos; amistad fortificada por el sufrimiento común a manos de estados imperialistas como Japón, USA, Inglaterra etc.  Desde que Japón se anexó a Corea en 1910 con la aprobación de los Estados Unidos, esta patria ha sido víctima de todo tipo de latrocinios, siendo el último de ellos, la colonización de la parte sur del país por las tropas norteamericanas que son las que gobiernan esa zona de la península.  Corea del Norte se vio forzada a ponerse bajo la tutela de China, y lanzarse a una guerra provocada por los Estados Unidos a raíz de la fiebre “anticomunista” que hizo eclosión después de la segunda guerra mundial.  El miedo a Rusia y la expansión de su sistema político dio pie a la guerra de las Coreas.  Bajo la consigna de la “democracia” y “el mundo libre”, se obligó a este país (como a Vietnam) a servir de campo de entrenamiento y prueba de armamentos tanto rusos como norteamericanos.  Millones de personas pagaron con sus vidas un interés político que no era el de ellos.   De esa guerra fratricida, resultaron las dos Coreas: la colonia yanqui del sur, y la díscola del norte.  Lo demás es propaganda.
            Perseguida, aislada, satanizada y denigrada, la Corea del Norte se ha mantenido fiel a su ideario político (común con China aunque esta se haya “capitalizado”) que ha defendido con feroz empeño.  Sin embargo, su fidelidad y amistad hacia China es algo que está por encima de cualquier duda.  Y eso es algo que debe tomar muy en cuenta el Celeste Imperio.   Amenazada y hostigada en forma permanente y brutal por el poderío nuclear, submarino, naval, terrestre y propagandístico de los Estados Unidos, a Corea no le ha quedado más camino que armarse hasta los dientes, único argumento válido que los norteamericanos entienden.  La negativa yanqui a reconocer su derecho a elegir su propia forma de vida política los obligó, como a Cuba, Vietnam, Irak, Irán y otros países, a encerrarse y bloquear todas las puertas de acceso al diálogo.  Si los hubieran respetado y visto como seres humanos dignos de un intercambio social decente, es posible que no estuviéramos frente a un país intransigente y hostil.  Pero occidente siempre ha visto a los asiáticos como “inferiores”, gente a la que hay que imponerles la forma de vida civilizada cristiana y “democrática”.  La democracia made in USA, como la que están implantando, a punta de balas y bombas, en Irak y Afganistán.
            Lo que Estados Unidos exige de Corea del Norte es inadmisible: que destruyan su arsenal nuclear y que se desarmen para que puedan ser bombardeados a placer por la fuerza aérea yanqui posicionada en Japón, Corea del Sur y Taiwán.  Que se queden indefensos para ser asesinados como borregos.  Lo mismo que demandan de Irán, para hacerles lo mismo que a Irak y Afganistán.   ¡Qué gran negocio!  Y es tanto el poder de esta propaganda, que millones de personas sencillas de occidente, creen que esa es la mejor y única salida a ese conflicto.  Pero ¿qué pasa con otras naciones tanto o más agresivas que Corea del Norte?  Israel tiene armamento nuclear y ha demostrado su intención de utilizarlo cuando le dé la gana en contra de sus parientes árabes.  Tiene submarinos nucleares que le ha facilitado el gobierno alemán.  Y nadie dice nada.  ¿Por qué?  ¿Porque el peligro que eso encierra solo afectaría a los árabes?    ¿Son Corea e Irán un peligro real para occidente?  ¿Y no lo es Israel para el Oriente?   Entonces, ¿cuál es la justicia en este conflicto de intereses?   El judío presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, dispone de un arsenal nuclear espantoso, y se ha dado el lujo de intimidar a Irán con una moderna Guerra Santa Nuclear a nombre de su pueblo Israel.  Entonces, ¿cómo es que las rudimentarias industrias atómicas de Corea e Irán son un peligro para la sociedad, y no así las bravuconadas de Israel y el presidente judío de Francia?  Recuerden que cuando este país reventó todas las bombas nucleares que le dio la gana, contaminado la atmósfera terrestre, nadie dijo nada.  Ni los Estados Unidos ni Israel ni Inglaterra ni Rusia.  No al menos oficialmente.  Además, los Estados Unidos poseen el mayor arsenal de armas nucleares; y no solo eso, SINO QUE LAS HA REVENTADO EN CONTRA DE CIUDADADES REPLETAS DE SERES HUMANOS.  Eso es historia.  ¿Y por qué nadie protesta por eso?  ¿Por qué nadie los obliga a renunciar a sus arsenales atómicos que están dispuestos a utilizar si les da la gana, cuando se les antoje?  Israel amenaza con aniquilar con sus armas nucleares a Irán, y nadie dice nada.  Entonces ¿por qué ha de ser un delito (calificado unilateralmente) el hecho de que dos o más países atemorizados por la mayor potencia militar del mundo, se armen para la defensa de su territorio y habitantes?
            Hay algo raro en esta obsesión, y nos lleva a preguntarnos: ¿por qué razón los Estados Unidos y Occidente NO EXIGEN a China que se desarme y entregue sus arsenales nucleares a los “aliados” (USA, Inglaterra e Israel)?  ¿Por qué no obligan a los chinos a someterse a una inspección minuciosa de sus bombas de hidrógeno por parte de las autoridades judías, gringas e inglesas, que son las que forman la opinión y voluntad del “Occidente”?  Sería interesante las respuesta que los chinos les darían ante tal disparate.  ¿O por qué no le hacen la misma demanda a los rusos?   ¿O al irresponsable, matón, genocida y racista Sarkozy?
            China tiene un grande e insoslayable compromiso con su diminuto vecino: el de la fidelidad.  Su contumaz protegido les ha demostrado su incondicionalidad a prueba de todo, y esta entrega obliga al Coloso Amarillo a una actitud protectora de ese amigo que, en las buenas y en las malas, les ha dado muestras suficientes de lo que es la amistad.  Corea, pues, no estará sola en este momento tan difícil.  ¿Cuál será la suerte de Irán?  Solo Alá podría decírnoslo, si no es que ya también se sometió al Yavé asquenazí.
           
                                   RIS

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