domingo, 7 de noviembre de 2010

847 La desinformación mediática

847     “LA CHISPA           (25 octubre 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA DESINFORMACIÓN MEDIÁTICA
            La Verdad periodística, es el tema de esta nota.  Si la prensa mundial fuera algo que existe per se, y cumpliera con los fundamentos éticos y teóricos de la función que le es inherente, sería una institución respetable.  Pero por desgracia, esta dejó de ser (hace mucho tiempo) lo que soñaron sus creadores a través de la historia.  Ahora no es más que una especie de pantano en donde se desenvuelven legiones interminables de mentirosos desvergonzados que no sienten ni el más leve sonrojo ante las “noticias e información veraz, objetiva y pronta” que dan al mundo.  “Porque usted necesita saber, como reza un popular eslogan.  ¿Saber qué?  ¿La sarta de patrañas con las que nos saturan diariamente bajo en pretexto de las diversas ideologías?  ¿O en nombre del Biel o del Mal, como intenta hacernos creer esta maquinaria de desinformación?  La prensa se alejó del medio, del fiel de la balanza, y se ha ubicado en los extremos y nos brinda un coctel intragable: los mentirosos de la derecha, y los falsarios de la izquierda.  Y entre ambos hitos, la Verdad desaparece y nos deja sumidos en la oscuridad y el vacío.   ¿Dónde está la realidad?   Si somos de mente plana y creemos en las ideologías, nos plegamos a uno u otro de esos sitios; pero si queremos pensar por nuestra cuenta, tenemos que convertirnos en adivinos, leer ambas versiones (izquierda y derecha) de cualquier realidad, y a partir de esas distorsiones, tratar de descubrir en dónde puede estar lo auténtico.  Es un trabajo agotador, y por eso, millones de personas se rinden a una posición ideológica y se conforman con creer.  No con saber.
            Para encontrar un punto de convergencia, el lector no fanático tiene que saturarse de CNN y Al Jazeera, para luego destilar esa mezcla a ver si es posible obtener alguna orientación acerca de por dónde anda la realidad.  Si CNN dice que los gringos mataron solo a diez iraquíes, Al Jazeera dice que fueron mil.  La prensa ya no es confiable porque dejó de ejercer su primigenia labor y se convirtió en una actividad comercial dependiente de los anuncios y de las ideologías; se transformó en una actividad de mercaderes en busca de beneficios.  O en una cautiva de consignas políticas.  Es una prostituta que se entrega a cualquiera que le pague y le permita ejercer su oficio con la “libertad” que pueda conferirle el sistema bajo cuya ala se cobija.  Y en esa miasma, brotan “periodistas” entregados a una labor vergonzosa.  Es por eso que da pena ver a individuos como los de CNN tratando de justificar lo injustificable.  Da lástima verlos intentando ensuciar a cualquier gobernante latino que incomode en algo los intereses de los “sponsors” de esa televisora.  Ni siquiera los periodistas gringos (en quienes estaría justificado) descienden a esos niveles de reptación a los que llegan nuestros paisanos de CNN.  Y todos entendemos esa conducta, pues desde que entran a ser empleados de esa cadena, saben muy bien a qué deben atenerse y cuál es su papel de serviles.  Solo son amanuenses.  Son la careta humillante de una estructura comercial que se escuda detrás de una multitud de consignas políticas que ya nada significan.  “El mundo libre”, “la democracia y libertad”, “comunismo”, “socialismo”, “fascismo”, “derecha”, “izquierda”.  Nada de eso tiene el menor significado, a menos que las personas sean demasiado simples y todavía crean en los cuentos de “Caperucita Roja y el Lobo Feroz”. 
            La prensa ha asumido el papel de “justificadora”, nada más.  Justifica y CALIFICA el Bien y el Mal, según sea en donde esté ubicada y a qué amos responda.  Su principal divisa es la MENTIRA, y ya no siente el mínimo rubor en esta tarea de desinformación; ni siquiera pide perdón cuando sus afirmaciones más viles y torcidas son desenmascaradas.  Su labor solo es un pugilato obstinado en donde la Verdad importa un bledo, y lo único que cuenta son los intereses a los que sirve.  Da vergüenza ver a los locutores latinos de  CNN tratando de empañar el prestigio de cualquier gobernante de la América Latina que no se pliegue a las órdenes de la gente (gobiernos, transnacionales) por ellos representados.  Y a la vez, causa rabia ver de qué manera más descarada ignoran, tapan y justifican las acciones más miserables que llevan a cabo aquellos mandatarios que están al servicio incondicional de la política defendida por esas empresas.          
            La ética, el honor,  la exactitud, autenticidad o sinceridad son majaderías que nada tienen que ver con los objetivos primordiales de los “medios”.   Todo lo que critican cuando les conviene, es lo que nos aplican con una frecuencia tan molesta y repetitiva como el programa de un pájaro carpinteroLa prensa censura con rabia una mentira si la dicen otras fuentes, pero si a ella le sirve, se convierte en su arma principal.  Cuando el fraude provenía de Goebbels (“miente y miente que al final algo queda”), era abominable; pero cuando el “occidente” nos engañaba acerca de las armas de destrucción masiva que tenía Irak, la prensa lo repitió hasta la saturación como si se tratara de un axioma proveniente de Dios.  Y jamás ofreció disculpas por su complicidad en semejante fraude que sirvió como justificación para el primer gran genocidio del nuevo milenio.  Es por eso que ante toda afirmación de los periódicos o la tele, debemos tener la prudencia suficiente y tomarnos el tiempo necesario para meditar acerca de los “negocios” que hay detrás.  NUNCA hay nada en los medios que no tenga que ver con la conveniencia económica de grupos poderosos; lo que no tiene buenos patrocinadores, solo es materia de comentarios familiares o en los mercados y pertenece a la chismografía popular.
            Sin embargo, es bueno recordar que esta maquinaria en realidad nunca ha estado al servicio de la Verdad; siempre ha sido una estructura diseñada con fines comerciales, aunque todo el tiempo haya pretendido hacernos creer que sus objetivos son los de la conveniencia social, la divulgación de la verdad y la búsqueda de la justicia para todos.  Esos son los lemas bajo los cuales se ha parapetado para ocultar sus verdaderas metas.   Estimado lector, usted decide, pero le sugerimos que, invariablemente, parta desde esta saludable conclusión: todos mienten.  Todos actúan a nombre de sus propios intereses que, a veces pueden parecerse a los suyos, pero NO LO SON.
          
                                                     

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