martes, 16 de noviembre de 2010

717 Los programa escolares

717    “LA CHISPA”   (17 noviembre 2009)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOS PROGRAMAS ESCOLARES      
            Es seguro que en toda la América Latina los programas escolares son semejantes a los de Costa Rica.  Parece que los hubieran diseñado los conquistadores y no los latinos; todos parecen responder a “compromisos culturales” con diversas embajadas europeas o de los Estados Unidos.  Son esquemas para “europeizar” a nuestros niños y convencerlos de la importancia y superioridad de la cultura occidental (que no somos nosotros) y para idealizar todo lo hecho y logrado por europeos y gringos.  Por su practicidad, es entendible la imposición del inglés, pero ¿qué diablos hace el francés en nuestros colegios?  Aparte de significar unos cuantos empleos para los profesores de ese idioma, es la cosa más tonta que se pueda imaginar, pues los chicos ni siquiera aprenden a valerse de él.  Solo es motivo para chistes.  Es un fardo más del currículo.  ¿Para qué sirve el francés?  Si no vamos a pasear a Francia, cosa imposible para la mayoría de latinos, ¿de qué nos sirve esa lengua ya muerta?  El esplendor de ella fue en el siglo XIX y principios del veinte, pero ahora es solo la jerigonza de los franceses.  Como el holandés, turco, sueco, noruego o serbio.  El habla vernácula de una tribu europea cuyo momento ya pasó.    ¡Y no me vengan con el cuento de la cuestión cultural…!
            A los muchachos les embuten la cabeza de idioteces que nada tienen que ver con sus vidas aquí.  La escuela latina NO es práctica ni realista.  ¿Qué les puede importar a los chamacos mejicanos quién diablos fue el primer emperador de Alemania o el Zar más criminal de Rusia?  Jóvenes que no conocen ni su propia historia, están bien enterados de la Revolución Francesa, la Guerra de Secesión y de quiénes fueron todos los presidentes de Estados Unidos.  De qué se produce en el escudo canadiense y cuántos kilómetros mide el Mississipi.  Saben mucho de la primera y segunda guerras mundiales, pero no tienen ninguna información verdadera de la revolución mejicana, cubana o nica.  Aparte del fútbol, NADA saben de la inmensa geografía del Brasil, de su gente, sus condiciones de vida, educación ni política.  Nada de su historia.  Saben la vida y milagros de Washington, Lincoln, Kennedy, Truman y Roosevelt, pero nada conocen de Bolívar, Sandino, Artigas, Tiradentes o Benito Juárez.  Nuestra historia está subvalorada.  Es solo un apéndice vergonzoso
            En las aulas se enseña la HISTORIA EQUIVOCADA.  O por lo menos, una que muy poco debería  importarnos, pero que sí nos afecta como elemento que facilita la manipulación.  Se nos enseña LO MALOS que son los héroes nacionales y lo tontos que somos nosotros; además, lo buenos y nobles que son nuestros tradicionales invasores.   Para gringos y europeos Zapata y Villa eran un par de bandidos, Benito Juárez también, Fidel es un criminal, Hugo un maniático peligroso, Sandino otro renegado estúpido y ladrón; Bolívar era un maleante malagradecido.  Pero Bush en un héroe demócrata, los Reyes Católicos unos adalides de la humanidad, William Walker un paladín de la civilización en el mundo de los bárbaros.  Truman y la reina de Inglaterra son dos ejemplos de determinación.  Y así por el estilo, los estudiantes son catequizados para menospreciar lo propio y rendir culto a los que nos joden y siempre nos han chingado la vida.  Todo lo que vale la pena en nuestra historia es eliminado o visto de manera fugaz para que no deje huella en los jóvenes.  Les saturan la mente con majaderías que no deberían importarles; y por otra parte, les inculcan, de manera subliminal, la idea de nuestra inferioridad y dependencia vital de los europeos y gringos. 
Los estudiantes se saben muy bien la geografía de Europa, sus capitales, su historia, sus ríos y puertos principales; conocen el nombre de todos los estados de USA y cuándo se fundó su capital, cuándo se escribió la constitución de ese país y todos los datos de su revolución independentista.  Pero no hay quién pueda decirnos el nombre de tres estado de Brasil o cuatro provincias de Argentina; y mucho menos, algún detalle de la historia de Perú.  A lo sumo, saben que allí queda Machu Pichu, o que en Brasil está el Amazonas y que tiene pirañas.  Se denigra a nuestros prohombres con la misma intensidad con la que glorifican a cualquier aventurero europeo o gringo que haya venido a recalar a nuestras tierras.  Las escuelas son “candil de la calle” y parece que fueran organizadas por malinchistas al servicio del neocolonialismo.     (Chiste político: “Nos preocupa el pueblo”)
Nuestra dependencia es lastimosa y se refleja en los programas escolares de la manera más abyecta.  Nada de lo propio merece consideración de la gente que se dedica a reseñarlo.  A pesar de la identidad lingüística de todas las naciones latinas, vivimos absolutamente aislados de ellas.  Todos tenemos los ojos puestos solo en Europa y Estados Unidos y menospreciamos a nuestros hermanos y no les concedemos la mínima consideración.  Ni siquiera sus sabios nos inspiran el menor respeto.  Lo único bueno que existe viene de Europa o de USA.  Incluso la música criolla nos inspira menos admiración que la estridencia del Rock.
Pero el peor de todos los servilismos del que hacemos gala es el que le rendimos al idioma español, a España y su Academia de la Lengua.   El español en las escuelas y colegios es un culto, una materia de adoración ante la cual todos hacen genuflexiones y doblan la espalda.  No se considera como una herramienta de utilidad sino como un fin en sí misma, y es la causa del fracaso y frustración escolar de millones de latinos.  La han transformado en una religión a la que hay que dedicar cuarenta o cincuenta años para utilizarla con “corrección”, que es uno de los grandes objetivos de los llamados gramáticos.  Y un continente apremiado como el nuestro NO SE PUEDE DAR EL LUJO DE PERDER EL TIEMPO en estupideces cuyo valor ha sido exagerado.  Los programas escolares en la América Latina NO deben ser diseñados por “técnicos en pedagogía europeizada sino por hombres con sentido común y conocimiento de la realidad que vivimos.  No por ilusos comprometidos que se sientan europeos o medio europeos, y que se crean en deuda con aquellos y que anden buscando quién les ponga la jáquima y les amarre el mecate.  No tenemos diez, quince o veinte años para dedicarlos exclusivamente al estudio del español.  Seguiré con este tema del idioma y otras materias innecesarias o recargadas con las que hacemos perder un tiempo valioso a los estudiantes.  Incluidas las universidades.                                                                      (¿Cree que esto es posible en su país?)
                           RIS 



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