martes, 16 de noviembre de 2010

714 Un instituto pedagógico

714    “LA CHISPA”         (15 noviembre 2009)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
UN INSTITUTO PEDAGÓGICO              
            La diferencia entre el subdesarrollo (atraso) y el primer mundo está marcada por el vacío infinito de la ignorancia.   Analfabetismo es sinónimo de tragedia social en todos los niveles de la vida de un pueblo.  Pero nuestros gobiernos y oligarquías NO QUIEREN ENTENDER que NO se pasa al primer mundo (desarrollado) por partes o sectores sino como un todoNo pueden convivir en PAZ en el mismo país, minorías que pertenecen al primer mundo, y enormes masas que se debaten en el infierno de la miseria e incultura.  Pero esa es la fórmula que escogieron nuestras clases dominantes para mantener su hegemonía: educación selectiva para unos pocos, y un manto de tinieblas sobre los pueblos.   Justo para que sean dóciles bestias de carga sin muchas aspiraciones.  Las oligarquías latinas LES TEMEN a los pueblos y es por eso que hacen todo lo posible para que estos se mantengan en la oscuridad.   Son clases miedosas y torpes que no quieren afrontar el riesgo que tomaron los europeos.  Estos educaron a sus pueblos y se perdieron de vista en la estratosfera del primer mundo.  Hasta los más atrasados como España.      
Cuando hablo de un INSTITUTO PEDAGÓGICO no quiero decir un edificio, una casa de ladrillos y cemento sino de una institución educativa sin fronteras y sin límites en el espacio; que proporcione a cada ciudadano de América Latina las facilidades para avanzar todo el camino que su techo intelectual le permita.   Hablo de una educación moderna, generalizada para toda la raza, sin estorbos ni trabas.  Que lo que aprendió el peruano allá, sirva y sea reconocido aquí sin ninguna cortapisa.   Una educación permanente, presencial y a distancia que no ponga obstáculos a nadie; que no demande requisitos o pre-requisitos sino la simple voluntad de estudiar y superarse.  Una educación sin callejones ciegos que les digan a los individuos que hasta allí pueden llegar.  Que las rutas de la enseñanza se pierdan en un horizonte sin fin, en donde cada ciudadano pueda avanzar todo lo que les permita su cerebro.  Por ejemplo: que la carrera de medicina empiece con dos años para ser enfermero graduado; luego dos más para ser “técnico en medicina”; después, otros dos años para ser “licenciado en medicina” y, finalmente, otros dos años para ser “doctor en medicina”.  Eso haría que la gente cumpla ciclos que lo capaciten profesionalmente para desenvolverse en un nivel, sin que eso signifique que no puede avanzar más.  Programas vertebrados de manera que faciliten ese progreso infinito dentro de cualquier rama del saber: derecho, economía, ingeniería, periodismo, magisterio o lo que sea.   Que no haya personas que se gradúen de sirvientes para toda la vida.  Si un adulto es capaz de ingresar a un politécnico a una especialidad que conoce empíricamente, ¿por qué tiene que ser bachiller o haber aprobado la primaria?
El movimiento se demuestra andando, y esa es una de las cosas admirables que tienen los gringos.  Si usted sabe, sabe, sin importar que tenga título o no.  Debe crearse infinidad de maneras para tapar esos vacíos de la auto educación práctica.   No se le debe cerrar las puertas a nadie porque no tiene un “cartoncito” que acredite su enseñanza formal.  Se le acepta e inserta en el sistema, y luego se van rellenando sus carencias.  El peor desperdicio que hacemos los latinos es el del talento de millones de jóvenes que se pierden en la nada porque los sistemas educativos son rígidos y formalistas.  Yo tuve un amigo que ya murió, era mi barbero y tenía unos cuarenta años en ese tiempo; sabía muchas cosas, de todo.  Una vez le  pregunté que dónde había estudiado y, para mi sorpresa, me dijo que él nunca había estado en la escuela.  Entonces lo llevé al colegio donde yo era profesor (un nocturno), se lo presenté al Inspector (un amigote) y le pedí que lo matriculara en primer año de secundaria y que después presentaríamos los papeles que hacían falta (título de primaria etc.).  Desde luego que nunca lo hicimos y, cinco años después, Paco sacó su bachillerato ganado con holgura sobre todos sus compañeros.  ¿Qué nos dice eso?  Mucho, pero sobre todo, que somos víctimas de un reglamentismo idiota que limita a millones de compatriotas de todo nuestro subcontinente.   “Estamos escuchando al pueblo”
El Instituto Pedagógico es una escuela ideal pero realizable; talvez sea una utopía por ahora, pero llegará el día cuando, por necesidad, tengamos que implantarlo.  Si no hay un cataclismo universal, nuestras poblaciones seguirán creciendo y demandando alimentos; y cuando esto llegue a ciertos límites no manejables, vendrá la catástrofe para TODOS.  Ricos y pobres.  Cuando se acaben los recursos y solo tengamos vastas capas de población ignorante, la marejada nos arrasará a todos.  Es por eso que la EDUCACIÓN es el mejor negocio que podemos hacer.  Es la mejor inversión para garantizar el futuro.  Incluso para el control racional de la población.  Los gobiernos tienen la solución en sus manos y ellos saben que los pueblos educados tienen mayores expectativas de supervivencia ante cualquier calamidad.  Allí están Alemania y Japón como ejemplos extremos de lo que pueden hacer las naciones cultas, aún en lo peor de la circunstancias de la vida.
El Instituto Pedagógico debe ser plástico, abierto, ecuménico en todo el significado de la palabra.  Dinámico, apolítico y sin interferencias de otros intereses que no sean los de la EDUCACIÓN.  Y solo ese debe ser su objetivo: dotar a TODOS nuestros ciudadanos de la capacidad de ser mejores, más educados y tener la posibilidad de aspirar, con todo derecho, a una vida superior en todo sentido.  Ahora que hay televisión estatal, Internet, cable, correo y mil recursos más, la asistencia diaria a los sitios de enseñanza NO es necesaria.  Yo podría estudiar en la Sorbona si me dieran la oportunidad de hacerlo a distancia; y solo iría los fines de año a presentar mis pruebas.  Desde luego que el objetivo único del Instituto debe ser ENSEÑAR, y no probar qué tan hábiles y mañosos son sus métodos y profesores para APLAZAR ALUMNOS, costumbre generalizada en nuestros sistemas escolares.      Lo ideal es que siempre haya muchas puertas abiertas para todos.
Los Ministerios de Educación tienen la palabra; pero la obra total es producto de aquellas sociedades que piensen responsablemente con la mirada puesta en el futuro.  La EDUCACIÓN es la mejor y única alternativa que tenemos para salir del agobiante subdesarrollo.  Si educamos a los pueblos, automáticamente salimos del atraso.   Un pueblo educado se salva solo.    ¿Tendrán miedo a eso las oligarquías?
Fraternalmente                                                             (¿Hay ambiente para esto en su país?)
                                   RIS 

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