220 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
DE NUEVO EL CAOS VIAL
San José es un desorden
maravilloso, un caos que funciona por un prodigio de equilibrio natural que
nadie puede explicarse. No hay
“tráficos”, nadie hace caso de los semáforos, los taxistas hacen lo que les da
la gana. Los autobuses circulan por el
mero corazón de la ciudad produciendo atascaderos apocalípticos, los
repartidores de agua, mercancías, gasolina, guaro y cervezas se paran donde
quieren a la hora que sea... pero “la
cosa” funciona. . . inexplicablemente. Gigantescos
tráileres circulan por donde les place, reventando los mecates del
alumbrado y teléfonos, sin que nadie intervenga ni le importe un carajo el
peligro que esos monstruos representan. Sin embargo, nada pasa. . . nada fuera del
desorden cotidiano de la ciudad: muertos, choques, choferes borrachos, niños
aplastados. Pero basta que el gobierno
intervenga en algo que tenga que ver con el tránsito, o que altere en lo mínimo
ese sistema auto controlado, para que se desate la tragedia. Una alcantarilla que rompan, una zanja que
haga el SNAA, un poste que cambie el ICE, una desviación para remendar una
calle, un “tope” de caballos, la visita de un dignatario extranjero, la llegada
de Ricky Martin, Mary Pepa o el Papa, un desfile de carrozas o cualquier otra
actividad “antinatural” al caos normal de la ciudad, basta para que se
dé el armagedón.
Ahora es lo del bulevar de la cuarta
avenida. Una ocurrencia fuera de contexto, inoportuna, inadecuada, disparatada,
insensata y, lo que es peor, violatoria del normal “equilibrio caótico” de la City. San José no necesita un bulevar de bolsillo junto a la Caja, sino una gran área humanizada
en donde los “seres humanos” que caminan en dos patas y no sobre cuatro
ruedas, puedan circular libremente, incluso distraídos, sin que sus vidas
corran peligro. Caminar por el centro de
San José, es más peligroso que dar un paseo en Bagdad. Si no nos asaltan, nos apuñalan o nos timan
con algo, nos echan encima un taxi, una motocicleta, un autobús o lo que
sea. Y ¿a quién quejarse o pedir
ayuda? No hay un solo policía de
tránsito o de los otros. A nadie le
importa nada. Y si usted protesta ante
los abusadores (principalmente taxistas), le dan una paliza. Nadie sabe nada. Nadie QUIERE saber nada de nada. Un policía me dijo: “Por la cochinada que
me pagan, no voy a arriesgar mi vida”. Y pienso que tiene razón. Otro me decía con amargura: “Señor,
agarramos a un ladrón con lo robado en la mano, y al día siguiente anda
libre. Y ese individuo es mi enemigo de
por vida; ¿y si me echan de la policía?”
Millones de veces me he
preguntado cada vez que viajo en “mi bus de barrio La Cruz”: ¿Cómo le permiten
a este carretón circular hasta el puro centro de la ciudad causando todas las
incomodidades imaginables? Los
furgones NO DEBEN CIRCULAR POR LA CIUDAD. Debe
existir una terminal de furgones FUERA DE LA CIUDAD, con bodegas a partir de las cuales,
camiones pequeños hagan la entrega de mercancías a los negocios. Aquí por mi barrio, en la rotonda de “Las
garantías sociales” hay un “nido” de furgones salvadoreños que están
destruyendo las aceras de un parquecito que les estorba para dar vuelta. Y eso no debe ser.
Las “paradas” provinciales deben
estar fuera de la ciudad. Por ejemplo la
de Limón, debe estar más allá del puente del Saprissa. Y las rutas de los barrios, lejos del centro
de la capital, sin paradas. A partir del
punto CERO de la ciudad (cruce de la avenida central con la calle
central), se debe establecer un área de exclusión vehicular de cinco cuadras en
cada dirección cardinal. ¿Y la entrega
de mercancías a los negocios? Pues como
en los Estados Unidos (donde funciona a la perfección): de 12 de la noche a 5
de la madrugada. Claro que hay que tener
güevos para ponerle el cascabel al gato de las cámaras, taxistas y
autobuseros. Incomodar a esa gente es
asunto serio que solo un gobierno de verdad se atrevería a hacer. Pero esa es la única solución al problema
vial de San José. Luego vendría el
acomodamiento de las rutas, cuestión por demás sencilla. El verdadero problema de la capi, es que su
diseño se corresponde con el de una aldea del siglo dieciocho: tiene un CENTRO
. . . y la periferia. Y en ese punto está casi todo;
entonces, todo el mundo tiene que ir al CENTRO. Pero ¿qué tal si empezamos por quitar ese feo,
incómodo y antihigiénico mercado del centro? Con él se iría el ochenta por ciento de la
gente que se aglomera en esa área. Hay
que “descentralizar” a la capital para que vuelva a ser una aldea bonita,
acogedora y humanizada; un pueblo en el cual se pueda atravesar las calles sin
ser aplastado por un bus, taxi o furgón.
Entonces sí sería adecuado que la Municipalidad haga
bulevares y parques a lo largo y ancho de esas diez cuadras “cuadradas”
que conformarían el refrescante corazón de nuestra capital. San José lo vale; los “seres humanos”, esas
criaturas minimizadas por las cámaras de transportistas, también lo
valen. Mientras esto no se haga, todos los
bulevares son desperdicios cosmetológicos.
Ciudadano, no sea indolente, haga
circular esta “Chispa” para que todos participemos en el gobierno, el
cual es RESPONSABILIDAD y DERECHO de TODOS.
Bulevarescamente
RIS
Correo electrónico: rhizaguirre@gmail.com
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