365 “LA CHISPA”
Lema:
“En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA RUTINA
DEL “AMOR”
Es triste y cajonero, pero no menos
cierto: el amor se cansa, se aburre y
entra en estado de agonía. El amor
pasional carece de perennidad porque está sustentando en cosas
superficiales. Y aunque hagamos
esfuerzos extraordinarios para estar de acuerdo con los mandatos sociales y
familiares, la verdad es que llegamos a hastiarnos de lo mismo. Es inevitable, aunque pretendamos lo
contrario. Y aunque creamos que nuestro
caso es único y distinto, la monotonía nos toma por asalto y sorpresa, o en una
lenta y deprimente aceptación de que todo aquello que nos llevó a compartir un
segmento de nuestras vidas con alguien, ya no existe. Muerta la sed de amor pasional, solo nos
queda el tedio, la formalidad y los compromisos del matrimonio o ayuntamiento y
nos convertimos en víctimas de las reglas escritas por otros. El
amor es como un potro salvaje que debe montarse al pelo, pues si le ponen lazos, se cae en la rutina. Es la razón por la cual los amantes son
felices durante el tiempo que solo son
amantes.
No permitas que la inercia ocupe en
tu vida los espacios reservados para el amor y la pasión; dicta tus propias
reglas y no permitas que otros te impongan condiciones. De todas formas, la vida es una experiencia
en solitario, por más acompañados que estemos.
Atrévete a vivirla para que, cuando te aproximes al final, no tengas que
lamentar los treinta o cuarenta años que desperdiciaste
al lado de una persona ya carente de magia o interés; de pasión o locura
sensual. En ese viaje puedes y debes
encontrar personas que te acompañen por un trecho de la vía, pero siempre debes
ser tú, sin ligas ni ataduras forzadas por mandatos arbitrarios que tratan de
hacer de ti una pieza de la máquina gregaria.
No te cargues con el lastre de los demás, pues al final siempre estarás solo,
y así deberás rumiar el dolor de una vida malgastada, aunque hayas “cumplido
con el deber social”. Cuando muere la
llama de la pasión, cosa que todos
conocemos, vete, es hora de “jalar”.
Es lo conveniente para tu vida, y
de paso, lo mejor para la pareja que dejas.
Con el paso del tiempo, cuando le pase el berrinche, entenderá que fue
lo mejor que hiciste por ella o él.
No se comparte la vida con alguien por compromiso, agradecimiento, lástima
o costumbre. Eso es un pecado en contra
del Amor. “Tolerar” a otra persona es un crimen. Se vive con alguien porque se le ama con frenesí
alocado, y cuando eso termina, ha finalizado la relación verdadera y solo
continúa la mortal formalidad, el tedio y la inútil espera de nada, pues en la
pasión no hay milagros ni retornos.
Cuando se apaga, se murió. Y ni
siquiera los hijos son suficiente motivo para soportar el peso aterrador de una
vida sin ilusiones ni ardor desbordado.
Verlos grandes y educados es otra cosa que nada tiene que ver contigo
sino con ellos. Esa no es TU VIDA. Sé puente o escalera cuando así lo desees,
pero no porque otros de lo impongan, pues tú solo tienes una obligación: vivir tu vida. ¿Parece egoísta? Es posible, pero es la única verdad. Se vive con alguien mientras exista la llama
calcinante de la lujuria. Pero cuando
hay que atizar y soplarla cada vez que se quiere hacer el amor, allí ya no hay
nada. Solo hábito y formalidad social y familiar. Pero el Amor no es eso.
Entrégate al delirio pero sin
quemarte, pues esa no es la idea. Jamás
hagas el amor solo por pasar el rato, pero si lo haces, no lo repitas con la
misma persona, ya que puedes caer en la rutina del sexo; en la costumbre de una
relación complaciente pero sosa. Te
puedes acostumbrar a alguien, y ese
es el peor camino para emprender la aventura de la vida. No confundas rutina, comodidad y falta de
compromiso con el amor. Nunca te enredes
con nadie solo por afecto o piedad, pues estas son emociones pasajeras que una
vez idas, te dejan en manos del esplín, sintiendo menosprecio por todo,
incluyéndote. El cariño o la lástima, pueden convertirse en respeto y aprecio, pero NUNCA
en la insania embrujadora de la
Pasión.
El amor es como una hoguera que te
succiona, te quema, eleva, purifica y no te permite pensar en nada, y cuando lo
hace, es que ya se apagó, y es hora de seguir tu camino en solitario. Y ese es
el momento que hay que vivir a plenitud; nunca pierdas el tiempo tratando de
revivir un amor ya dormido, pues de las cenizas de su fuego, solo es posible
extraer sus despojos: la calma, comprensión, amistad, tolerancia y costumbre. Todas
las cosas que se ponderan como los grandes valores del matrimonio. Aléjate y sigue tu sendero; ten la seguridad
de que hay otro amor esperando por ti en cualquier curvita del camino. No pierdas tu tiempo creyendo que las cosas
van a cambiar y que todo volverá a ser como antes. Y
cuando tengas alguna duda de la conveniencia de una relación, es hora de
terminarla. Resuélvela en este
momento. Si no lo haces ahora, en tu
vejez lamentarás con amargura los años desperdiciados en el “cumplimiento del
deber”. Tu vida es solo tuya, es un tesoro
único e irrepetible que no debe quemarse
en relaciones tediosas, por buenos y convincentes que suenen los argumentos sociales
que mantienen la estructura familiar.
Es preferible un inventario
superficial pero feliz, que uno lleno de amargura fastidiosa que de nada le
sirvió ni satisfizo a ninguno de los miembros de la pareja. ¿Cuál
es el propósito de “aguantarse” treinta o más años a alguien por quien ya no
sentimos más que la mortal costumbre?
Si esta “Chispa” te lleva una vislumbre de consciencia, aprovéchala y
reflexiona si aún estás a tiempo, pues es preferible lamentarse por unos años
de “agüevazón” y no por TODA UNA VIDA DE
ELLA, cuando ya no hay nada que hacer.
Rebélate, sé libre y vuela a las inmensidades del espacio. Recuerda que tu vida es solo tuya, y que al
final de ella solo tú cosecharás el producto de tus escogencias y
decisiones. Cuando en cualquier relación
te des cuenta de que estás creando lazos, rómpelos pues estás entrando en los
dominios de la RUTINA. En el pantano de arenas movedizas
de la costumbre. No se le hace bien al amor ni a nadie al
soportarlo por hábito enfermizo, cariño, recuerdos o piedad. Cuando tengas que irte, vete, es lo mejor
para todos, aunque lleve un tiempito entenderlo… Y algún dolorcito que nunca falta. ¿Que hay amores excepcionales y de toda una vida? ¡Claro que sí! Pero son muy raros...
Cariñosamente
RIS E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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