297 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”.
¿HAY ALGO DESPUÉS DE LA MUERTE?
Después de milenios y milenios de
superstición, fe, raciocinio, fetichismo, espiritismo, religiones, filosofía y todos
los ejercicios intelectuales que el hombre ha hecho, ya deberíamos tener alguna
prueba material y científica de la existencia o no de la vida en el “otro lado”. ¿No es cierto? Hasta ahora, la ciencia nos dice que
no. Y desde siempre, las religiones (fe)
nos dicen que sí. Pero ninguna de las
dos ha podido demostrar nada que convierta a este dilema en algo probado más
allá de toda duda. La Fe solo es un cúmulo de
emociones (miedo principalmente) que trata de asirse a promesas dudosas acerca
de la existencia de un plano espiritual (¿?) en donde todo es felicidad
pura. Por su parte, el materialismo parece tener una conducta
semejante basada solo en la incapacidad de los creyentes para demostrar la
existencia de ese mundo ilusorio.
Denominador común: la carencia
absoluta de pruebas materiales o espirituales.
La “ciencia” se ha mantenido al margen y solo dedicada a
los aspectos físicos de la vida, lo cual parece asociarla con la tesis de los
materialistas. El espiritismo ha sido
desacreditado debido a tanto charlatán; las religiones modernas occidentales
perdieron el lado místico y se debaten en discusiones formales y materialistas
que las alejan de la posibilidad de dar respuestas “racionales” a sus
creyentes. Se acuartelan en el dogma y
allí hacen morir toda aventura inquisitiva acerca de la verdad. El fetichismo y las religiones de los pueblos
primitivos (indios, negros, indígenas y otros), no merecen la consideración de
los occidentales europeos, y es por eso que no han sido objeto más que de
estudios superficiales; y aunque han formado catálogos de ellas, de sus dioses
y prácticas ceremoniales, nunca se ha indagado a fondo su lado espiritual; no se ha participado en sus
rituales con convicción y verdadero espíritu investigador. No se han estudiado como una posibilidad real
y absoluta, sino como una respuesta parcial y animista para razas y mentes
inferiores, o como fetichismo propio de negros, indios, latinos e indígenas
incapaces de alcanzar las alturas del pensamiento racional caucásico. Estas religiones y sus sistemas han sido
vistos como curiosidades atávicas de un submundo; mejor dicho, como de un círculo
humano en extinción.
Por su parte la razón, a través de
la filosofía, es incapaz de penetrar la epidermis de un problema que va más allá
de las premisas y conclusiones de la gimnasia mental. Nada puede decirnos un ciego acerca del arco
iris. Y esa es la condición del hombre, religioso o
no, ante el enigma que nos plantea la muerte.
Conformes o no, temerosos o indiferentes, creyentes en el cielo o
materialistas burlones y escépticos, el tema de la muerte nos acongoja, nos
torna curiosos, cínicos, nos golpea, nos da fe, nos reúne, nos fortalece o nos
acobarda. Nadie es indiferente a ella
porque es un suceso trascendental en nuestras vidas, y como tal, merece
cuidadosa atención. Solo un loco podría
ser indiferente ante ese portal que se abre para todos en algún momento. ¿Acabará todo ahí? Al parecer nadie lo sabe con certeza; lo que
cada uno piense acerca de ese tránsito, puede ser una verdad para él, pero no para los demás. Nos empeñamos en creer que “algo” tiene que
haber, y que algunos deben tener la
respuesta. Sin embargo, todo continúa
siendo un misterio infinito para el grueso de esa humanidad que sufre, teme e
implora alguna luz ante ese enigma aterrador.
Si existiera algo, ya es hora de que
lo hubiéramos descubierto sin lugar a dudas.
Las experiencias de los que “han muerto y regresado” no son pruebas
suficientes, pues se reducen a aventuras de tipo personal e instantáneo; a
eventos cerebrales en cuerpos que aún no han muerto oficialmente. La cuestión
del túnel y la luz al final, es un lugar común que bien puede ser un proceso
bioquímico, algo similar a cuando se están apagando los chips de un
computador.
Es innegable que no podremos saber
nada acerca de la muerte, aparte de que es un hecho inevitable, si para su
investigación nos aproximamos a su estudio solo por uno de sus lados. Si somos religiosos y creyentes, nada sabremos de ella jamás, salvo los
dogmas; solo seguiremos creyendo. Si
negamos a priori, como los materialistas, tampoco aprenderemos nada. Si nos mantenemos al margen como los
científicos, en una pose “más allá”, no contribuiremos en nada a mitigar el miedo
y dolor que produce. Si solo filosofamos
acerca de su posible naturaleza, haremos buenos ejercicios dialécticos, pero
seguiremos ignorantes del problema. Si
vemos con menosprecio la actividad de los chamanes, espiritistas y todos
aquellos sacerdotes de las religiones primitivas,
talvez estemos cometiendo el más grande error producto de la arrogancia y la
suposición de que la ciencia, filosofía, razonamiento y religiones modernas son
superiores.
En la búsqueda de la Verdad, de alguna verdad acerca de la muerte, no
debe dejarse por fuera ni la más pequeña posibilidad. Por ahora solo una cosa es clara para todos: el que se muere se va y no vuelve. Pero
cada uno de sus dolientes supone lo que le place: que está en el cielo, con
Dios, Cristo y un coro de ángeles y que es feliz mientras se reúne con los que
quedaron aquí mientras tanto. Pero la
verdad absoluta sigue siendo el más elusivo de los arcanos. Por la
fe, creemos aquello que nos gusta creer y que nos proporciona paz y consuelo;
lo único real que subyace detrás de la emoción de la FE, sigue siendo la
incertidumbre acerca del más profundo de los secretos que el Hombre TIENE que enfrentar, le guste o no,
tarde o temprano.
¿Existe algo después de la
muerte? La respuesta demanda mucho más
que poses cínicas, despectivas o dogmáticas, pues esta materia nos “toca” a
todos y no se puede obviar ni evitar con silogismos, dogmas o burla.
Todos morimos, pero lo peor es cuando alguien se nos
muere. Y es aquí cuando la incógnita
se hace desesperanzadora, lacerante y oscura.
¿Adónde se me fue el que murió? ¿Lo volveré a ver? Silencio…
Fraternalmente
Entrada al blog “LA CHISPA”:
http://lachispa2010.blogspot.com/
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