viernes, 24 de julio de 2015

330 ¿Qué fue de la vieja y familiar U.R.S.S?



330   LA CHISPA 

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

¿QUÉ FUE DE LA  VIEJA Y FAMILIAR  U.R.S.S.?            

            En la teoría del equilibrio hacen falta dos polos, y parece que nada en la vida funciona adecuadamente si no existen estas dos fuerzas de compensación. Hombre-mujer, ying-yang. Solo Dios parece ser único; sin embargo, para que el bien inherente a Él se ponga de manifiesto, TIENE que existir el Mal.  Todas las religiones y los místicos hablan de la necesidad de los polos apuestos para la obtención del equilibrio, porque si en algún momento uno de ellos desapareciera, reinaría el Caos.  No puede, por lo tanto, existir un mundo unipolar pues es una anomalía de la naturaleza en donde se rompe el equilibrio sobre el que se sustenta todo.  Y eso parece ser la tónica en todos los aspectos de la vida, incluyendo el político y militar; siempre tiene que haber un contendiente digno que represente al bien o al mal, según la óptica de quien lo defina.  Para Reagan, la URSS era el Imperio del Mal y, por consecuencia, los Estados Unidos y sus adláteres, el Eje del Bien.  Pero sin importar quien fuera el bueno o el malo de esta discusión, existía una especie de equilibrio sobre el cual las naciones débiles podían fiar su seguridad.  Solo era cuestión de “alinearse” o “desalinearse”.  Si el país estaba alineado, recibía la ayuda y protección de USA; y si no lo estaba, gozaba de la tutela de la URSS.  Era divertido, de cierta manera, pues cualquier republiquita como Cuba, Nicaragua o Angola, sentían que no estaban solas ante la ferocidad de los Estados Unidos.  Lo mismo pasaba con los países del oeste europeo: sentían la protección de USA.
            Era un juego divertido en donde todo el mundo se enseñaba los dientes sin que llegara la sangre al río; pero una vez desmembrada la Unión Soviética, el panorama cambió por completo.  Se perdió el saludable equilibrio y Norteamérica se convirtió en el árbitro, corte, juez, policía y verdugo de todo el mundo.  Su palabra es la ley, como dice el corrido mejicano.  Si Washington dice que algo o alguien es terrorista y pertenece a Al Qaeda, esa es la santa palabra y puede ser ejecutado sumariamente sin que medien pruebas de clase alguna.  Ahora los Estados Unidos se sienten los dueños del mundo, de vidas y haciendas de todo el planeta.  Pueden bombardear, destruir, aterrorizar, bloquear, intimidar y acosar a todo el que les dé la gana sin el menor recato ni prudencia.   Solo existe el polo yanqui sobre la tierra.  Y eso no es sano, ni siquiera para ellos, porque carecen de algún parámetro de referencia que les indique que se están excediendo, como en el Golfo Pérsico. 
            Es por eso que la Unión Soviética TIENE que volver; quizás no sobre las bases del estalinismo ni el sistema policíaco de la KGB, pero sí como una gran potencia militar y económica que le ponga coto a los desmanes del imperialismo yanqui.  Si la URSS hubiera estado en pie, la agresión y exterminio de casi un millón de iraquíes JAMÁS se hubiera producido.  Los Estados Unidos no se hubieran atrevido a perpetrar semejante crimen sabiendo que tal acto hubiera producido una respuesta bélica de los soviéticos.  O por lo menos, una amenaza a Finlandia, Suecia, Noruega u otro de los amigotes de los yanquis.  Esa guerra no hubiera sido la de tigre suelto contra ratón amarrado.  Los países débiles DEBEN tener algún punto de apoyo hacia el cual dirigirse cuando se vean a punto de ser agredidos por un coloso militar como USA.   Precisamente a la firme postura de China en el caso de Corea del Norte, se debe que los Estados Unidos no se haya atrevido a atacarlos.  Los chinos reconocieron que, a través de la historia, nunca han tenido un amigo más leal y constante que Corea.  Y fue gracias a ese tutelaje, que esta pequeña nación no sufrió un atropello semejante al de los pobres iraquíes, que no han tenido cirineo en su calvario.
            La verdad es que sería saludable volver a ver aquel montón de viejos feos y agrios que formaban el Politburó, enemigos enconados de los gringos; serios y malencarados, con sus abrigos hasta el tobillo y sus sombreros de cosacos.  Beria, Malenkov, Kosigin, Gromyko, Brezhnev y otros, ejercían una especie de fascinación morbosa sobre el gran público norteamericano.  Mikoyan, Gulag, Perestroika, KGB, Glasnost, Politburó, Kremlim, Siberia y Liublianka eran términos evocativos de las más disparatadas emociones por parte de los gringos y, desde luego, una fuente interminable de material fílmico para los magos de Hollywood.  Y como esa gente goza en forma masoquista torturándose con películas de miedo, suspenso y la amenaza de un cataclismo termonuclear, mantuvieron a esa nación bajo el símbolo del terror soviético por más de medio siglo. Muerta la Unión soviética, se les acabó el material peliculesco, y es por eso que dijimos que la falta de equilibrio no es conveniente ni para ellos.  Ya no hay paja para filmes apocalípticos ni de la Guerra Fría.
            Por desgracia para el pueblo ruso, Gorbachov se jaló la torta del milenio y desmanteló la estructura militar y política de Rusia, para sumir a la nación en la anarquía de una “democracia” que ni entendían ni querían.  Rusia cayó en desgracia, y el caos se apoderó de la otrora orgullosa Unión Soviética, y esta se convirtió en una limosnera más detrás de las migajas que el imperialismo norteamericano deja caer en aquellos sitios en donde ve la posibilidad de explotación.   Hoy Rusia es un títere más en la reinterpretación de la historia que están haciendo los gringos.  Sin embargo, existen grandes sectores de la población rusa que no están conformes con haber pasado de protagonistas de la historia, a ser parte de la comparsa que dirigen los Estados Unidos.  Nada de bienestar les ha aportado la llamada “democracia”.  Se han empobrecido y se han estancado en casi todos los niveles de su organización social, económica, científica, política y militar.  Ahora Rusia en un cero a la izquierda a quien nadie toma en cuenta para nada, pues parece incapaz de liberarse de la jáquima que ya les pusieron los gringos.  Pero no todo está perdido, ese pueblo tiene grandes recursos morales que saca a relucir en los peores momentos de su historia.  Ojalá que pronto podamos ver a una Nueva Unión Soviética en el otro polo del mundo, haciendo que la balanza de la justicia vuelva a pendular armónicamente.
             Fraternalmente
                                        RIS
            E-mail:                       rhizaguirre@gmail.com
           


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