362 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se
fundamentan los abusos del Poder”
NO SUCUMBAS A LA
RUTINA DE “LOS DÍAS”
Estimados amigos-as, nunca utilicen
los días de su vida como los peldaños de una escalera, y jamás digan: “Qué dicha que ya hoy es sábado para llegar
al domingo”. Independientemente del
nombre que tengan, cada día es una aventura en sí, y el que nos toca vivir HOY, es el más importante de todos.
Cada día es una odisea que debemos vivir a plenitud, desde el desayuno hasta el
momento cuando llega la hora de dormir. Y la única oración al final de cada uno
de ellos debe ser: “Gracias Vida, por el
día que viví”. Por eso, no debemos
verlos como estorbos para llegar a tal o cual fecha, pues puede ser que esa nunca llegue. Además, el que vive en el futuro, está muerto
en el presente.
Cada día debe vivirse intensamente y a plenitud, como si
fuera el único sorbo de agua con el que contamos en el desierto. O la última
bocanada de aire de la que disponemos.
Cada día debe glorificarse porque puede ser trascendente en nuestras
vidas: nacimiento de alguien, inicio de algo bueno, ruptura de alguna relación,
encuentro con un amor, recepción de una buena noticia… o el último de nuestra vida. No los veamos como gradas sino como la meta de
nuestra existencia, el triunfo, la realización de todo. ¡Llegué al 19 de octubre del año
tal! Es un gran día y voy a
disfrutarlo viviendo. Solo eso. ¿Y por qué es importante? ¡Porque estoy vivo! No importa cómo. Incluso enfermo, porque el don de la Vida me confiere la Esperanza de que al
concluir la jornada cotidiana, estaré mejor porque habré hecho de este mi día
ideal, mi mejor esfuerzo, el más lleno de ilusiones. Habré tenido tiempo para soñar con un mejor
mañana pero sin descuidar el presente, el almuerzo que comeré en compañía de
quién sea. Disfrutaré de los buenos
amigos, de los compañeros de trabajo; incluso de los majaderos que me fastidian, porque me hacen apreciar los buenos
momentos que vivo con la gente agradable y con mi familia.
Hoy debe ser un día fabuloso, el más importante de todos,
porque es con el único que cuento hasta el momento límite del último
pensamiento. Y si no pasa nada fortuito,
al final podré hacer el resumen de lo bello que fue todo. Trataré de hacer de las rutinas que me
asfixian, pequeñas contingencias divertidas.
Veré a todos los demás, contando a los necios, como si fueran mis
hermanos de verdad. O como si fueran mis
hijos, y así tendré la capacidad para hacerlos parte agradable de la gran aventura
cotidiana que es mi vida. No dejaré que
los prejuicios o mi mente inflexible y rutinaria me impidan ver las cosas
buenas que hay en todos, por desgraciados que me parezcan. Hoy amanecí frente a un día de Gracia, de
Fiesta, Feriado, Domingo, Bellísimo y lleno de Sol (aunque este no se vea), y
lo voy a disfrutar hasta la última gota, aunque tenga que verle la “jacha” a mi
jefe durante ocho horas; o que tenga que soportar a mis pesados compañeros de trabajo.
Nadie es tan importante para convertir ni UN SOLO INSTANTE DE MI VIDA
en una pesadilla, NADIE. Ni siquiera aquellos a quienes tanto amo, porque mi Vida es mía y solo cuento con una;
por lo tanto, no voy a malgastarla planeando desquites ni pequeñas miserias que
solo tienen cabida en los corazones de la gente mezquina. Yo tengo este
Día y soy muy afortunado por eso; además, soy un ser humano grandioso,
demasiado importante para desperdiciar mi tiempo en acciones que nada
contribuyen a la felicidad mía o de los demás.
Y como este día es tan único, tengo que VIVIRLO lo más feliz que me sea
posible, sin considerar ni la más insignificante de las rutinas como algo
molesto o doloroso. Esta esplendorosa
mañana he visto el Rostro de la Vida desde la ventana de mi casa, y me ha
sonreído. Y me dijo, además: “Has amanecido,
sé dichoso y cántale a las cosas buenas, disfruta ante el Arcano del tiempo,
porque no sabes cuando no habrá más mañanas para ti. Pero
mientras estés aquí, canta, baila, sonríe y comparte tu alegría con los demás,
sin importar que ellos no entiendan el porqué de tu euforia ni por qué estás
tan alegre; solo trata de contagiarlos, pues la felicidad es tan dulce y pegajosa
como la miel”. Cada día es un Don,
un regalo del cielo que tenemos que recibir con humildad, placer y la firme
determinación de convertirlo en la aventura más importante de toda la
vida. Más trascendente que todos los del
pasado porque ya se fueron; y más significativo que los del futuro, porque esos
puede que no existan para ti. No cometas la herejía de considerar que hay
días aburridos. Cada HOY es una promesa de felicidad que tú DEBES realizar. Tus días no deben ser una rutina de horas que
te acercan al fin de semana, a las vacaciones o al día de pago. Es cierto que esas cosas son importantes,
pero no tanto como el maravilloso disfrute de la Vida, por el simple hecho de estar
vivo. Tu deber es convertir cada día en
un acto deliberado de Júbilo. Haz tu
felicidad, fabrícala con los elementos que la Vida te proporciona; son muchos, y solo tienes
que buscarlos con el tercer ojo, la intuición y el deseo de compartir. Pero más seguramente, siguiendo la vía del
Amor, aunque solo sea el amor por ti mismo.
Es válido.
No sucumbas ante la rutina de los días, NO TIENES DERECHO a convertir el más
glorioso de los privilegios, la Vida, en una retahíla
de quejas, lamentos, pesimismo y amargura para ti y los demás. Sonríe,
aunque te esté llevando puta, y nunca enseñes tu cara amarga a los demás,
pues nadie se merece que lo metan dentro de la fase siniestra que todos
llevamos dentro. Haz como hacía mi
hermano cuando alguien le preguntaba por su salud. Él decía: “Aquí, hecho mierda ¡pero bien!
Basta y sobra con tu propia amargura. Sé portador
de ilusiones, pues cuando estas terminan se acaba la Vida,
aunque sigamos respirando.
HOY es el MEJOR día de tu vida;
disfrútalo como si fuera el último, y no
te quejes de idioteces sin importancia.
Piensa con seriedad en los múltiples problemas verdaderos que tienen los
gatos, y estos nunca protestan; al contrario, son los maestros del “relax”. Goza de este día, que será el último de
innumerables personas en todo el mundo; también puede ser el tuyo, o el mío. Ilumina
la vida de los demás con tu Alegría. Todos te lo agradecerán aunque no entiendan
el porqué. Deja una estela placer y
dulzura detrás de tu viaje por la
vida. Haz que los demás sonrían cuando
se acuerden de ti. Ese será tu mejor
legado para cuando ya no estés.
Fraternalmente
Ricardo Izaguirre S. E-mail: rhizaguirre@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario