sábado, 18 de julio de 2015

322 El fenómeno Beckham



322       LA CHISPA        

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

EL FENÓMENO BECKHAM

            Cuando el Spice Boy llegó al Madrid en el 2003, contratado por 35 millones de euros, produjo una conmoción general; entre las mujeres, por ser bonito, ya sea con su colita de caballo, pelón o con el pelo parado.  Llamativo por su aire elegante, su voz ronqueta y desafinada, lo mismo que por sus modales de gentleman inglés, cautivó la atención de los españoles y del mundo entero.  Y ya que es inusual la presencia de británicos famosos (salvo Linneker) en el fútbol latino, la expectativa era mayor.  Las mujeres querían verlo y saber de su vida privada, de sus gustos, preferencias y hábitos.  Incluso había una atmósfera de curiosidad malsana en cuanto a su vida sexual con la pimentosa, despampanante, irascible e impredecible Victoria.  Ella parecía un poco alocada; él muy sereno, moderado y “muy inglés”.  Un tanto flemático como corresponde a la gente de su pueblo.
            Para los hombres la expectativa era diferente: querían ver si deba la talla en el Madrid, o si solo se trataba de un boom de publicidad de estos tiempos en donde la mercadotecnia es todo.  Pero poco a poco el chico de Leytonstone se fue afianzando entre los Galácticos, demostrando que no estaba ahí por casualidad o porque fuera el marido de Victoria.  Al principio era muy fino, distinguido y respetuoso con sus rivales, como corresponde a un gent británico, pero poco a poco se fue latinizando, tornándose agresivo y dispuesto a trompearse con cualquiera; terminó siendo tan bochinchero como cualquier argentino, colombiano o español, lo cual hace mucha gracia, pues es una clara demostración de la influencia del ambiente.  Protestaba e insultaba al más claro estilo latino, aunque quién sabe en qué idioma, pues tanto ingleses como gringos, están incapacitados genéticamente para aprender cualquier lengua que no sea el inglés. 
            Pronto, los disparates y excentricidades de Victoria también empezaron a sacudir a la todavía timorata sociedad española que, aunque lo intente, mentalmente no ha alcanzado la liberalidad de los ingleses.  Y para terminar de darle un revolcón a la prensa, revistas y programas “del corazón”, que tan populares se han hecho en la tierra del Sol eterno, surgió el enredo de Becks con Ana García Obregón, una avejentada actriz conocida porque la pescaron haciendo travesuras en el asiento posterior de su carro.   De ese romance, real o ficticio, la Victoria (así se dice en España) hizo un terrible escándalo que llegó hasta el punto en que fue a gritarle “cuatro” a la Obregón en una sesión de gimnasio.   Zaga que mantuvo en vilo a todo el planeta, como si se tratara de la captura de Osama bin Ladden o la liberación de Bagdad.  Con eso quedaba demostrado que la contratación de David Robert Joseph no solo brindaba deleite futbolístico al público, sino que estaba proporcionando a los hispanos, Europa y América, la mejor telenovela que pudiera haber concebido Corín Tellado o Caridad Bravo Adams.   El trío hizo el festín de la prensa y los paparazzi, y quedó demostrado que este hombre es como el rey Midas, que todo lo que toca lo convierte en euros.  Todos ellos salieron ganando, incluso la Obregón, que vio su mustia carrera catapultada a los primeros planos del ambiente de la farándula. 
            Sin embargo, parece que el corralito madrileño, en donde casi le quitan el marido, le quedaba muy pequeño a la señora Beckham, y empezó su lucha por venirse a Norteamérica; pero no a cualquier parte sino a Los Ángeles, donde queda Hollywood, el paraíso que siempre la ha maravillado.  Y tras el escándalo español que la había puesto de nuevo en las primeras planas, posiblemente espere algunos contratos en esa tierra de ilusiones.  Todo es posible, pero improbable.  Ya está muy “vieja” y, fuera del conjunto de las Spice, cada pieza tiene mucho menos valor.  Sin embargo, veremos...  Pero eso sí, una advertencia Vicky: aquí en América la competencia no será como en España.  La García Obregón solo sería una sardinita inofensiva en este mar hollywoodense de tintoreras salvajes.  Y si alguna de ellas le pone el ojo a tu David… estás frita, porque no es lo mismo competir contra una anciana de más de medio siglo, que con las alocadas Britney Spears, Cristina Aguilera o Paris Hilton; con la devoradora Anjelina Jolie, las serenas Jennifer Aniston o Jesica Biel; la divina Demi Moore, la siempre temible Madonna (aunque ya pase de los cien años) o cualquiera de esas fieras que le ponga la mirilla a tu “machito”.
            Becks es otra cosa.  Desde que se corrió el rumor de su traslado a la MLS, se desató la locura por toda Norteamérica, no porque les importe el fútbol, y ni siquiera por el modesto equipo (uno de los peores de la liga) Galaxy, sino por lo que su nombre significa.  Muchas mujeres ni saben qué deporte es el que practica este simpático joven que ha desquiciado a la sociedad gringa.  Dave es magia y está aureolado por el toque de los grandes, y en este mundo de fantasía en donde lo que cuenta es el “glamour”, este caballero tiene todas las de ganar, aunque su equipo descienda a la tercera división.  La Davidmanía ha conmocionado a esta Amerrica siempre tan hambrienta de novedades, fetiches, modas y escándalos.  Y mientras su imagen atraiga aficionados y continúe el río de dólares que brota de todos los tiliches que hacen con su esbelta y gallarda figura, seguirá siendo un dios en esa parte del mundo.  Todos y todas quieren verlo; gente que no tiene la menor idea de lo que es el “soccer”, especialmente mujeres, atiborran los estadios y todos los sitios donde él va con tal de verlo “en vivo” y en persona.   Si se mueve, si se pone de pie, si sonríe, si se estira o bosteza, la multitud enloquece y aplaude sin saber por qué, y disparan millones de flashes para captar su estampa en todas las poses imaginables.  Él mismo debe sentirse extrañado, pues aunque los españoles e ingleses lo quieren, ese tipo de idolatría alocada por las “estrellas” solo se da en los Estados Unidos.  La chifladura por los “movie star” es una manía exclusiva de los yanquis.  David, ¡bienvenido a la tierra de Oz!  A ver cuánto les dura la cuerda.
            Futboleramente
                                   RIS        E-mail:     rhizaguirre@gmail.com

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