domingo, 28 de junio de 2015

213 La guerra empantanada



213   LA CHISPA  

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LA GUERRA EMPANTANADA
            Cuando los Estados Unidos, desoyendo el consejo de sus aliados, se lanzó a la temeraria guerra en contra de Irak, dio el paso militar más estúpido que recordarán los anales de ese país.  Parecía imposible que después de lo de Viet Nam, pudiera haber un presidente de esa nación capaz de embarcarse en una aventura semejante.  Toda la fanfarria triunfalista del “glorioso” abril del 2003, ha quedado en nada.  Empantanados en una costosa guerra de desgaste en la cual no se ve solución alguna, el testarudo Bush insiste en que la están ganando, que han “democratizado” a Irak y que todo el mundo está contento.  ¿Será que este vaquero incompetente no tiene quien le dé buenos consejos para que le ponga freno a sus aventuras en el Medio Oriente?  ¿Cómo es posible que una nación cuyo gran negocio es y ha sido la guerra, no haya tenido la capacidad de medir las consecuencias de esta?  ¿Cómo incurrieron en tantos y tan estúpidos errores de cálculo?  ¿No hay entre la gente del Pentágono y los asesores militares del Presidente Bush algunos que sepan algo de la historia de la Mesopotamia?  La Historia es la gran maestra de los que se dedican a la guerra como negocio nacional, caso de los Estados Unidos.
            Y si no se molestaron en averiguar quiénes son esos pueblos milenarios, al menos deberían haber consultado algún manualito militar, como “El arte de la guerra” del famoso Sun Tzu, y sobre el cual incluso han hecho películas en Hollywood.
            Todos los pasos en los que se resume esa obra fueron brutalmente ignorados por Bush y su cuadrilla de asesores guerreristas que, alucinados por el petróleo, hicieron caso omiso de las lecciones de la historia.  Es cierto que como dice Sun Tzu, todo el arte de la guerra se basa en el engaño.  Pero en el engaño al enemigo o los interesados en el negocio que se deriva de la guerra, y nunca en la mentira cínica e insostenible con la que han pretendido hacerle creer al pueblo de los Estados Unidos: que el interés primordial de la agresión en contra de Irak, fue para proteger a los norteamericanos del “peligro” que representaban las jamás encontradas armas de destrucción masiva y los camellos artillados del “temible” ejército de Saddam. 
            De los cinco factores que Sun Tzu señala como fundamentales en el arte de la guerra, está el MORAL, entendiéndose por esto, la armonía que debe existir entre el pueblo y sus líderes militares.  Pero cuando estos le han mentido a su pueblo, ese vínculo queda roto y el gobernante está solo, condición en la que se encuentra Bush y su camarilla de embusteros.
            La guerra de Irak se les cebó, como esos fetos que no terminan de nacer.   Igual o peor que la del sudeste asiático.  Pero la terquedad de ese ignorante “red neck” con pretensiones de elegido divino, ha impedido que algunos hombres de su gabinete o del Pentágono le hubieran puesto en perspectiva las consecuencias de una guerra a la cual nadie los quiso acompañar, salvo los serviles ingleses y unos cuantos países a los que les torcieron el brazo por hambre.  En una “Chispa” de hace tres años lo dijimos.  Los iraquíes son lo que son, con sus ideas, religiones, tradiciones y costumbres antiquísimas.  Descienden de los asirios, acadios, babilonios... Cuando los Estados Unidos ni pensaban en aparecer en la historia, ya ellos eran un pueblo milenario, con hábitos milenarios que no se pueden cambiar a capricho de un vaquero ignorante.  Democratizar Irak es la idea más absurda que pueda concebirse.
            El clima, el terreno, el mando y la disciplina.  Los otros cuatro factores de la guerra que fueron ignorados por el testarudo presidente.  No es lo mismo Texas que las inhóspitas resequedades de la Mesopotamia.  Los hombres de allí son hombres de arena que se confunden con su tierra multimilenaria.  El terreno y el clima son hostiles a los caras pálidas americanos.  Los soldados negros no entienden por qué están allí, y a los latinos poco les importa el asunto, salvo salir con vida y conseguir su Green Card.  Eso debilita el mando y rompe la disciplina; asunto que confirmamos con los sucesos vergonzosos de Abu Ghraib, en donde la conducta de los militares gringos, más parecía la de una banda de facinerosos y piratas que de soldados “democratizadores” provenientes de la “cuna de la Libertad y la Justicia”.  En cambio los iraquíes tienen ideas y fe, y contra eso, no hay fuerza que pueda prevalecer; ni la del ejército más poderoso del mundo, como les pasó en Viet Nam.  Tarde o temprano tendrán que salir de allí, y derrotados, porque como dice Sun Tzu: “Nunca se ha sabido de una campaña exitosa prolongada”.  “Y si una guerra tarda demasiado, las armas se embotan y la moral decae”.  Esto también parece que fue ignorado por el señor Bush.  Pero lo más imperdonable es la violación del milenario precepto de Sun Tzu en El Arte de la Guerra:  “Trata bien a los prisioneros y cuídalos”.   No solo es una cuestión de Ginebra y su famosa convención.  Todos los elementos básicos del arte de la guerra fueron bárbaramente ignorados o pisoteados por esta nación que vive, como los buitres de la carroña, de la guerra. 
           
                                               RIS.

E-mail:     rhizaguirre@gmail.com







No hay comentarios:

Publicar un comentario