213 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del
Poder”
LA GUERRA EMPANTANADA
Cuando los Estados Unidos, desoyendo
el consejo de sus aliados, se lanzó a la temeraria guerra en contra de Irak,
dio el paso militar más estúpido que recordarán los anales de ese país. Parecía imposible que después de lo de Viet Nam, pudiera haber un presidente
de esa nación capaz de embarcarse en una aventura semejante. Toda la fanfarria triunfalista del “glorioso”
abril del 2003, ha
quedado en nada. Empantanados en una
costosa guerra de desgaste en la cual no se ve solución alguna, el testarudo
Bush insiste en que la están ganando, que han “democratizado” a Irak y que todo
el mundo está contento. ¿Será que este
vaquero incompetente no tiene quien le dé buenos consejos para que le ponga
freno a sus aventuras en el Medio Oriente?
¿Cómo es posible que una nación cuyo gran negocio es y ha sido la
guerra, no haya tenido la capacidad de medir las consecuencias de esta? ¿Cómo incurrieron en tantos y tan estúpidos
errores de cálculo? ¿No hay entre la
gente del Pentágono y los asesores militares del Presidente Bush algunos que
sepan algo de la historia de la
Mesopotamia? La Historia es la gran maestra de los que se dedican
a la guerra como negocio nacional, caso de los Estados Unidos.
Y si no se molestaron en averiguar
quiénes son esos pueblos milenarios, al menos deberían haber consultado algún
manualito militar, como “El arte de la guerra” del famoso Sun Tzu, y
sobre el cual incluso han hecho películas en Hollywood.
Todos los pasos en los que se resume
esa obra fueron brutalmente ignorados por Bush y su cuadrilla de asesores
guerreristas que, alucinados por el petróleo, hicieron caso omiso de las
lecciones de la historia. Es cierto
que como dice Sun Tzu, todo el arte de la guerra se basa en el engaño. Pero en el engaño al enemigo o los
interesados en el negocio que se deriva de la guerra, y nunca en la mentira
cínica e insostenible con la que han pretendido hacerle creer al pueblo de los
Estados Unidos: que el interés primordial de la agresión en contra de Irak, fue
para proteger a los norteamericanos del “peligro” que representaban las jamás
encontradas armas de destrucción masiva y los camellos artillados del
“temible” ejército de Saddam.
De los cinco factores que Sun Tzu
señala como fundamentales en el arte de la guerra, está el MORAL,
entendiéndose por esto, la armonía que debe existir entre el pueblo y sus
líderes militares. Pero cuando estos le
han mentido a su pueblo, ese vínculo queda roto y el gobernante está solo,
condición en la que se encuentra Bush y su camarilla de embusteros.
La guerra de Irak se les cebó, como
esos fetos que no terminan de nacer.
Igual o peor que la del sudeste asiático. Pero la terquedad de ese ignorante “red neck”
con pretensiones de elegido divino, ha impedido que algunos hombres de su
gabinete o del Pentágono le hubieran puesto en perspectiva las consecuencias de
una guerra a la cual nadie los quiso acompañar, salvo los serviles ingleses y unos
cuantos países a los que les torcieron el brazo por hambre. En una “Chispa” de hace tres años lo
dijimos. Los iraquíes son lo que son,
con sus ideas, religiones, tradiciones y costumbres antiquísimas. Descienden de los asirios, acadios,
babilonios... Cuando los Estados Unidos ni pensaban en aparecer en la historia,
ya ellos eran un pueblo milenario, con hábitos milenarios que no se pueden
cambiar a capricho de un vaquero ignorante.
Democratizar Irak es la
idea más absurda que pueda concebirse.
El clima, el terreno, el mando y
la disciplina. Los otros cuatro
factores de la guerra que fueron ignorados por el testarudo presidente. No es lo mismo Texas que las inhóspitas
resequedades de la
Mesopotamia. Los
hombres de allí son hombres de arena que se confunden con su tierra
multimilenaria. El terreno y el clima
son hostiles a los caras pálidas americanos.
Los soldados negros no entienden por qué están allí, y a los latinos
poco les importa el asunto, salvo salir con vida y conseguir su Green
Card. Eso debilita el mando y rompe la
disciplina; asunto que confirmamos con los sucesos vergonzosos de Abu Ghraib,
en donde la conducta de los militares gringos, más parecía la de una banda de
facinerosos y piratas que de soldados “democratizadores” provenientes de la
“cuna de la Libertad
y la Justicia”. En cambio los iraquíes tienen ideas y fe, y
contra eso, no hay fuerza que pueda prevalecer; ni la del ejército más poderoso
del mundo, como les pasó en Viet Nam.
Tarde o temprano tendrán que salir de allí, y derrotados, porque como
dice Sun Tzu: “Nunca se ha sabido de una campaña exitosa prolongada”. “Y si una guerra tarda demasiado, las armas
se embotan y la moral decae”. Esto
también parece que fue ignorado por el señor Bush. Pero lo más imperdonable es la violación del
milenario precepto de Sun Tzu en El Arte de la Guerra: “Trata bien a los prisioneros y
cuídalos”. No solo es una cuestión
de Ginebra y su famosa convención. Todos
los elementos básicos del arte de la guerra fueron bárbaramente ignorados o
pisoteados por esta nación que vive, como los buitres de la carroña, de la
guerra.
RIS.
E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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