142 “LACHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos
del Poder”
¿QUÉ ES LA FE?
Esta es y ha sido, tradicionalmente,
el sustento de las religiones occidentales, valga decir, el cristianismo y
todos los derivados de la Biblia. Pero
¿qué es la fe y de qué manera se puede cuantificar para que tenga el poder que
las religiones le asignan? La fe es una
emoción que surge a raíz de necesidades sujetas al rango de la
incertidumbre. Pero aquello que según la
razón es seguro, no necesita de la fe.
Tampoco las situaciones en donde el control para obtener ciertos
resultados está en nuestras manos. Entonces,
la fe es un elemento que sustituye a la razón en circunstancias en donde esta
nos ha dicho que los objetivos que buscamos no están a nuestro alcance, o que
nada podemos hacer por modificar los resultados que hemos obtenido. Así, pues, surge la fe como alternativa
hipotética e improbable o calmante social.
La fe es una emoción o un deseo insatisfecho, en la cual nos refugiamos
para protegernos de la certeza de la realidad.
La muerte es una REALIDAD, pero la “vida eterna” de las
religiones es el placebo que nos ofrecen ante tan real e inevitable verdad.
El diagnóstico de leucemia o cáncer
equivale a muerte segura (casi), y ante tal tragedia, solo nos queda el recurso
de la fe. Confiar, creer que algo o
alguien vendrá a curarnos; a hacernos el milagro de la fe. Pero la verdad es otra. No existen tales curaciones como norma
general. Lo contrario es la REALIDAD. Y como millones de personas mueren todos los
días arropadas en la fe propia y la de sus familiares, debemos concluir una de
estas dos proposiciones: o la fe no sirve para nada, o muy pocos seres humanos
son capaces de lograr el “nivel de fe” que mueve las montañas.
Es bueno el consuelo de la fe, pero
¿de qué sirve en realidad? Aparte de ser
un paliativo mental, es inútil. Eso está
demostrado por millones y millones de casos de gente que muere henchida de fe y
convicción en un Poder que vendría a salvarlos de su fatal destino. Pero las estadísticas que desvirtúan esa
emoción conocida como fe, son implacables.
¿Entonces?
Las religiones han sobre valorado el
concepto de la FE hasta tal punto, que han hecho creer a los feligreses
que TODO ES CUESTIÓN DE FE, incluso la famosa “salvación”. Pero ¿qué es la fe? ¿Es un poder físico, sicológico o
espiritual? No existe hasta hoy, forma
alguna de medir o calcular esta emoción.
Y aparte del estado nervioso que pueda producir en el sujeto que la
siente, no hay prueba científica de sus efectos fuera del individuo que la
experimenta. Y más importante todavía: ¿cuál
es el objetivo de la fe? ¿Curarse, obtener trabajo, una casita, amor,
dinero y felicidad? Sin embargo, es
obvio que estas cosas no dependen de la fe, sino de la VOLUNTAD y la acción persistente en
pro de los objetivos que deseamos. Hacer
dinero NO ES CUESTIÓN DE FE sino de trabajo y voluntad. Entonces, si la
fe no es un fenómeno físico que produce resultados de igual naturaleza, debe
ser un poder espiritual. Y eso nos mete en un enredo todavía peor, pues si no
tenemos dominio sobre nuestras facultades físicas, ¿cómo habríamos de tenerlo
sobre un mundo espiritual sobre el cual desconocemos todo?
La fe no es más que un deseo
acerca de algo que queremos obtener, por más que nos auto engañemos
haciéndonos creer que tiene ribetes espirituales, altruistas o místicos. Veamos que todas las situaciones humanas que
demandan fe, están relacionadas con el interés de conseguir algo de tipo
material: dinero, salud, casa, trabajo, seguridad, amor, felicidad o lo que
sea. Es decir, es un acto egoísta en el
cual solamente se busca o desea el bienestar propio y, tangencialmente, el de
aquellos que son parte de nuestra familia inmediata. NADIE EJERCITA LA FE EN BENEFICIO DE LA
COMUNIDAD o del resto del mundo. A
nadie le importa cuántos niños mueren de hambre en África, o despedazados por
bombas en Irak. La fe es el sustituto
del miedo; mejor dicho, es el producto del miedo. Solo cuando este nos acosa es que surge la
fe. Cuando nada necesitamos y estamos
bien de salud, la fe sale sobrando.
Las religiones dicen que “hay que
tener fe en Dios y sus designios; que
hay que tener esperanza en su munificencia, que Él se acuerda de todos sus
hijos”. Pero ¿es cierto eso? ¿Se ha acordado Dios de los miles de niños
palestinos que han sido asesinados diariamente, por años, por sus verdugos judíos? ¿Se acuerda Dios (Alá) de los miles de
iraquíes que son masacrados y humillados en su propio suelo solamente porque en
este hay petróleo? Y a esta gente, ¿le
ha servido de algo la fe? Como resultado
de esta meditación, solo podemos concluir que la fe de nada sirve, o que dios
es verdaderamente judío.
¿Ha logrado algún hombre hacer que
una montaña se mueva mediante la fe? ¿Ha
caminado alguna persona sobre las aguas con sus propios pies? Que sepamos de verdad, NADIE. Hay legiones interminables de fanáticos
religiosos que dicen haber hecho y logrado milagros gracias a la fe; pero eso
estará sub júdice por siempre, pues no es más que la declaración emocional de
personas que, bajo los efectos de su propia histeria mesiánica, son capaces de
experimentar todo tipo de alucinaciones malsanas. Eso no es ciencia ni razón, sino desviación
del sentido común hacia los terrenos de la insania mental. No existen los milagros por la fe. Estos solamente se dan por la VOLUNTAD,
el trabajo y la dedicación. La televisión,
el teléfono y los ordenadores son auténticos milagros del genio humano; pero no
se dieron por la FE, sino por el ingenio, voluntad y capacidad de trabajo del
hombre. Los aviones no vuelan por FE,
sino por la voluntad inquebrantable de sus creadores. El genio deífico y diabólico contenido en el
núcleo del átomo no le liberó por medio de la FE, sino gracias al talento y
esfuerzo de grandes hombres que dedicaron su vida a la tarea de hacer, a la
fuerza, que esa partícula reventara demostrando la incalculable energía que hay
en ella. La visión de Max Planck no
fue una cuestión de FE, sino de VOLUNTAD.
¿Qué es, pues, la fe, sino un simple, egoísta y mojigato deseo por
cosas materiales que queremos recibir en forma gratuita? ¿No es eso pedirle a Dios, a la Virgen o los
santos que nos depare la suerte de ganarnos la lotería? ¿Para qué otra cosa utilizamos la fe si no
es para obtener beneficios materiales para nuestra persona? ¿Utilizamos la fe para que llueva en los
campos de Abisinia o para que cesen las masacres en Irak y Palestina? ¿Hacemos uso de ese poder para que
nuestros propios hermanos más desposeídos salgan de su terrible angustia? ¿Tenemos fe en que el calvario de las niñas
prostitutas de este país acabará? Por
los resultados, es obvio que no. O que
la fe de nada sirve. La actitud pasiva
de la fe a nada conduce y es propia de indolentes que creen que Dios o quién
sabe quién va a resolverles sus problemas.
Pero Dios no se acuerda de los pendejos, sino de los hombres con
voluntad, que luchan por conseguir lo que anhelan, que pelean y que, incluso,
lo contradicen.
Si no le gustó esta “Chispa”,
no se enoje, solo medite serenamente sobre su contenido y talvez logre
encontrarle algún sentido a las cosas que ha venido creyendo rutinariamente como
verdades indiscutibles, como el caso de la FE.
Fraternalmente
RIS
E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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