150 “LA CHISPA”
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL SINDICALISMO EN COSTA RICA
“Divide y vencerás” reza un
perverso y sabio adagio que bien puede ser Sun Tzu o de Maquiavelo, pero cuya
veracidad es irrebatible. Esto
es lo que la patronal (Oligarquía) y el Gobierno han hecho con el movimiento
obrero de Costa Rica. No solo
introdujeron en la clase trabajadora el caballo de Troya del Solidarismo,
sino que han patrocinado generosamente la formación de infinidad de sindicatos
en cada empresa del Estado o privada.
“Sindicatos” de diez o doce miembros que son instrumentos de la patronal,
y que funcionan como disolvente de la unión laboral tan imprescindible ante el abuso
del poder. Estos pequeños sindicatos son
enemigos entre sí, y no tienen otra orientación que no sea la de los intereses
personales de cada uno de sus miembros.
Una rebatiña individual sin ninguna consciencia colectiva ni gremial.
Hace
muchos años que los sindicatos son el hazmerreír de la patronal y del gobierno,
que son la misma cosa. Pero hace varias
décadas el sindicalismo era temido y respetado, y los obreros se sabían
protegidos en sus derechos por sus respectivas organizaciones laborales. Pero en la actualidad ¿qué es el
sindicalismo? Una pobre caricatura que
solo sirve como plataforma de los oportunistas para llegar a la política. Cuanto arribista quiere colarse en la
política se mete a un sindicato y desde allí, crea su plataforma para ser tomado
en cuenta por los “grandes”, o para venderse cuando sea necesario.
Durante muchos años después de que
empezó la debacle de este instrumento de poder de la unión obrera, persistió
incólume el último reducto del sindicalismo en el Magisterio Nacional,
bajo el nombre de ANDE, APSE, SEC y otros menores. Esta unidad casi monolítica del Magisterio
era un evidente peligro y “mal ejemplo” para la clase trabajadora. Representaba un faro que marcaba el camino a
la masa obrera de esta nación. Por eso,
desde los años setenta, “La Nación” montó una pertinaz, insidiosa y
sistemática campaña de descrédito en contra de los educadores. La Oligarquía no podía permitir ese ejemplo
tan peligroso para los trabajadores del país.
De ahí que no escatimaran millones en desprestigiar a los maestros de
todas las formas más retorcidas que pudieron.
Finalmente, este gremio también sucumbió a la politiquería, la ineptitud
y el servilismo a los gobiernos de turno.
Yo, como representante magisterial de mi colegio pude darme cuenta desde
adentro, cómo operaban la maquinaria política para comprar, sobornar y someter
a los líderes magisteriales. Fui testigo
de las ofertas, premios y ascensos que les hacían para acallarlos o que
traicionaran los intereses gremiales.
Los líderes tomaban decisiones a espaldas del grupo; llegaban a arreglos
subterráneos con el Gobierno; suspendían los paros decretados en las asambleas
y, de repente, aparecían becados al Brasil o cualquier otro lugar; o bien, eran
ascendidos a supervisores o cualquier otro cargo más encumbrado y con mayor
salario.
Decepcionante en realidad. Y esa es la historia de todos los sindicatos
en Costa Rica. Son cubiles de aspirantes
a diputados o a cualquier puesto político.
Hace unos meses, a raíz de una “Chispa” que no recuerdo sobre qué
trataba, fui invitado a una reunión “social” por un dirigente sindical del
I.C.E. Y hablando con él, me di cuenta
de que en el I.C.E. hay al menos ONCE SINDICATOS. ¿Cómo puede funcionar eficientemente la
fuerza laboral atomizada en casi una docena de sindicatos en UNA SOLA
INSTITUCIÓN DEL GOBIERNO? Eso es
una broma de mal gusto. ¿Cómo puede el sindicalismo serio aspirar a
ser oído por sus patronos si es incapaz de unirse en una sola fuerza? En las luchas intestinas del I.C.E. por el
problema de la privatización, vimos el deplorable ejemplo que daban en su feroz
canibalismo. Jamás pudo saber la
ciudadanía por qué era que peleaban; si era por sus puestos de garrapatas del
Estado o por el bien común del pueblo; o por la preservación del I.C.E. como
institución benemérita. El sindicalismo
en Costa Rica es una farsa o, por lo menos, ya no cumple los propósitos básicos
para los cuales fue creado el sindicalismo en el mundo. Si alguno de esos grandes líderes que,
incluso dieron sus vidas por los ideales del movimiento obrero viniera a costa
Rica, sentiría vergüenza de ver en lo que lo hemos convertido: en cubil de
politiquillos trepadores; en madriguera de entreguistas al mejor postor. El sindicalismo nacional es materia de risa.
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medite en su contenido, hágala circular, discútala con sus amigos.
Sindicalescamente
RIS
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