sábado, 2 de abril de 2011

757 Sin romanticismos


757    “LA CHISPA”   (6 febrero 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
SIN ROMANTICISMOS, MELODRAMA NI POESÍA
            Conciudadanos: desde que el hombre existe ha manifestado su voluntad, su adhesión o repudio; su inconformidad o complacencia con las cosas y las acciones de los otros miembros de su familia, clan o nación.  Y esa VOLUNTAD nace de la reflexión y la convicción de que algo es BUENO o MALO, que le conviene o no.  Por lo tanto, es un acto ético que no debe estar sometido a la tradición, la simpatía o las obligaciones sociales que la manada trata de imponerle.  La manifestación de la VOLUNTAD es una acción moral que no admite ningún otro tribunal que el de la propia consciencia de quien lo hace.  NO es cuestión de partidarismo, color, tradición o compromiso con camarillas electoreras; ni siquiera de posibilidades de alguna ventaja personal exclusiva y egoísta.  Es una decisión cívica interna, personal, profunda y en soledad.  Es una escogencia que debe hacerse en la intimidad y en concordancia con aquello que estimemos que es lo mejor tanto para nosotros como para la comunidad de la cual formamos parte.  Que es por EL BIEN COMÚN.   Si no lo hacemos de esa manera, no hemos entendido nada de lo que significa la Democracia. 
            Aprobar o rechazar mediante el voto ha sido la forma ancestral de cómo los miembros de una sociedad manifiestan su apoyo y aceptación a la forma de gobierno que tienen.  Y también su repudio.  Este mecanismo democrático es la más eficaz forma cómo el ciudadano ejerce su cuota de Poder en el grupo del cual forma parte; talvez no sepa nada de administración, pero SIENTE LOS EFECTOS DE ESTA EN SU VIDA, y conoce la conducta de aquellos individuos que escogió para los cargos de mando.  También sabe de los actos públicos y privados de las personas a las que se encomendó la dirección del gobierno.  Por lo tanto, su voto no debe ser una cuestión de compromiso partidario sino una decisión íntegra que solo esté subordinada al bien común y a las más altas aspiraciones sociales que pueda tener una comunidad.   Votar no solo es un derecho y una formalidad cívica, es un compromiso que va mucho más allá de eso.   Sufragar no es una simple opción que utilizo o no, de manera veleidosa, como si se tratara de un juego.  Es ejercer nuestra VOLUNTAD para determinar el rumbo que consideramos, en nuestra CONSCIENCIA, que es el que debe seguir el  país en la búsqueda del bienestar general.  No es la complacencia que le debemos a un gremio político sino la responsabilidad que tenemos con el futuro propio y de nuestros hijos.  En esencia, con la Patria.  Es el ejercicio de la voluntad personal y no la demostración de cuán domesticados estamos al servicio de los intereses de una organización proselitista o una costumbre familiar.
            Mientras no tengamos un sistema mejor que el actual, VOTAR es un deber cívico; pero nuestra escogencia no debe ser la claudicación de nuestra voluntad a los intereses del partido o a la tradición del bando o color, sino un evento de consciencia bien meditado.  No seamos parte del rebaño.  Tenemos la obligación de pensar y analizar quiénes son los candidatos a la Cámara de Diputados, la cual, según la composición moral de sus miembros, puede ejercer tanto bien o daño sobre la ciudadanía. Para nominar a un diputado NO debe ser suficiente que sea de MI partido.  Cívicamente, esa NO es credencial suficiente para que les otorguemos nuestra venia.   Está bien que elija presidente a quien considere que puede ser el mejor (eso es una lotería), pero no le dé la posibilidad absoluta de mando; que tenga que luchar para que prevalezcan sus proyectos ante el Primer Poder de la República, y no que este sea un ente servil y sumiso (como hasta ahora lo ha sido).  El Ejecutivo tiene que demostrar la bondad de sus propuestas ante los representantes del pueblo, y estos tienen que tener la mejor calidad moral posible.  La relación ejecutivo-legislativo NO TIENE que ser de sumisión sino de diálogo, entendimiento y convicción.  De cara al pueblo, sin componendas ni contubernios guiados por la búsqueda de intereses personales.  Ni por ofertas de puestos como la Defensoría de los Habitantes, embajadas, ministerios o jefaturas de entes “autónomos”.  Si un Presidente es bueno y competente, DEBE DEMOSTRARLO con una Asamblea bien repartida.  No contraria, porque eso significa obstruccionismo idiota y perjudicial.  Tampoco a favor, porque eso es dictadura y da pie a la corrupción.
            De la altura ética de ese cuerpo depende una buena Administración.  Es por eso, ciudadano, que le pedimos que sea reflexivo con su elección de mañana.  No reelija vividores de la política que nada han hecho en beneficio del pueblo.  No elija sinvergüenzas cuestionados pública o privadamente por sus negocios turbios al amparo del Estado o por sus influencias políticas.  O por servicios hechos a los candidatos a la Presidencia.  No importa cuánto quiera usted a su aspirante presidencial; eso no lo OBLIGA a ignorar la conducta torcida de varios candidatos al Parlamento.  Allí NO DEBE llegar gente que no sea INTACHABLE, pues son personas en las que estamos poniendo el destino de nuestro país y nuestras vidas.  El Primer Poder de la República no puede estar conformado por inválidos morales.  Ser LEGISLADOR no es trabajo de ladrones ni oportunistas que ven esta responsabilidad cívica como una forma fácil de enriquecerse.  Hay muchos que están señalados por actos reprobables que, una sociedad menos indolente, los tendría en la cárcel y no aspirando, desvergonzada y tranquilamente, a una curul. 
            Vote, conciudadano, porque no solo es su derecho sino su OBLIGACIÓN.  Pero hágalo como parte de una invocación patriótica y no como un divertimento político.  Utilice su pulgar como un arma democrática, haciéndoles saber a todos los sinvergüenzas que NO SON BIENVENIDOS al equipo de Gobierno que deberá hacerse cargo de marcar el rumbo que tomará esta nación en los próximos años.  Recuérdeles a los pillos que la función pública no es un nicho de alimañas, sino el podio en donde se paran aquellos grandes ciudadanos que señalan al camino, y que lo recorren al frente de sus pueblos.  Dígales con su voto, que  el Gobierno no es la cueva de Alí Babá.  Utilice este como un látigo, como premio o castigo si es necesario, para enseñarles a esos torcidos morales que el Gobierno NO ES UN CUBIL DE LADRONES.  Conciudadano, cumpla con SU DEBER: VOTE, pero hágalo por el bien de la Patria y no por partidismo político.
            Fabrique copias de esta “Chispa” y repártalas entre todas sus amistades, si a bien lo tiene.   Saludos fraternos.                   (¿Cómo enfocan esto en sus países?)                    
            Electorescamente                                                  Blog:    http://lachispa2010.blogspot.com/
                                           Ricardo Izaguirre S.                E-mail: rhizaguirre@gmail.com


                  

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