martes, 5 de abril de 2011

580 El temible silencio de las oligarquias

580        LA CHISPA”    (19 febrero 2009)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL TEMIBLE SILENCIO DE LAS OLIGARQUÍAS
            Este puede ser un momento crucial en la historia de la América Latina.  Las condiciones externas son propicias para que nuestros gobiernos formen una gran coalición para afrontar los desafíos que nos habrá de plantear el milenio. Pero si tomamos malas decisiones, estaremos sepultados para siempre, hasta nuestra extinción como raza.   Es ahora cuando necesitamos LÍDERES CAPACES identificados con los intereses de las masas; hombres de visión, patriotas cuyo amor por sus países los lleve a adoptar posiciones intransigentes en cuanto a la explotación de nuestros recursos; a la utilización racional de nuestras riquezas y a impulsar el desarrollo de nuestras sociedades.   Hombres que NO hagan subastas con el patrimonio nacional para beneficiarse personalmente y a las oligarquías que representan.   América necesita de estos “locos” en el poder; ególatras que se identifiquen con los desposeídos, que se preocupen por su gente y que estén dispuestos a guiarnos por una senda de progreso y felicidad.   Estamos hartos de tanta “democracia” oligárquica, en donde el voto de los ciudadanos es utilizado solo para legitimar el abuso de las clases poderosas.  Estamos hartos de “elecciones” planificadas en donde siempre resultan ganadores los mismos.    Si nos dan a escoger entre presidentes demócratas, sensatos, ecuánimes y al servicio de la oligarquía, preferimos cualquier “chiflado” con sueños de grandeza, pero identificado en cuerpo y alma con su pueblo.
            Ya es hora de variar un esquema que lleva más de quinientos años y que solo es beneficioso a una minoría.  Basta ya de Oligarquías entreguistas a las que solo les interesa su bienestar de grupo, sin importarles comprometer el futuro de nuestras sociedades.   Es suficiente labor dañina la de estos parásitos que han sangrado por tanto tiempo a la sociedad latinoamericana.   Todos conocemos bien el esquema socio-económico de la América Latina, pero es bueno repetirlo para los que, por el escándalo de la propaganda oficial, lo han olvidado.  Nuestros países han sido y son víctimas del Gran Capital; somos explotados en todo sentido, y nada más nos perciben como productores de materia prima.  En Japón, China, Estados Unidos y Europa solo se preguntan qué producimos.  Ninguna otra cosa les interesa de nosotros.  Y ellos saben muy bien que en cada nación de las nuestras cuentan con las incondicionales “quintas columnas” serviles y siempre dispuestas a venderles lo que ellos soliciten.  Esas son las Oligarquías criollas,  las que siempre detentan el Poder y se consideran a sí mismas como las elegidas para decidir nuestros destinos.   Son los que están dispuestos a entregar todos los recursos que tenemos a cambio de su tajada y la perpetuación en el Poder. 
            Y mientras el esquema se mantenga intacto, ellas se mantienen en silencio; mientras todo marcha conforme a sus planes, las oligarquías reposan tranquilas y en silencio: “en democracia”.   Pero si algo cambia y se ven incomodadas por algún incidente que pueda alterar este idílico estado, empiezan la gritería, y sus aullidos se esparcen velozmente por todo el mundo.  Todas las oligarquías siguen la misma consigna, sin importar qué o quién sea el causante del sobresalto.  Como ellos se consideran la encarnación de todas las virtudes de la “democracia”, cualquier medida que tome algún líder para ponerlos en cintura, se convierte en un atentado en contra de esos valores.  De repente, se convierten en la patria, la libertad, la democracia, soberanía y cualquier cosa que se les antoje.  Ellos pueden injuriar a quien sea, pero si alguien les pela el fondillo, de inmediato asumen el papel de víctimas de la tiranía y chillan.  Y cuando la Oligarquía ladra, es un buen síntoma para los obreros; cuando la Oligarquía calla, un mal presagio para estos.  Así que cuando la prensa mundial enfila sus baterías en contra de algún líder latino para denigrarlo, minimizarlo, ridiculizarlo o burlarse de él, significa que la oligarquía latinoamericana está preocupada; cuando estas fieras aúllan, hay esperanzas para la gente.    “Evo Morales coquetea con Rusia”.   Si Sarkozy o Zapatero visitaran a Putin de manera oficial, nadie usaría ese tendencioso titular que emplearon con el presidente de Bolivia (del cual siempre recalcan que es “indígena”).  ¿Qué querrán decir con eso?   Así trabajan las oligarquías, al unísono, como las bacterias de la lepra.  De mil formas sutiles, despectivas y malignas.  Pero cuando pierden los estribos y se lanzan a ataques frontales, significan que están preocupadas de verdad.   El cuarteto andino los tiene con el pelo parado.  Y como era de esperar, han invocado a su “hada madrina” para que haga lo que sea necesario con tal de volver a la “normalidad” y beatífica quietud en la que suele reposar la Oligarquía en sus buenos momentos.
            A ellos no les importa que fuerzas extranjeras bombardeen a sus países y maten a miles de compatriotas con tal de recuperar el Poder; gustosos aplaudirían que Estados Unidos invadiera Venezuela, Ecuador y Bolivia  y matara a millones de personas, si eso les devolviera el añorado poder omnímodo que siempre han tenido en esas naciones.   Y eso es aplicable a cualquier país de América.   Lo mismo harían las oligarquías de México, Costa Rica, Nicaragua, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.  Lo que están haciendo las de Venezuela, Ecuador y Bolivia.   Por ahora, el griterío es ensordecedor, lo que representa alguna esperanza para las masas de este continente.
            Este es el momento para la Gran Revolución Latina.  Es ahora o nunca.  Hay muchos probables clientes ávidos por nuestros recursos, y esta es la ocasión para sacar el mejor partido de ellos.  Hay competencia, hay compradores.  Estamos en el juego, y solo nos hacen falta buenos líderes que sepan negociar de la mejor y más provechosa manera con la riqueza de nuestros suelos.   La Bestia está asustada y chillando: buen presagio para los pueblos.   El monótono remate de nuestras riquezas al cliente único y al peor precio, ha dado paso a una variada oferta: China, Japón, India, Europa.  Aquí está la clave del gran brinco que podemos dar al siglo XXI.  No la desperdiciemos.   No aceptemos ser mercados cautivos de nadie, como es el objetivo de los TLC’s.   América para los americanos, y no solo para los “amerricans”.
            Esperanzadamente
                                           Ricardo Izaguirre S.       E-mail:  rhizaguirre@gmail.com
Blogs:       La Chispa           http://lachispa2010.blogspot.com/    con link a       Librería en Red
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