jueves, 1 de julio de 2010

816 Un mundial mediocre en todo sentido

816    “LA CHISPA (24 junio 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
UN MUNDIAL MEDIOCRE EN TODO SENTIDO
   A despecho de la satisfacción que pueda producirnos que nuestras selecciones (latinas) estén bien ubicadas, este ha sido una justa de fracasos, cosas feas (como las vuvuzelas) y todo aquello que la prensa internacional ocultó cuidadosamente. Este ha sido el mundial del disimulo, el engaño y la complicidad de los europeos con los afrikaners, los blancos de Sudáfrica, los dueños de todo en esa nación. Ha sido la excusa mediante la que estos han “demostrado” al mundo que allí todo es bonanza, que es un “país” progresista capaz de organizar un circo de semejante magnitud y que todo el pueblo es feliz soplando pitoretas. Esta mascarada, en un pueblo que se desangra y muere de hambre, enfermedades y miseria moral, es una bofetada en el rostro de la sociedad en general. Hasta el momento no ha existido ninguna crítica social por parte de las cadenas informativas del monopolio que pretende hacernos creer que en Sudáfrica todo marcha bien. Oficialmente nada han dicho sobre el desempleo que alcanza a más de un tercio de la población, ni de los seis millones de gente con sida y sin posibilidad de curarse; de los casi dos millones de niños huérfanos de padres sidosos. De que cada ciudadano que labora como esclavo en las plantaciones de los blancos, gana UN DÓLAR por día. Nada de los miles de guetos donde se hacinan millones de seres humanos en condiciones miserables.
       El mundial del engaño porque quisieron hacernos creer que África es una tierra poderosa, rica, sana y feliz en donde todo el mundo participa de “la gran fiesta futbolera”. Nos llenaron los oídos y la vista con imágenes seleccionadas y con eslóganes específicos: “Las panteras de Mozambique, Los leones de no sé dónde, Las águila de Nigeria, Los Elefantes de más allá, Los bafana de aquí”, y así por el estilo. Todo un escenario para hacernos creer en la fortaleza de un continente que sucumbe en la miseria producto de la explotación criminal a la que ha sido sometido por los blancos. Explotados sus recursos minerales, vegetales y animales, se ha convertido en una tierra desertificada, pues todo lo que había y hay allí, ha sido saqueado por los europeos y gringos. Todas las maderas preciosas fueron robadas. Es por eso que solo nos han presentado los “parques nacionales” más bellos del mundo, cadenas montañosas, ríos, cañones, sitios históricos, centros cívicos (solo de blancos), barriadas lujosas (solo de afrikaners), hoteles de lujo, panorámicas a distancia de las grandes ciudades; pero nada del abandono de la población autóctona, nada de los guetos, enfermedades, criminalidad y abandono total en el que vive la gente nativa. Bellas postales de los estadios a medio terminar, y turbas de claques contratadas para amenizar los partidos y para que salgan en televisión dando el “toque nativo”. Gente pagada y con entradas gratis para llenar parte de los estadios. Personas sin ningún interés futbolístico por lo que ahí está pasando porque, ¿a qué negro le puede importar quién diablos gane entre Paraguay y Eslovaquia, o entre España y Suiza? Todo ha sido un montaje en las afueras de los estadios, porque lo que es el ciudadano de ese país, nada tiene que ver con el circo que ha instalado la FIFA en la tierra de los bafana. En un país en donde la vida no vale nada (la de los negros), da pena ver la tétrica “Plaza Mandela” en donde se parapetó la gente de ESPN: ni un alma, ninguna expresión de alegría popular ni nada. Nada en las calles o los barrios, en las plazas, mercados u otros lugares en donde el pueblo se reúne a festejar, cantar o llorar. En Sudáfrica todos son escenarios preparados para la televisión extranjera. Complicidad total. Jamás nos presentaron una manifestación espontánea de entusiasmo callejero, ni siquiera de dolor cuando fueron eliminados de la justa, contrariedad que NO deseaban los organizadores del circo.
       En cuanto a lo futbolístico, también tenemos que decir que ha sido un torneo anodino y decepcionante, a despecho de que los latinos tengamos varias selecciones en la pelea por el título. Aparte de algunos destellos de Brasil y Argentina, o la disciplina teutónica e hispana, casi nada se puede rescatar de un campeonato mezquino en donde lo único que cuenta para los actores es “clasificar”. Con la misma mediocridad que popularizó Italia en el mundial de Alemania. Incluso Brasil ha sucumbido al sopor que es la tónica de esta justa. La máxima fiesta del deporte planetario se ha envilecido y ha dado paso a una mercadotecnia desvergonzada a la que solo le importa su stand comercial levantado sobre el dolor y la angustia de un pueblo que gime y llora en el abandono y la sordera de un mundo que solo se fija en el oropel.
       Cuando hablamos de Sudáfrica debemos tener cuidado, pues la mayor economía de África, el país más industrializado, el mayor productor de oro, platino, diamantes y gran cantidad de minerales, el miembro de las organizaciones mundiales más poderosas NO es la Sudáfrica de los cincuenta millones de negros que forman su población autóctona que se debate en la desgracia, sino la de CINCO MILLONES de blancos (holandeses y judíos) que son los dueños de todo; que forman un enclave blanco sobre un enorme substrato negro desposeído de todo lo básico para una vida decente. Esa es la verdad, y esta no se puede tapar con programas televisivos, vuvuzelas ni claques de “negros felices”. Ni siquiera con las maravillosas caderas de Shakira o los resultados del fútbol mediocre que hemos visto. Ojalá que los mejicanos tengan el valor y la sensibilidad social para hacer algunos comentarios acerca de este aspecto que las cadenas han omitido intencionalmente. Talvez tengan la decencia para hacer las denuncias necesarias, pues ellos vivieron la matanza de Tlatelolco, donde cientos de personas fueron masacradas mientras el criminal gobierno de Díaz Ordaz organizaba la farsa de los Juegos Olímpicos como distracción. Mientras millones de nativos son masacrados en el paredón del hambre y la ruina, los blancos se regodean en la espectacularidad del teatro que armaron con la complicidad de Blatter, las potencias europeas y Estados Unidos, para “blanquearle” la cara al criminal régimen que impera en la tierra de los bafana-bafana, sin importar que todos los “presidentes” sean negros como Obama.
      Pero ¿cuál ha sido la participación de los latinos en esta comedia? La validamos con nuestra presencia, y por angurria, pasamos por alto el dolor de millones de personas que sufren mucho más que nosotros; les dimos la espalda al aceptar la invitación NO de una nación africana, sino la de una de colonialistas perversos.
RIS

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