jueves, 8 de julio de 2010

316 ¿Pueden ustedes creerlo?

316  “LA CHISPA

Lema: “en la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

¿PUEDEN USTEDES CREERLO?

    Recientemente hemos escrito una serie de “Chispas” en donde planteamos la necesidad de un gobierno FUERTE, que tome decisiones para que las cosas “caminen”. Nuestra democracia es un pantano de arenas movedizas en donde nada funciona. Mejor dicho CASI nada, pues los negocios de la Oligarquía sí son tratados y resueltos con diligencia. Si se trata de vender las playas o hacer contratos millonarios con hoteleros extranjeros, todo se agiliza de manera mágica; especialmente cuando los políticos nacionales participan en calidad de socios de esos proyectos.
     Desde luego que al hablar de un gobierno fuerte, no debe interpretarse en forma extrema; no se trata de pendular desde la pendejera actual hasta la tiranía abusiva. Se trata de articular bien el binomio Gobierno-Pueblo, de una manera que el ciudadano vea y comprenda la labor de sus gobernantes. Se trata de formar un Ejecutivo que pueda explicar al contribuyente cómo es que una carreterita como la costanera lleva casi cien años siendo un proyecto. Lo que sugerimos es que si se hay que hacer una carretera a cualquier parte, que se haga, sin desviar su curso por los terrenos de Don Fulano, Don Zutano y Don Mengano para que estos se embolsen sumas archimillonarias. Lo que queremos es un Presidente que, bajo el imperativo del bien común, expropie las tierras que sean necesarias para cualquier obra de bien nacional. Un gobierno que NO PERMITA que una Asamblea, Sala Quinta o Municipalidad, con leguleyadas idiotas, entorpezca un proyecto vital para el desarrollo del país. Un gobierno que sepa distinguir EL BIEN COMÚN del particular o de grupos. Y que haga, “a güevo”, que prevalezca el primero. Un gobierno que el pueblo reconozca como suyo, surgido de su propia entraña desde los Cabildos, y que sienta que este está comprometido con su único Patrón: el Pueblo.
      No debemos conformarnos con el viejo cuento de que tenemos el mejor sistema democrático de Centroamérica. Ese cuento… es un cuento que a cierta gente le conviene que creamos. Aquí lo que tenemos es un gobierno aristocrático, pero en el mal sentido de la palabra. Más bien, un gobierno de la plutocracia, una “CAMAROCRACIA” que solo vela por los intereses de sus afiliados (de comercio, hoteleros, importadores, exportadores, cafetaleros etc. etc.).
      Necesitamos un Gobierno fuerte y un Presidente fuerte (Dictador), NO un miembro de la Argolla o un servil subordinado de aquella. Desde luego que este Presidente y Gobierno no van a salir del Club Unión o de la Cámara de Comerciantes ni, mucho menos, de los partidos políticos, los principales antros de corrupción, venta y traición de los ideales del ciudadano común. Ambos tienen que surgir de la matriz del Pueblo: de los CABILDOS. Es ahí, de las plazas, iglesias, explanadas, patios y parques de donde deben salir los hombres comprometidos con TODA la sociedad nacional y no solo con los Grupos del Poder. Pero este gobierno fuerte debe fundamentarse en Leyes Populares que contemplen ÚNICAMENTE el bien común. No en leyes elaboradas por las Cámaras, cafetaleros o políticos sinvergüenzas que han dictado miles de leyes solo para el beneficio particular de la Oligarquía. Como la DEVALUACIÓN o la Ley de Inquilinato. Los códigos parece que hubieran sido engendrados por delincuentes potenciales, pues casi no hay ley que no tenga los portillos necesarios para ser burlada o aprovechada en beneficio de unos pocos allegados al Gobierno, como los desgraciados CAT’s con los que le robaron al pueblo cientos de miles de millones. Son deseables leyes fuertes nacidas en el CABILDO. Serían buenos los Presidentes fuertes ELEGIDOS POR EL PUEBLO y no en componendas de tal o cual partido; o con los miembros de tal o cual Asamblea, Club o Sala Quinta o Sétima. Pero por sobre todo, el pueblo debería conservar el derecho inapelable de la SOBERANÍA NACIONAL para despedirlos si resultan incapaces en sus funciones. El pueblo NO TIENE POR QUÉ aguantar por cuatro años a un inepto. En la empresa privada si un Gerente no sirve, se echa de inmediato.
      Y aquí está la explicación de lo necesario que es un Gobierno Fuerte. Dice un periódico nacional: “Cien lanchas decomisadas se deterioran en puertos”. ¿Pueden ustedes creerlo? No es posible que una fortuna como esa se pudra en las playas y embarcaderos porque NADIE PUEDE NI QUIERE HACER NADA. Un Presidente fuerte ya hubiera dado una ORDEN para que se dispusiera de esos bienes de la mejor manera posible (como hicieron con la casa de Caro Quintero), pues es obvio que sus dueños no van a ir a la Sala Cuarta a reclamarlos. Con esas cien lanchas se podría formar diez cooperativas de pescadores. También las más poderosas podrían reclutarse para el servicio de guardacostas; al fin y al cabo, con solo pintarlas ya nadie las reconoce. Se podría hacer con ellas una empresa turística en Tortuguero o el Golfo, y unas cien o doscientas familias pobres podrían convertirse en propietarios solventes. ¿Tan difícil es eso? Yo lo haría en 24 horas. Solo tienen que llamarme. Es cuestión de un pequeño estudio de las familias beneficiarias. Una demostración de que no tienen bienes inscritos y que no pertenecen a la Argolla, porque si sí, quedaríamos en lo mismo, con los mismos de siempre. Se formaliza la Cooperativa y el Banco les presta capital. Doscientas familias rescatadas de la pobreza, y un núcleo generador de trabajo y riqueza. ¿Es eso tan difícil?
      El mismo periódico nos remata esta nota de ineptitud administrativa con el siguiente titular: “Barco amenaza estero porteño”. Esa lancha ya debería estar en manos de una cooperativa de pescadores que le diera mantenimiento Y para mientras se dilucida en Perú (que pueden ser años) quién es el dueño, estaría produciendo riqueza y trabajo a varias familias. Hay decisiones que ante la Justicia y la Razón DEBEN TOMARSE, aunque parezcan un poco comprometidas. Una vez don José Figueres nos dio un aperitivo de lo que debe ser un Presidente Fuerte: se fue sin permiso de la Asamblea “a ver a Mickey Mouse”. Y nada de la democracia se desquició.
Tristemente
RIS

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