sábado, 10 de julio de 2010

821 Business are business

821 “LA CHISPA”    (10 julio 2010)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

BUSINESS ARE BUSINESS
        
      Para los que creen que la “lucha anti drogas” es una preocupación honesta del gobierno de USA, Costa Rica o cualquier estado, debemos recordarles la historia de los ingleses y las llamadas guerras del opio, y lo que el Imperio Británico les hizo a cientos de millones de chinos a los que convirtieron en viciosos de la adormidera y, a la vez, en fuente de riqueza para la corona. Como dije en las “Chispas” anteriores, la droga es un negocio que mueve billones, y por lo tanto, no es una actividad económica que pueda estar al margen de la injerencia del IRS. La coca es un negocio “oficial” de los Estados Unidos y su trasiego masivo se hace en barcos de línea, en contenedores perfectamente identificados. Y este NO es perseguido ni tiene el menor inconveniente al pasar por las aduanas de ese país. Los Barones de la Droga de USA tienen un poder omnímodo que no conoce límite alguno dentro de la administración. ¿Les parece una broma? ¿Acaso es un chiste que Inglaterra patrocinara la siembra, comercio y venta del opio? Recuerden que eran ingleses los dueños de las grandes plantaciones de esa droga en la India; y desde ahí se transportaba a la China para su comercialización. Y todo bajo la protección oficial del gobierno inglés. Así que no debería extrañarles que los descendientes de esos ingleses (los gringos) estén haciendo lo mismo con la coca. Para toda esa gente los negocios están por encima de cualquier consideración ética.
   ¿Han visto cómo el gobierno de Costa Rica, vía Ministerio de Salud y otras instituciones oficiales desacredita la calidad del “guaro de contrabando” y mantiene una campaña de miedo mediante la cual nos advierte de los peligros de morir envenenados por ese licor? ¿Y por qué creen que lo hace? ¿Por qué le importa la salud del pueblo? ¡Nada de eso! Es una cuestión estrictamente comercial. Se trata de la “competencia” que disminuye las ganancias del MONOPOLIO OFICIAL. Simple business. ¿Por qué creen ustedes que se incluyó en la agenda de conquista militar la toma de Afganistán bajo los pretextos archiconocidos? ¿Creen ustedes que ese país de la edad de piedra podría tener armas de destrucción masiva? ¡Claro que no! Pero produce el 90% del opio del mundo (también es el mayor productor de mariguana) y eso representa BILLONES. Ahí están, a la vista de todo el mundo, las enormes plantaciones. Y los Estados Unidos tienen una fuerza aérea capaz de incendiar todo el planeta si les diera la gana. Entonces ¿por qué sigue aumentando la producción de opio en Afganistán? Porque este es como el petróleo: un negocio oficial que produce un río de dólares. Lo mismo pasa con la coca en América; todo el mundo conoce y sabe dónde están las plantaciones, es más, es un cultivo solapado con la protección oficial. Por lo tanto, NO es su producción, trasiego o venta lo que molesta al gobierno de USA, sino la COMPETENCIA.
       Como todo buen negocio, el tráfico de droga despierta la codicia de infinidad de “comerciantes al menudeo” que quieren participar de los grandes mercados de consumo de Europa y los Estados Unidos. Doscientos cincuenta millones de consumidores cautivos, forman un fruto de lo más apetecible. Y son estos pequeños intermediarios los que constituyen la pesadilla de los Barones de la Droga de USA, pues ellos realizan el contrabando hormiga que les disminuye sus ganancias. Es a estos a los que se persigue con rabia, porque lo que es la carga oficial va por caminos “legales” en donde no corre el menor riesgo de ser interceptada por nadie. Desde luego que es un negocio inmoral, pero ¿a quién le importa esta cuando hay en juego miles de millones de dólares? ¿A quién le importa los cientos de miles de muertos de Irak si el petróleo sigue llegando seguro a Europa y USA? Business are business. Es a esa competencia que se mueve en lanchitas por todo el Caribe a la que se persigue con saña, porque la mercancía grande va en contenedores hacia puertos seguros en USA. Embarcada en los puertos de Colombia bajo la vigilancia de la DEA, no tiene peligro alguno de ser capturada por la marina de guerra de Estados Unidos. Así como al Gobierno de este país no le importa que mueran miles de norteamericanos en Irak y Afganistán mientras tengan el control del petróleo, opio y mariguana, tampoco les vale que ochenta millones de viciosos se quemen el cerebro consumiendo droga. El pretexto moral solo es eso: una excusa. Útil para perseguir encarnizadamente a los miembros de la competencia. Así como el gobierno nacional acosa a los fabricantes de guaro de contrabando: no lo hace porque le importe la salud de pueblo, sino porque estos NO PAGAN impuestos. Y eso sí que es grave.
        Es por eso que en las notas anteriores dije que ya es hora de que el pueblo se entere del trasfondo de esas operaciones cuyo objetivo nada tiene que ver con principios humanistas o sanitarios, sino con dinero. Y es por eso que propuse que ¡hablemos de negocios! Desde luego que esta propuesta no será aceptada porque detrás de la maniobra no solo hay la cuestión de la droga, sino que están los intereses militares de los Estados Unidos en el área, y la droga es el mejor pretexto para encubrirlos. Ahora que China se coló en los mercados de América Latina, están buscando cómo controlar la situación mediante la amenaza de guerra. Sobre todo contra Venezuela y Brasil, países que apuntan a liberarse de la tutela yanqui y formar su propia órbita de desarrollo en un futuro no muy lejano. Especialmente Brasil, que es un gigante que empieza a despertarse, como la China de hace cuarenta años. Recuerden que el fin último de toda maniobra yanqui SON LOS NEGOCIOS. El tiempo de los cuentos de las ideologías quedó muy atrás y esas historietas solo son válidas para retardados mentales. Y como sabemos que al Gran Capital de ese país NO LE INTERESAN ni sus propios ciudadanos, NO deberíamos ser tan ingenuos para creer todo el montaje que se ha hecho en relación con el famoso permiso legislativo y toda la maraña de fábulas que se ha implementado para justificarlo. Es por eso que demandamos del gobierno un enfoque realista de la situación y, sobre todo, que informen al pueblo cuáles son los verdaderos alcances del tratado. Desde luego que sabemos que eso no lo harán nunca, ni bajo tortura. Pero por lo menos, que nos digan cuánto nos vamos a ganar. ¡Hablemos de negocios! Y todos podremos entendernos.
Saludos fraternales (¿Qué piensan ustedes en sus países?)
RIS

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