lunes, 5 de julio de 2010

394 educación pública

394    “LA CHISPA
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.
LA EDUCACIÓN PÚBLICA
   Como sobre la Educación todo el mundo opina, yo también quiero “meter la cuchara” en este tema que, en Costa Rica, más que social, es un asunto político; y más que político, politiquero. Para aprender, los gringos nos proporcionan miles de ejemplos: buenos y malos. Por desgracia, siempre imitamos los malos y hacemos caso omiso de aquellos que son realmente valiosos y que bien podrían sacarnos del pantano en donde nos encontramos atascados desde hace quinientos años.
      El primero que nos dan es político. Veamos: el embajador de los Estados Unidos es el embajador del Imperio. De un proyecto milenario de dominación, control económico, supremacía política y militar. El embajador yanqui es el Pretor al servicio del Imperio y no de un partido político o un Presidente determinado. Los intereses (todos) de ese país están por encima de los individuos; ellos tienen un proyecto NACIONAL para todo, incluyendo la Educación. Los Estados Unidos tiene la capacidad económica y tecnológica para que todos sus ciudadanos se convirtieran en profesionales en algún campo, incluyendo a los negros y otras clases marginales. Pero ¿le serviría eso al Imperio? Entonces, el problema no solo es económico Ellos saben muy bien que conviene que una parte de la población se instruya, pero NO TODA. Y ese es el primer gran requisito de la Educación: DEBE SER SELECTIVA para ser socialmente útil. Por más demagogia que se haga al respecto, todos sabemos que la educación superior generalizada es imposible; más aún, sería perjudicial. Tienen que existir los agricultores y sirvientes; los obreros y los que limpian las casas. En la paradoja de la Educación, el Estado tiene la obligación de instruir al pueblo; pero en la práctica, es el que impide que esto se produzca más allá de ciertos límites necesarios; tema que JAMÁS se discutirá públicamente, a menos que sea para censurarlo “por discriminatorio”. En cambio, los gringos son consistentes en ese programa nacional selectivo que es de todos sus gobernantes, sin importar a qué partido pertenezcan.
     Y ahí es donde empieza una de sus grandes diferencias con los latinos. Cada gobierno nuestro que llega al Poder, lejos de conservar y mejorar los proyectos nacionales, los echan a la basura y vuelven a empezar de CERO, con todas las improvisaciones posibles de las que son capaces los políticos a los que ponen al frente de cualquier despacho. Todo es un asunto político, y denigrar al gobierno anterior señalando todo lo malo que hizo, se convierte en el objetivo número uno del partido en el poder. No les interesa la Educación sino la política que pueden hacer con aquella. Cualquier burócrata es nombrado Ministro de Educación sin importar que tenga la experiencia profesional requerida para dirigir semejante empresa. Y como es lógico, de inmediato cae en manos de los asesores eternos, que siempre están ahí. Sobreviviendo y flotando como los corchos en las aguas de la política-educativa. O de la educación “política”. ¿Qué hace un abogado, ingeniero, comerciante o militar como ministro de educación? Desde luego que esto no quiere decir que un Maestro o Profesor sean garantía de éxito en esa función. Hemos tenido infinidad de ineptos en ese cargo: maestros y profesionales de otros ramos. Pero ese no es el punto. La clave está en la continuidad del Proyecto Educativo. En su “sostenibilidad” y mejoramiento continuo, para usar una palabreja de moda.
   Pero para que esto suceda, es necesario racionalizar qué es la Educación y quiénes determinan sus objetivos (explícitos e implícitos). Además, cómo debe estar jerarquizada y cómo se debe manejar. La Educación no es un proyecto solo del Estado y que, como este “pone la plata”, debe ser una herramienta al servicio de los intereses de los partidos que intentan fijar la política educativa, en un ciclo interminable de destrucción. Aceptado que la educación es Selectiva por imposición de la Naturaleza y la estructura de la sociedad, debemos dotarla de los métodos e instrumentos que la lleven a cumplir su función a cabalidad. Y lo primero que debemos hacer es dotarla de una condición legal que NO permita ser intervenida por intereses políticos; pero que a la vez, le impida convertirse en una especie de “ente autónomo”, refugio de grupos de mediocres que se crean los rectores supremos de la Educación. En Costa Rica una serie de grupos, grupillos y grupúsculos insignificantes desde el punto de vista numérico e intelectual, se ha dedicado históricamente a la obstrucción de todo Proyecto Nacional Educativo, y han antepuesto a este, sus intereses salariales o de ascenso laboral. O lo que es peor, políticos, sindicalistas o ideológicos.
    En Costa Rica TODO EL MUNDO da cátedra sobre la educación, incluyendo a los periodistas, los profesionales con la educación más superficial imaginable. Pero expresar un punto de vista no es malo per se, sino tomarse la libertad de marcar las pautas que deben seguirse en una labor tan compleja, especializada y digna de ser tomada con la mayor seriedad posible; por profesionales en ese campo y ramas conexas. La discusión sobre la Educación la hemos convertido en “pila de agua bendita”, en donde cualquier burro mete las pezuñas y opina acerca de lo que se debe hacer o no. Pero el peligro no es que esa gente crea esto o lo otro, sino que muchos de ellos son políticos que tienen la capacidad de determinar las líneas que deben seguirse en esa actividad. Hablar sobre educación puede hacerlo cualquier filisteo; es materia del dominio público y, por lo tanto, cualquiera puede hacerlo con libertad; pero planear la Educación Nacional es otra cosa, una tarea muy compleja a la que solo deben abocarse personas CON CAPACIDAD. Profesionales con conocimientos, experiencia, sabiduría y, sobre todo, con una visión que vaya más allá de las miserias temporales o circunstanciales. Esos personajes deben constituir el CONSEJO SUPERIOR DE EDUCACIÓN, tema de la próxima “Chispa”.
Escolarmente
RIS

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