jueves, 8 de julio de 2010

263 Los latinoamericanos

263    “LA CHISPA

Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”.

LOS LATINOAMERICANOS

    Antes nos pisoteaban los europeos en general; pero “gracias” a la doctrina Monroe, los gringos se reservaron ese derecho en forma exclusiva. Pero debido a la OMC, los TLCs y otras bellezas del MERCADO, hemos vuelto a estar en la mira de los explotadores del Viejo Mundo. Pero más preocupante todavía, en la mirada codiciosa del “Glan Dlagón Amalillo” que, en forma insidiosa, nos ha enviado millones de sus súbditos, los cuales se están apoderando de ese mercado intermedio en el cual son líderes imbatibles. Es decir, ahora hay tres frentes explotadores a los que debemos enfrentarnos completamente desarmados Y SIN UNA SOLA IDEA CLARA DE CUÁL DEBE SER NUESTRO DESTINO, o qué papel debemos jugar en la determinación de nuestra propia existencia.
     Desunidos, individualistas, egoístas, indolentes, patrioteros, avivatos, sinvergüenzas, cochinos, traidores y dispuestos a vender nuestros propios hogares al mejor postor, nuestro futuro parece estar sellado. Con Argollas “propietarias” del Poder y con líderes comprables, preocupados solo por enriquecerse y engrandecer sus negocios y fortunas, no se vislumbra nada para los pueblos de esta parte del mundo. Nuestra paradoja es que los dioses preñaron a estas tierras con riquezas naturales envidiables; pero a la vez, nos hicieron LATINOS y nos pusieron en ellas. Pueblos inútiles, incapaces de ponerse de acuerdo ni siquiera en los términos de su propia supervivencia, cada uno piensa SOLO EN SU BIENESTAR EXCLUSIVO. Somos QUINIENTOS MILLONES DE CIUDADANOS sin la menor idea de lo que es la SOLIDARIDAD O EL NACIONALISMO CONTINENTAL Y RACIAL. Desde el Río Bravo hasta la Patagonia, deberíamos ser una sola nación consciente de que si no estamos unidos, por siempre seremos el coto de caza de los grandes. Hasta nuestro exterminio seremos la presa, el patio trasero del yanqui; una raza infrahumana que solo es útil como sirvientes del más bajo nivel. Esa es la visión del europeo y del gringo en relación con las otras razas. Así vieron a los hindúes, así ven a los africanos; así VEÍAN a la China. Así no ven a nosotros. Incluso los “europeos” nacidos aquí y que suelen constituir las Argollas nativas. Y ese es NUESTRO GRAN PROBLEMA: carecemos de una identidad americana, pues hasta de eso se apoderaron los yanquis en forma exclusiva. Según ellos, nosotros NO somos americanos, pues en sus registros oficiales somos “hispanos”. Por ahora, solo somos una cantera interminable de sirvientes baratos. Tontos a los que pueden engañar cuando les dé la gana.
      ¿Cómo es posible que México, con tanto petróleo, gas, minerales, tierras riquísimas y población abundante, sea el eterno y vergonzoso limosnero de las migajas que deja caer los Estados Unidos? Legiones interminables de pordioseros arriesgan sus vidas en busca de quién les ponga el bozal y la jáquima en “el otro lado”. México es una afrenta para la América Latina. El país que debería ser líder y guiarnos hacia un mejor destino común de los pueblos indígenas y “revueltos”, es incapaz, con tanta riqueza natural, de darnos un ejemplo digno acerca de lo que debemos ser los “americanos legítimos”. ¿Cómo es que más de cien millones de mejicanos les permiten a sus gobiernos que hagan lo que les dé la gana con el patrimonio nacional? ¿Cómo es que decenas de presidentes y gobernadores ladrones no han podido encontrar un camino intermedio entre su rapiña y un estándar de vida aceptable para el pueblo mejicano? Pero lo peor de todo es, ¿por qué los mejicanos huyen de su país en lugar de quedarse a cambiar las cosas? ¿Será ese el destino de los aztecas y de todos los latinos para siempre? ¿Ser sirvientes y esclavos en nuestras propias tierras, mientras los extraños se llevan las riquezas multiplicadas por la mano de obra barata que ofrecemos? ¿No hay esperanza alguna? ¿Tendremos siempre gobernantes ladrones y vendidos? ¿Hasta dónde deben llegar estos para que los pueblos latinos sacudamos la modorra y la INDOLENCIA que, bajo el pretexto de “partidos políticos” y otras zarandajas acomodaticias a nuestro bienestar individual, nos han colocado en esa vergonzosa categoría de “tercermundistas” eternos.
       Es hora de que los pueblos tomen el destino de América en sus manos. Que escojan líderes que los guíen por la ruta del progreso; pero mejor todavía, por el sendero del orgullo de ser latinos, de saber que PODEMOS, que no necesitamos titiriteros ni capataces que vengan a decirnos qué es lo que nos conviene. Es hora de que tengamos dirigentes que no tengan que consultar con las Embajadas yanquis qué es lo que tienen que hacer. Y una vez definido el rumbo y los medios, a pelear para lograrlos. Será una guerra sin cuartel y a muerte, pues los chacales que ahora nos explotan no van a ceder con facilidad. Eso ya lo sabemos. Va a costarnos sangre, mucha sangre; pero es mejor morir en la lucha que vivir bajo la vergüenza. SOMOS QUINIENTOS MILLONES DE LATINOS, eso es una fuerza que nadie puede ignorar; y todo lo que necesitamos es el despertar de la consciencia de lo que somos. Identidad con lo que somos. Si los pueblos saben lo que son y qué quieren, los líderes no podrán engañarlos más. Los pueblos JAMÁS deben renunciar al PODER ni dejarlo en manos de ineptos o las Oligarquías criollas, y SIEMPRE deben reservarse la facultad de quitar del gobierno a quien sea. Llegó el tiempo de la Gran Revolución Latinoamericana: la de la conquista de la DIGNIDAD Y LA SOBERANÍA REAL, no la de los lirismos escritos en las Constituciones, pues ya sabemos que estas nada valen ante la O.M.C. y sus tratados. Por ahora, un país latino parece que está encontrando el camino a la redención de su pueblo. Y si en el proceso deben rodar cabezas, pues que caigan; es preferible sucumbir en el combate, que desfallecer en la ignominia y el hambre de justicia, como los millones de braceros del Norte.
RIS

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