741 “LA
CHISPA”
Lema: “En la
indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¡AÑO NUEVO!... ¿Y LA MISMA RUTINA?
Ya
pasó el alboroto de fin de año; terminaron las fiestas, las comilonas y los
toros (el circus time), y se nos
viene encima la larga cuesta de un enero sin plata, que se hace más eterno que
un vía crucis. Tiempo de angustia,
reflexión y agonía, sobre todo, porque tenemos enfrente la toma de una decisión
que debería ser trascendental: la elección del nuevo gobierno (que podría ser
el mismo o peor). ¿Cómo encararemos esta
situación? ¿De la misma manera de
siempre, como algo de vacilón, “partidarismo” y deseos de competencia con
nuestros antagonistas políticos? ¿Algo así como ser brujistas o manudos? ¿Con carácter de jolgorio, frivolidad y
convicción de que se trata de una especie de tarea a la que nos obliga la “democracia formal”, y que
tenemos que votar porque eso es pura vida como dice la poco seria propaganda
del TSE? Es un momento, quizás el último para muchos,
de meditar serenamente en el significado de lo que es elegir a un grupo de
gobernantes para que tomen en sus manos nuestros
intereses. No es un asunto baladí
que tenga que ver con la satisfacción de que gane mi candidato. Es algo mucho más serio, una decisión en la
que estamos poniendo en juego nuestro bienestar y el de nuestras familias. Por
favor, conciudadanos, meditemos cuidadosamente.
Si
pasamos por alto el hecho de que el sistema está viciado y no representa la
voluntad popular verdadera, tenemos que hacerle frente a lo que tenemos y hacer
la mejor elección posible. Los tiempos
no están para desperdiciar otros cuatro años en algún inepto; o lo que es peor,
en alguien a quien poco le importe la suerte económica del pueblo, es decir, un
oligarca más que solo tenga en mente la preservación del bienestar personal y
el de la casta que lo ha impuesto. Y “mucho más pior”, que nos monten un
títere que solo sea un mascarón de proa para que los mismos, desde la penumbra,
sigan dándonos más de lo mismo, como dice un conocido eslogan electorero. Ya
para esta elección NO es mucho lo que se puede hacer, pero al menos,
tenemos la facultad de aguarles la fiesta a esa camarilla de abusadores que da
por sentada la estupidez del votante.
Pero a partir de ahora, de este año, de estas elecciones, DEBEMOS ORGANIZARNOS de manera que el ciudadano
tome en sus manos el Poder que nunca debió salir de ellas. Dos
siglos de esta forma de gobierno nada nos ha dejado, y eso no necesita
demostración alguna. El recuento es
deficitario para todas las naciones de la América Pobre.
Entonces,
¿por quiénes podríamos votar? Usted ya
sabe quiénes son los candidatos a la presidencia, lo que piensan y de parte de
quiénes están. En síntesis, USTED LOS CONOCE y no pueden engañarlo,
a menos que usted lo permita y haga su elección a pesar de todo. Y contra esa actitud NADA SE PUEDE HACER. ¿Y qué
hay de los diputados? Los de los
partidos organizados ya nos dieron una clara razón de lo que podemos esperar de
esa gente. Esta es la síntesis de lo que dijo uno de
ellos cuando “eligieron” a la Defensora de los Habitantes: “Somos una manada, para eso nos crearon en
manada y por eso votamos como manada”.
Poco prometedor. Y en cuanto a
los independientes, también vimos con qué facilidad se pliegan a la corriente
del dinero y el Poder. Estos son
miembros de partidos ad hoc que desaparecen apenas pasan las elecciones y, por
lo tanto, al terminar el período se quedan sin teta, lo cual los hace
vulnerables a cualquier oferta y a alianzas deshonestas siempre al servicio de
la oligarquía. Es “botar el voto” ponerles el dedo. Entonces, ¿qué no queda? Hacer un análisis bien meditado que nada
tenga que ver con reacciones hepáticas o cardíacas de la política criolla, sino
que vaya más allá del ámbito de los partidos.
Por desgracia, con el sistema establecido, es casi nada lo que se puede
hacer. Darle el Congreso al candidato oficialista es crear una dictadura
desde las sombras, y por esa razón, más tirana e irresponsable porque no será
ella la que apechugue las consecuencias sino la presidenta sin poder; y ponerle
la Asamblea en contra, solo será sumirnos en otros cuatro años de parálisis,
negociaciones y repartija de beneficios para la aprobación de proyectos
oficiales. En esencia, más
corrupción. El panorama es sombrío y no
se ve opción alguna para que el ciudadano pueda participar de la riqueza que
genera. Seguiremos en lo mismo, en la ficticia crisis eterna, que es el
paraíso de los comerciantes y las clases poderosas, que aumentan los precios de
todo a capricho. Seguirán las alzas, la
devaluación y todas las triquiñuelas que han inventado para depredar a su
antojo bajo el pretexto de la “crisis mundial”.
(Eslogan político de Año
Nuevo: “Nos preocupa la seguridad
económica del pueblo”)
Estimados amigos: el reto es difícil
y no hay una salida fácil debido a la perentoriedad de la situación. Parece que tenemos que decir la frase
sacramental: consummatum est, y resignarnos a otros cuatro años de la misma
tragedia, a idénticas explicaciones del porqué no se puede hacer nada, de los
mismos pretextos, a igual insuficiencia e incapacidad. A la
misma gente haciéndose cada vez más rica a costa de la pobreza generalizada y
en aumento de las mayorías. A los mismos
discursos manidos y la traslación de responsabilidades como el juego de Teté: “Es la crisis, son los precios del
petróleo, es la caída del dólar, es por culpa de Bin Ladden, es por el
calentamiento global, es por culpa de los otros, es por el hueco de la capa de
ozono”.
Las
elecciones que se avecinan serán cruciales para el destino del país (como un
todo) y la posibilidad de insertarnos
en un mundo de más y mejores oportunidades para TODOS los ciudadanos que componen esta comunidad. Dentro de la mediocracia reinante, procure
escoger al menos malo; y aunque eso es muy difícil, esperamos que su
consciencia pueda darle algunas pistas que lo conduzcan a la mejor elección
posible dentro de lo que le están ofreciendo los partidos. Para eso le pedimos que se despoje de su
pertenencia política y que piense como
ciudadano libre, en el beneficio de toda la sociedad de la cual usted y su
familia forman parte. No actúe en manada como los diputados,
hágalo como Hombre Libre, con la
vista y los ideales puestos en los más altos objetivos de la Patria. Que la serenidad sea su compañera y que
reciba la iluminación de los dioses para enfrentarse a esta decisión. Medítelo bien para que no tenga que
lamentarse por su indolencia y complicidad con un sistema al cual no le importa
nada más que los intereses de la Oligarquía.
Fraternalmente (¿Cómo tratan este
asunto en su país?)
Ricardo
Izaguirre S.
E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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