lunes, 2 de enero de 2012

741 Año Nuevo! ¿Y la misma rutina?


741    LA CHISPA       
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
¡AÑO NUEVO!...       ¿Y LA MISMA RUTINA?
            Ya pasó el alboroto de fin de año; terminaron las fiestas, las comilonas y los toros (el circus time), y se nos viene encima la larga cuesta de un enero sin plata, que se hace más eterno que un vía crucis.  Tiempo de angustia, reflexión y agonía, sobre todo, porque tenemos enfrente la toma de una decisión que debería ser trascendental: la elección del nuevo gobierno (que podría ser el mismo o peor).  ¿Cómo encararemos esta situación?  ¿De la misma manera de siempre, como algo de vacilón, “partidarismo” y deseos de competencia con nuestros antagonistas políticos?  ¿Algo así como ser brujistas o manudos?   ¿Con carácter de jolgorio, frivolidad y convicción de que se trata de una especie de tarea a la que nos obliga la “democracia formal”, y que tenemos que votar porque eso es pura vida como dice la poco seria propaganda del TSE?   Es un momento, quizás el último para muchos, de meditar serenamente en el significado de lo que es elegir a un grupo de gobernantes para que tomen en sus manos nuestros intereses.   No es un asunto baladí que tenga que ver con la satisfacción de que gane mi candidato.  Es algo mucho más serio, una decisión en la que estamos poniendo en juego nuestro bienestar y el de nuestras familias.   Por favor, conciudadanos, meditemos cuidadosamente.
            Si pasamos por alto el hecho de que el sistema está viciado y no representa la voluntad popular verdadera, tenemos que hacerle frente a lo que tenemos y hacer la mejor elección posible.  Los tiempos no están para desperdiciar otros cuatro años en algún inepto; o lo que es peor, en alguien a quien poco le importe la suerte económica del pueblo, es decir, un oligarca más que solo tenga en mente la preservación del bienestar personal y el de la casta que lo ha impuesto.  Y “mucho más pior”, que nos monten un títere que solo sea un mascarón de proa para que los mismos, desde la penumbra, sigan dándonos más de lo mismo, como dice un conocido eslogan electorero.  Ya para esta elección NO es mucho lo que se puede hacer, pero al menos, tenemos la facultad de aguarles la fiesta a esa camarilla de abusadores que da por sentada la estupidez del votante.  Pero a partir de ahora, de este año, de estas elecciones, DEBEMOS ORGANIZARNOS de manera que el ciudadano tome en sus manos el Poder que nunca debió salir de ellas.  Dos siglos de esta forma de gobierno nada nos ha dejado, y eso no necesita demostración alguna.  El recuento es deficitario para todas las naciones de la América Pobre.
            Entonces, ¿por quiénes podríamos votar?  Usted ya sabe quiénes son los candidatos a la presidencia, lo que piensan y de parte de quiénes están.  En síntesis, USTED LOS CONOCE y no pueden engañarlo, a menos que usted lo permita y haga su elección a pesar de todo.  Y contra esa actitud NADA SE PUEDE HACER.  ¿Y qué hay de los diputados?  Los de los partidos organizados ya nos dieron una clara razón de lo que podemos esperar de esa gente.  Esta es la síntesis de lo que dijo uno de ellos cuando “eligieron” a la Defensora de los Habitantes: “Somos una manada, para eso nos crearon en manada y por eso votamos como manada”.   Poco prometedor.  Y en cuanto a los independientes, también vimos con qué facilidad se pliegan a la corriente del dinero y el Poder.  Estos son miembros de partidos ad hoc que desaparecen apenas pasan las elecciones y, por lo tanto, al terminar el período se quedan sin teta, lo cual los hace vulnerables a cualquier oferta y a alianzas deshonestas siempre al servicio de la oligarquía.  Es “botar el voto” ponerles el dedo.  Entonces, ¿qué no queda?  Hacer un análisis bien meditado que nada tenga que ver con reacciones hepáticas o cardíacas de la política criolla, sino que vaya más allá del ámbito de los partidos.  Por desgracia, con el sistema establecido, es casi nada lo que se puede hacer.  Darle el Congreso al candidato oficialista es crear una dictadura desde las sombras, y por esa razón, más tirana e irresponsable porque no será ella la que apechugue las consecuencias sino la presidenta sin poder; y ponerle la Asamblea en contra, solo será sumirnos en otros cuatro años de parálisis, negociaciones y repartija de beneficios para la aprobación de proyectos oficiales.  En esencia, más corrupción.  El panorama es sombrío y no se ve opción alguna para que el ciudadano pueda participar de la riqueza que genera.  Seguiremos en lo mismo, en la ficticia crisis eterna, que es el paraíso de los comerciantes y las clases poderosas, que aumentan los precios de todo a capricho.  Seguirán las alzas, la devaluación y todas las triquiñuelas que han inventado para depredar a su antojo bajo el pretexto de la “crisis mundial”.                        
(Eslogan político de Año Nuevo: “Nos preocupa la seguridad económica del pueblo”)
            Estimados amigos: el reto es difícil y no hay una salida fácil debido a la perentoriedad de la situación.  Parece que tenemos que decir la frase sacramental: consummatum est, y resignarnos a otros cuatro años de la misma tragedia, a idénticas explicaciones del porqué no se puede hacer nada, de los mismos pretextos, a igual insuficiencia e incapacidad.   A la misma gente haciéndose cada vez más rica a costa de la pobreza generalizada y en aumento de las mayorías.  A los mismos discursos manidos y la traslación de responsabilidades como el juego de Teté: “Es la crisis, son los precios del petróleo, es la caída del dólar, es por culpa de Bin Ladden, es por el calentamiento global, es por culpa de los otros, es por el hueco de la capa de ozono”.
            Las elecciones que se avecinan serán cruciales para el destino del país (como un todo) y la posibilidad de insertarnos en un mundo de más y mejores oportunidades para TODOS los ciudadanos que componen esta comunidad.  Dentro de la mediocracia reinante, procure escoger al menos malo; y aunque eso es muy difícil, esperamos que su consciencia pueda darle algunas pistas que lo conduzcan a la mejor elección posible dentro de lo que le están ofreciendo los partidos.   Para eso le pedimos que se despoje de su pertenencia política y que piense como ciudadano libre, en el beneficio de toda la sociedad de la cual usted y su familia forman parte.  No actúe en manada como los diputados, hágalo como Hombre Libre, con la vista y los ideales puestos en los más altos objetivos de la Patria.  Que la serenidad sea su compañera y que reciba la iluminación de los dioses para enfrentarse a esta decisión.  Medítelo bien para que no tenga que lamentarse por su indolencia y complicidad con un sistema al cual no le importa nada más que los intereses de la Oligarquía.
            Fraternalmente                                               (¿Cómo tratan este asunto en su país?)
                                   Ricardo Izaguirre S.                                E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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