jueves, 5 de enero de 2012

591 El comercio desbocado


591   LA CHISPA                        
Lema. “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL COMERCIO DESBOCADO
            Por enésima vez: la OLIGARQUÍA (los dueños de todo), también es propietaria de los gobiernos.  Todos los gobiernos latinos (salvo las gloriosas excepciones) son MONIGOTES de las oligarquías criollas.  Por lo tanto, todas las disposiciones y leyes que se promulgan en nuestros países (las importantes) están diseñadas por las CÁMARAS (de comercio, banqueros, bolsinistas, industriales, exportadores, terratenientes, etc.).  Y como son ellos los que mandan, solo aprueban leyes que les permita hacer lo que les da la gana en materia económica.  NADA DE REGULACIONES.  Nada de intervención del Estado.  Nada de estabilidad.  Eso no les conviene.  El desorden económico es el río revuelto del cual extraen enormes riquezas.  Esa es la gran estrategia del capitalismo en todo el mundo: producir un caos controlado que justifique su piratería.  El efecto dominó empezó con el petróleo, y a partir de ahí, el sunami barrió con el mundo entero.  Pero hay que tener algo muy claro: los efectos de la llamada “crisis” en NADA AFECTAN al gran capital; al contrario, han hecho BILLONES.  ¿Cómo es esto?  Muy simple.  Se trata de la cadena “justificativa” que comienza con los precios de los combustibles y termina en el arroz y los frijoles.  Y en ella, todos los intermediarios se enriquecen.  Solo el asalariado es el amortiguador que recibe todo el impacto de esta maniobra criminal.
            Nunca fue necesario subir los precios del petróleo, y eso ha quedado claramente demostrado este año.  Cumplido el objetivo inicial, los han bajado hasta límites aceptables, pero el envión que produjo en la cadena de aumentos y alzas que el COMERCIO desató por todo el mundo, sigue vigente.  Los precios de todo aumentaron exponencialmente siguiendo al del petróleo (la justificación), pero ahora que este ha bajado en un ochenta por ciento, todo en el mercado sigue a los precios-tope.   La jugada es de una sencillez extraordinaria, pero de una crueldad y eficacia aterradora.  Veamos un ejemplo inventado, que cada uno en su país puede adecuar a su realidad: Cuando el petróleo estaba a 50 dólares, el arroz valía uno.  Y cuando el combustible llegó a 150, el grano subió a cuatro dólares.  Pero cuando el crudo bajó a cuarenta o menos, el arroz (y todo lo demás) se quedó en los cuatro dólares y con tendencia a seguir subiendo.   ¿Entienden la simplicidad de la jugada? 
            En eso consiste el verdadero terrorismo que debe afrontar el mundo: “EL TERRORISMO CAPITALISTA”.  Lo demás es puro cuento, distractores para que los pueblos no se den cuenta de lo que les están haciendo.  Incluso han implementado una estrategia global para que nadie diga nada, ya que si lo hace, “es miembro de Al Qaeda, chavista, fidelista, binladista” o lo que quieran aplicarle.  Ni los gringos se salvan, pues para eso se aprobó el “Acta Patriótica”, que sirve para poner tras las rejas a cualquiera que proteste o denuncie.  O por lo menos, en una situación incómoda de “mal patriota”.  Y como las Oligarquías de todo el mundo han fijado como norma sagrada el principio de nada de REGULACIONES, los comerciantes hacen su agosto.   Nadie los controla ni le pone freno a su desmedida angurria.  No hay porcentajes de ganancia legal o tolerable; cobran lo que les da la gana, intereses de usura, en fin, roban a mano armada.  La Hidra de mil cabezas del comercio, es una bestia de codicia insaciable.  Y bajo el pretexto de la “crisis mundial”, justifican sus atracos domésticos e internacionales.   Porque la tal crisis no es más que un invento genial del capitalismo.  Un grupo de bandidos de la Banca y la Bolsa (los mismos en todo el mundo) han fabricado una crisis artificial cuyos resultados estaban bien calculados.  Todos los engranajes del CAPITAL han funcionado a la perfección.  Cuando el gobierno yanqui apretó el disparador con la guerra arbitraria de Irak, se dio el pistoletazo de salida que inició la más elaborada maniobra capitalista de principios del milenio.  Los mismos pillos banqueros, los mismos nombres y sujetos que produjeron la quiebra de los años treinta.   Pero esta vez, todos los factores estaban bajo control. 
            Traslado de billones a cuentas suizas, que son de los banqueros de la misma manada y raza, “quiebras” ficticias, venta a bancos de otros tales como Morgan, y una “salvación” de SETECIENTOS MIL MILLONES DE DÓLARES del pueblo norteamericano (700.000.000.000) a los bolsillos de las mismas familias banqueras (Kahn, Loeb, Morgan, Saperstein, AIG, Lehman Bros., Klein, Rosen, etc. etc. etc.).  En este sentido sí permitieron la intervención del Estado.  Mientras el pueblo yanqui es acorralado y expoliado por la misma gente, estos se han echado al bolsillo centenares de miles de millones de dólares.  Mientras los gringos pierden sus casas (cinco millones) y trabajos, la misma gente, dispone de enormes cuentas bancarias en los bancos de sus paisanos suizos.  Setecientos mil millones a las manos de cuatro gatos, dizque para estabilizar la economía mundial. Y el pueblo norteamericano se tragó el anzuelo.   Y ahora los cuatro gatos, de la misma gente y raza, se embolsarán esa monstruosa suma como pago a la cuidadosa planificación de la “crisis artificial”.  Todo el mundo capitalista está de fiesta; incluso los chiquitillos de la periferia de las grandes economías.  Los autobuseros, transportistas, revendedores, carniceros, todos están felices con la crisis, porque a su simple invocación, se sienten con derecho de aumentar los precios en la medida de lo que les dé la gana.  “Es culpa de la crisis”, y con esa frase sacrosanta acallan cualquier voz de protesta.  Es la crisis mundial, ¿qué quiere que haga yo?”  O paga o se jode, o se calla.  Todos contentos, excepto los pueblos y las clases trabajadoras, que son el parachoques que habrá de soportar todo el impacto de la “crisis”.
            El comercio está desbocado y no quiere saber nada de regulaciones, y para garantizar eso, tienen a los gobiernos títeres.  Ninguno se atreve a fijar precios a nada ni, mucho menos, establecer porcentajes de ganancia ni controles sobre nada.  Y si lo hace, es chavista, antidemocrático, alqaedista, binladista, comunista, terrorista o lo que se les antoje.  El comercio importa, exporta, compra, vende, revende al precio que le da la gana y sin rendir cuentas a nadie.   Las Oligarquías del mundo (especialmente en el tercero) se sienten como “moros sin señor”, a rienda suelta.  Con “libertad de empresa” para crucificar a los pueblos.  ¿Y los controles gubernamentales?  Ja-ja.  Pero mientras los pueblos sean INDOLENTES y no se organicen cívicamente, esa será la tónica que nos llevará hasta la miseria y la muerte.   ¿Hasta dónde toleraremos esa auténtica piratería?  Solo los pueblos tienen la respuesta.  Ojalá que la den antes de desaparecer. 
                Ricardo Izaguirre S.         E-mail:  rhizaguirre@gmail.com

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