591 “LA
CHISPA”
Lema. “En la
indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
EL COMERCIO DESBOCADO
Por
enésima vez: la OLIGARQUÍA (los
dueños de todo), también es propietaria de los gobiernos. Todos los gobiernos latinos (salvo las
gloriosas excepciones) son MONIGOTES
de las oligarquías criollas. Por lo
tanto, todas las disposiciones y leyes que se promulgan en nuestros países (las
importantes) están diseñadas por las CÁMARAS
(de comercio, banqueros, bolsinistas, industriales, exportadores,
terratenientes, etc.). Y como son ellos
los que mandan, solo aprueban leyes que les permita hacer lo que les da la gana
en materia económica. NADA DE REGULACIONES. Nada de intervención del Estado. Nada
de estabilidad. Eso no les conviene. El desorden económico es el río revuelto del
cual extraen enormes riquezas. Esa es la
gran estrategia del capitalismo en todo el mundo: producir un caos controlado que justifique su piratería. El efecto dominó empezó con el petróleo, y a
partir de ahí, el sunami barrió con el mundo entero. Pero hay que tener algo muy claro: los
efectos de la llamada “crisis” en NADA AFECTAN al gran capital; al contrario,
han hecho BILLONES. ¿Cómo es esto? Muy simple.
Se trata de la cadena “justificativa” que comienza con los precios de
los combustibles y termina en el arroz y los frijoles. Y en
ella, todos los intermediarios se enriquecen. Solo el asalariado es el amortiguador que
recibe todo el impacto de esta maniobra criminal.
Nunca
fue necesario subir los precios del
petróleo, y eso ha quedado claramente demostrado este año. Cumplido el objetivo inicial, los han bajado
hasta límites aceptables, pero el envión que produjo en la cadena de aumentos y
alzas que el COMERCIO desató por
todo el mundo, sigue vigente. Los
precios de todo aumentaron exponencialmente siguiendo al del petróleo (la
justificación), pero ahora que este ha bajado en un ochenta por ciento, todo en el mercado sigue a los precios-tope. La jugada es de una sencillez
extraordinaria, pero de una crueldad y eficacia aterradora. Veamos un ejemplo inventado, que cada uno en
su país puede adecuar a su realidad: Cuando el petróleo estaba a 50 dólares, el
arroz valía uno. Y cuando el combustible
llegó a 150, el grano subió a cuatro dólares.
Pero cuando el crudo bajó a cuarenta o menos, el arroz (y todo lo demás) se quedó en los cuatro
dólares y con tendencia a seguir subiendo.
¿Entienden la simplicidad de la jugada?
En
eso consiste el verdadero terrorismo que debe afrontar el mundo: “EL TERRORISMO CAPITALISTA”. Lo demás es puro cuento, distractores
para que los pueblos no se den cuenta de lo que les están haciendo. Incluso han implementado una estrategia
global para que nadie diga nada, ya que si lo hace, “es miembro de Al Qaeda,
chavista, fidelista, binladista” o lo que quieran aplicarle. Ni los gringos se salvan, pues para eso se
aprobó el “Acta Patriótica”, que
sirve para poner tras las rejas a cualquiera que proteste o denuncie. O por lo menos, en una situación incómoda de
“mal patriota”. Y como las Oligarquías
de todo el mundo han fijado como norma sagrada el principio de nada de REGULACIONES, los comerciantes hacen su
agosto. Nadie los controla ni le pone
freno a su desmedida angurria. No hay
porcentajes de ganancia legal o tolerable; cobran lo que les da la gana,
intereses de usura, en fin, roban a mano armada. La Hidra de mil cabezas del comercio, es una
bestia de codicia insaciable. Y bajo el
pretexto de la “crisis mundial”, justifican sus atracos domésticos e
internacionales. Porque la tal crisis no es más que un invento
genial del capitalismo. Un grupo de
bandidos de la Banca y la Bolsa (los mismos en todo el mundo) han fabricado una
crisis artificial cuyos resultados estaban bien calculados. Todos los engranajes del CAPITAL han funcionado a la perfección. Cuando el gobierno yanqui apretó el
disparador con la guerra arbitraria de Irak, se dio el pistoletazo de salida
que inició la más elaborada maniobra capitalista de principios del
milenio. Los mismos pillos banqueros,
los mismos nombres y sujetos que produjeron la quiebra de los años
treinta. Pero esta vez, todos los
factores estaban bajo control.
Traslado
de billones a cuentas suizas, que son de los banqueros de la misma manada y
raza, “quiebras” ficticias, venta a bancos de otros tales como Morgan, y una “salvación”
de SETECIENTOS MIL MILLONES DE DÓLARES del
pueblo norteamericano (700.000.000.000) a los bolsillos de las mismas familias
banqueras (Kahn, Loeb, Morgan, Saperstein, AIG, Lehman Bros., Klein, Rosen,
etc. etc. etc.). En este sentido sí permitieron la intervención del Estado. Mientras el pueblo yanqui es acorralado y
expoliado por la misma gente, estos
se han echado al bolsillo centenares de miles de millones de dólares. Mientras los gringos pierden sus casas (cinco
millones) y trabajos, la misma gente,
dispone de enormes cuentas bancarias en los bancos de sus paisanos suizos. Setecientos
mil millones a las manos de cuatro gatos, dizque para estabilizar la
economía mundial. Y el pueblo norteamericano se tragó el anzuelo. Y
ahora los cuatro gatos, de la misma
gente y raza, se embolsarán esa monstruosa suma como pago a la cuidadosa
planificación de la “crisis artificial”.
Todo el mundo capitalista está de fiesta; incluso los chiquitillos de la
periferia de las grandes economías. Los
autobuseros, transportistas, revendedores, carniceros, todos están felices con
la crisis, porque a su simple invocación, se sienten con derecho de aumentar
los precios en la medida de lo que les dé la gana. “Es
culpa de la crisis”, y con esa frase sacrosanta acallan cualquier voz de
protesta. “Es la crisis mundial, ¿qué quiere que haga yo?” O paga o se jode, o se calla. Todos contentos, excepto los pueblos y las
clases trabajadoras, que son el parachoques que habrá de soportar todo el
impacto de la “crisis”.
El
comercio está desbocado y no quiere saber nada
de regulaciones, y para garantizar eso, tienen a los gobiernos títeres. Ninguno se atreve a fijar precios a nada ni,
mucho menos, establecer porcentajes de ganancia ni controles sobre nada. Y si lo hace, es chavista, antidemocrático, alqaedista, binladista, comunista,
terrorista o lo que se les antoje. El
comercio importa, exporta, compra, vende, revende al precio que le da la gana y
sin rendir cuentas a nadie. Las
Oligarquías del mundo (especialmente en el tercero) se sienten como “moros sin
señor”, a rienda suelta. Con “libertad
de empresa” para crucificar a los pueblos. ¿Y los controles gubernamentales? Ja-ja.
Pero mientras los pueblos sean INDOLENTES
y no se organicen cívicamente, esa será la tónica que nos llevará hasta la
miseria y la muerte. ¿Hasta dónde toleraremos esa auténtica
piratería? Solo los pueblos tienen la respuesta. Ojalá que la den antes de desaparecer.
Ricardo Izaguirre S. E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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