martes, 15 de febrero de 2011

887 Los aumentos de salario y el sindicalismo

887    “LA CHISPA          (4 febrero 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
LOS AUMENTOS Y EL SINDICALISMO
            Costa Rica es un país RICO, según los índices de producción y la declaratoria que hizo cierto organismo mundial que nos excluyó de la lista de naciones que necesitan ayuda.  Pero ¿cómo se reparte esa riqueza?  ¿Reciben los obreros la parte justa que les toca por ser los verdaderos productores de ella?  Mientras que hay ricos tan ricos que producen envidia, hay cientos de miles de obreros que apenas subsisten con sueldos miserables.  En las tiendas y comercio en general, ni siquiera les reconocen el salario mínimo.  Con la complicidad del Estado, los patronos hacen lo que les da la gana y pagan a sus empleados lo que les place, pues si estos se quejan, de inmediato son despedidos.  Y ese es un riesgo que nadie puede correr.  Esos trabajadores oscuros y anónimos reciben todo el peso del abuso patronal en silencio, en el desamparo oficial. 
            Por otro lado, los empresarios y comerciantes (mercaderes en general) multiplican sus fortunas a discreción, pues elevan a su antojo los precios de todo lo que venden.  Unos zapatos tenis que a principio de diciembre del año pasado valían 45 mil colones, ayer estaban a 65 mil (en la misma tienda).  VEINTE MIL de aumento en solo un mes.  ¿Quién controla estas alzas caprichosas y desmedidas?   ¿Cómo es que mercancía “vieja” que ya tienen en bodega (comprada a precio viejo), de repente alcanza nuevos valores sin que hayan cambiado las condiciones de mercado?  ¿Cómo es que el Ministerio de Comercio les permite ese tipo de abusos?  Productos importados a un determinado costo, DEBEN VENDERSE en lo mismo, más la utilidad fijada por ley, y no por la codicia de los mercaderes.  Y como esos factores NO han variado en treinta días, ¿por qué y con qué derecho le aumentan el 30% del valor que tenía hace un mes?   ¿Quién y cómo se regula el porcentaje de ganancia que deben tener las mercancías?   No es justo ni correcto que una determinada medicina tenga un costo (CIF) de diez dólares, y que el comerciante local la venda en 20 ó 30 dólares.  A capricho.  ¿Interviene la defensoría del consumidor en la fijación de precios justos?  ¿Lo hacen los ciudadanos mediante alguna representación ajustada a la ley?  ¿O es un atributo irrestricto de los comerciantes?  ¿Cómo diablos los mismos zapatos pueden costar 45 mil en diciembre, y 65 mil en enero?  En la misma tienda.  Con CERO devaluación de por medio.  ¿Alguien le hace caso al pueblo?   ¿Le importa a alguien esta situación?
            Pero esa campaña de abusos NO es exclusiva del comercio; también el Estado participa de ella en todos aquellos servicios que brinda al público en forma directa o mediante los “entes autónomos”.   Electricidad, telefonía, agua y todo lo demás.  Además, mediante el negociazo de los combustibles, el gobierno abusa a su antojo.  Pero no solo eso, sino que se convierte en apoyo complicitario y decidido de otros explotadores que, en contubernio con aquel, también vampirizan a la población: autobuseros, taxistas, transportistas y toda la larga cadena de encarecimiento que se origina con la manipulación arbitraria que hace el gobierno con los precios de ese vital elemento.  Entonces es claro que Gobierno y Oligarquía forman un tándem solidario en contra de la población trabajadora, pues no solo le encarecen todo, sino que se niegan sistemáticamente a pagar los salarios justos que se merecen los obreros. 
            Sabemos la forma cómo se fijan los estipendios de los trabajadores: mediante un trío formado por la Patronal, Gobierno y una “Representación” de los obreros.   Y como el voto del gobierno es siempre a favor de la patronal, los aumentos que esta propone se aprueban automáticamente. Lucha de tigre suelto contra burro amarrado.  Una payasada en la que la masa obrera participa mediante sus representantes, los que siempre dan por buena esta pantomima.   Una farsa “democrática” que solo sirve para avalar y darle carácter “legal” a un consuetudinario abuso que la clase poderosa siempre ha hecho en perjuicio de los que viven de un sueldo.  ¿Y qué hacen los sindicatos?  Desfiles y huelguitas dóciles ajustadas a los requisitos que demanda el “Manual de Huelgas” redactado por el Ministerio de Trabajo en asociación con la oligarquía.  De verdad, ¿qué hacen los miles de sindicatos en los que se ha atomizado la fuerza laboral de este país?  Por la condición actual de la clase obrera, casi NADA ¿Cómo puede ponerse de acuerdo esa multitud de micro sindicatos comprables?  Casi todos los “dirigentes” tienen miedo al riesgo, y muchos quieren asegurarse de ser simpáticos a la oligarquía y al régimen, para optar por puestos políticos o sus respectivas regalías como “líderes sindicales”.  ¿Qué harán ante esta burla del 2.33% de alza salarial?  Además de los carnavalitos tradicionales con las pancartas, cimarronas, gigantonas y banderitas, seguro que muy poco. 
Hubiera sido más decente que el dúo Patronal-Estado se negara por completo a hacer algún aumento alegando la crisis mundial, la burbuja inmobiliaria, la guerra de Irak, los costos del petróleo, los gastos de la ruta a Caldera, la guerra contra el narcotráfico, la inauguración del estadio nacional, el aumento a los diputados, los costos de la exuberante representación diplomática del país, los salarios de los médicos de la Caja.  Después de todo, el gobierno sabe que esa batalla la tiene ganada y que los sindicatos nada harán al respecto.  O bien, la salida tradicional e infalible: establecer el diálogo hasta que los ánimos se calmen y la gente se olvide del asunto.  El truco de ilusionismo gubernamental que nunca falla: llamar a la mesa de DIÁLOGO.  Y como ya viene la Semana Santa, todo el mundo estará entretenido en comprar sardinas y escoger la playa donde irán a beber guaro y comer ceviche. 
Y después de la Semana Mayor, los espera la nueva escalada de precios con la que el Comercio y los entes de servicio público continuarán esquilmando los míseros salarios de la clase trabajadora.
El juego sucio de los aumentos es una parte vital de la economía liberal que, reforzada con la estafa de la DEVALUACIÓN, crea la inestabilidad monetaria en la cual se amparan TODOS los abusos del comercio y del Estado.  El fraude de la devaluación es la causa de todos los desajustes económicos en donde solo hay un ganador: la Oligarquía, la titiritera del Gobierno.
Fraternalmente                                                      (¿Cómo hacen esto en sus países?)
                          RIS                      E-mail: rhizaguirre@gmail.com
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