miércoles, 9 de febrero de 2011

886 Como una finquita

886    “LA CHISPA     (2 de febrero 2011)
Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”
COMO UNA FINQUITA
            Como todo el mundo, recuerdo a don Pepe Figueres por sus múltiples anécdotas: “Me los comí en confites”, “Me fui a ver a Mickey Mouse” etc. etc. etc. como diría Yul Brynner.  Sin embargo, hay dos o tres que sobresalen entre todas.  Dos comentarios que hizo cuando lo interpelaron dos grupos de ciudadanos por el aumento en el precio de las papas, y por los bajos salarios de los profesores.  A los primeros les dijo: “Ustedes tienen en sus manos el arreglo de esta situación.  Si las papas están muy caras NO LAS COMPREN.  Coman camote, yuca o chayotes”.   Al segundo grupo le dio una destemplada pero sabia respuesta más o menos así: “Ustedes tienen problemas salariales porque quieren andar vestidos como empleados de cuello blanco; los profesores son obreros que bien pueden andar con overoles.  Así no gastarían tanto en ropa.”  Eso fue en su tercera administración (1970-1974)  
            Para esa época yo laboraba como profesor en el Liceo Mauro Fernández de Tibás, y al día siguiente del discurso de don Pepe, me presenté a mi trabajo en “bluyines”, sandalias y con camisa manga corta.  Nunca más volví a utilizar una corbata o saco; ni siquiera en los actos públicos.  Hasta el día de mi retiro.  Grandes lecciones de un viejo zorro que, al parecer, muy pocos hemos aprovechado o puesto en práctica.  Es por eso que el comercio y el Estado hacen lo que les da la gana con los dineros del pueblo.  A eso viene este comentario.  ¿Cómo es posible que en el Centro Comercial del Sur, en el mercado de alimentos Periféricos o Peribásicos, se den el lujo de cobrar DOS MIL TRESCIENTOS COLONES por un kilo de mollejas?  Y mil ochocientos por los hígados de pollo.   ¿Cómo es posible que esas vísceras asquerosas hayan alcanzado semejante precio?  Por una razón única: la gente lo permite.  Y aquí viene a colación el gran decir de don Pepe.  El ciudadano tiene el derecho al VETO; es este el único que puede hacer justicia mediante el argumento más poderoso que tiene: NO COMPRAR (comer chayotes, como dijo Figueres).  Pero si continuamos comprando, seguimos avalando los abusos del comercio y Estado, y nadie va a venir en ayuda del pueblo.  A la oficina de PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR nada le importa, ni va a interceder o pedir que rebajen los precios.  El ciudadano está SOLO en esta situación y depende únicamente de su voluntad y la capacidad de unión que tenga.  De la disposición que manifieste para actuar UNIDO CON TODOS LOS CONSUMIDORES.  
 El ejemplo de esta soledad, lo tenemos muy claro en algo que dice en el periódico de ayer 1º de febrero: “Fallo judicial impide rebaja de CIEN COLONES en el kilo de arroz”.   ¿Y por qué se dio eso?  Porque una jueza, complaciente con la petición de los mercaderes de ese grano así se lo exigieron.  Un decreto ejecutivo ordenaba la disminución del precio, sin embargo, los “industriales” se opusieron y, de inmediato, encontraron una jueza que a la velocidad de la luz, echó por tierra la medida que el gobierno había tomado en beneficio del pueblo.  Así abusa el Poder.   Y eso, a pesar de que el gremio de los arroceros recibe subsidios gubernamentales  que van más allá de lo permitido por la OMC, cuestión que favorece la competencia desleal de estos expoliadores en el área centroamericana. ¿Por qué el Gobierno sobre financia a estos comerciantes?  ¡Y qué disposición presentan nuestras autoridades para favorecer los chanchullos de la Oligarquía!  Para ellos sí hay “Justicia pronta y cumplida”.  ¿Y para el consumidor?  Que espere las próximas elecciones.
            En los últimos días hemos visto un mensaje que, al parecer, no ha sido bien captado por nuestras sociedades: la convulsión del mundo árabe.  Esos países nos están demostrando el PODER DE LA UNIÓN.  Y que por más fuerte que parezca un tirano, la fuerza de una nación unida es superior a cualquier camarilla de bandidos, aunque cuenten con el apoyo de grandes potencias.   Hartos de tanto abuso, decidieron ponerle fin a la expoliación canalla que estos grupos de Poder han hecho en contra de esas paupérrimas comunidades.  Y ante la derrota inminente del régimen de Egipto, incluso el Presidente de USA, ha exigido a su servil Mubárak que debe renunciar de inmediato; declaración que pone de manifiesto quién es el que manda en esa tierra.  Pero difícilmente ese pueblo va a admitir un gobierno de “transición” como el que han montado los gringos en Irak o Afganistán.  Gobierno afín que garantizaría los intereses norteamericanos en Egipto, y que las cosas continuaran igual; solo un cambio cosmético.  Pero esa es otra historia; lo que nos importa es el ejemplo de lo que es capaz de realizar un pueblo cuando actúa UNIDO por su supervivencia. 
            ¿Cómo es posible que el Gobierno y la Oligarquía de este país hagan fiesta con la riqueza nacional como si se tratara de su propiedad exclusiva?   Como hace el rey de Arabia Saudita, que maneja todos los ingresos del petróleo nacional en sus cuentas bancarias personales.  Como “una finquita”, como también dijo don Pepe.  Concepto que les ha fascinado a todos los dirigentes políticos de Costa Rica.  “Como una finquita” cuyas cuentas se pueden llevar en una libreta de apuntes.  Como una finquita que se puede manejar a placer mediante decretos “de interés nacional” como el de Crucitas.  Como una finquita cuya producción es el botín de unos cuantos avivatos del Gobierno y la Oligarquía criolla, quienes se reparten todo a su entera discreción.  Como una finquita en donde se hace todo tipo de licitaciones para favorecer a los amigotes y embolsarse enormes sumas de dinero por concepto de “asesorías legales”: carreteras mal hechas, aeropuertos que nunca se terminan, puertos, puentes, autorizaciones, concesiones como la de Crucitas, playas, bosques y todo aquello que produzca ganancias a los miembros de los gobiernos de turno.
            ¿Cómo es posible que el gobierno le salga a los trabajadores con un 2. 33% de aumento mientras que todos los servicios y precios suben en 25, 30, 35 ó 40%?  ¿Cómo es posible que les ofrezcan esa basura a los trabajadores mientras que la CCSS da a conocer los sueldazos que se recetan sus médicos y que rondan por arriba de los QUINCE MILLONES DE COLONES por mes?   Pero ¿qué harán los sindicatos?  ¿Las mismas huelguitas folclóricas y reglamentadas por el Estado?  Dóciles, alegres y patrióticas, mientras que el gobierno desvía la atención hacia el tema del pantano de isla Calero.   ¿Seguiremos en la misma situación?  El pueblo tiene la palabra; además, el ejemplo del mundo árabe y su sonoro ¡Basta ya!
            Fraternalmente                                                        (¿Pasa algo parecido en sus países?)
                                        RIS            E-mail: rhizaguirre@gmail.com

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