martes, 31 de agosto de 2010

187 Las paradas de buses y taxis

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187    “LA CHISPA”                 


Lema: “En la indolencia cívica del ciudadano, se fundamentan los abusos del Poder”

LAS PARADAS DE BUSES Y TAXIS:   Una cuestión de impunidad

            Se llaman “tijos”, creo; o zanates.  Es una especie de zopilotitos de tamaño compacto, que desde hace algunos años tomaron por asalto la ciudad.  Fueron ahuyentando a todas las otras especies pequeñas y se han hecho dueños del territorio.  Se llama supervivencia del más fuerte (del más matón).  Yo instalé hace mucho tiempo un “comedero” para aves, y he podido observar cómo estos “zonchillos” de afilado pico y mirada fiera, se han ido apoderando de todo; han desplazado a los otros y ya solo ellos comen y beben en el sitio.  A veces, tímidamente, alguno de las otras especies llega, da unos cuantos picotazos y sale disparado, porque siempre están en las cercanías los atemorizantes “tijos”. 
            Algo semejante está pasando con los taxistas y los autobuseros; nada más que en este ejemplo humano, son los chiquitillos los que están desplazando a los grandotes.  En la parada de buses de Barrio la Cruz y Barrio México en Cuesta de Mora (calle 11, aves 2ª y Ctl.) empezaron a tomarla por asalto hará cuestión de ocho o más meses; primero solo era en la punta, en la esquina con la avenida central; luego se fueron metiendo más y más taxis hasta llegar a la avenida segunda, con lo cual obligaron a los autobuses a parar en media calle para que subieran y bajaran los pasajeros con el consiguiente peligro.  La gente quedaba expuesta a ser triturada entre el autobús y los taxis en movimiento por el lado de la acera.  Un abuso vial PERMITIDO PASIVAMENTE POR EL TRÁNSITO, al cual no parece importarle el riesgo mortal de los pasajeros de los buses.
Finalmente se salieron con la suya y lograron que los buses se fueran a parar hasta el otro lado de la avenida central.  Pero, ¿se conformarán con solo una cuadra?  ¿Tomarán la otra hasta la avenida primera?  Es lo más probable pues la impunidad y poder de la que goza este gremio, no tiene límite alguno.   Incluso se dice que hay gente entre los círculos políticos elevados que tiene vínculos directos con estos grupos.  ¿Será cierto?  El caso es que, “cuando el río suena...” Se dice, sotto voce, que tienen el respaldo todopoderoso de los altos estratos oficiales, pues estos individuos hacen lo que les da la gana.  Incluso los llamados “Porteadores”, que deberían ser un poco más humildes y serviciales dada su condición ilegítima, también son matones insolentes que abusan groseramente de la clientela sin que NADIE LOS SANCIONE o les suspenda el servicio.  Cotidianamente realizan micro atracos sin que nadie pueda decirles nada porque ¡Dios guarde!, le hacen lo mismo que a mí, que el taxista casi me come cuando le dije que tenía que darme mi vuelto.  Se tiró fuera del taxi y se me vino encima, con la chaqueta abierta mostrándome la culata de la pistola en su cintura.  Gracias a la intervención pacífica de mi hija, que es abogada, el energúmeno se devolvió a su taxi, arrancó y se fue.  De inmediato presentamos la denuncia ante las autoridades, y hasta el momento no hemos sabido nada.   No me consta, pero es voz popular que un candidato a la presidencia es dueño de infinidad de taxis legítimos y “porteadores”.  ¿Será ese taxi del chofer que me agredió, propiedad de alguno de los aspirantes a la presidencia, o de los otros grandes de esas “corporaciones”?
            Si usted le paga con ochocientos colones una carrera en la que la “María” señala 775 ó 785, puede despedirse de su vuelto porque, casi siempre, le dirán que “no tienen menudo”.  Y como usted ni nadie quiere un enfrentamiento con esos matones, se olvida de su vuelto.  No le queda más remedio, a menos que quiera comprarse un lío enorme con un sector que es INTOCABLE, ya que parecen gozar del respaldo de una clase muy poderosa tanto política como económicamente.  Ellos parten de un principio muy simple: nadie va a ir a la Defensoría del Consumidor o a las autoridades a reclamar un vuelto de 15, 25 ó 35 colones.  Es preferible perder unos coloncitos que enfrentarse a la burocracia. Y así perpetran sus mini robos a diario, impunemente.  ¿Quiénes vigilan y comprueban el funcionamiento legal de las “Marías”?  Según las apariencias, NADIE.   Un vecino amigo mío, taxista de oficio, me contó que esos contadores son alterados a placer por los dueños de taxis.  Y que incluso les hacen una operación llamada “turbo”, mediante la cual con solo pulsar un botón de la radio, La Marilla” pega brincos y mordiscos de cuarenta, cincuenta o más colones, de acuerdo con el gusto y angurria de los propietarios de los taxis.  ¿Será cierto semejante bandidaje?  Pero una cosa es segura: ES IMPOSIBLE QUE LAS AUTORIDADES IGNOREN ESOS “RUMORES”.  Aunque, como es lógico, no quieren meterse en problemas.  Se respira, se siente en el ambiente que esa es la razón: tienen miedo de perder sus puestos de trabajo o verse en enredos.  Es más sano y conveniente “hacerse los chanchos”.  En fin, con capturar a uno de esos abusadores lo único que logran es que el verdadero dueño del taxi los incluya en su personal Lista Negra, y que el delincuente menor (taxista), esté libre de toda culpa en menos de una hora, atracando a más víctimas indefensas (clientes).  Casi nadie se atreve a reclamarles algo a los taxistas, pues estos HAN SEMBRADO EL TERROR ENTRE LOS USUARIOS.   En las mujeres por su condición de debilidad, y en los hombres, porque saben que estos individuos forman grupos violentos que en pocos segundos, se transforman en una amenazante jauría alrededor del taxista “cuestionado” por el cliente.  Son pandilleros de rojo.  Claro que hay excepciones, pero la regla es esa.  Si no, que lo digan los familiares de aquel señor chileno que fue vil y fríamente asesinado por un taxista al cual no quiso complacer con su tarifa arbitraria.  Como la del viaje a los moteles, que ellos interpretan a su antojo y conveniencia, sin importar lo que diga la “María”.  Cuentan con la ansiedad y supuesta culpabilidad de los usuarios para abusar de ellos.
¿Tienen un fuero especial los taxistas?  ¿Algo así como los diplomáticos o las misiones extranjeras?  ¿Qué candidatos políticos los protegen?  ¿Qué tratos tiene con el gobierno la “corporación” de taxistas?  Y cuando digo los taxistas, me refiero a los grandes propietarios de multitud de unidades, y NO a la generalidad de los empleados que solo manejan.  El taxista QUE TIENE que pagarles diariamente la suma de OCHO O NUEVE MIL COLONES, se ve forzado a convertirse en un abusador despiadado para reunir esa suma, pagar la gasolina, el lavado del taxi y otras cosas que le impone el dueño de la unidad.  La miseria que sobra es su salario; y aunque eso no es una justificación, es la causa por la cual tienen que excederse con los clientes.  
Se dice que muchos de estos dueños de “compañías” de taxis no solo tienen docenas de vehículos legales, sino que poseen infinidad de “porteadores”, carros ilegales para ese servicio público.  Es decir, forman una red delictuosa en la cual lo único que ve el público es al sujeto que va al volante, que generalmente suele ser un patán.  Por supuesto que hay honrosas excepciones.  Son aquellos que tienen su propio taxi, y algunos trabajadores honestos que prefieren ganar menos, antes que convertirse en ladrones.  Los otros, la gran mayoría, son una banda de abusadores, groseros, matones y pachucos entrometidos.  Da la impresión que al gobierno nada le importara que tanto los usuarios nacionales como los turistas, se encuentren en manos de esos sujetos mal educados y sinvergüenzas.  ¿Y por qué?  Porque todo indica que tienen protección oficial, según se ve y se comenta a vocesCualquier delincuente puede ser taxista o “porteador”, y a las autoridades parece no importarles la condición moral o delictiva de esos individuos.   Ellos imponen “su ley”.
Personalmente les señalé esta situación a dos oficiales del tránsito en la parada este de Plaza Víquez, y se limitaron a darme la razón.  Nada hicieron, pero en su silencio adiviné la horrible y dolorosa verdad que hay detrás del asunto. Y ahora es lo mismo que en Cuesta de Mora.  Los pasajeros tienen que bajarse entre el autobús y la fila de taxis que se inicia en “El Pipiolo” y termina en el centro comercial que hay en la esquina, donde se detienen los buses de El Zapote.  ¿Serán desplazados los buses hasta el otro lado de la autopista?  ¡No lo dudo!  Los dueños de taxis hacen lo que les da la gana, y como los “tijos”, se han apoderado de todo el territorio.  ¿Será cierto lo que todo el mundo comenta en las calles?  Que nadie les puede decir o hacer nada porque tienen el respaldo oficial, e incluso de candidatos a la presidencia, según se rumora en todo el ámbito nacional.  Eso se dice.  Como esos astutos y violentos zonchillos, pronto sacarán a toda competencia del mercado.  Incluso a los autobuses. Para terminar, nuestra felicitación a los buenos y honrados taxistas, que los hay.  A esos esforzados trabajadores del servicio público, que saben cuál es la función que cumplen dentro de la sociedad, prestando un valioso servicio, oportuno y gentil con los clientes, los cuales son el motivo de su esforzada y peligrosa labor.
Si le gustó esta “Chispa”, hágala circular como si fuera un taxi de los buenos.   Y si le parece, indíquenos cualquier irregularidad de la que haya sido víctima por parte de taxistas abusadores.   
            Feliz Año Nuevo a todos los lectores de la “Chispa”... y también a los poquitillos que no la leen. 
                                 RIS

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